El ministro de Economía, Danilo Astori, aseguró que el país podría enfrentar sin problemas un eventual desmejoramiento de la economía a nivel internacional. "El país no tiene problemas financie

Astori: Uruguay está preparado si desmejora economía mundial

El ministro de Economía, Danilo Astori, aseguró que el país podría enfrentar sin problemas un eventual desmejoramiento de la economía a nivel internacional. "El país no tiene problemas financieros ni fiscales", "tiene los mejores niveles de liquidez que se recuerden" y "está mejor preparado comercialmente", además de que las "exportaciones están volando", aseguró. Además, consultado sobre la polémica acerca del IRPF a las pasividades, el ministro señaló que se está estudiando "con lupa los argumentos en los que se basan las sentencias que tuvimos hasta ahora".

(Emitido a las 8:50)

EMILIANO COTELO:

Según ha dicho públicamente el presidente Tabaré Vázquez, el contador Danilo Astori seguirá como ministro de Economía un par de meses más.

(Audio Tabaré Vázquez)

Periodista: ¿Pidió al ministro de Economía que se quedara un poco más en el cargo de ministro antes de volver a la campaña?

TV: Sí, acordamos que se presente la Rendición de Cuentas, que se estudie la misma, que se defienda en el Parlamento y que posteriormente tengamos también un trabajo relativo al ajuste del IRPF como habíamos adelantado oportunamente.

Periodista: ¿Cuánto tiempo aproximadamente?

TV: Bueno, vamos a ver, no podamos dar un tiempo fijo pero, calculo mes de julio aproximadamente.

(Fin)

Pero quizás estos dos meses finales pueden llegar a ser los más intensos de su gestión. Es que Astori tiene por delante la aprobación de la última Rendición de Cuentas de este gobierno y de los ajustes en el Impuesto a la Renta de las Personas Físicas.

A eso se le suman las presiones inflacionarias que persisten y el eventual impacto acá de la crisis de la economía de Estados Unidos.

Es en este contexto hay varias preguntas para realizarle al ministro de Economía, Danilo Astori, con quien estamos esta mañana.

El lunes tuvo lugar una sesión del Consejo de Ministros especial, ampliada con la presencia de los legisladores del Frente Amplio. Allí usted y el presidente Tabaré Vázquez subrayaron que los 319 millones de dólares de gasto adicional para el año próximo, que están previstos en el proyecto de Rendición de Cuentas, son el máximo espacio fiscal disponible.

Pero antes de la reunión se había escuchado a algunos legisladores demandando más recursos, por ejemplo para medidas destinadas a combatir la inflación y en especial para enfrentar los mayores costos de la energía. ¿Cómo fue entonces el resultado? ¿Va a terminar habiendo un tira y afloje cuando el proyecto vaya al Parlamento, entre el Poder Ejecutivo y la bancada del oficialismo como se dio el año pasado?

***

DANILO ASTORI - Bueno yo no puedo contestar por quienes integran el Parlamento, que por supuesto tienen un papel muy importante en el procesamiento de una iniciativa de este tipo, una iniciativa típica de cogobierno entre el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo.

EC - ¿Con qué sensación se quedó usted después de la discusión con los diputados y los senadores?

DA - Con una sensación positiva. Yo creo que es perfectamente comprensible el planteo que hace el Poder Ejecutivo en cuanto al volumen máximo del espacio fiscal disponible. Ese volumen máximo es el que hemos definido, no nos hemos guardado nada.

Esta es una propuesta absolutamente transparente, que exhibe las fuentes de financiamiento de este espacio fiscal, pero además declara que hasta aquí se puede llegar dados los factores de riesgo que están presentes en la economía uruguaya y fueron mencionados en la introducción a la pregunta. Por ejemplo, el posible sobre costo energético, que no podemos estimar en este momento porque depende muchísimo de las condiciones climáticas y de que estas, a su vez –y estamos rezando en ese sentido todos los días–, pueden alterarse en las próximas semanas.

EC - Recordemos que se habían previsto 340 millones de dólares en UTE para generación térmica para todo el año y al 30 de abril ya se habían gastado 277 millones.

DA - Exactamente, el riesgo es muy alto. Esto es muy parecido a lo que ocurrió en el año 2006, cuando Uruguay tuvo un sobre costo energético muy importante, que ojalá no  tengamos este año, pero hay que tenerlo en cuenta. Yo menciono este factor de riesgo –que no es el único pero sí el más importante– para fundamentar el hecho de que no podemos ir más allá del espacio fiscal propuesto, que no es una propuesta para negociar de parte del Poder Ejecutivo. No es que propongamos menos de lo que podemos para luego llegar a un nivel intermedio entre las demandas y lo que podemos ofrecer, es lo máximo que a nuestro juicio se puede plantear ahora. Y yo creo que esto está siendo adecuadamente comprendido por nuestra bancada.

EC - Esos 319 millones de dólares de gasto adicional previstos en la Rendición de Cuentas no son lo único que aumenta el gasto el año que viene.

