Entrevistas

Suba de precios de los alimentos marcó las cifras de pobreza e indigencia

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que la pobreza cayó un 1,5% el año pasado y que la indigencia tuvo una baja de apenas 0,1%. En este resultado inciden "varios componentes: un aumento del empleo, una baja del desempleo y un aumento del precio de los alimentos", explicó Alicia Melgar, directora del instituto, y agregó que el Ingreso Ciudadano y las canastas son muy importantes para estos sectores, pero que "por más que se haga un esfuerzo para tratar de subvencionar (...), los ingresos que se computan no alcanzan".

(Emitido a las 7.44)

EMILIANO COTELO:

La pobreza cayó el año pasado 1,5% y se ubicó en 26% de la población, mientras que la indigencia bajó mínimamente, 0,1%, y quedó en 2% de la población.

Esto implica que el año pasado, en comparación con 2006, la cantidad de pobres se redujo en 46.000 personas y la cantidad de personas en la indigencia bajó 3.200. Dicen las notas de prensa de hoy que la razón de que la indigencia se mantuviese prácticamente estancada sería la suba de precios que se ha venido dando en los alimentos, por encima de la inflación promedio.

Los datos fueron publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Vamos a ver qué hay detrás de ellos. Para eso estamos con la economista Alicia Melgar, directora del INE.

Comencemos por hacer la distinción entre pobreza e indigencia.

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ALICIA MELGAR:

Indigencia es lo que se llama pobreza extrema, implica aquellos hogares o aquellas personas cuyo ingreso no les alcanza ni siquiera para cubrir una canasta básica de alimentación. Y pobreza se refiere a las personas cuyo ingreso no les alcanza para cubrir otro tipo de erogaciones, como transporte, educación, vestimenta, etcétera.

Existen una línea de indigencia y una línea de pobreza que se elaboran sobre la base de una metodología compleja. Luego se comparan los ingresos de las personas con esas líneas, para saber en qué situación se encuentran.

EC - Más allá de que los indicadores de pobreza e indigencia siempre han sido asuntos de preocupación en la sociedad uruguaya, en estos últimos años ha habido un interés aún mayor en la medida que el gobierno del presidente Tabaré Vázquez ha implementado una serie de planes desde el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) que apuntan a atacar estos deterioros en la sociedad.

¿Cómo venían evolucionando estos indicadores últimamente?

AM - Los indicadores habían subido mucho en los años de la crisis (2002, 2003 y 2004) porque los ingresos bajaron bastante, y comenzaron a bajar en 2005 y 2006. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el precio de los alimentos tiene un peso muy importante, sobre todo en la indigencia, pero también para las personas que se encuentran en estado de pobreza. El costo de la alimentación implica que las líneas suban y que el ingreso de las personas no suba tanto. Eso significa que por más que se haga un esfuerzo para tratar de subvencionar a las personas que se encuentran debajo de la línea de pobreza y especialmente debajo de la línea de indigencia, los ingresos que se computan no alcanzan para sobrepasarlas.

Tenemos la convicción de que es muy importante para las personas en indigencia el peso del subsidio del Panes, del Ingreso Ciudadano, de las canastas. No hemos analizado esa situación, pero sabemos que en otros organismos hay estudios al respecto. Creemos que eso fue importante para evitar que la indigencia subiera.

EC - Y ¿cómo estamos ahora? ¿Qué dejan los datos del año pasado, teniendo en cuenta la tendencia de los últimos años?

AM - También ha sido muy importante en estos resultados el incremento del empleo y del número de personas empleadas. Sin duda eso significa que ha existido un ingreso extra importante. Si se analizan las cifras del documento, se puede apreciar que el desempleo ha bajado bastante más entre las personas indigentes y las personas pobres que en el total.

Tenemos varios componentes: un aumento del empleo, una baja del desempleo y un aumento del precio de los alimentos, que es lo que conforma este resultado. En la medida que el empleo se mantenga y no sigan subiendo los valores de los alimentos, o que bajen –como se anunció ayer, que se va a actuar especialmente sobre el precio de los alimentos- es posible que la tendencia de la indigencia y de la pobreza continúe a la baja.

EC - ¿Cómo deben ser valorados los números de 2007 que ahora se conocen en comparación con 2006?. ¿Esta caída de 1,5% en la pobreza y prácticamente el estancamiento de la indigencia es buen resultado? ¿Son resultados magros?

