Entrevistas

Mosca: si no se contiene el gasto, en el futuro habrá dificultades

Mosca: si no se contiene el gasto, en el futuro habrá dificultades

Luego de cinco años de mantenerse el silencio, el economista y ex ministro Luis Mosca, vuelve al ruedo con críticas y sugerencias para el actual gobierno, y propone discutirlas no sólo desde el punto de vista electoral. Habló de la economía actual, de lo bueno de la coyuntura internacional y aseguró que el gobierno debería ahorrar en momentos de bonanza, para cuando este ciclo termine. "Crecer al 50% en términos reales en un quinquenio" no es algo frecuente, dijo, entonces "si el gasto va creciendo a la par o por encima de ello, puede que en el futuro haya cierto tipo de dificultad". "La economía se va a desenvolver en contextos distintos a los que vimos en los últimos años, esa es la perspectiva", aseguró.

(Emitido a las 8:50)

EMILIANO COTELO:

Cuando dejó el Ministerio de Economía en el año 2000, el economista Luis Mosca se llamó a silencio y desde entonces realizó muy pocas apariciones publicas. Pero aquella actitud comenzó a cambiar en estos últimos meses.

Junto a otros dirigentes colorados creó la "Red Batllista" y poco después puso en marcha la asociación civil "Síntesis", con la que se propone promover coincidencias en los grandes temas nacionales que definirán el perfil del futuro en nuestro país.

¿Por qué está dando esos pasos? ¿Qué papel piensa jugar dentro del Partido Colorado? ¿Cómo ve las perspectivas económicas ahora que se produce el cambio de ministro y Danilo Astori deja su lugar Álvaro García? ¿Cómo observa el escenario económico internacional?

De estos y otros temas vamos a conversar en los próximos minutos con el economista Mosca.

***

EC – Recordemos que usted fue subsecretario de Economía durante el primer gobierno del doctor Sanguinetti, fue ministro en el segundo gobierno de Sanguinetti y hoy ¿en qué está? Hoy se desempeña como asesor de empresas en el área económico-financiera, consultor de organismos internacionales y además es docente. ¿Docente dónde?

LUIS MOSCA:
Hice una experiencia docente en la Udelar, en el curso de postgrado de Finanzas, en materias que de alguna forma tengan conexión con lo que uno está, que es el entorno macroeconómico de la empresa.

EC – Después de mucho tiempo, este año volvimos a entrevistarlo acá En Perspectiva (el 11 de abril precisamente), en un diálogo telefónico breve cuando acababa de presentarse en sociedad el movimiento "Red batllista" (RB) que usted impulsa. ¿Qué es concretamente y qué papel está jugando en la interna actual del Partido Colorado (PC)?

LM - La RB es una agrupación que está conformada por gente proveniente de distintos sectores del Batllismo. Varios de ellos tenían o tuvieron militancia en otros períodos y hacía mucho tiempo que no lo hacían. Es el caso por ejemplo del doctor Daniel Lamas, quien fue legislador y ciertamente de nota en la primera administración que usted señalaba, en el primer período siguiente a la vuelta de la democracia; hacía mucho tiempo que no tenía que era partidaria.

Básicamente hemos procurado lo que toda agrupación se propone, que es tratar de ayudar al partido en un momento de dificultades –que nadie niega–, tratando de participar en las distintas instancias... en la próxima, que será la atinente al debate doctrinario, en la instancia electoral, en fin, allí donde creemos que el partido requiere de nuestro apoyo.

EC – ¿Ha seguido trabajando la RB desde abril hasta ahora?

LM – Ha seguido trabajando y lo más interesante es que hay mucha gente de la que participó en las últimas elecciones juveniles que se ha arrimado. Con ellos estamos manteniendo un contacto muy fluido y discutiendo la manera de encarar instancias próximas.

EC – Otros nombres que lo acompañan allí, por ejemplo, además del ex diputado Daniel Lamas, son el director del servicio de Oncología Pediátrica del Pereira Rossell, Luis Alberto "Ney" Castillo, el economista y ex técnico de la OPP, Tabaré Vera, ¿quién más?

