El director nacional de Energía, Ramón Méndez, explicó que la apuesta por el gas "se perdió" y ejemplificó con la inversión de 200 millones de dólares en un gasoducto con Argentina, que nunca u

Méndez: "Ha sido un desastre el tema del gas en el país"

Méndez: "Ha sido un desastre el tema del gas en el país"

Las detracciones en la exportación de gas dispuestas por Argentina obligan a una suba de precio en Uruguay, que aunque se anunció que sería del 100%, por un "esfuerzo" de las empresas Gaseba y Conecta –unido a un apoyo financiero del gobierno- será diferencial, e incluirá aumentos de entre el 10% y el 30% en la factura para los clientes. El director nacional de Energía, Ramón Méndez, explicó que la apuesta por el gas "se perdió" y ejemplificó con la inversión de 200 millones de dólares en un gasoducto con Argentina, que nunca utilizó ni el 5% de su capacidad. "Ha sido un desastre el tema del gas en el país", sentenció.

(Emitido a las 8.56)

EMILIANO COTELO:
Desde hoy rige un nuevo aumento en el precio del gas por cañería, debido a una suba adicional que el gobierno argentino dispuso el mes pasado para las retenciones a las exportaciones de gas.

De todos modos, Gaseba y Conecta acordaron con las autoridades uruguayas que absorberían una parte del aumento de los costos.

Igual, con este segundo incremento debido al aumento de detracciones argentinas, tanto los consumidores familiares como las industrias empiezan a cuestionar la viabilidad del gas natural como combustible, sobre todo en la medida en que sigamos teniendo un único proveedor, como ocurre desde hace tiempo.

¿Cómo responde el gobierno a esas inquietudes? ¿Traeremos nuestro propio barco regasificador para poder importar cuanto antes gas de otras partes del mundo? ¿En qué quedó el proyecto para construir una planta regasificadora en asociación con Argentina? Y, más allá del gas, ¿hacia qué otras opciones se diversificará a corto y mediano plazo la matriz energética uruguaya?

De estos temas y otros, por ejemplo los colgados a la red de energía eléctrica, vamos a conversar con el director nacional de Energía y Tecnología Nuclear del Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), el doctor en Física Ramón Méndez.

***

EC - El mes pasado Argentina subió más de 100% las retenciones a las exportaciones de gas.

RAMÓN MÉNDEZ GALAIN:
Las pasó de 7 a 17%.

EC - Hablamos con usted apenas se conoció el impacto que esa medida iba a tener en Uruguay. En aquella entrevista usted señalaba que para Uruguay esto implicaba un aumento de 50% para la tarifa residencial y de casi 100% para la tarifa a las empresas. Sin embargo, el incremento fue menor y, además, diferenciado según el tamaño de los consumidores. ¿Cómo es esto? ¿Cuánto subirá cada uno de los dos precios?

RMG - En el sector residencial hay dos tipos de consumidores, los que consumen poco gas, esencialmente para cocinar, que consumen hasta 80 metros cúbicos de gas por mes, esos son la primera franja y para ellos solamente va a subir 10% la tarifa de gas; se logró esa posibilidad conversando con las empresas. Y aquellos que consuman más gas en su residencia van a tener un aumento de tarifa de entre 10 y 30% en la factura; no es el aumento del precio del gas sino el aumento final, cuánto más tiene que pagar en su cuenta a fin de mes cada persona, suponiendo que consume lo mismo.

EC - ¿Cómo se logró esa atenuación de la suba?

RMG - Con mucho trabajo y mucho esfuerzo. Por un lado, el gobierno sigue buscando una forma de contribuir a este esfuerzo de las empresas, pero es un esfuerzo financiero.

El barco regasificador que hay en Argentina, que lleva las detracciones a valores tan altos, supuestamente va a estar en la región solamente por un mes más, por lo tanto es posible trasladar un poco en el tiempo estos aumentos, diluirlos un poco. Y con un esfuerzo financiero se pudo lograr.

EC - Recordemos que el aumento en las retenciones a las exportaciones de gas se dio porque el gobierno argentino pasó a tomar como referencia el gas proveniente de ese barco regasificador, que es más caro que el gas proveniente de Bolivia que manejaba Argentina hasta hace un tiempo.

RMG - Sobre todo es un barco que entra con lo que se llama el precio spot. Como es un gas natural licuado que estaba previsto para otro mercado, al desviarse hacia Argentina se paga un sobrecosto que estamos pagando nosotros.