DA – No, porque el gasto para el año que viene ya venía siendo proyectado por un lado por la Ley de Presupuesto, una ley quinquenal que también proyectó cambios en el gasto del año 2009, y por parte de Rendiciones de Cuentas precedentes que también incluyeron incrementos de gastos permanentes.

EC - Entonces ¿en 2009 cuánto mayor será el gasto que en 2008?

DA - Aproximadamente hay un aumento del gasto de unos 500 millones de dólares.

EC - A mucha gente eso le genera temor, le parece un exceso, pero vayamos por partes: el gobierno anunció el año pasado que el superávit primario (o sea el superávit antes del pago de intereses de la deuda) en el 2008 y el 2009 se situaría en el entorno del 3% del Producto Bruto Interno. ¿Se mantienen esas proyecciones teniendo en cuenta este proyecto de Rendición de Cuentas y además todos estos gastos extra por el motivo energético?

DA - Se mantienen y se vienen cumpliendo estrictamente. Incluso yo podría decir que en este momento el país está en superávit fiscal agregado, consolidado, no como un anuncio de que esto se vaya a mantener tal cual está ahora, sino como un indicio de que las cuentas están muy bien. El país va a terminar prácticamente en equilibrio fiscal, nuestra programación es de aproximadamente unas cuatro décimas de déficit, cuatro décimas de punto.

EC - ¿0,4% del Producto de déficit fiscal para el año próximo?

DA – Y lo vamos a cumplir sin ninguna duda, pero además cumpliendo con los objetivos programáticos que en materia de gasto público habíamos asumido. Por un lado con la educación que es, por lejos, la principal prioridad del presupuesto. En segundo lugar, la salud, habida cuenta de la reforma de la salud que el país ha venido poniendo en práctica. La seguridad pública, que también está absorbiendo una parte importante de recursos, y la infraestructura, que sigue siendo un objetivo fundamental de un país que intenta mejorar sus niveles de desarrollo y sabe que en la infraestructura debe contar con un pilar de sustentación fundamental.

La infraestructura la dejé para el final para destacarla, porque tiene recursos que la financian dentro del presupuesto y también recursos que van por afuera de la contabilidad presupuestal, como por ejemplo las empresas públicas que invierten en infraestructura. Eso no está en el Presupuesto, se contabiliza aparte. Por otra parte, hay personas cuya naturaleza jurídica hace que también los recursos se contabilicen aparte, como la Corporación Vial, que es una asociación entre el Ministerio de Transporte y la Corporación Nacional para el Desarrollo.

Pero esas son las cuatro prioridades presupuestales: educación, salud, seguridad e infraestructura, y siguen siéndolo hasta el fin del período.

EC - Llamó la atención que cuando se refiere a cómo van a cerrar las cuentas públicas a finales de este período de gobierno, usted se interne en una polémica política –que ha ido creciendo en estas últimas semanas– en la que rechaza que este gobierno vaya a terminar con un "carnaval electoral" como sí han terminado otros, según su percepción.

Y en particular ha quedado planteado ahora un contencioso entre usted y el ex presidente Luis Alberto Lacalle, al que ahora se sumó incluso el ex ministro de Economía Ignacio De Posadas, por comparaciones que usted hizo sobre cómo fueron los números en el gobierno del Partido Nacional.

¿Por qué entró en esa cancha?

DA - Antes que nada, lo que más me interesa destacar es que la gran diferencia entre este gobierno y los anteriores, desde el punto de vista fiscal, es que este ha cambiado profundamente la composición del gasto público, al tiempo que mejoró el resultado fiscal. Nunca había pasado esto en la historia del país y reconozcámoslo todos, seamos del partido que seamos, con honestidad intelectual, nunca había ocurrido esto.

Se puede discutir si algún gobierno de los anteriores orientó más o menos el gasto hacia lo social, se puede discutir si hubo más, mejor o menor resultado fiscal, pero nunca había ocurrido que el país equilibrara sus cuentas y al mismo tiempo hiciera una modificación tan importante de la composición del gasto público.

EC - ¿A qué se refiere concretamente?

DA - Me estoy refiriendo al hecho de que Uruguay incrementó notablemente –a pesar de la rigidez de su gasto público– la participación del llamado gasto social en el gasto público total. En términos precisos, el aumento es de 12 puntos. El gasto con destino social –llamémoslo así– representaba un 40% al comienzo de este gobierno y va a terminar representando un 52%.

Como contrapartida, para explicar por qué ocurre esto, la carga de la deuda también baja en 12 puntos. En 2004-2005, cuando comenzamos nuestra tarea, representaba 12 puntos más en el total del gasto público de lo que representa ahora. Eso por un lado, pero por otro, esto se hace al tiempo que se equilibran las cuentas. Nosotros empezamos a trabajar con dos puntos del Producto de déficit fiscal y vamos a terminar sin déficit fiscal; el esfuerzo es muy grande y esa es la diferencia con el pasado. Por eso yo he hablado, en alguna circunstancia, de ruptura con el pasado.