LM – El ex intendente de Montevideo Julio Iglesias, el ex ministro de Salud Pública Raúl Bustos. Después hay muchos dirigentes jóvenes que también han estado. Hay un vínculo con gente que participó en la administración pasada en el Banco Central y en algunos otros entes.

EC – ¿Y electoralmente cómo juega? Porque hoy el PC tiene tres precandidatos presidenciales oficialmente proclamados, que son Pedro Bordaberry de Vamos Uruguay, José Amorín del Batllismo del siglo XXI y Luis Hierro por el Foro Batllista. Por el lado desde la 15 también insiste en que se va postular Martín Aguirrezabala. ¿La RB se alinea con alguno de ellos?

LM – La RB no tiene posición tomada en términos de precandidaturas presidenciales, es un tema que recién se ha comenzado a discutir. Más bien lo que se estaba haciendo era trabajar con un poco más de énfasis en instancias de carácter programático. Además había otros proyectos que usted acaba de mencionar, que no son directamente parte de la estructura política de la agrupación, pero que también demandaban el esfuerzo de alguno de nuestros distinguidos amigos.

EC – ¿Pero usted es un hombre de reserva para eventuales acuerdos en esa interna del PC? En algún momento surgió la especulación de que usted podría ser el candidato que unificara a el FB, la lista 15 y otros sectores con impronta batllista, para competir después con Pedro Bordaberry en la interna. ¿Cómo ve eso?

LM – En algún momento alguien pudo plantear eso, pero no se planteó en forma sostenida... alguna idea sobre el particular pudo haber existido. Yo soy un hombre de partido y creo que en estas cosas todos debemos ser coincidentes en que de acuerdo a perfiles y características, lo más importante es que cada uno dé en el ámbito de acción en que se crea más capacitado.

Es evidente que en el caso personal nunca he tenido participación en instancias electorales más que como integrante de cuadros que tuvieran incidencia en aspectos programáticos, pero no directamente abocado al frente electoral. En ese caso es bien claro lo que uno ha marcado y lo que se siente vocacionalmente en condiciones de hacer.

EC – Eso quiere decir que descarta cualquier posibilidad de ese tipo.

LM – En el plano electoral, en los términos en que usted me lo plantea, como un posible precandidato sí, eso está absolutamente descartado.

***

EC – Yo decía en la introducción que paralelamente a esa iniciativa política o político-partidaria usted estaba preparando otro ámbito, esta vez en el terreno académico: una ONG llamada "Síntesis", que inició sus actividades el 28 de julio. ¿Qué es concretamente?

LM – En realidad no es estrictamente en el plano académico, sino en el plano de las ideas. Es una asociación civil que se propone reflexionar entre personalidades de distintas vertientes del pensamiento, en procura de posibles entendimientos en aspectos que uno considera decisivos. Este es un país que lamentablemente sigue fracturado en términos de ideas y cuando uno ve el debate que ocupa el día a día y cuál es el tipo de problemas que hay, se da cuenta que hace falta claramente una síntesis.

Además han transcurrido gobiernos de distinto signo: antes había un supuesto modelo alternativo, durante el cual la izquierda preconizaba que era la felicidad aquí, ahora, en forma irrestricta. Pero tuvieron cinco años de administración y el gobierno de izquierda debe haber también tomado recaudos del tipo de dificultades que plantea administrar la realidad y este es el momento o la circunstancia propicia para hacerlo.

Y me remito simplemente a los titulares de los últimos días: la economía uruguaya este año va a crecer un 8% por lo menos, de acuerdo a los indicadores de anticipo; hemos tenido un quinquenio –si tomamos el último año del gobierno colorado- de gran crecimiento; al cierre del 2008 vamos a tener un quinquenio en el que la actividad creció o va a crecer en el Uruguay entre un 48% y 48 y fracción en términos reales, y el Producto Bruto Interno medido en dólares casi se triplica o se va a triplicar con respecto al de cinco años antes. Entonces evidentemente tenemos que estar en un momento fantástico, de estímulo, estamos en un lugar donde las cosas deberían estar funcionando bien y resulta que todos nos vemos sacudidos de tanto en tanto con la noticia de que hay más de 20.000 jóvenes capacitados que se van del país.

