Análisis Económico

Crecimiento e inflación en las economías desarrolladas: ¿cómo debemos interpretar las noticias de las últimas semanas?

Análisis económico de Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

(Emitido a las 8:35)

EMILIANO COTELO:

La semana pasada se supo que el PBI de la Zona del Euro se contrajo en el segundo trimestre del año.

Lamentablemente este no es un dato aislado. La demanda interna también está cayendo en Estados Unidos y la semana pasada comentábamos que el PBI de Japón se redujo en el segundo trimestre. Simultáneamente y dificultando la tarea de los bancos centrales, las presiones inflacionarias no parecen estar cediendo. Por el contrario, el jueves se supo que la inflación en Estados Unidos subió a 5,5% anual, mientras que en Europa el aumento de precios ya duplica la meta del Banco Central. Con estos datos sobre la mesa, nos pareció que valía la pena dedicar el espacio de análisis económico a la coyuntura internacional. En seguida, el diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

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Comencemos por las cifras de actividad económica en Europa. ¿De cuánto fue la caída del PBI en la Zona del Euro?

TAMARA SCHANDY:

En términos anualizados, que es la forma en la que habitualmente se expresan las cifras de PBI en los países desarrollados, la economía de la zona del euro se contrajo 0,8% en relación al primer trimestre.

A nivel de los distintos países hay algunas diferencias, pero es importante notar que las tres principales economías, que son Alemania, Francia e Italia, tuvieron una caída del nivel de actividad en el segundo trimestre. En Alemania, en particular, la caída fue bastante importante, de 2% en términos anualizados.

EC - Llama la atención que el PBI esté cayendo en Europa y no en Estados Unidos, que es donde todos solemos ubicar el epicentro de esta crisis.
 
TS - Es verdad, pero recordemos que en Estados Unidos el PBI no cae exclusivamente por la fuerte contribución positiva que está teniendo el sector externo. La demanda interna en Estados Unidos sí está cayendo y lo está haciendo a un ritmo importante. La inversión, por ejemplo, cayó 15% en términos anualizados en el segundo trimestre. Lo que sucede es que como el dólar está muy débil en el mundo, las exportaciones de Estados Unidos crecen mucho y además las importaciones pierden terreno frente a la producción doméstica.

En Europa sucede todo lo contrario. En las últimas semanas el euro mostró cierta retracción, pero hasta hace poco, la cotización del euro frente al dólar estaba cerca de 1,60, que es un valor récord para el euro y también es un valor récord para la moneda europea (si tomamos como referencia lo que era antes el marco alemán). Eso quiere decir que el euro está muy apreciado y, al contrario de lo que sucede en Estados Unidos, eso desalienta las exportaciones y además hace que las importaciones sean baratas, favoreciendo la sustitución de producción nacional por productos importados.

EC - ¿Qué está pasando con la demanda doméstica en Europa?


TS - Las cifras que se conocieron el jueves son preliminares y todavía no tenemos una apertura por componentes de la demanda. Pero hay bastantes indicios de que la demanda doméstica también se estaría debilitando.

EC - ¿Podemos dar algún ejemplo?

TS – Sí, en general hay un deterioro bastante notorio de los indicadores del clima de expectativas. La Comisión Europea hace habitualmente un relevamiento del clima de expectativas entre empresas de diferentes sectores de actividad. Los resultados de ese relevamiento comenzaron a marcar, a partir de mediados del año pasado, un giro de las expectativas y el dato de julio, que es el último disponible, muestra que estamos en terreno netamente negativo en relación a los parámetros históricos (casi 25% por debajo del máximo de junio del año pasado y algo más de 10% por debajo del promedio histórico).

Los indicadores de confianza de los consumidores van en el mismo sentido, con descensos importantes en los últimos meses. Por último, una señal similar nos dan las ventas minoristas, que están cayendo en varias de las economías más grandes, incluyendo a Alemania.

EC - ¿Entonces, podemos hablar de recesión en Europa?

TS - Las cifras son aún preliminares y debemos esperar a tener una mayor apertura de los datos para sacar conclusiones. Pero de un tiempo a esta parte las señales han sido predominantemente negativas. 

EC - ¿Qué rol le cabe al Banco Central Europeo en este contexto de enlentecimiento de la economía? ¿Podríamos ver una baja de tasas en Europa?

TS - El panorama no es sencillo, porque como tú señalabas al inicio, el Banco Central de Europa también enfrenta un panorama de inflación creciente. El jueves se divulgó el dato de inflación de julio, que si bien marcó un descenso en relación a junio, hizo que la medida usual en doce meses se mantuviera en 4% anual (el doble del límite de tolerancia del Banco Central, que es de 2%).

Desde ese punto de vista, no parece haber demasiado espacio para un recorte de tasas. De todas maneras, hay que marcar que los últimos datos de actividad económica tuvieron un impacto bastante visible en las expectativas de mercado en materia de tasas de interés.

EC -  ¿Por qué lo dices?

TS - Recordemos que el Banco Central Europeo subió la tasa en 25 puntos básicos en julio, para tratar de contener las presiones inflacionarias. En ese entonces, los mercados descontaban que quizás hubiera algún otro movimiento al alza en los meses siguientes. Sin embargo, a medida que se fueron conociendo indicadores de actividad más desalentadores, esas expectativas fueron cambiando, y actualmente los contratos a futuro no sólo no reflejan expectativas de nuevas subas sino que incluso parecen estar anticipando alguna baja.

EC - ¿Y cuál es el panorama en Estados Unidos?

TS - En Estados Unidos la inflación también es un problema creciente. El dato de julio marcó un aumento de precios de 0,8% en el mes, que llevó a la medición anual a 5,5%, más del doble que un año atrás. De todas maneras, se espera que la Reserva Federal continúe privilegiando el riesgo de desaceleración económica y que mantenga la tasa de referencia en niveles reducidos, para no exacerbar las dificultades en el sistema financiero. La tasa de interés es negativa en términos reales y los mercados visualizan que eventualmente deberá haber un ajuste al alza, pero según se desprende de los contratos a futuro, ese aumento no sería antes de fin de año.

EC - Para terminar, ¿cómo debemos interpretar la caída del euro que se procesó en las últimas semanas?

TS - Como señalé antes, el valor del euro estaba en niveles extremadamente altos. En general, existía consenso entre los analistas internacionales en torno a que había poco espacio para que la moneda europea se siguiera fortaleciendo y en un horizonte de un año o dos la gran mayoría de los pronósticos apuntaba a una baja.

Ahora, el descenso de las últimas semanas fue quizás más rápido de lo previsto. Ayer el euro cotizaba a 1,47 dólares, cuando hace un mes estaba en 1,59. Una baja de 8% en pocas semanas es un movimiento importante. Siempre es difícil interpretar los vaivenes de los mercados financieros, incluso no puede descartarse que esto se revierta en las próximas semanas porque estamos en un contexto de mucha volatilidad, pero lo cierto es que los elementos que mencionábamos antes probablemente estén jugando un papel en estos movimientos. En la medida en que la economía europea empieza a tener un desempeño inferior al previsto y en la medida en que los mercados comienzan a admitir cierta probabilidad de ajuste a la baja en la tasa de referencia, no debería sorprendernos que las expectativas más pesimistas también se estén reflejando en un debilitamiento de la moneda europea.