La verdad es que mi intención no es decir esto para entrar en polémica, aunque reconozco que decirlo conduce a una discusión. Pero mi intención es destacar esta diferencia, que tenemos que reconocer porque existe.

EC - Casualmente en el diario El País de hoy aparece el ex ministro de Economía Ignacio De Posadas contestándole. "Astori no debió decir eso, es una verdad a medias y además inflada", sostiene, y agrega: que "el déficit del último año del gobierno blanco fue de 2,6%, pero la verdad está en las causas de ese déficit. La realidad de hoy está clara, el gobierno tiene mayorías absolutas y lo que ocurre en materia de gasto público y de déficit fiscal es de su única, total y absoluta autoría", remarca.

Y entonces De Posadas se retrotrae al período de gobierno del Partido Nacional, "el déficit del año 94 tuvo dos causas fundamentales y ninguna de ellas atribuible al gobierno de la época. La primera fueron los aumentos en las transferencias de fondos al Banco de Previsión Social (BPS) para pagar los costos de la reforma constitucional. Y "la otra causa es más interesante, a la luz de las declaraciones de Astori. El gobierno Lacalle fue el primero que envió al Parlamento una Rendición de Cuentas con cero gasto. Pero, infelizmente, el gobierno estaba en minoría y, efectivamente, en esa última Rendición sí se aumentó el gasto público. Sólo que no por iniciativa del gobierno, ni con el voto de sus legisladores".

DA - Creo que este análisis lo único que hace es confirmar absolutamente lo que decíamos nosotros. El gobierno de la época terminó con casi tres puntos de déficit fiscal (lo estoy mirando en una gráfica, confirmando las cifras que aparecen en esa nota) luego de haber tenido un quinquenio en el que se trató bastante bien a las cuentas públicas. O sea, el resto del período tiene buenos resultados, el déficit se agudiza en 1994 y es precisamente la gran diferencia que hay con el gobierno actual, que no va a agudizar ningún déficit (porque no lo tiene) en el año electoral, va a mantener sus cuentas públicas equilibradas y al mismo tiempo va a cumplir con sus compromisos programáticos.

EC- Claro, entre otras cosas el ex ministro De Posadas está sosteniendo que hay una incoherencia entre la política fiscal rigurosa que usted está encabezando y lo que desde el propio Frente Amplio se reclamó y que, por lo visto, se obtuvo en la última rendición de cuentas del gobierno del doctor Lacalle.

DA - No, yo creo que eso no es atribuible al Frente Amplio.

EC - A la oposición, de la que el Frente Amplio formaba parte.

DA - En absoluto atribuible a la oposición. Yo creo que los gobiernos tienen que asumir responsabilidades por todos los resultados que se generan en los períodos durante los cuales están al frente del país, no se puede culpar a la oposición de los malos resultados que se obtienen. Nosotros no lo hacemos, nos hacemos responsables de los resultados que estamos obteniendo.

EC - Lo que califica de "derrame del gasto público" fue el fruto de su voto como senador junto con el de otros de sus colegas opositores dice De Posadas.

DA - No, no comparto esa opinión, yo creo que los gobiernos tienen que hacerse responsables y no culpar a los parlamentos o a la oposición de los resultados que se obtienen en la práctica.

Entre otras cosas porque –si mal no recuerdo– durante el transcurso de aquel período había mínimos acuerdos entre los partidos fundacionales para llevar adelante la conducción económica y ese acuerdo tenía mayorías parlamentarias, porque la oposición era minoritaria. Entonces no creo que sea un recurso válido –lo digo con toda sinceridad–, aunque no es mi intención polemizar, ni culpar a la oposición de los malos resultados de los que tiene que ser responsable el gobierno en primer lugar.

EC - ¿Quién empezó este debate? ¿Lo empezó usted, lo empezó la oposición? Es difícil sacar la conclusión. ¿Usted tiene una versión de esto?

DA - En primer lugar, yo no estoy en debate, simplemente estoy defendiendo la gestión del gobierno. No creo que sea fundamental esta discusión en este momento, pero con mucho gusto seguiremos fundamentando aquellas convicciones que tenemos.

En cuanto a la pregunta, yo diría que insistentemente se ha venido afirmando que en este momento el país está gastando más de lo que puede, que el gobierno ha impulsado una expansión peligrosa del gasto público, que esto puede traer consecuencias desequilibrantes para la economía, y está ocurriendo exactamente lo contrario.

EC - Un tema que siempre se discute es si no se debería tener políticas fiscales contracíclicas. Siempre es difícil llegar a la conclusión de que llegó el momento de ahorrar y de que eso es lo mejor que se puede hacer, porque siempre hay prioridades de gastos.

¿Qué capacidad de respuesta le quedaría al Estado si se deteriorara el contexto externo? El hecho de que esté aumentando el gasto corriente al ritmo importante que está aumentando ¿podría generar problemas si cambiaran las condiciones desde afuera?

DA - Esa es una pregunta importante y para contestarla hago varias comentarios. En primer lugar, el gasto corriente jamás se desalineó durante este período respecto al producto.

EC - Aclaremos a qué le llamamos gasto corriente.