Ese no es un problema que hay que analizar desde una óptica de partido tradicional ni desde una óptica de Frente Amplio, esto es un tema que nos atañe a los uruguayos y al que tenemos que buscarle una solución y preguntarnos por qué se dan esas cosas. Como acá nos gusta discutir los temas por separado y además son discusiones recurrentes, si uno se va del país y vuelve, aunque deje transcurrir años, ¿qué se encuentra a la vuelta? [Encuentra] la discusión de los derechos humanos, la discusión de la patente única...

La otra discusión que también es un tema recurrente es la de la Educación, pero no en los términos que nos debería importar. Si acá tenemos un problema –como también vimos en los diarios estos días– porque se llegó a un punto en el cual el desempleo no puede bajar, es porque la gente no tiene capacitación. "Para gente capacitada habría posibilidad de conseguir empleo" es el mensaje que nos pasan los especialistas, pero resulta que estamos enfrascados en una discusión porque la mitad de la sociedad cree que es conveniente que en los cursos de historia actualicemos los capítulos con la pérdida de derechos humanos y todas esas cosas. Eso puede ser muy interesante, pero da la impresión de que hay otro tipo de discusión que deberíamos estar llevando en simultáneo.

Y por otra parte, la otra gran discusión de la Educación es qué poder o cuánto más poder darle a las corporaciones en la conducción de los destinos de un área como la educativa.

Entonces, yo creo que así como hay divorcios y traídas a cuento en temas recurrentes, hay áreas donde deberíamos ya tener cierto tipo de entendimiento y llevarlas para adelante.

EC – ¿Usted en definitiva está hablando de generar políticas de Estado en algunas áreas concretas?

LM – Políticas de Estado suponen pasos previos. En primer lugar, diría que es en la etapa que tendrían que estar ciertos centros de análisis en términos de ideas, pero insisto en que este no es un problema de propuesta académica. Lo que quiero decir es: para que este país pudiera tener una reforma en la Seguridad Social hubo un recorrido. La Seguridad Social formó parte del inventario de desencuentros de los uruguayos durante mucho tiempo y de hecho sigue estando planteada como un área de discusión.

Ahora, resulta que estamos viendo en los diarios que hay gente que dice que es conveniente reducir la edad... los uruguayos vivimos más, los jóvenes calificados se nos van del país y estamos discutiendo con cuántos años menos se puede acceder al cielo tan soñado de la pasividad. Da la impresión que tenemos visiones no solamente contrapuestas sino totalmente fragmentadas y que se dan de bruces contra la realidad.

Creo que esa ha sido la historia del Uruguay a lo largo de mucho tiempo; si estamos en penumbra es por querer solucionar todos los temas por separado, no hay una visión que los integre. No estoy ni siquiera pensando en tener un plan estratégico que nos pueda unir.

Hay países que uno ve que tienen una visión que los une, por ejemplo Chile, al que siempre miramos con mucho respeto. Chile encontró un tronco estratégico que lo unió como país. Y resulta ser que de tanto en tanto vemos otros países que han sufrido muchas cosas y que han encontrado solución.

Cuando el presidente Vázquez lleva a una comitiva oficial a Vietnam lo hace con un único propósito y todos sabemos cuál fue: "señores, miren, aquí hubo cuatro millones de muertos. No me hablen del dolor que supuso la persecución ideológica en países como en el Uruguay, ni la existencia de desaparecidos, porque en todo eso a su vez estamos de acuerdo. Pero en este país hubo cuatro millones de muertos, esto es un llaga viva, en cualquier familia hay un desaparecido o muerto. Pero ahora miraron para adelante, hicieron un balance y dijeron debemos mirar las cosas con cierta proyección".

EC – ¿Entonces qué es lo que puede aportar esta asociación civil?

LM – Es muy poco lo que una asociación puede hacer, pero [debemos multiplicar] la visión sobre la conveniencia de poder hacerlo. Esto es, cuando en esta misma radio se hacen tertulias, como oyentes nos llevamos la sorpresa de cómo en determinados temas hay gente que se puede poner de acuerdo en ámbitos de tipo académicos o técnicos, pero en el ámbito político las cosas después se trancan. ¿Por qué? porque vivimos con los ánimos exacerbados, en permanente contienda electoral, porque no integramos los problemas.