EC - ¿Qué hay que entender? ¿Que en este ajuste, que es menor que lo que pudo haber sido, son las empresas las que hacen el esfuerzo, Gaseba y Conecta?

RMG - Hoy son las empresas, con un compromiso del gobierno de ver si puede contribuir de alguna forma.

EC – O sea que aquí no hay bajas de impuestos.

RMG - Estamos trabajando en eso.

EC - Si entiendo bien lo que usted dice, si después cabe la posibilidad de que haya rebajas de impuestos resueltas por el gobierno, ¿va a haber una nueva caída de la tarifa?

RMG - No está resuelto, pero seguramente el gas se va a mantener en un precio más alto por menos tiempo.

EC - La empresa Petrobras, que es la propietaria de Conecta y de Gaseba, viene ya perdiendo dinero este año. Según los números que han manejado sus directivos, ha perdido 3 millones de dólares y por lo visto ahora va a perder un poco más. ¿Cómo se atiende esa situación en particular?

RMG - Eso es lo que afirma la empresa, nosotros no manejamos los números de la empresa. Nuestra preocupación es, por un lado, los 45.000 usuarios que han apostado al gas en este país, a los que les cuesta cambiar de un momento a otro su fuente energética. Y por otro, los varios cientos de trabajadores de estas empresas, que en el caso de que el negocio del gas se muera en el país, van a sufrir las consecuencias.

EC - ¿Qué pasa con la tarifa para las industrias? Porque también hay industrias que en su momento se jugaron al gas para sus procesos.

RMG - Tal vez podamos hacer un pequeñísimo panorama global del problema del gas. El gas surgió con fuerza en el país hace relativamente pocos años con una apuesta que se hizo a que Argentina iba a ser un proveedor eterno de gas natural. Esa apuesta se perdió, se invirtieron cerca de 200 millones de dólares en un gasoducto que nos une con Argentina, por el que nunca pasó más del 5% de la capacidad para la cual había sido proyectado. Y hay otros dos gasoductos en el litoral que nunca fueron utilizados; uno de ellos ni siquiera se cerró de manera adecuada y está en un proceso de deterioro muy avanzado. Todavía UTE y Ancap siguen pagando 5 millones de dólares al año por un gas que nunca pudieron utilizar, porque así fueron los contratos, ha sido un desastre el tema del gas en el país. Y en particular hay una cantidad de industrias que se habían jugado a eso.

Por suerte la mayoría de las industrias ha podido cambiarse hacia otro tipo de energéticos. Son pocas las empresas que dependen del gas. De hecho, de manera importante hay una sola, de la que se habla mucho, que es Metzen y Sena, con la cual trabajamos de manera independiente; estamos trabajando intensamente desde la Dirección de Energía, desde la Dirección de Industria, desde el Ministerio de Economía, para construir una solución con ellos.

EC - ¿Cómo es eso de construir una solución a la medida de una empresa?

RMG - Cada empresa es un mundo, cada empresa tiene sus particularidades productivas y particularidades en sus necesidades y por lo tanto en el tema de la energía. Se está trabajando con la empresa para ver de qué manera el proyecto de desarrollo empresarial y el proyecto de desarrollo energético del país coinciden para que la empresa siga funcionando.

EC - No entendí. ¿Qué quiere decir? ¿Puede llevarlo a términos más concretos?

RMG - En este momento la empresa tiene una dificultad financiera importante, debido a que el costo de la energía -que para ellos es central-, el precio del gas, se ha disparado absolutamente. Hoy Metzen y Sena paga por gas 10 veces de lo que paga una competidora suya en Argentina por ese mismo gas, lo que muestra hasta qué punto pierde competitividad. Esto es una situación coyuntural y un cambio de su matriz energética implicaría un cambio de sus condiciones económicas como empresa. Entonces desde el gobierno estamos mirando con ellos cuál es su futuro como empresa para ver si es posible ayudarla a que pase este trago amargo y seguir funcionando en el futuro. Cuáles son las soluciones precisas, como estamos trabajando en ellas por ahora no puedo decir más que eso. No sé si fui un poco más claro.

EC - Un poco más.

RMG - En un contexto de discusión de soluciones, adelantar las posibilidades nunca es bueno.

EC - La tarifa de gas para uso industrial también aumenta hoy.

RMG - Sí, también aumenta hoy.

EC - ¿De qué orden es ese aumento?

RMG - Depende del consumo, se va a pasar a la tarifa de gas 100% el aumento argentino.