DA - Es el gasto que se realiza por parte del sector público en términos corrientes, o sea excluyendo la inversión pública. Ese gasto corriente, a su vez, puede o no incluir la carga de intereses de la deuda; si no la incluye lo llamamos gasto corriente primario y si la incluye, gasto primario total.

Ese gasto primario total estuvo siempre encuadrado en la evolución del producto, o sea, jamás se desalineó obligando al país a gastar lo que no puede gastar, siempre hubo fuentes genuinas de financiamiento de este gasto, como las hay en esta Rendición de Cuentas. Tenemos tres fuentes de financiamiento del aumento del gasto: por un lado, un aumento del producto superior al que estaba previsto y por eso podemos gastar más, porque crecimos más que lo que habíamos programado. En segundo lugar un aumento de la eficiencia de la recaudación tributaria, precisamente por el mayor nivel de actividad (superior a la prevista). Y en tercer lugar la continuación del fuente ahorro por concepto de intereses de la deuda, que llega nada menos que a 150 millones de dólares. Entonces si ahorramos en los intereses podemos financiar otros gastos como por ejemplo los de educación y los de salud, ese es el gran cambio que está habiendo en la composición del gasto público.

Segundo comentario: Uruguay hoy está mucho mejor preparado que hace tres años para una eventualidad negativa. Tanto desde el punto de vista fiscal como del punto vista financiero, el país hizo lo que tenía que hacer para prepararse mejor ¿qué hizo desde el punto de vista fiscal? nada más ni nada menos que equilibrar las cuentas, Uruguay no tiene déficit fiscal y por lo tanto está mucho mejor que hace tres años, cuando tenía dos puntos de déficit sobre el producto.

En segundo lugar, Uruguay administró de tal manera su deuda que despejó por completo sus problemas financieros, no tiene que salir al mercado a buscar financiamiento por un período que trasciende a este gobierno. Uruguay tiene los mejores niveles de liquidez internacional que se recuerden (hablo de las reservas del país) y tampoco tiene problemas de financiamiento, porque los solucionó todos gracias a una administración profesional de la deuda, que es otra gran diferencia respecto al pasado, ya que nunca hubo una administración profesional de la deuda.

A lo mejor los oyentes dicen ¿qué es administrar profesionalmente la deuda? Administrar profesionalmente la deuda es tener profesionales que se dedican exclusivamente a eso y los tenemos en el ministerio, en nuestra Unidad de deuda. Segundo, significa tener la mejor tecnología de la información disponible para estar al tanto de todas las oportunidades que se presentan en materia de financiamiento, a lo largo y ancho del mundo, que está interconectado, pero que es muy complejo. Hay que tener una sofisiticada tecnología de la información para saber dónde colocar un bono, dónde hacer un canje, dónde salir a recomprar deuda, y eso es un conjunto de decisiones que hay que tomar todos los días.

En tercer lugar, las decisiones que toman esos profesionales traen resultados contantes y sonantes para el país, se ahorran intereses, se eligen los mejores plazos, se eligen las mejores monedas. Uruguay hoy tiene el 30% de su deuda en moneda nacional, algo que nunca había ocurrido.

Entonces, Uruguay está mejor preparado financieramente y también lo está comercialmente: las exportaciones del Uruguay están volando, van a superar los 9.000 millones y quizá lleguen a 10.000 millones de dólares este año. Yo sé que los precios están subiendo e influyen sobre estos volúmenes, pero el crecimiento en términos reales es espectacular. Y no solo se exporta más, también se está exportando a nuevos mercados, hay una gran diversificación de los destinos de la producción exportable uruguaya, lo cual reduce riesgos, ya que la vía comercial de impacto negativo sobre el Uruguay –suponiendo que hubiera una profundización de la crisis internacional– pega menos ahora que antes, porque antes estaba muy concentrado el comercio y ahora está mucho más diversificado.

EC - Entiendo todo el análisis, pero vuelvo sobre la pregunta ¿qué capacidad de respuesta le queda al gobierno si se deteriora el contexto externo, teniendo en cuenta que el gasto ha aumentado o se prevé que aumente de la forma que ustedes han resuelto?.

Por ejemplo, el gobierno insiste en que el gasto público sube acompañando el aumento del Producto Bruto Interno, pero en realidad el Producto está subiendo mucho y, según dicen algunos analistas, probablemente estemos en una fase alta del ciclo económico y algo de esto pueda revertirse o no se pueda mantener ese ritmo de crecimiento. Entonces, ¿qué va a ocurrir cuando se dé un escenario complejo, donde el Producto caiga, donde el ritmo de crecimiento sea menor?

DA - Voy a aprovechar esta ocasión para hacer dos comentarios que no hice antes, pero que tienen mucho que ver con esta pregunta y con la anterior. En primer lugar, quiero decir que no estamos esperando un deterioro importante de la economía internacional, en absoluto, no hay indicios de que esto vaya a ocurrir. De todos modos, seguimos monitoreando paso a paso la evolución del enlentecimiento –que así hay que llamarlo técnicamente- de la economía de Estados Unidos. No es una recesión lo que tiene Estados Unidos, es un enlentecimiento de la evolución de su economía.