Por ejemplo, yo tengo diferencias con la Reforma Tributaria, es notorio que las tengo, y la colectividad a la que pertenezco las tiene. Pero mi punto es otro, mi punto es: ¿esa Reforma Tributaria es funcional a un proyecto de país que quiera integrarse al mundo con vértigo? ¿a tener fuertes vínculos comerciales? Esa es la pregunta que debemos hacernos y no nos  hicimos los uruguayos. Simplemente estamos discutiendo –y aún lo hacemos– si efectivamente los dos deciles superiores contribuyen con el 46%, cuando se decía que era el 80%, y que entonces nos dijeron una cifra que no era verdad (efectivamente sí se erraron las estimaciones). Es una discusión apasionante que podemos tener con mucho énfasis y marcar los errores, pero de última volvemos a recorrer las mismas cosas.

Ya le acabo de mencionar varias: en educación, la discusión que estamos teniendo no se comparece con la realidad; en la reforma de la seguridad social de hace 12 años tendríamos que estar pensando ya el problema del futuro, porque si se nos van jóvenes vamos a tener a nivel nacional la misma discusión de la Caja Bancaria la semana pasada, es tan sencillo como eso.

EC – ¿Qué otros temas tiene en la agenda "Síntesis"?

LM – No son pocos. Arrancamos con inserción internacional, que es un tema capital, porque fue un episodio en el que tuvimos chance de hacer cosas y no supimos. El peso del sesgo ideológico nos marcó una vez más en la toma de decisiones, en términos tales que el presidente recurrió al expediente de llevar gente en un avión a que vieran realidades y propuestas distintas.

La otra es la cuestión en el plano fiscal. Aquí seguimos pensando que el Estado nos va a resolver todos los problemas, entonces siempre tenemos chance de que mediante los reenganches que nos da la Rendición de Cuentas, vía expansión del gasto público, las cosas se sigan corrigiendo. Lo que tratamos de decir es: estamos gastando de acuerdo a lo que el Uruguay [debería gastar] en perspectiva en el mediano plazo, y yo soy muy respetuoso porque sufrí mucho en carne propia lo que esas cosas representan.

Nos pareció muy buena cosa (a la luz de lo que otros países han hecho, Brasil, Chile, etcétera) discutir si no puede haber alguna suerte de protección en términos de ciclo económico, para que en aquellos años de gran expansión hubiera obligatoriamente que marcar cierto tipo de reservas a la espera de cosas que pudieran ocurrir en otros períodos. (*)

EC – ¿Cuál podría ser ese instrumento? ¿Cómo podría ser esa protección?

LM – Hay variadas formas de encararlo y no todos los países lo resolvieron de la misma manera, pero por lo menos empezamos a discutir los términos del diagnóstico. Hay informes técnicos que señalan que en la fase del ciclo en que nos encontramos (por este empuje de constelación de astros tan fantástica que el país recibió), si el PBI viene por encima del mediano plazo, vamos a tener más recaudación de la que en circunstancias de largo plazo el país va a encontrar. Esto es porque las tasas de interés están muy bajas, porque hubo una apreciación cambiaria muy fuerte y el peso se valorizó. Cuando hoy decimos que el Producto medido en dólares casi se va a triplicar en el último quinquenio, estamos diciendo que ha ido más allá de lo que en términos reales pudo haber ocurrido. Eso también sabemos que se va a revertir y usted lo viene señalando en estas últimas semanas.

Entonces, cuando uno hace todos esos ajustes, piensa que en el ciclo tendría que haberse obtenido tal punto de superávit, a la espera de poder enfrentarlo. Y si eso fuera así, tal como existen reglas fiscales en otras áreas, hay iniciativas privativas del Poder Ejecutivo en determinadas expansiones o cuestiones tributarias, tal vez podríamos estar a mejor resguardo para otros períodos. Esto le tiene que servir a la administración, que es jaqueada permanentemente, saber que hay una norma que a todos nos obliga...

EC – ...una norma que establece que el aumento del gasto tiene que regirse por...

LM – Sí, o que el aumento de la recaudación por encima de determinados parámetros debería quedar colocado en determinadas cuentas en XXX, que es lo que tiene Chile atado a la variación del precio de su principal producto, que es el cobre.

