Análisis Económico

Los precios de los commodities siguen subiendo: ¿cuáles son las causas de esas subas? ¿cómo se presentan las perspectivas? ¿qué impactos podemos tener en materia de inflación?

Análisis económico de Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte

(Emitido a las 8.30)

EMILIANO COTELO:

Ustedes lo saben porque lo comentamos a diario en nuestros informes de mercado. Más allá de algunas fluctuaciones puntuales, los precios de los commodities han mostrado nuevas subas en las últimas semanas. Ese es el caso, por ejemplo, de la soja, del maíz y del arroz. ¿Cómo se explican esas subas, que en varios casos significan precios récord? ¿Cómo son las perspectivas para los próximos meses? ¿Cuáles pueden ser las consecuencias para la inflación en nuestro país? ¿Qué opciones se le presentan al Banco Central en este marco? Esa pregunta es por demás relevante porque justo hoy se reúne el Comité de Política Monetaria.

Esas son entonces las preguntas para el análisis económico de hoy, en seguida, con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

Comencemos con las principales cifras. ¿Cuánto han subido los precios de los commodities en las últimas semanas?

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PABLO ROSSELLI:

En las últimas semanas hemos visto subas muy importantes en varios commodities como la soja, el maíz y el arroz. En el caso de la soja, estamos viendo cotizaciones en torno de 575 dólares por tonelada. Hay una volatilidad diaria muy significativa, por ejemplo hace solamente una semana teníamos precios de 610 dólares por tonelada. De todas maneras, los precios actuales son muy altos y pautan valores récord en términos históricos. En este caso, habíamos visto precios de casi 575 dólares a inicios de marzo, luego en el correr de marzo los precios habían bajado bastante (hasta 450 dólares), pero a partir de junio se registró este nuevo repunte. Los precios actuales de la soja son entre un 25 por ciento y un 30 por ciento más altos que los que teníamos al cierre del año pasado. Si extendemos el horizonte de comparación, estos precios son prácticamente el triple que los que teníamos hace tan solo dos años (200 dólares).

EC - ¿Y si tomamos otros cereales?
PR - En el caso del maíz, también se observa una tendencia de crecimiento muy fuerte, con un salto importante en el correr de junio. A fines de junio el maíz llegó a casi 300 dólares la tonelada. Ahora está en unos 270 dólares, lo que supone una suba de casi 50 por ciento en lo que va de este año y un valor que también triplica los registros que teníamos a mediados de 2006.

EC - ¿Y qué está sucediendo con el arroz? Lo pregunto porque también en este caso las subas son muy fuertes.

PR - Sí. Hace un año, el precio del arroz en Houston (que es una referencia importante del mercado internacional de grano largo como el que produce Uruguay) estaba en 395 dólares la tonelada. En junio promedió 925 dólares, lo que nos marca una suba de 135 por ciento en solo 12 meses.

EC - Para terminar esta serie de cifras, sería bueno que comentaras brevemente la tendencia del trigo, otra materia prima agrícola importante para Uruguay.

PR – El trigo está cotizando en torno de 300 dólares la tonelada. Esa es una cifra muy inferior al máximo de 470 dólares que vimos en marzo pero de todas maneras supone un incremento de 30 por ciento en relación a los niveles de hace un año y de 100 por ciento en relación a los que teníamos hace dos años.

EC - ¿Por qué están subiendo tanto los commodities?

PR - Aquí tenemos una combinación de factores, que hemos mencionado otras veces en el programa. En primer lugar, estamos observando un fuerte crecimiento de la economía mundial, lo cual se traduce en una mayor demanda de alimentos. Esto es particularmente importante en las economías asiáticas, que mantienen tasas de expansión muy fuertes y que están experimentando un incremento muy importante del consumo de alimentos. Por otra parte, el aumento del petróleo constituye una doble presión alcista sobre las materias primas agropecuarias. Por un lado, el petróleo es un insumo clave para la producción y por lo tanto los mayores precios del petróleo impactan en los commodities. Por otro lado, y esto es la parte buena para nuestro país, la posibilidad de producir biocombustibles en base a materias primas agropecuarias genera una demanda adicional por esas materias primas que impulsa los precios al alza; así, sube la soja y el maíz. La soja, puede utilizarse para hacer biodiésel. Y el maíz, es utilizado sobre todo en Estados Unidos para producir etanol. A su vez, como el maíz es insumo para la producción de carnes, sube también la carne.

EC - ¿Y cómo están jugando los problemas económicos en Estados Unidos? Tiempo atrás se esperaba un efecto negativo de la crisis inmobiliaria y financiera en Estados Unidos sobre la economía mundial. ¿Ha cambiado eso?