EC - Enlentecimiento quiere decir un crecimiento a menor velocidad.

DA - A menor velocidad, con todas las repercusiones que eso tiene. Por supuesto estamos tratando de proyectar cómo pesaría eso en el Uruguay, pero no encontramos indicios de que el impacto vaya a ser importante ni financiera, ni fiscal, ni comercialmente hablando por las razones que yo ya anoté.

Segundo comentario que omití en la respuesta anterior: yo estoy absolutamente de acuerdo con que hay que ir avanzando hacia políticas fiscales contracíclicas, lo he dicho muchas veces, solo que los gobiernos cuando se proponen hacer transformaciones importantes, tienen que trazarse etapas. Uruguay está atravesando por una etapa que va a durar algunos años más, en la que el gran equilibrio que hay que hacer es precisamente ir avanzando hacia una política fiscal sana, que nos permita lo antes posible llegar a la actitud contracíclica, pero al mismo tiempo cumplir con demandas sociales que estaban muy postergadas en el país.

Ese equilibrio es el más difícil de lograr, yo creo que lo hemos encontrado y también creo que la eliminación del déficit fiscal, cosa que ya está lograda y se está consolidando, nos va a permitir llegar en un lapso razonable a trabajar con superávit fiscal agregado y empezar a hacer una política contracíclica o anticíclica, como se la quiere llamar.

EC - ¿Y si la situación se complejiza antes? ¿Si ocurre una sorpresa antes con el escenario externo? No hemos ahorrado y estamos asumiendo un Presupuesto con un gasto corriente muy alto. ¿Cómo se recorta eso, de dónde se ajusta si se complican las cosas?

DA - Reiterando el hecho de que no esperamos una complicación importante. La respuesta tiene que ser la que ya di: Uruguay no tiene problemas fiscales ni financieros, está preparado para encarar un empeoramiento de la situación internacional. No esperamos impactos negativos importantes en los precios a corto plazo, sabemos que hay algunos precios que van a descender, por ejemplo el precio del trigo, que va a tener un descenso importante a lo largo de este año y va a terminar con niveles inferiores a los que estuvo registrando últimamente. No esperamos que esto sea una característica aplicable a la mayoría de los precios relevantes con los que trabaja Uruguay, no esperamos problemas financieros y no esperamos problemas comerciales, porque está ocurriendo exactamente lo contrario.

EC - Entonces no hay un plan B porque no se considera un escenario B ¿esa es la respuesta?

DA - Yo diría que Uruguay atiende siempre los factores con riesgo de desequilibrio. Trabajamos permanentemente contra las presiones inflacionarias, que no han cedido. Yo muchas veces digo, y ahora reitero, que la inflación está bajo control, pero esto no quiere decir que no haya presiones inflacionarias, ocurren las dos cosas: está bajo control y además hay presiones inflacionarias que no se pueden descuidar.

En segundo lugar, pensamos permanentemente en el hecho de que si alguna circunstancia adversa nos condujera a restringir el gasto público, lo podemos hacer. Es más, la Ley de Presupuesto tiene por primera vez –yo no recuerdo otra– disposiciones que conducen al Poder Ejecutivo a ajustar su política fiscal y sobre todo su política de gasto público en caso de que ocurran circunstancias adversas que se traduzcan, por ejemplo, en un enlentecimiento de la evolución del Producto o en descenso de la evolución del Producto. Hay una disposición en el Presupuesto que habilita al gobierno a ajustar su gasto público a esas circunstancias. Entonces, yo creo que el país podría responder perfectamente bien.

EC - Porque lo que se teme que en ese caso es que la solución sea la licuación por inflación ¿no?

DA - Vamos a tratar de que eso no ocurra, precisamente a través de nuestras medidas de combate a la inflación. Estamos muy convencidos de que la inflación es un desequilibrio muy serio, pero celebramos que hoy haya preocupación por un 7,08% de inflación en el país cuando hace muy poquito teníamos 60, 70% y eran pacíficamente admitidas en la sociedad. Uruguay ha avanzado desde este punto de vista.

Ahora preocupa una inflación de siete puntos, a mi también me preocupa, y creo que la inflación histórica y de equilibrio a la que Uruguay debería llegar es de 5% no más allá de eso. En una mirada de mediano y largo plazo, el eje debería estar ubicado en 5% al año.

Y una de las cosas interesantes que hemos visto también respecto a la historia y que probablemente también nutra debates como el que mencionábamos hoy, es que históricamente la mejor relación entre crecimiento e inflación es la que tiene hoy el Uruguay. Como se sabe, el crecimiento por la vía de la demanda también puede ser una presión inflacionaria y hay que cuidarla, pero si uno analiza 40 o 50 años de historia del Uruguay, la mejor combinación entre crecimiento e inflación es la que tenemos ahora. ¿Qué estoy queriendo decir? dada la inflación que tenemos, estamos en el mayor crecimiento histórico de la economía uruguaya y lo podría decir al revés: dado el crecimiento que tenemos, estamos en la menor inflación histórica de la economía uruguaya.