EC – O sea que a usted le parece bien una iniciativa como la que está adoptando en estos días el presidente Lula con respecto a qué hacer con las ganancias que Brasil obtenga de los nuevos yacimientos de petróleo. ¿Dejarlo en una cuenta aparte, en un fondo para determinado destino y no incluirlo ya en el Presupuesto y gastarlo?

LM – Yo creo que Chile se marcó una norma de tener determinado nivel de superávit por año, sujeto a determinadas condiciones, etcétera. Podemos pensar en distintas soluciones alternativas... Pero si uno prende la televisión ¿qué va a ver? gente enojada demandándole al Estado más gasto y eso es presión. Y finalmente con la fase del ciclo al alza, se suele gastar más y si los salarios están indexados y las pasividades también lo están, esa presión va a existir.

Rediscutir esos temas parece ser un punto importante, porque como decíamos hoy, crecer al 50% en términos reales en un quinquenio no es algo que vayamos a encontrar fácilmente. Ahora si resulta que el gasto va creciendo a la par o por encima de ello, puede que en el futuro haya cierto tipo de dificultad.

Entonces, más allá de a qué parámetros atarlo, lo importante es responder a esa idea. No estamos descubriendo el agua tibia, otros países lo han hecho, tratemos de encararlo de acuerdo a la lectura que hagamos de esa experiencia.

EC – En el último de los encuentros organizado por "Síntesis" se planteó como tema: "Las nuevas reformas: Es posible una política de Estado sobre el patrimonio del sector público". Lo que usted proponía en el informe que se discutió era mirar al sector público y al país como si fuera una empresa.

LM – No estrictamente en los móviles objetivos de empresas, sino mirar su activo y su pasivo. Entonces resulta que en el activo hay cierto tipo de cosas –donde podemos tener empresas- y después están las obligaciones que el país tiene. Pero este no es un problema de visión de partido tradicional, porque resulta que hemos oído al vicepresidente de la República señalar que las empresas en el Uruguay están privatizadas desde hace tiempo y que están en manos de corporaciones de sus propios empleados. Ese es uno de los descubrimientos que se pueden llegar a hacer cuando se llega al poder; la izquierda descubre que hay ciertos temas tabú que formaban parte de la mitología ideológica, pero que no se compadecen con la realidad. Todos hemos visto al senador Fernández Huidobro despotricar contra cierto tipo de corporativismo que se integra a las empresas.

Lo que sí está claro es: ¿cómo podemos lograr una administración más eficiente? Si hubiera participación de capital privado, si se recurriera mediante la Bolsa a que una porción (manteniendo la mayoría en manos del Estado), sujeta a determinados parámetros, se abriera al capital, podríamos hacernos de determinados recursos. Esto, a su vez, aseguraría que hubiera ciertos objetivos que produjeran desvíos, sobre los cuales los accionistas se tendrían que dar cuenta con más facilidad de por qué se producen. Pero lo recaudado no es para gastar, sino que con ello se podría reducir nuestro stock de deuda, ir mucho más rápido a la obtención del famoso "investment grade" que, como hemos también aprendido es algo importante y nos permitiría ir a los mercados internacionales y obtener primas mucho más bajas en los financiamientos que se quieran obtener para el desarrollo.

Entonces se armaba todo un esquema, que no queríamos contaminar de sesgo ideológico, ya que probablemente en el debate haya mucha pasión... a los hechos me remito. Tenemos un tremendo problema de transporte y resulta que ni siquiera podemos convocar privados en AFE, es una cosa ya patética. Pero que de tanto en tanto el tema lo pongamos en la mesa y ver cómo lo solucionamos. Todos nos llenamos la boca con el fenómeno de la madera, que empezó como sabemos en administraciones anteriores, pero tenemos un problema de flete, un problema de transporte, y resulta ser que no somos capaces de encararlo de esta forma.

Entonces no es una cuestión en la que tengamos que asumir preconceptos. Y en tertulias, y en distintos ámbitos de análisis, como puede ser "Síntesis" es fácil ponerse de acuerdo.

EC – ¿Quiénes lo acompañan en un esfuerzo como este de "Síntesis"?