EC - ¿El gobierno no estuvo lento en el manejo de este nuevo episodio de aumento de las detracciones en Argentina? Se lo consulto a partir de declaraciones que hizo el presidente de la Asociación de Grandes Consumidores de Energía, José Luis Pou. Leo una nota de El País del 22 de julio:

"Cuando se conocieron los decretos sobre la suba en las detracciones en las exportaciones de gas, la plana mayor de los grandes consumidores se reunió con funcionarios de la Dirección Nacional de Energía. En esa oportunidad Pou hizo notar a los funcionarios que cuando entrara en funcionamiento el barco regasificador habría una suba sustancial en el costo de las importaciones. En ese momento, en el MIEM existían dudas sobre si Argentina incluiría a Uruguay en ese ajuste. ‘En ese momento no se tomaron precauciones y ahora se reacciona tarde, para nosotros no es una sorpresa lo que pasó’, dijo Pou".

RMG - Son muy divertidas las declaraciones de José Luis Pou. No tiene ningún fundamento.

EC - ¿Por qué dice que son divertidas las declaraciones de Pou? Usted ha tenido más de un tiroteo en estos días con él.

RMG - Tenemos un muy buen vínculo y de ninguna forma tiroteo. Tenemos diferencias profundas, él tiene una concepción de la energía con base en una concepción económica completamente diferente de la que tiene este gobierno, y eso se manifiesta con una gran cordialidad.

Lo divertido en este caso es que diga que nos había advertido lo que iba a pasar y que nosotros no lo sabíamos o no lo tuvimos en cuenta. Desde hace por lo menos dos años se viene trabajando en este tema de las retenciones, mucho antes de que yo llegara a la Dirección de Energía. Desde que se comenzaron a anunciar las noticias sobre este tema comenzaron los diálogos, los diálogos fluidos y permanentes que había con las autoridades de Argentina se centraron también en estos temas y en el tema del barco regasificador. Hace por lo menos tres o cuatro meses que venimos conversando con Argentina sobre la posibilidad de que ingresara un barco regasificador en Bahía Blanca, no precisamos que Pou nos advirtiera nada porque lo teníamos perfectamente claro.

EC - Pou señala que les advirtió que cuando entrara en funcionamiento ese barco regasificador las retenciones a la exportación de gas iban a subir en función del precio de ese gas.

RMG - Lo teníamos clarísimo desde el principio, alcanzaba con leer el decreto de Argentina que decía que las retenciones son el precio más caro que paga Argentina por la importación de gas. Si entraba un barco regasificador era evidente que iba a pasar eso. Lo que sucede es que desde el comienzo, desde antes de que Uruguay se enterara de este decreto que colocaba las retenciones, las autoridades argentinas llamaron a las autoridades uruguayas, a nuestro ministro, para decirle: "Miren que esto no es para ustedes, esto es una cuestión que viene de Economía, pero vamos a buscarle la vuelta para que no se aplique a ustedes".

EC - Ustedes habían recibido esa tranquilidad de las autoridades energéticas de Argentina.

RMG - Permanentemente, y así se lo trasmitimos a los grandes consumidores, a José Luis Pou y a todos aquellos con quienes tuvimos diálogo en el país preocupados por esta situación. Permanentemente y durante meses nos dijeron, y me consta que hicieron los mayores esfuerzos para que esto no se aplicara.

Recuerdo que en total les llevé nueve soluciones posibles a nuestros colegas argentinos, nueve formas en que ellos podían hacer zafar a Uruguay: por los tratados que tenemos firmados, por diferentes tipos de acuerdos comerciales, por el Mercosur, por el bajo consumo de Uruguay, por el hecho de que el gas natural licuado no es un gas natural sino que es licuado... Diferentes formas de zafar: un plan A, un plan B, un plan C, un plan D.

Por eso me resulta cómico que José Luis Pou diga "ya les habíamos advertido". Nos había advertido de algo que ya sabíamos y en lo que estamos trabajando intensamente.

EC - Lo que usted acaba de relatar, esto de que las autoridades energéticas argentinas les daban a las autoridades uruguayas tranquilidad en cuanto a que no iba a aplicarse ese aumento de las retenciones y después eso no se cumplió, esa ida y esa vuelta, es una perlita más que se agrega a ese largo collar de desencuentros que lleva a replantearse qué hacemos con el gas, sobre todo qué hacemos con esa dependencia absoluta en gas natural que tenemos de la República Argentina.