Por ejemplo, la inflación de 1940-1945 fue inferior a la actual en promedio, pero el país crecía mucho menos de lo que está creciendo ahora. Y es interesante hacer este análisis, porque son dos procesos que hay que ir analizando conjuntamente.

EC- Los analistas coinciden en marcar que las presiones inflacionarias son muy persistentes, incluso varios manejan indicadores de la inflación subyacente (la que excluyen los precios más volátiles como frutas, verduras, tarifas), que apunta a una suba de precios del orden del 10% anual. ¿No habría que adoptar entonces medidas de política monetaria más contractiva por ejemplo?

DA - En primer lugar, la medición de la inflación subyacente (llamada inflación básica en otros términos, que excluye la evolución de los precios más volátiles) es lo que nos tiene que llevar a concentrarnos en esta lucha contra las presiones inflacionarias. De todas maneras, también es cierto que la inflación subyacente no es la inflación que recibe la sociedad a través de la evolución media del Índice de Precios al Consumo. Pero es una indicación importante, para no perder de vista en esta lucha que tiene que ser permanente y muy importante.

En segundo lugar, la inflación ha dejado de ser un fenómeno de análisis nacional, aunque por supuesto que hay que cuidar los factores específicos de cada economía. Hoy charlamos largamente de uno que hay que mantener alineado que es el gasto público y también mencionamos la relación entre inflación y crecimiento, que es lo que jerarquiza el análisis del gasto público. Pero la inflación ha adquirido la jerarquía de un fenómeno internacional, hoy no es posible analizar la inflación y las importantes presiones inflacionarias que vienen vía precios de los alimentos sin tener en cuenta la situación internacional, así como también lo es la evolución del valor de la moneda estadounidense.

Todos los gobiernos de América Latina y particularmente algunos que voy a mencionar, que son países de política económica muy seria, tienen hoy la evolución de la inflación fuera de las pautas que se han trazado. Además de Uruguay (que todavía tiene que seguir este trabajo muy intensamente), me refiero a tres países: Chile, Colombia y Perú. Y hasta gráficamente, cuando uno examina la evolución de la inflación en relación a las pautas, se da cuenta que hay un exceso extraordinariamente importante respecto a esas pautas y no porque estos países sean países de política económica irresponsable. Se podrá discrepar con lo que hacen en Chile, Colombia y Perú, pero son tres países de política económica muy seria. De hecho, Perú acaba de recibir el "investment grade" y Colombia lo recibirá en el correr de este año, además de Brasil que también lo ha hecho y tiene la inflación desalineada respecto a las pautas.

EC - De todos modos a nosotros nos preocupa lo nuestro.

DA – De todos modos, quiero señalar –no por aquello de mal de muchos consuelo de tontos- que este es un fenómeno internacional, por una razón fundamental: una de las principales presiones inflacionarias es la suba o el mantenimiento de precios altos en los alimentos.

Ahora ¿qué ha hecho este gobierno para encarar estas presiones? Ha tomado muchas medidas en los planos fiscal, monetario y comercial. Y digo esto antes de contestar concretamente a la pregunta, porque quiero recordar que las medidas empezaron con la Reforma Tributaria. La reducción de la tasa básica del IVA, la eliminación del COFIS y la reducción de aportes patronales en las empresas públicas llevaron –y lo anunciamos–  a una moderación del impacto tributario sobre los precios y eso condujo a la reducción o al menos a evitar la elevación de algunos precios importantes.

Luego se exoneró de Impuesto al Valor Agregado a la carne de ave y también la carne de pollo, se redujeron precios de los combustibles a través de un fideicomiso que nos permitió reducir sustancialmente el precio del boleto de pasajeros urbano, se eliminó el impuesto a la compra de moneda extranjera en las empresas públicas, lo que permitió una nueva baja de tarifas de UTE y ANTEL, se redujo la cuota mutual y del Fondo Nacional de Recursos, se redujo el IMESI a los combustibles –no hay que olvidarse de eso-, se pusieron en práctica medidas de facilitación de la importación de frutas y verduras agilitando los certificados fitosanitarios, que son un trámite más que enlentecía ese trámite, y finalmente los cambios en la política de encajes que fueron anunciados hace algunos días y ya están en práctica.

Y a la pregunta respecto a si no habría que tomar medidas más restrictivas en materia de política monetaria: yo creo que no, al menos por el momento. No descarto ningún instrumento para el futuro, no puedo descartar ninguno de los que mencioné recién, tenemos que seguir trabajando con todos. Pero en este momento, lo que se ha hecho en política monetaria es lo que había que hacer y está dentro de los niveles aceptables de combate a las presiones inflacionarias actuales.

EC – Ahora, la inflación no ha sido mayor gracias a que las tarifas están subiendo menos que los demás precios. Usted mencionó recién algunas medidas que se tomaron en relación con las tarifas ¿por cuánto tiempo puede seguirse en este camino?

DA - No hay definición al respecto.