LM – Hay personalidades a quienes hemos convocado a los primeros paneles y fondos. Nadie puede discutir la personalidad de Sergio Abreu, que no pertenece a mi partido. En el último hubo gente participando del Partido Independiente y permanentemente tenemos, según la propuesta a discutir, personalidades más allá de los ámbitos que haya interés en hacer.

También hay cuestiones que no hacen a propuestas programáticas, hay un punto relevante para la sociedad que tenemos también necesidad de discutir: ¿qué está pasando con la sociedad liberal? ¿Qué está pasando con la institucionalidad? En el sentido de lo que lo entendemos los republicanos ¿qué hay por detrás del debate de más poder a las corporaciones? ¿No estamos yendo contramano de lo que indica toda la tradición del país?

Resulta que en áreas claves del quehacer nacional, en vez de al Parlamento, que es la expresión de la soberanía en la toma de decisiones y de lo que a la mayoría le parezca que hay que hacer, le tenemos que dar autonomía, poder, dinero, a corporaciones, porque son los que están más capacitados para hacerlo. Y ese es el debate de fondo de la Educación.

¿Por qué no en la Salud? también uno se pregunta, ¿por qué no puede haber una entidad por fuera del sistema institucional, conformada por médicos, enfermeros y alguien que vaya en representación de los pacientes? alguien que tenga acreditada alta probabilidad de vida, sino también allí las cosas se pueden complicar.

Pero entonces, si ese es el punto, realmente tendríamos que discutir aspectos en lo institucional que puedan estar siendo objeto de algún retroceso en nuestro plan de hoy día.

***

EC – ¿Cómo ve usted la situación económica en el momento en que se va a producir el alejamiento del contador Danilo Astori del Ministerio y lo va a sustituir el contador Álvaro García?

LM – Estamos en una fase espectacular, derivada de muchas cosas, pero en la que a nadie escapa... y no voy a volver al recurrente lugar común de que los aspectos que se han recibido desde un punto de vista internacional y regional han cooperado y han resultado fantásticos. Es bueno que así sea, porque como generalmente se le pega a la globalización y se la ve como una derivación maléfica, también es bueno ver cómo la globalización nos ha permitido a países como los nuestros recibir efectos tan transcendentes e importantes.

EC – ¿Pero dónde ubica usted los principales desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo ministro Álvaro García?

LM – En lo que resta del período hay muy pocos grandes temas. A mí lo que me preocupa son las posibilidades de hacer reformas, el tipo de cosas que se perdió la oportunidad de hacer en una coyuntura tan fantástica que no se hizo.

El ministro va a hacer mantenimiento, eso está claro, no va a poder llevar a cabo grandes realizaciones. Le va a tocar navegar en aguas un poquito más complicadas, porque la economía va a sufrir algún grado de desaceleración y porque el mundo naturalmente ya empieza a tener otro tipo de comportamientos.

Entonces van a haber razones para pensar en ser más prudente y más cauteloso en términos de gastos, pese a que se ha ido un poquito de línea todo este asunto de las Rendiciones de Cuentas, y va a recibir el impacto de esa menor actividad o desaceleración de la evolución de actividad.

EC – Desaceleración quiere decir que usted prevé que la economía va a seguir creciendo aunque a un ritmo menor...

LM – ...A  un ritmo menor y muy probablemente convergiendo en el que debería ser el nuevo ritmo de mediano plazo, que no habíamos tenido oportunidad de verlo los uruguayos en virtud de lo que fue la crisis del 2002.

EC – ¿Cuál es el nuevo ritmo de mediano plazo para el crecimiento de la economía uruguaya?

LM – Una brevísima precisión previa: en la economía uruguaya todos ubicaban su rango medio de crecimiento entre el 2,5 y 3%. En la década del 90 se llevaron a cabo varias reformas trascendentes y de ellas, en términos de eficiencia, el nivel de la economía uruguaya había adquirido un estatus distinto. Esto, traducido en términos de tasa de crecimiento, debía ser superior y ahí empieza una discusión en la que tampoco está de acuerdo la totalidad de los analistas económicos del país.

Yo soy de los que cree que está por encima del 4% ese nivel medio y no voy a referirme a todas las cosas que han ocurrido a la fecha que así permiten pronosticarlo.