***

EC - ¿Qué está haciendo el gobierno para que una situación como la que acaba de darse ahora, con estos aumentos abruptos del precio del gas proveniente de Argentina, no vuelva a ocurrir el invierno que viene? Porque Argentina sigue teniendo sus problemas de abastecimiento, su propia producción no le da ni para abastecer su consumo, y mucho menos para abastecer sus compromisos de exportación. Va a pasar lo mismo, va a venir otra vez el barco regasificador a Bahía Blanca, va a volver a subir la retención, va a venir este sacudón en la tarifa de Uruguay. Hay un año de plazo, ¿cómo se está manejando esto?

RMG - Todo este tema del gas muestra la debilidad que tiene un país cuando depende de una sola fuente, de un solo proveedor, y por lo tanto muestra la necesidad imperiosa de que la matriz energética sea diversificada, que dependa no solamente de varias fuentes sino fundamentalmente de varios proveedores. Con el petróleo no tenemos ese problema: está el problema gravísimo de que el precio sube, pero hay una diversidad de proveedores en el mundo y en cada momento se compra lo más conveniente. Con el gas no teníamos esa posibilidad, y ese fue el peor de los negocios en el asunto del gas, el peor de los temas en este negocio es depender de una única fuente; no se puede zafar de una única fuente de la noche a la mañana ni de un año para otro. Desde hace más de dos años venimos trabajando en la posibilidad de tener una planta regasificadora en nuestro territorio.

EC - Recordemos qué es una planta regasificadora.

RMG - Una planta regasificadora es una especie de gran válvula, como la válvula de la garrafa de supergás, que transforma el gas líquido que está dentro de la garrafa en gas. Es básicamente lo mismo pero con gas natural. El gas natural, que se produce en una cantidad de países en el mundo, por ejemplo Argentina, Qatar, Rusia y varios países, se licúa en origen, se mete en enormes barcos que lo trasladan a destino y en destino se regasifica, se vuelve a transformar en gas.

Esa es una forma de liberarse del contexto regional, porque el gas natural licuado es un commodity que se puede ir a buscar al país del mundo donde se consiga a mejor precio, con las mejores condiciones en cada momento, igual que el petróleo, y luego se regasifica en nuestro país.

EC - Una pregunta obvia e inmediata: teniendo en cuenta todo lo que tiene que pasarle a ese gas para que llegue desde Qatar a Uruguay, por ejemplo, ¿igual tiene un precio competitivo?

RMG - El precio del gas natural depende de cada región, normalmente depende de los gasoductos y por lo tanto de la oferta y la demanda que exista en cada región del mundo. No sale lo mismo en la zona de Japón que en nuestro país. El costo por millón de BTU de gasificar, enviar por barco y regasificar sale entre 2 y 3 dólares. Si uno toma el precio Henry Hub, que es el precio internacional del gas, son alrededor de 9 dólares; el gas estaría a 12 dólares en este momento. Ese es el precio del gas natural en el mundo hoy, entre 10 y 12 dólares. Eso es lo que cuesta, no cuesta 2 dólares como en Argentina porque está totalmente subsidiado, ni cuesta los 20 y pico de dólares a los que está entrando a nuestro país hoy. Es un precio intermedio, es el precio real del gas en el mundo.

Estamos trabajando para tener gas en abundancia, para garantizar el abastecimiento, y a un precio que no es ni aquel al que estábamos acostumbrados ni el que estamos pagando hoy.

EC - Pero se estaba trabajando en un proyecto de planta regasificadora a instalarse en territorio uruguayo cofinanciado con Argentina, con la idea de producir gas a partir de gas licuado con destino a los dos países, Uruguay y Argentina.

RMG – Claro, porque es una inversión enorme, son cientos de millones de dólares...

EC - ¿Sigue siendo viable ese proyecto, teniendo en cuenta todos estos roces con Argentina?

RMG - Totalmente, hay roces con Argentina, pero sigue funcionando el intercambio energético perfectamente, Salto Grande funciona tremendamente bien y todo el intercambio eléctrico funciona muy bien.