EC - Recordemos que ANCAP por ejemplo ha tomado ahora un precio de referencia para el petróleo menor que el precio del mercado.

DA - Pero cada vez más cerca del precio del mercado, estuvo mucho más distanciado el precio de referencia hasta hace un par de meses. Quiero recordar que terminamos el año con un precio de referencia de 70 y pocos dólares y el barril ya había llegado a los 100. Ahora estamos en una situación de relación mucho más realista entre el precio de referencia y el precio de mercado que leemos todos los días en los diarios.

No descarto la utilización de ninguna de estas medidas que he recordado sintéticamente (monetarias, fiscales y comerciales), pero sería inconveniente en este momento agudizar o profundizar el carácter contractivo de la política monetaria. Y quiero recordar que estamos con una tasa de referencia de 7,25 y una tasa internacional de interés que está abiertamente por debajo. Eso puede conducir a movimientos de capitales, cambios de portafolio, que al mismo tiempo operen negativamente sobre el otro tema que está implícito en esta pregunta que es el tipo de cambio. También aquí tenemos un fenómeno internacional, Uruguay no es la excepción. Hemos estado recurriendo a todos los instrumentos y mecanismos a los que puede recurrir un país que tiene un régimen cambiario de flotación administrada del tipo de cambio, como el que tenemos nosotros, y me parece que los resultados han sido buenos. Si uno mira una gráfica que hemos construido acerca de los porcentajes de apreciación de la moneda nacional en muchos países del mundo, Uruguay está en el tramo inferior de esa tabla.

EC - ¿Qué le anuncia usted a quienes están interesados particularmente en un dólar más alto o quienes están preocupados por la caída del dólar? ¿Qué les anuncia respecto a lo que ocurrirá con la divisa ahora en los próximos meses, en este año?

DA - Yo no puedo hacer anuncios, pero lo único que veo es que el dólar está estabilizado en este momento, como es notorio, en torno a los 20 pesos y me refiero al tipo de cambio interbancario. No quiero hacer anuncios, porque no tengo anuncios para hacer, pero quiero que sepan y este es un anuncio repetido, porque lo he hecho varias veces:  este gobierno no va a permitir que se deteriore significativamente la competitividad de la producción nacional. El gobierno está convencido de que hasta ahora ese daño no se ha producido. El tipo de cambio real está claramente por encima de los niveles con los que el país salió de la crisis en esta materia.

EC - ¿Cómo juega en su análisis de la inflación el factor salarial? Usted ha señalado que el criterio para la próxima negociación en los Consejos de Salarios es un criterio de flexibilidad, que no habrá pauta oficial. Mientras, varios analistas advierten que tendría que moderarse la suba de salarios para no ejercer presiones inflacionarias por el lado de la demanda. Entonces, si no hay pauta, ¿cómo se hará para que no entren en conflicto las subas de salarios por un lado y las presiones sobre los precios derivados de los salarios altos por otro?.

DA - En primer lugar, bajo ningún concepto nosotros podemos admitir que los salarios hayan sido factor de presión inflacionaria hasta ahora. Las presiones inflacionarias claramente demostrables han venido por otros lados, han sido shocks de ofertas en algunos casos y la presión de los precios internacionales ha sido absolutamente clara. Entonces no es posible achacar a los salarios responsabilidad inflacionaria. Es más, se puede demostrar gráficamente que, de todos los países de América del Sur, el país donde más han pesado las presiones inflacionarias vía precios de alimentos es en Uruguay, por diversas razones, entre otras cosas por el papel que esos precios juegan en la economía interna.

Segundo, la flexibilidad a la que aludimos –y esto fue comunicado públicamente tanto por el presidente como por mí mismo– es básicamente para lograr mejorar los salarios de los sectores más sumergidos, los salarios más humildes. Y esto ha sido trasmitido en una reunión que tuvimos con el presidente al PIT-CNT, a los trabajadores organizados. Estoy seguro que la negociación salarial de este año va a ser equilibrada, que no va a originar desequilibrios importantes para el país, y seguramente las partes se van a ubicar en un nivel en que es preciso cuidar el salario, pero también cuidar el empleo y el crecimiento en el país. Soy muy optimista al respecto y estoy seguro que apenas se sienten a negociar, ellos mismos van a ir encontrando su piso y su techo.

Nosotros no hemos querido dar pautas en este caso en particular porque nos pareció que chocaríamos contra la flexibilidad que queremos, por eso es que convocamos a la flexibilidad, básicamente para mejorar los salarios más sumergidos y porque sería nuestra intención también que haya un mejoramiento del salario real en todos los sectores de actividad.

***

EC – Impuesto a la Renta a las pasividades: hasta ahora se han producido 13 fallos declarando la inconstitucional del Impuesto a la Renta a las pasividades y más recientemente, después del cambio en la integración de la Suprema Corte, dos fallos declarando la Constitucionalidad. ¿Cuántos más hay que esperar para obtener, como usted ha dicho, una secuencia razonable que permita tomar una decisión sobre qué hacer?