Pero además hay cosas que uno debería computar en este mismo quinquenio. El bloqueo de los puentes argentinos trajo consecuencias nefastas, pero también nos ayudó toda esa política tan fuerte en el sector agropecuario, que hizo que vinieran muchos a producir al Uruguay y tuviéramos realmente una revolución agrícola, que en términos de tecnología y de eficiencia en el sector nos permite producir en un nuevo escalón.

En consecuencia yo ubico entre 4 y 4,5% esa medida a largo plazo y hacia esa se debería converger. A favor de lo que han sido las dificultades de estos últimos años, es evidente que el país ya no va a recibir todo el empuje de precios que venía del exterior.

EC – ¿Qué espera usted en materia de precios internacionales particularmente commoditties agropecuarios por ejemplo?

LM – Yo soy de los que cree que ahí hay una gran nebulosa, porque ¿cuánto hay de factores reales en toda esta evolución de precios? Está claro que existen, pero no sabría cuantificarlos. Hay aspectos que han sido especulativos y es muy lógico, porque las tasas reales de interés han sido negativas y eso ha traído de la mano que el dólar cediera frente a otra moneda. Pero cuando se empieza a recorrer el sentido contrario el dólar se empieza a valorizar, mucho más por lo que ocurre en otras economías como la europea y la japonesa que por recuperación franca de la economía americana.

En todo caso, cuando empieza a recurrirse a un sendero distinto, lo que ocurre es que los especuladores empiezan a abandonar aquellas inversiones que tienen hechas en commoditties. Es lo que está ocurriendo al petróleo, no ha habido un cambio tan dramático. Y de la mano de ello también otras commoditties empiezan a ceder; en los granos es bastante notorio.

Entonces, el país va a enfrentar un combo distinto de factores que va a ser positivo en términos de estabilidad de precios, un poquito más complicado en términos de actividad económica y rentabilidad de sectores y que va a obligar a ser mucho más prudente en el manejo de aspectos vinculados a la competitividad, porque ya no va a haber grandes márgenes de contribución que podrían neutralizar aumentos de costos. Ahora hay que estar mucho más atentos a esos aumentos de costos, porque la rentabilidad que había puede perderse con mucha celeridad.

EC – El problema inflacionario fue un dolor de cabeza para este gobierno en los últimos meses, ¿cómo va a evolucionar?

LM – Ya estamos prácticamente en un nivel 7,3%... eso debería ser lo que esperáramos que ocurriera para el curso de este año y es probable que se pueda converger en un horizonte de tiempo de más transcurso de meses, de años cerrados, en que se pueda converger finalmente a la banda que el propio Banco Central se había marcado inicialmente y que durante mucho tiempo no pudo establecerse.

EC – ¿Qué implican esos números? ¿Qué implica para usted el hecho de que este año no se pueda cumplir con el rango meta fijado por el Banco Central?

LM – Pero si era 5 a 7 el rango, que estemos en 7,3... no deberíamos pensar que estamos en algo dramático.

Me parece que sí que hay que tomar mucho y mejor recaudo en las derivaciones –insisto- de tener un proceso a la inversa del que el país vivió. Esto es, el tipo de cambio tiene que empezar a subir, hay que estar muy atento en ello...

EC – El dólar en el ámbito internacional está recuperándose, aunque en nuestro país todavía no se nota demasiado ese impacto. ¿Qué es lo que usted prevé en ese sentido?

LM – No se nota demasiado, entre otras cosas, porque el país ha jugado cartas en términos de cambio de composición de nuestra deuda; ha procurado tener una deuda en Unidades Indexadas (UI) y una deuda en pesos mayor. Si usted mira los últimos datos disponibles del endeudamiento bruto del sector público, la tercera parte estaba conformada por deuda en pesos (UI y pesos en moneda corriente del Banco Central). Al día de hoy, con los últimos datos al 31 de julio, tenemos una deuda entre pesos y UI de 6.250 millones de dólares, de los cuales, en UI son más de 4.000 millones de dólares o su equivalente.

Ahí tenemos un tema y que no voy a tocarlo, porque es medio técnico, pero esa deuda en UI no se actualiza, no figura la actualización de la UI dentro de los componentes de gasto fiscal y en consecuencia hay un mayor déficit del que correspondería indicar.