PR - Por un lado, se está viendo que los efectos adversos en la propia economía de Estados Unidos no serán quizás tan fuertes como se pensaba en un principio.

De todas maneras, a nuestro juicio, existen factores de riesgo cuando pensamos en un horizonte de mediano plazo (por ejemplo de 18 meses). Es probable que la economía mundial se desacelere, en parte por la recesión o estancamiento de Estados Unidos y en parte porque deberíamos observar subas de tasas de interés en muchos países, porque la inflación está subiendo en forma bastante generalizada. Y un elemento más: no deberíamos olvidar el comportamiento negativo que están teniendo las bolsas de valores en las últimas semanas.

EC - ¿Y por qué eso no se traduce en los mercados de commodities?

PR - En parte porque hay factores adicionales. Por ejemplo, si miramos el arroz, varios países exportadores restringieron sus exportaciones para evitar subas mayores de los precios en el mercado interno. Además, en Estados Unidos hubo problemas climáticos (exceso de lluvias) que están afectando las cosechas de maíz y soja. En Argentina está el conflicto con el campo. Eso genera mucha preocupación, por ejemplo, en el mercado de la soja. Argentina es el tercer productor mundial de soja (20 por ciento de la producción mundial) y es el principal exportador de aceite. Entonces, el conflicto con el campo y la suba de las retenciones, impacta negativamente en la oferta mundial y hace subir los precios.

Y por último, el petróleo ha seguido subiendo. En qué medida por factores especulativos que repercuten también en otros commodities es difícil saberlo. En suma, parece que las perspectivas de corto plazo al menos, son de precios firmes de las materias primas.

EC - Con ese marco, pensemos en nuestro país y en particular en la inflación. ¿Qué implica esa perspectiva en materia de tendencia o proyección de la inflación?

PR - A nuestro juicio, la conclusión al menos para el corto plazo (los próximos meses) es que veremos subas adicionales de precios de los alimentos en nuestro país. Los farináceos por ejemplo, van a subir si se mantienen estos precios del trigo. No hablamos de precios internacionales de la carne, pero nuestros precios de exportación están en torno de los 5.000 dólares la tonelada, porque Brasil enfrenta una prohibición casi total de exportar a la Unión Europea y la oferta de Argentina también se retrajo por las restricciones impuestas por el gobierno y por el paro agropecuario. En ese marco, también es probable que veamos aumentos de los precios de la carne. Días atrás, de hecho, se informó un aumento de la media res a las carnicerías de 5 por ciento, que tendrá algún impacto en los precios al público.

Y a esas presiones inflacionarias que seguiremos viendo del frente externo por el lado de los alimentos, se agregan presiones adicionales por el lado de la demanda interna (porque los salarios siguen subiendo a un ritmo fuerte y el gasto público también va a subir de manera importante). También tendremos presiones por el lado de la energía porque el espacio fiscal para seguir evitando trasladar los mayores costos de la energía a las tarifas, se ha reducido y de hecho es probable que el superávit primario termine siendo inferior a la meta de 3 por ciento que se había planteado el gobierno.

EC - Ante ese panorama, ¿qué debería hacer el Banco Central? Te hago la pregunta porque justamente hoy se reúne el Comité de Política Monetaria.

PR - Es cierto y estamos esperando lo que finalmente decida el BCU. Como hemos dicho otras veces, las decisiones de política económica deben tener en cuenta y balancear diversos objetivos. En estas circunstancias, la trayectoria de la inflación está por encima de la meta y entonces parece lógico pensar en una política monetaria más contractiva. Eso supone por otro lado, aceptar que pueda haber una mayor apreciación de la moneda (una caída adicional del tipo de cambio).

El balance entre esos objetivos es decisión del gobierno. Sin embargo, a nuestro juicio, el riesgo de que la inflación siga aumentando es apreciable. Nuestras proyecciones de inflación subyacente (para dejar de lado las frutas y verduras, que están siendo muy volátiles, y los precios administrados que dependen más de decisiones discrecionales del gobierno) marcan que los precios estarán subiendo más de 8 por ciento anual en los próximos 18 meses. El comportamiento del IPC dependerá también de decisiones de tarifas y del comportamiento de frutas y verduras, pero en principio pensamos que la inflación estará al cierre de este año por encima de 8 por ciento y que en los próximos 12 meses podríamos ver algún registro del orden de 9 por ciento en términos anuales. Esto marca que las presiones inflacionarias son persistentes. Tenemos actualmente niveles de inflación que no son sustancialmente más bajos que los que vimos el año pasado. La inflación subyacente actual es mayor que la que teníamos hace un año y en el transcurso de este año el gobierno aplicó un importante volumen de recursos fiscales para contener las subas de tarifas. En ese marco, nosotros esperaríamos anuncios de una mayor restricción monetaria.