AM - Sabemos por qué ocurrieron y eso es lo más importante. Saber por qué ocurren las cosas implica poder determinar las políticas para revertirlas. En función del crecimiento que tuvieron los precios de los alimentos –subieron 17 o 18%, mientras que el Índice de Precios al Consumo solamente subió 8%–, yo hubiera esperado un resultado peor. No creo que este sea un mal resultado por el aumento de los precios de los alimentos, sino que es una situación que está viviendo todo el Cono Sur: vemos lo que pasa en Argentina y en Brasil, los precios de los alimentos están subiendo por razones de comercio internacional. Eso es algo que deberá solucionar la conducción económica, pero ese resultado no nos llamó la atención.

EC - ¿Ustedes tienen diálogo con los organismos del Poder Ejecutivo encargados de llevar adelante estas políticas sociales? ¿Se discuten estos números entre un organismo como el INE y el MDS a efectos de corregir los planes, de acentuar determinados perfiles y disminuir otros?

AM – Nosotros les damos las bases. Las bases de los microdatos están a disposición de todo el mundo, se publican en la web, se dan a las universidades, etcétera. Incluso habitualmente le damos las bases parciales tanto al Ministerio de Economía como al MDS. Tenemos una política abierta en ese sentido, ellos son los que analizan los datos y ven cuál el resultado de sus políticas y cómo avanzar.

EC - Ustedes no participan en esas discusiones.

AM - En principio, no. Participamos dándoles la información.

EC - ¿Cómo juega en esta información y en la evolución de los indicadores el hecho de que ustedes hayan corregido los parámetros que se habían divulgado el año pasado correspondientes a 2006? Según se destaca esta mañana en notas de prensa, fue esa corrección lo que permitió que el gobierno informara la baja de la pobreza y un muy pequeño descenso de la indigencia. De no haber ocurrido esa corrección de los datos de 2006, la evolución habría sido peor.

AM - Habría habido alguna pequeña diferencia, pero eso no tuvo nada que ver. El problema es que los datos que se utilizaron cuando se calcularon las cifras de 2006 eran bases preliminares, que después fueron depuradas y publicadas. No hicimos cálculos nuevos con respecto a las bases publicadas, cuando nos dimos cuenta de que el resultado con las bases publicadas era distinto, teníamos la obligación de corregirlos. Antes, cuando no se publicaban las bases, se daba una cifra que quedaba ahí y nadie podía comprobar absolutamente nada. Cuando estamos dando las bases, sabemos que cualquiera lo puede calcular, entonces nos pareció razonable recalcular los datos de 2006.

Otra cosa que hicimos fue coordinar los programas utilizados con el Instituto de Economía. El año pasado estábamos muy ocupados, no podíamos realizar ese cálculo y el trabajo lo hizo ese instituto. Por lo tanto este año, cuando volvemos a calcular el dato de la pobreza, es necesario que los programas sean coordinados. De hecho ellos utilizan paquetes estadísticos distintos de los nuestros y teníamos que coordinar todos los programas. Además, era evidente que había que realizar una revisión total de 2006 y 2007.

De todos modos, no estábamos seguros de lo que nos iba a dar. Pero creímos necesario, al darnos cuenta de que las bases tenían ligeras diferencias con las que se calcularon el año pasado, dar los resultados definitivos. Por otra parte, los programas también están disponibles, como las bases, cualquiera los puede observar.

EC - ¿Estas cosas suelen pasar? Porque pueden dar pie a especulaciones, desconfianzas.

AM - Son cosas que suelen pasar en todo el mundo. El Banco Central, por ejemplo, permanentemente reconsidera las cifras, da versiones preliminares que después recalcula. Pero sucede que cuando uno tiene urgencia por sacar una información muchas veces utiliza bases que no son las definitivas.

El año pasado tuvimos una presión muy grande por sacar las cifras de pobreza, pero no una presión de determinadas personas o equipos, sino de toda la sociedad, que quería saber qué había pasado. Igual que ahora. Al tener esta presión, sacamos los datos sin haber publicado las bases definitivas. Si usted se fija, las bases salieron en mayo y estos cálculos fueron realizados entre febrero y marzo y salieron a principios de abril.

Entonces, la necesidad de dar un dato antes, muchas veces hace que no se utilicen las bases definitivas. Pero este año ya salieron todas las bases, ya son definitivas, entonces vamos a hacer un recálculo y dejar las cifras que corresponden.