El punto es que ahí tenemos alguna pequeña vulnerabilidad, porque hay una porción relevante de la deuda en pesos que está en corto plazo y hay que estar muy atento a ella. Ese es uno de los puntos que va a tener que mirar la administración con cierto celo.

Ahora, el punto era otro: ¿si el dólar se está recuperando, por qué no se recupera? Lo que ha ocurrido acá es lo siguiente: si alguien venía, cambiaba de portafolio en estos últimos tiempos y ponía dinero en UI ¿qué rendimiento recibía en dólares con un peso que se apreciaba? Ese rendimiento era equivalente al 23-25-27 en dólares, era espectacular. Entonces, tendríamos que procurar ir desarmando todo este proceso para facilitar que la recuperación del dólar también se dé en el mercado financiero con más claridad.

EC – Eso implica tomar ¿qué tipo de medidas?

LM – No exacerbar a través de toda esta pesificación de deuda el cambio de portafolio, sino que más bien habría que ponerle un coto a que ello se siga registrando.

EC – Pero iba a agregar algo más.

LM – Si eso se diera en esos términos y fiscalmente el gasto estuviera ubicado dentro de determinados parámetros, lo que hemos visto en estos últimos días de un tipo de cambio que llegó a muy cerca de los 19 y que se ubica ahora por encima de los 19.30, vino para quedarse y para tender a recuperar.

Dicho en otros términos: si lo que uno recibe de afuera empieza a ser deflación de precios en dólares y el tipo de cambio es un poquito más alto en el Uruguay, no hay por qué pensar que si las cosas transcurren normalmente eso no lleve a niveles de inflación mucho más elevadas. Antes podía ser que la inflación se viera conmovida rápidamente, pero ahora no hay razón para que eso ocurra, porque los precios en dólares deberían ir bajando, acompañando el proceso que ya se está dando en Brasil –o empezó a darse, y muy probablemente en Argentina, donde los índices están un poquito complicados para seguirlos- y que está ocurriendo en el mundo.

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EC – Usted mencionó que este nuevo escenario internacional donde bajan los precios de los commoditties (y que implica que baja el petróleo, pero también los precios de granos que nuestro país exporta) requiere un manejo delicado, porque hay por delante problemas y desafíos. Y mencionó al pasar la cuestión de la competitividad, ¿en qué sentido y qué otros desafíos vislumbra?

LM – En términos de competitividad, porque con precios que crecían en dólares, los sectores podían soportar aumentos de costos en dólares en forma importante. Algunos de esos costos en dólares estuvieron vinculados al aumento de la indexación salarial. Por ejemplo, un caso bien concreto: los salarios en el sector privado, medidos en dólares en el año cerrado a julio, crecieron un 37-38%, pero claro los precios al consumo de la economía, medidos en dólares, también crecieron un 30 y pico. Hacia adelante hay que hacer esas cosas mucho más finas, porque pueden provocarse deterioros importantes de competitividad e ingresar a zonas en rojo.

Pero además es evidente que cuando uno recibe un efecto asociado a una inflación en dólares muy alta... volvamos al ejemplo inicial de nuestra conversación: el PBI en el último quinquenio en dólares hay que multiplicarlo por 2.8 es un 180% lo que crece. Entonces la factura del pago de intereses, el servicio de nuestra deuda, la ubicábamos entre 3,3 y 3,4% del PBI, nada que ver con lo que eran las porciones algunos años atrás.

Evidentemente un dólar que se fortalece va a traer como consecuencia (y más si viene de la mano el aumento de tasas de interés) que también haya componentes de gasto como el del servicio, que tengan que sufrir alguna modificación. Entonces, la economía se va a desenvolver en contextos distintos a los que vimos en los últimos años, esa es la perspectiva.

En términos de actividad estará un poquito más comprometida que las enormes tasas que hemos estado percibiendo en estos últimos años, algo favorables en términos de estabilidad de precios y los efectos van a ser más convenientes que los que vivimos en los últimos tiempos.

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Documento relacionado: Las nuevas reformas: ¿Qué regla fiscal se requiere en el país?
Presentación del economista Javier de Haedo, en el coloquio organizado por Sintesis el 28 de agosto de 2008. (*)