Análisis Económico

Se acentúa la preocupación por el aumento de la inflación en el mundo. ¿Cuáles son los riesgos?

Análisis económico de Tamara Schandy de la consultora Deloitte.

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:

La preocupación por el aumento de la inflación aparece cada vez con mayor frecuencia en los cables internacionales.

A propósito de esto, la revista The Economist publicó un artículo sobre las estrategias que están tomando los bancos centrales del mundo, evitando en general subir las tasas de interés, privilegiando el crecimiento económico pero tomando más riesgos en materia de inflación.

Como mañana se reúne el Comité de Política Monetaria, nos pareció que valía la pena poner el foco en el marco internacional y examinar cómo se está viviendo la problemática de la inflación en otras partes del mundo. El diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

Los cables señalan que la inflación aparece como un problema global pero que se está manifestando de manera particularmente evidente en las economías emergentes. ¿Podemos empezar mencionando algunos ejemplos para ubicar a los oyentes?

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TAMARA SCHANDY:

Claro. Empecemos con algunos ejemplos de América Latina, que es la realidad que tenemos más cerca. En Chile la inflación está en 8,3% anual, cuando un año atrás estaba en 2,5%. En Perú, el último dato de inflación marcó 5,5%, cuando a principios de 2007 el aumento de precios era de menos de 1% anual. En Brasil, donde la inflación se había mantenido muy en línea con la meta del año pasado, estamos teniendo un desvío de medio punto respecto al eje del objetivo, que es 4,5%. Un caso aparte tenemos en Argentina y en Venezuela, donde la inflación supera ampliamente el 20% anual. 

EC - ¿Qué pasa en otras regiones?

TS - En otras regiones también se está observando un aumento muy significativo de la inflación. En Asia hay varios países en los que la inflación se duplicó en pocos meses. En China, por ejemplo, la inflación está en 8,5% anual, cuando hace un año estaba en 3%. En India los precios están creciendo al mayor ritmo en cuatro años. En Tailandia, la inflación en los doce meses a abril fue de 6,2%, cuando en el promedio de 2007 se ubicó en 2,2%. Y en otros países emergentes el panorama es similar: en Rusia la inflación pasó de 8% a 14% en pocos meses, en la mayoría de los países exportadores de petróleo de la zona del golfo la inflación está en dos dígitos anuales.

En definitiva, la inflación se está transformando en un problema muy generalizado y es especialmente notorio en los países emergentes. 
 
EC - ¿Cuáles son los factores que están detrás de este incremento? Me imagino que al igual que en nuestro país el aumento de los precios internacionales de los alimentos y el encarecimiento del petróleo han tenido mucho que ver en esta suba.

TS - Exactamente. Así como en Uruguay, el aumento del petróleo está presionando sobre los precios de los combustibles en todas partes del mundo. Y la suba extraordinaria que han tenido los precios de los alimentos en los mercados internacionales también está impactando fuertemente en la inflación de la mayoría de los países emergentes. El caso de China es bien ilustrativo en este sentido: los datos oficiales muestran que el aumento de los alimentos supera el 20% en términos anuales, mientras que el resto de los bienes y servicios que integran la canasta de consumo están subiendo a un ritmo de menos de 2% anual.

Pero éstos no son los únicos elementos de impulso de la inflación. El repunte de la inflación también se da en un marco en que las economías están creciendo mucho y en el que las políticas monetarias pautan, en general, una liquidez importante (con bajas tasas de interés). De allí la referencia que se está empezando a hacer, cada vez con más frecuencia, a la situación que vivió el mundo en los años setenta.    

EC - Justamente te iba a preguntar sobre eso. El artículo de The Economist que mencionaba al inicio hace hincapié en la necesidad de no reiterar errores de política económica que se cometieron en los setenta. ¿Podemos explicar mejor por dónde pasan las similitudes con esa época y cuáles serían esos errores a evitar?

TS - El petróleo se disparó, los precios de las materias primas también atraviesan una fase excepcional, con precios en niveles récord. En los setenta se vio algo similar, y se dio en un contexto en el cual, como ahora, la liquidez en el mundo era muy abundante. Había "dinero barato" porque las tasas de interés en los países desarrollados eran negativas en términos reales, como lo son ahora en Estados Unidos y también en varias economías emergentes.

En el primer choque petrolero (a mediados de los setenta), se entendió que se trataba de un shock transitorio que podía tener efectos muy negativos sobre la marcha de las economías, entonces los bancos centrales privilegiaron la necesidad de preservar el crecimiento económico y toleraron más inflación. La inflación se disparó y con el segundo choque petrolero (en el 79) la reacción fue diferente: allí sí vino un endurecimiento monetario muy significativo (la Libor, por ejemplo, superó el 15%), que terminó motivando una desaceleración muy importante de la actividad económica en los países desarrollados y en el mundo en general.