DA – Un comentario previo, que no es un juego de palabras: no hay Impuesto a la Renta a las pasividades, hay el cómputo de las pasividades como parte de los ingresos de las personas, a los efectos de calcular el Impuesto a la Renta. Pero no es que se haya puesto un impuesto a la renta a las pasividades, simplemente que en este país –como en todos los países del mundo– se computa la pasividad como un ingreso. Parece un juego de palabras pero no lo es, son dos conceptos muy diferentes.

En segundo lugar, lo hemos dicho, nada exagerado, nada fuera de lo razonable, una secuencia modesta de fallos. Pero no para trabajar en términos de tantos fallos en contra, tantos fallos a favor, sino para tener en cuenta los argumentos.

EC - ¿Usted está pensando ya alguna fórmula de salida?

DA - Pensando estamos todos los días, pero no estoy en condiciones de anunciarla.

EC - Se va a adelantar antes de la interpelación, porque usted va a pasar por una interpelación en los próximos días por ese tema...

DA - Exacto, donde vamos a poder discutir este tema.

EC - ¿Pero ese va a ser el ámbito para los anuncios?

DA - No lo puedo decir hoy, entre otras cosas porque todavía no hemos discutido el tema con el presidente, lo vamos a hacer a la brevedad. Cuando analice este tema con el presidente y en el Consejo de Ministros estaré en condiciones de anunciarlo, antes no.

Esta espera, que es una espera razonable, modesta, de unas pocas semanas, se debe al análisis de los argumentos. Y voy a poner el ejemplo que para mi es el más importante de todos: hasta ahora hay una aplastante mayoría, incluyendo a los fallos desfavorables, los que sentenciaron la inconstitucionalidad del cómputo de la pasividad como parte del Impuesto a la Renta, de que no hay inmunidad tributaria de las pasividades, no hay intangibilidad tributaria de las pasividades. El argumento del artículo 67 de la Constitución que usaron algunos ministros, es un argumento absolutamente minoritario aún en los fallos desfavorables y esta es una conclusión muy importante. La pongo como ejemplo de que un gobierno que actúe con seriedad, con responsabilidad, tiene que analizar incluso los argumentos de los fallos favorables que están saliendo ahora para proponer los pasos a dar. En eso está el gobierno.

EC - Usted está dando a entender que va a haber alguna forma de tributación que abarque a esas pasividades.

DA - No, no estoy dando a entender nada, estoy simplemente poniendo un ejemplo de  la importancia de tener en cuenta los argumentos. No estoy haciendo ningún anuncio y  no podría hacerlo, ya que no estoy en condiciones, pero es importante bucear en los argumentos que dan los ministros.

Yo recuerdo al presidente de la Suprema Corte, cuando en una intervención periodística en medio de esta polémica que se armó, dijo algo que es absolutamente cierto: "nosotros mismos podemos cambiar de opinión en cada caso concreto ante el planteo de los argumentos que nos hace la parte actora". Y tiene razón, entonces cómo nosotros no vamos a examinar –y eso es lo que estamos haciendo– con lupa los argumentos en los que se basan las sentencias que tuvimos hasta ahora.

EC - En cuanto a la reestructura del impuesto a la Renta de las Personas Físicas en general, que se supone va a realizarse cuando se cumpla un año de la entrada en vigencia...

DA - Exactamente, ya nos estamos arrimando mucho a esa fecha y a la brevedad haremos la propuesta.

EC - ¿Qué es lo que está avanzado hoy?

DA - Las orientaciones, que siguen siendo las ya anunciadas, aunque no puedo dar números. Vamos a aumentar el mínimo no imponible, vamos a mejorar las deducciones por hijo menores de 18 años y vamos a admitir la opción de la liquidación en base al núcleo familiar.

EC - Se ha mencionado que podría subirse el mínimo no imponible en una Base de Prestación y Contribución, llevándola entonces a unos 10.650 pesos (ese fue un ejemplo que manejó el subsecretario Mario Bergara a fines del año pasado en el Foro de ACDE), pero también se ha mencionado la posibilidad de subirlo en dos Bases de Prestación y Contribución, llevándolo a 12.425. ¿Cuál de esas dos será?

DA - En el primer caso fue bien dicho en la pregunta, fue un ejemplo que puso el subsecretario para manejar proporciones. En el segundo caso, he escuchado propuestas provenientes de diversos ámbitos, pero el gobierno todavía no ha definido cuál va a ser su propuesta, que habrá que analizar dentro del conjunto de factores que estuvimos estudiando en toda esta entrevista.

No es posible definir la propuesta concreta que va a haber en este caso, independientemente del panorama fiscal del país. El panorama fiscal tiene dos grandes vertientes de análisis: el gasto y los ingresos y un tercer elemento fundamental que es el resultado de la comparación entre ambos. Sabiendo que este gobierno maneja su política económica con responsabilidad fiscal, la propuesta concreta –que no demorará mucho– se conocerá en las próximas semanas, tanto una como la otra, me refiero a las pasividades y al mejoramiento del Impuesto a la Renta, pero tienen que hacerse en el marco de ese análisis de responsabilidad fiscal.