"El horizonte para los próximos meses hace pensar en presiones inflacionarias muy persistentes"
El Indice de Precios al Consumo (IPC) aumentó en junio 1,28%, situando la inflación acumulada en el primer semestre en 5,44%, sólo un punto y medio por debajo de lo que espera el gobierno para todo el año (7%). Según explicó el gobierno, esto se debe al ajuste de tarifas y sobre todo a los altos precios de frutas y verduras. El economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte concordó con esa explicación, y apuntó que todo hace pensar en "presiones inflacionarias muy persistentes" para los próximos meses. "Probablemente se necesiten tasas más altas para encauzar la inflación hacia dentro de la meta", señaló.
(Emitido a las 7.47)
EMILIANO COTELO:
El índice de precios al consumo (IPC) aumentó en junio 1,28%, según la información que difundió ayer el Instituto Nacional de Estadística. Con este dato, la inflación acumulada en el primer semestre llegó a 5,44%, un punto y medio por debajo de lo que espera el gobierno para todo el año, que es un máximo de 7%.
En una conferencia de prensa, el subsecretario Mario Bergara, que asistió con el ministro de Economía, Danilo Astori, aseguró que este crecimiento fuerte de la inflación se explica fundamentalmente por el comportamiento de dos componentes: las tarifas vinculadas con combustible y electricidad y los precios de frutas y verduras.
(Audio Mario Bergara.)
"Evidentemente, todos entendemos la explicación de estas dos cosas: el precio del petróleo subiendo de manera ininterrumpida y, aunque no estemos trasladando íntegramente los aumentos del precio de petróleo a nivel internacional al precio al consumidor en el Uruguay, de todas maneras hay un efecto por esa vía. Estamos importando esa inflación por la vía de un precio tan importante como el de los combustibles y la electricidad.
Y en segundo lugar, el de frutas y verduras. Ya se han manejado todos los esfuerzos que se están haciendo para facilitar los procesos de importación, sobre todo para aquellos rubros en los que se prevé cierta escasez y por lo tanto aumentos de precios en estos próximos meses. Creemos que ya se están viendo algunos resultados en esos rubros papa, manzana, cebolla básicamente y además eso ha venido acompañado y eso nos permite ser relativamente optimistas en esta lucha contra la inflación de que grandes cadenas de supermercados y también comercios minoristas han anunciado congelación de precios en un número muy amplio de rubros de la canasta de consumo de los uruguayos por tres o cuatro meses.
Creemos que en ese sentido está habiendo una clara conciencia de parte de todos los agentes de que es necesario coordinar esfuerzos en materia de combate a la inflación, y que los factores especulativos que a veces puede haber en materia de la cadena de distribución y comercialización también se combatan y que, por lo tanto, algunas buenas noticias que pueda haber por el lado de la importación de frutas y verduras y algunos precios que mejoren, efectivamente terminen siendo reflejadas en los precios al consumo."
(Fin.)
EC - Además de los comentarios del gobierno, ¿qué dicen los expertos? Vamos a conversarlo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Delloite.
¿Cómo vieron los datos de inflación de junio, que estuvieron bastante por arriba de lo que los expertos habían pronosticado?
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PABLO ROSSELLI:
Sí, ese 1,28% fue muy superior a la proyección de los analistas. Nuestra proyección contemplaba una suba de 0,6%, la encuesta de expectativas manejaba 0,7% y el pronóstico máximo de la encuesta era de 1,1%, con lo cual el número de junio sorprendió a la gran mayoría de los analistas.
EC - ¿Qué sucedió? ¿Cómo se explica un desvío tan importante?
PR - Cuando tomamos el número puntual de junio, las explicaciones del subsecretario Mario Bergara son correctas, este mes había ajustes de tarifas que los analistas teníamos contemplados. De todas maneras, el impacto en el IPC de la suba de tarifas fue un poco mayor de lo que habíamos estimado; siempre hay un margen de error en la estimación porque el impacto de las tarifas depende del día en que suben y de cómo pega en los distintos rubros. El rubro vivienda subió 3%, principalmente por el impacto de la suba de la electricidad, y transporte y comunicaciones subió 1,1%, como consecuencia de la suba de combustibles y de la tarifa de los taxis. Eso hizo que el conjunto de precios administrados del IPC subiera 1,8% y nosotros preveíamos 1,4%.
De todas maneras, el principal elemento del desvío de las proyecciones de junio es el rubro frutas y verduras, que en conjunto subió 10% como consecuencia de un aumento de 16% de las verduras. La incidencia de este rubro en el IPC fue de 0,45%, cuando contemplábamos una leve baja a partir de que está en niveles altos en términos históricos. En definitiva, contemplábamos una incidencia prácticamente nula de frutas y verduras en el IPC y tuvimos una suba muy fuerte.
EC - Fue la tercera parte del IPC de junio...
PR - Sí, y la mayor parte del desvío.
EC - A partir de ese análisis, ¿cómo se presentan ahora las tendencias de inflación? Porque si se toma la medida usual de los últimos doce meses, la inflación volvió a subir y quedó en 8,42%.
PR - Exacto, pasamos del 7,2% que teníamos en mayo a 8,4%. Visto así parece un salto muy grande y el dato de inflación de junio parece muy malo. De todas maneras, el dato de junio tiene esos aspectos excepcionales, el ajuste de tarifas y sobre todo de frutas y verduras. Si dejamos de lado esos factores, la inflación subyacente no fue un dato malo, mostró una suba de precios de 0,47%, de hecho menor que nuestra proyección, que era de 0,7%.