Los vecinos son los vecinos que tenemos y algunas cosas no son como nos gustarían, pero tenemos un diálogo fenomenal y en el asunto de la planta de regasificación ellos nos precisan a nosotros tanto como nosotros los precisamos a ellos. Ellos nos precisan porque un barco metanero, un barco que traiga gas natural licuado no puede llegar al puerto de Buenos Aires por un problema de calado, y para el barco que llega a Bahía Blanca no hay suficiente capacidad de transporte de gas hasta el centro de consumo, que es la Capital Federal. Una planta en Montevideo para ellos significa la posibilidad de tener un gasoducto que ya está construido –esa es otra de las ventajas, rentabilizar la inversión que tenemos en el gasoducto, esos 200 millones de dólares que tenemos enterrados ahí–. Para Argentina es interesante instalar la planta en territorio uruguayo. Y para nosotros es más interesante todavía, porque si quisiéramos repagar una planta solamente con consumo uruguayo jamás lo lograríamos, la planta tiene que procesar por lo menos entre 8 y 10 millones de metros cúbicos diarios, y nosotros consumimos menos de 1 millón de metros cúbicos diarios.

EC - El proyecto sigue vigente.

RMG - Absolutamente.

EC - ¿Con qué plazos?

RMG - Una planta de regasificación se construye en mucho tiempo, no menos de cinco o seis años. Y además, como hay tanta demanda, porque este mismo problema que tiene Uruguay lo tienen otros países, los proveedores de plantas demoran mucho tiempo en entregar una planta funcionando. La buena noticia es que el proceso sigue perfectamente su rumbo, hay procesos de consultoría que están terminando en este momento, se está decidiendo cuál es la tecnología, cuál es la ubicación más adecuada, diferentes variables económicas. Y cuando se hizo el llamado a expresiones de interés a proveedores de gas natural licuado y a empresas que fabrican y operan plantas, se presentaron los principales operadores del mundo.

EC - Usted dice que la buena noticia es que el proyecto sigue vigente. Pero la "mala" es que implica un plazo de por lo menos cinco años.

RMG - Los cambios en materia energética no se logran de un año para el otro.

EC - ¿Y qué hacemos el año que viene?, ¿qué hacemos el invierno que viene con el problema del gas caro proveniente de Argentina?

RMG - Para el corto plazo estamos trabajando –el corto plazo es un año y pico o dos años, menos que eso es imposible– en la posibilidad de tener nuestro propio barco regasificador.

EC – O sea que Uruguay traiga un barco regasificador para cubrir la demanda en el pico del invierno.

RMG - No solamente, para cubrir toda nuestra demanda. Cambiaría completamente la ecuación del gas en nuestro país porque podríamos, primero, tener mucho más gas, con lo cual los costos de distribución bajarían, porque al tener mayor abastecimiento podríamos llegar a más hogares o a más industrias, y por lo tanto los costos fijos del sistema se repartirían entre mayor cantidad de usuarios.

Venimos trabajando desde hace bastante tiempo en la estrategia del barco regasificador; la dificultad es que el puerto de Montevideo no tiene las características técnicas como para introducir un barco de este tipo.

EC - ¿Entonces?

RMG - Estamos buscando soluciones tecnológicas adecuadas, estamos muy avanzados, hay algunas que podrían funcionar.

EC - ¿Buscando otro puerto para que el barco recale?

RMG - No, es imposible, tiene que ser en el puerto de Montevideo, en la zona de Montevideo. Creemos haber encontrado una solución; vendrá el momento de tratar de vender toda esa producción de gas, porque con el mercadito nuestro no es suficiente para garantizar el repago de ese barco. Hay que conseguir contratos interesantes de gas a buen precio, hay una cantidad de pasos para dar, hay que terminar de liquidar si la opción tecnológica que vimos es 100% adecuada, segura, económica. Estamos trabajando en eso. Desde ya lo digo: no va a estar pronto para el próximo invierno, es muy difícil que esté pronto para el próximo invierno.

EC - El próximo invierno vamos a estar otra vez con las vicisitudes de este año.

RMG - Muy probablemente; la necesidad que se ve en todo este proceso es la consecuencia que estamos pagando de que en nuestro país no hubiera una tradición muy centrada de prospectiva tecnológica y de proyectos tecnológicos a largo plazo. El largo plazo para nuestro país son dos, tres, cuatro años, y eso en términos energéticos es la coyuntura; dos, tres, cuatro años es coyuntura, el corto plazo son cinco o seis años. Todo este proceso desnuda la necesidad imperiosa que tiene el país de hacer prospectiva y de tener un proyecto energético de acá a 2030, que es lo que estamos construyendo, en paralelo con apagar incendios y resolver la coyuntura.