EC - ¿Cuál es la lección, entonces?

TS - La experiencia de los setenta dejó varias lecciones, pero una de las más importantes es que admitir más inflación conlleva sus riesgos. Fenómenos que aparecen como transitorios pueden alentar expectativas de más inflación en los agentes y hacer que las presiones terminen extendiéndose a otros precios. Así la inflación puede terminar convirtiéndose en un problema más grave y más costoso de combatir.

De todas maneras el endurecimiento de las condiciones monetarias hoy en los países emergentes también tiene sus problemas.

EC - Por eso, como en Uruguay, muchos bancos centrales en los países emergentes están optando por no modificar las tasas de interés.

TS - Sí, o como en el caso de Rusia, por ejemplo, subirlas menos que lo que ha aumentado la inflación, con lo cual no hay un endurecimiento real de las condiciones monetarias. 

El problema, que hemos mencionado otras veces en este espacio, es que cuando los bancos centrales optan por subir las tasas de interés alientan el ingreso de capitales y eso tiende a apreciar las monedas de los países emergentes, con potenciales efectos negativos sobre la competitividad y el crecimiento. Sobre esa base es que están apareciendo iniciativas más heterodoxas en el mundo.

EC - ¿Cómo es eso? ¿A qué te referís concretamente?

TS - A lo siguiente, en lugar de aumentar la tasa se apela a otros instrumentos menos convencionales, o heterodoxos. En Uruguay, por ejemplo, se subieron los encajes. También se recurrió a la política de encajes en Perú, en China, en India. Pero se están observando también otras iniciativas heterodoxas: Brasil introdujo un impuesto a la inversión extranjera en títulos públicos locales, en varios países comenzamos a ver controles de las exportaciones de alimentos, se gestionan acuerdos de precios, en India el gobierno suspendió la operativa a futuro de varios "commodities". Aunque con matices e implicaciones diferentes, todas son medidas que procuran de alguna manera quebrar ese dilema que enfrentan los bancos centrales entre combatir la inflación y terminar propiciando una apreciación de la moneda que pueda resentir el crecimiento.
Entonces, en términos generales estamos viendo una tendencia a evitar subir las tasas de interés, a recurrir a medidas heterodoxas y en definitiva también a tomar más riesgos en materia de inflación. Y esto a nuestro juicio se relaciona con un último elemento que nos gustaría señalar.


EC - ¿Qué otro elemento?

TS - Como la inflación se está transformando en un problema global, los bancos centrales tampoco encuentran incentivos demasiado fuertes para combatirla haciendo algo demasiado diferente a lo que hacen los demás bancos centrales.

EC - ¿Por qué?

TS - Porque tener un poco más de inflación ya no marca una desventaja demasiado importante en relación al clima de negocios. Como el problema está presente en la mayoría de los países emergentes, el aumento de la inflación (siempre que sea dentro de ciertos límites) no le quita "atractivo" a un mercado.

De todas formas, una estrategia así tiene sus riesgos. Aún cuando la inflación tenga su origen en factores que se revertirían en el futuro (como el aumento del petróleo, o de los alimentos), el admitir un mayor ritmo de incremento de los precios puede llevar a que se consoliden expectativas de inflación alta. Y la teoría económica nos enseña que ese es un mecanismo muy poderoso para propagar las presiones inflacionarias, porque afecta la determinación de los salarios y la estrategia de fijación de precios de las empresas.

EC - Entonces, ¿qué supone ese riesgo de inflación para las perspectivas de la economía mundial?

TS - Si las presiones inflacionarias continúan intensificándose, es posible que luego sea necesario un ajuste monetario más abrupto. Este es un riesgo en las economías emergentes pero también en las economías desarrolladas, donde las tasas de interés en términos reales se ubican en niveles muy reducidos (son negativas en Estados Unidos) y la inflación está en aumento. No hay elementos para pensar en un desenlace tan abrupto como el de finales de los setenta, pero sin duda el riesgo de inflación es un riesgo que está cobrando relevancia en el escenario internacional y que vamos a tener que seguir monitoreando de cerca en los próximos meses.

A fin de cuentas, la inflación alta es un síntoma de que la economía mundial está creciendo demasiado rápido en un marco de abundante liquidez. Desde nuestro punto de vista, es probable que en los próximos dos años veamos una desaceleración de la economía mundial de la mano de tasas de interés más altas.