De todas maneras, el horizonte para los próximos meses nos hace pensar en presiones inflacionarias muy persistentes, probablemente más persistentes que las que contemplábamos unos meses atrás.
EC - Recordemos qué es la inflación subyacente.
PR - La inflación subyacente es la evolución de los precios dejando de lado frutas y verduras, que tienen mucha volatilidad, y los precios administrados, que en ciertas ocasiones, como ha pasado, son utilizados por el gobierno con algún objetivo antiinflacionario. El resto de los precios marca la tendencia más firme de la inflación.
EC - Y tú decías que la inflación subyacente sigue siendo alta.
PR - Sí, aunque en los últimos dos o tres meses ha cedido, si uno mira los últimos 12 meses, ha sido una inflación de arriba de 9% anual. Del lado de la inflación subyacente hemos visto un leve retroceso en los últimos dos o tres meses todavía es muy apresurado decir que es una tendencia firme, pero hay que tener en cuenta que hasta ahora era muy superior al aumento de los precios administrados; o, dicho al revés, los precios administrados hasta ahora estaban subiendo poco, porque el gobierno estaba evitando trasladar a las tarifas toda la suba de los costos de la energía. Pero esta estrategia de no traspasar los mayores costos de la energía a los precios, tiene un impacto fiscal muy importante, por lo tanto no va a poder sostenerse por mucho tiempo porque deterioraría el resultado primario el cumplimiento de la meta de superávit primario para este año está relativamente comprometido, y a su vez es una meta que no resulta particularmente ambiciosa si se tiene en cuenta que sería de 3% en el contexto de un crecimiento muy fuerte. Por lo cual, aun si la inflación subyacente continuara moderándose levemente en los próximos meses lo cual tampoco es una tendencia cierta, igual tendríamos presiones por el lado de las tarifas.
EC - ¿Qué sucede con las frutas y verduras? Te lo pregunto porque en varias ocasiones los analistas han dicho que las frutas y verduras deberían caer, pero eso no ocurre.
PR - Es así, ese punto amerita la revisión de perspectivas. En 2007 las frutas y verduras subieron más de 40%, se situaron en niveles máximos en términos reales y en relación con otros alimentos. Desde esa perspectiva era lógico pensar que una vez que algunos factores de oferta que afectaron la producción el año pasado se revirtieran, los precios bajarían.
Pero el año 2008 comenzó con algunas bajas que se revirtieron en los últimos dos meses. La situación hoy es que las frutas y verduras siguen en niveles muy altos en términos reales y razonablemente deberíamos pensar que tienen que bajar. Pero también es cierto que en el mundo y en la región se ha observado un encarecimiento de todos los alimentos y un encarecimiento de los costos de producción y distribución los costos de distribución por la suba de los combustibles, y seguramente esas cosas dificultan el ajuste a la baja.
Además, en nuestro país se mantiene un conjunto importante de restricciones a las importaciones que dificultan el descenso de precios. El gobierno ha anunciado que se están tomando medidas de flexibilización, pero el hecho de no tener un mercado suficientemente competitivo, bien abierto a las importaciones, dificulta aprovechar cualquier oportunidad de descenso de precios si se encuentra oferta en la región a precios más bajos. A esta altura parece que debemos esperar descensos pequeños de los precios de las frutas y verduras en los próximos meses.
EC - Y este desempeño que ha mostrado la inflación en los últimos meses, ¿qué implica para la política económica? Por decir algo, ¿hace falta una política monetaria más restrictiva?
PR - Siempre es difícil estar seguro de cuánto más tenemos que subir las tasas de interés para tener tal o cual impacto en la inflación, pero probablemente se necesiten tasas más altas para encauzar la inflación hacia dentro de la meta en los próximos 12 meses. Esa es una primera conclusión, la política monetaria debería volverse más contractiva.
Otras veces hemos comentado que también sería conveniente una moderación de los aumentos salariales en la próxima ronda de negociaciones colectivas. El riesgo que se corre es que por la expansión del gasto público prevista y la suba de salarios que probablemente sea importante, porque de las pautas que se están manejando no surge una moderación de los aumentos de salarios, tengamos más presión por el lado de la demanda interna y de los precios de los bienes y servicios no transables, que han subido más de 10% en los últimos 12 meses.
EC - Recordemos qué son los no transables.
PR - Son los precios de los bienes que se determinan en el mercado interno, en función de la oferta y la demanda domésticas, porque no hay un mercado externo que paute los precios, como ocurre con la carne y otros alimentos.
Si la demanda interna continúa creciendo a este ritmo, este componente importante del IPC, los no transables, va a seguir subiendo a un ritmo fuerte, de más de 10%. Entonces, mayores presiones de inflación en no transables, más mayores costos de la energía, que más tarde o más temprano podrían obligar a tener nuevas subas de tarifas, podrían conducirnos a la necesidad de tener una política monetaria sustancialmente más restrictiva, que a su vez condujera a una apreciación importante de la moneda nacional, a un descenso aún mayor del tipo de cambio, lo cual sería relativamente inconveniente en un contexto internacional con indicios de un posible deterioro en los próximos 12 o 18 meses.
Por eso otras veces hemos dicho que sería conveniente que las políticas fiscal y salarial cooperaran con un signo más contractivo con la política monetaria, para evitar que todo el esfuerzo del combate a la inflación recaiga en esta, en más subas de tasas y en un descenso del tipo de cambio.