***

EC - Cuando usted decía que para el invierno próximo no hay solución, que el barco regasificador como solución intermedia no estaría pronto para el invierno próximo, me quedé pensando en Conecta y Gaseba, empresas pertenecientes a Petrobras, que ven muy comprometido su funcionamiento, su operativa.

RMG - Son empresas que apuestan al largo plazo, igual que un gobierno serio.

EC - Porque al mismo tiempo continúan desarrollando inversiones, renovación de la red, etcétera. ¿Cómo se entiende esto?

RMG - Era tan vetusta la red, había tal atraso en inversiones en la red de gas de nuestro país, que con lo que dejan de perder por fugas pagan muy rápidamente las inversiones en mejora de cañerías.

EC - Un oyente pregunta: "Si tendremos barco regasificador, ¿para qué queremos la planta regasificadora?" Son dos cosas distintas.

RMG – Sí, primero, con el barco uno no logra tan buenos precios como con la planta. Tampoco es posible mantener un barco mucho tiempo anclado. En el fondo es la diferencia entre alquilar y ser propietario. Cuando uno alquila siempre paga más sobrecosto, las condiciones no son las mismas, los precios no son los mismos.

EC - El barco regasificador es una herramienta a la que se recurriría durante tres o cuatro años, mientras se construye la planta regasificadora.

RMG - Es lo más probable.

***

EC - El viernes de la semana pasada llamó mucho la atención este titular del diario Últimas Noticias: "Pagarán para que no roben más luz y pasen a la formalidad". Se tratan de una estrategia de inclusión social del MIEM y el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) que se aplicará en sectores marginales.

¿Qué comentarios tiene usted para formular sobre este adelanto? La nota aclaraba que el asunto estaba todavía en etapas muy preliminares, pero apuntaba a un problema serio: el robo de energía eléctrica, y en especial el robo por parte de los sectores más pobres de la población.

RMG - Este es un problema típico de mezcla de dos problemas diferentes, se mezcla el agua con el aceite y da una mezcla explosiva. Ahí sumaron 1 más 1 y les dio 48, sumaron dos problemas diferentes, separados, tendiendo a problemas diferentes y les dio una mezcla, un título que es absolutamente disparatado.

Se juntan dos problemas. Por un lado está el problema de los colgados, el problema de gente que roba electricidad, que es un problema de delincuencia. Está claro que tiene una cantidad de consecuencias económicas, problemas de seguridad, porque por lo general esos robos se hacen en condiciones muy malas y por lo tanto hay grandes riesgos de accidentes, de incendios, etcétera. La energía se usa de manera completamente ineficiente, porque si uno roba no se preocupa por cuidarla como cuando la tiene que pagar. Hay una cantidad de dificultades que están puestas en juego para la sociedad en su conjunto y para las propias personas involucradas en ese robo de electricidad que son los colgados.

Por otro lado hay otro problema diferente, que es el problema de la gente humilde que tiene dificultades para acceder a la energía. Son dos problemas diferentes, que muchas veces se juntan, porque en Uruguay tenemos ese reflejo de unir delincuencia con pobreza. Pero son dos problemas completamente independientes que involucran a poblaciones diferentes. Hay gente que se cuelga que es muy humilde, que tiene muchas dificultades para acceder a la energía y elige ese camino. Hay otra gente, mucha gente, incluso más gente, que se cuelga porque elige colgarse, porque prefiere gastarse la plata en otras cosas. En realidad son ladrones lisos y llanos.

Por otro lado, entre la gente que tiene dificultades para acceder a la energía, entre la gente más humilde, hay gente que elige como solución colgarse, pero hay otra gente que con muchísimo esfuerzo tal vez camina 40 cuadras para llegar al trabajo, no se compra nunca ropa porque se la regalan los amigos o la consigue de algún lado, pero puntualmente paga sus tarifas públicas. Entonces mezclar el problema de los colgados con el problema de la gente humilde es mezclar el agua con el aceite, son dos problemas diferentes, que ocupan a poblaciones diferentes y que exigen por lo tanto soluciones diferentes.

EC - De todos modos, estamos hablando de colgados en ambos casos.

RMG - No, no son "ambos casos", entre la gente que tiene problemas para acceder a la energía hay mucha gente que no se cuelga y que paga muy puntualmente sus tarifas, que hace enormes esfuerzos pero no elige delinquir, elige hacer otra cosa, elige estar dentro de la formalidad que plantea el país. Entonces, sería dramático que esa idea de Últimas Noticias fuera cierta, el mensaje sería: "Roben, es lo mejor, porque después va a venir el Estado y les va a pagar, porque si están robando quiere decir que precisan".

EC - Pero ¿se está manejando la posibilidad de pagarle a un sector de la población, el que se cuelga de la red porque no tiene más remedio?

RMG - No, se está manejando como posibilidad ayudar a la gente que tiene tremendas dificultades para acceder a la energía, encontrar la forma de que acceda de manera adecuada.

No entiendo cuál es el problema, el acceso a la energía debería ser considerado un derecho humano fundamental, cuando la gente no tiene energía de calidad o mínima cantidad en el mundo en que vivimos hoy tiene riesgo de morirse, tiene dificultades para cocinar, para calefaccionarse. Es un derecho humano el derecho a la energía. ¿Por qué nadie pone el grito en el cielo si se dice que se va a abrir un nuevo hospital? El conjunto de la sociedad subsidia, financia, colabora con la salud de los más debilitados porque la salud es un derecho fundamental. ¿Por qué nadie pone el grito en el cielo si se dice que se van a abrir escuelas públicas? Porque la educación es un derecho humano fundamental. Pero si se dice que se está pensando en alguna canasta básica, en ayudar de alguna forma –que no necesariamente es un subsidio, el subsidio es una opción– a la gente más humilde a tener energía de calidad, enseguida se mezcla con el tema de los colgados, con un tema que es un delito y que no tiene nada que ver.

Es como si se dijera: hay un problema de robo a las farmacias, delincuencia; hay otro problema de gente humilde que no tiene capacidad para acceder a la atención de salud. Entonces si el gobierno decide abrir una policlínica en un barrio carenciado, donde entre otras cosas algunos medicamentos se darían gratis, el titular del diario sería: "Abren policlínica para resolver el tema de los robos a las farmacias". Es ese el nivel de disparate que se diga que se está pensando en la canasta básica de los sectores más necesitados y eso se relacione con el tema de los colgados.

EC - Pero se está pensando en alguna forma de subsidio para atender las necesidades de acceso a la electricidad de la población que vive en asentamientos.

RMG - No necesariamente la gente que vive en asentamientos, sino la gente que tiene dificultades para acceder a la energía, que son cosas diferentes. Y la forma como accede a la energía. Si un gobierno que está preocupado por los más débiles, como este, no se preocupa por que hay un sector de la población que no puede acceder adecuadamente a la energía, no está cumpliendo con su declaración general.

Naturalmente tenemos que preocuparnos, tenemos planes y estamos juntándonos con el Mides, con UTE, con Ancap, para ver de qué manera garantizar una canasta básica energética para los sectores sociales más humildes.

EC - Mire lo que dice este oyente, Fernando, de Colón: "Yo trabajo en zonas de asentamientos, y veo todos los días cómo estas personas que utilizan electricidad sin pagar por ella dejan las luces encendidas cuando ya no es necesario. No es pobreza, es ser antisocial".

RMG - Estoy absolutamente de acuerdo. Lo primero que hay que hacer, si uno quiere preocuparse por los sectores que hacen un mal uso de la energía, es dar información, educación. Es central, en este tema más que en cualquier otro. La posibilidad de acceder a formas de energía racional y no de cualquier manera.

Por ejemplo, sería mucho más interesante ayudar a que accedan a una estufa de supergás o a una cocina de supergás, aunque sea a la garrafa de 3 kilos, como forma de acceder a una energía mucho más adecuada para esa necesidad, que recurrir a otra forma completamente inadecuada. Incluso hay gente que no roba sino que paga su tarifa de electricidad, no sabe que sería mucho más eficiente y gastaría muchísimo menos dinero, la mitad de la plata, si usara una quematutti para calefaccionarse. Es muy barato, no una estufa de hogar abierto con fueguito, esas que nos gustan, eso es lindo pero no es eficiente. Una quematutti es muy eficiente.

En el plano de la información y de la necesidad de que pague, que tenga compromiso de pagar, ahí se juega todo un partido, porque no se roba, no se plantea la posibilidad de robar, no se hace un uso irracional de la energía y se usan los energéticos más adecuados y más baratos de acuerdo con las necesidades.

EC - ¿Cuándo se va a aplicar ese plan?

RMG - Estamos trabajando, obviamente queremos que esté pronto antes de que termine este gobierno. Estamos trabajando intensamente a través de planes piloto o lo que sea, en algo que tiene que ser una preocupación de cualquier gobierno, todos los uruguayos tenemos derecho a acceder a energía de una mínima calidad. Así como tenemos derecho a acceder a educación, a seguridad o a salud con una mínima calidad.

EC - Después viene el debate a propósito de "a cambio de ese subsidio, qué"... un subsidio sin contraprestaciones.

RMG – Ahora, la palabra "subsidio" la usa el periodista, no el entrevistado.

EC - Es una forma técnica de llamarlo.

RMG - No, yo he dicho que hay muchos caminos que hay que caminar antes de llegar eventualmente a la posibilidad del subsidio. Que no nos tiene que asustar el subsidio, los subsidios son algo que utiliza el conjunto de la sociedad cuando una pequeña parte de la población por un cierto tiempo está en una situación de riesgo, cuando llega una inundación, cuando pasa una cosa así. Hay sectores de la población uruguaya a la que las políticas energéticas en algunos momentos y la crisis de 2002 le pasaron por arriba como si fueran un tsunami. Entonces preocuparse por esos sectores sociales, y eventualmente con alguna forma de subsidio –no lo descarto, no deberíamos descartarlo–, no debería asustarnos, es algo que se hace constantemente. Pero atar eso a los colgados y al robo de electricidad es un despropósito.

EC - Mi pregunta era sobre contrapartidas.

RMG - Es central la contrapartida si uno quiere tratar de cambiar eso, la gente del MDS lo sabe mucho mejor que nosotros, que somos absolutamente ignorantes en ese tema. Hay una que es obvia, que si hay algún tipo de ayuda de lo que sea, aunque sea de información, a una persona que tiene una dificultad y se está colgando, no tiene que colgarse nunca más. Pero sobre todo la contrapartida es la información, el compromiso, lograr la inclusión social. No es dar plata, jamás la idea puede ser dar plata para acceder a energía de calidad. Es todo un proyecto para lograr la inclusión social de esa persona a través del tema energético.

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EC - ¿En qué está el proceso para debatir sobre energía atómica en Uruguay sí o no? ¿Hay alguna fecha clave para ese proceso?

RMG - En un par de meses vamos a tener pronto el informe para el presidente, que no va a ser un informe conclusivo, sino simplemente de cuáles son todos los temas que hay que discutir y qué caminos se podrían seguir si quiere comenzar el camino nuclear.

EC - Está el otro tema que usted mencionó la semana pasada, la posibilidad de promover la instalación de molinos generadores de energía eléctrica a partir del viento en los hogares, en las casas o en los edificios.

RMG - De la mano de uno de los ejes centrales de nuestra política energética de acá a 2030, que es impulsar las fuentes autóctonas, impulsar en particular las fuentes renovables y promover la eficiencia energética. En ese marco, pequeños molinos, desconectados de la red. Eso no tiene que ver con la red eléctrica; cuando hay viento la energía sale de ahí y cuando no hay sale de la red eléctrica, sin influir en ella. Lo mismo que paneles solares para calentar agua en la casa. Todo esto forma parte de la política que queremos desarrollar.

EC - ¿Cuándo va a haber paquetes de medidas que incentiven ese tipo de instalaciones?

RMG – Algunos mecanismos de incentivos ya existen y otros se están creando. Está el Fondo de Eficiencia Energética para conseguir préstamos blandos, se consiguieron 2 millones de dólares de una donación del Fondo Mundial para el Medio Ambiente para garantizar préstamos baratos de los bancos. Esa es una forma.

Otra forma mucho más interesante, que está en el Parlamento en este momento, es la Ley de Promoción de la Eficiencia Energética, que prevé los bonos de eficiencia energética, un mecanismo para crear un mercado de eficiencia muy parecido a los bonos de carbono en el mundo.

Con esto habría empresas distribuidoras de energía –UTE, Ancap– que tendrían que promover prácticas de eficiencia energética todos los años, y si no lo lograran tendrían que salir a comprarle a alguien, a Emiliano Cotelo que puso una ventana doble en su casa, un vidrio doble o un panel solar, un molinito de viento, que tuvo alguna estrategia de mejora de la eficiencia. Emiliano Cotelo se hará acreedor a ciertos bonos que podrá vender a UTE para de esa forma financiar indirectamente los cambios de eficiencia energética en el país.

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Documento relacionado: "Líneas estratégicas para la política energética del Uruguay, en los próximos 20 años". Presentación realizada por el director nacional de Energía, Ramón Méndez Galain, en la Sala de Conferencias de la Cámara Mercantil de Productos del País.