Entrevistas

Astori: "Lo de Pluna está muy lejos de ser un fracaso"

Astori: "Lo de Pluna está muy lejos de ser un fracaso"

A pocos días de dejar su puesto como ministro de Economía y retomar el de senador, Danilo Astori, dijo que "el análisis de la situación de Pluna trasciende largamente la discusión sobre una ruta" y que el problema pasa por rediscutir el plan de negocios con el objetivo de que la empresa pueda sanear su situación económica. Asimismo, y aunque no quiso ingresar en posturas o propuestas electorales, señaló: "voy a estar en el lugar que el Frente Amplio disponga para mi". Y sostuvo que en caso de que no haya consenso para definir al candidato, "habrá que ir a elecciones internas (...) no hay que tenerle miedo a eso".

(Emitido a las 9:09)

EMILIANO COTELO:
Está recorriendo sus últimos días como ministro antes de tomar una licencia breve para volver luego a su banca en el Senado. Pero antes de todo eso, el martes, el Contador Danilo Astori deberá sortear su última interpelación, en este caso por la situación de Pluna.

Con la economía creciendo a ritmo fuerte pero con algunas preocupaciones sobre el nivel del gasto y sobre el nivel de inflación, ¿qué escenario quedará planteado para el nuevo ministro Álvaro García? ¿Con qué problemas puede encontrarse el equipo económico que toma la posta la semana que viene? ¿Qué va a pasar en la izquierda con las asociaciones del Estado con privados después de los tropezones en la experiencia de Pluna S.A.?

De estos y otros temas es que vamos a conversar En Perspectiva con el ministro Danilo Astori.

***

EC – Antes de dejar el Ministerio, usted va a enfrentar el martes otra interpelación, la octava interpelación, en este caso por la situación de Pluna y por toda esta incertidumbre que se ha generado después de la decisión del socio privado Leadgate de suspender los vuelos Montevideo-Madrid. Concretamente ¿usted cree que Pluna debe mantener esa ruta?

DANILO ASTORI:
Yo creo que el análisis de la situación de Pluna -y me refiero a Pluna S.A., la sociedad que está planteada- trasciende largamente la discusión sobre una ruta. Creo que esta suspensión o esta decisión de la empresa respecto a esa ruta ha operado como un detonante de una discusión, pero la discusión trasciende largamente...

EC – ¿Cuál es la discusión?

DA – ...la posibilidad de seguir transitando en esta ruta a Madrid que obviamente, según la empresa, ha dado pérdidas notorias y esas pérdidas han motivado una decisión.

A mí me parece que la discusión es la necesidad de cumplir con las obligaciones que cada uno asumió, por eso es que se ha iniciado ahora un proceso de conciliación y arbitraje previsto en los acuerdos realizados oportunamente y se trata de encarar este proceso de conciliación y arbitraje con la necesidad de trabajar para que este no sea un fracaso, y esto está muy lejos de ser un fracaso. El hecho de eliminar una ruta o suspenderla –llamémosle como corresponde- en absoluto debe ser identificado como un fracaso de la sociedad, y por eso creo que ahora la discusión es cómo se encara el plan de negocios -con modificaciones notorias que ha habido, suspender la ruta a Madrid es modificar el plan de negocios-.

EC – Claro pero Leadgate argumenta que las condiciones en el mercado hoy son completamente diferentes a las que existían cuando se planteó ese plan de negocios.

DA – Y yo estoy totalmente de acuerdo con la afirmación de que el mercado está totalmente distinto. Sino examinemos los datos proporcionados por IATA, que es la corporación aérea que nos brinda información acerca del panorama de la aviación mundial, y veremos que en lo que va de este año han quebrado cerca de treinta compañías aéreas y algunas de ellas absolutamente importantes. Las pérdidas -si yo no me acuerdo mal- llegan en lo que va del año 2008 a superar los 6.000 millones de dólares, entonces no es un problema de Pluna, es un problema de la aviación mundial. Es un problema que tiene mucho que ver con las oscilaciones y sobre todo el abrupto crecimiento de los precios del petróleo -el plan de negocios fue hecho con precios del petróleo totalmente distintos a los actuales-. Entonces la discusión va más allá de simplemente una ruta, hay que rediscutir el plan de negocios y hay que hacerlo con el criterio –cumpliendo con los contratos por supuesto- de tratar de que esto no termine nuevamente en un fracaso.

EC – Usted dice que el nudo de la cuestión no es el vuelo directo Montevideo-Madrid, pero desde el gobierno ha habido mucho malestar de parte de algunos jerarcas con esa decisión en particular, ni que hablar de las quejas que han venido de los sindicatos de funcionarios y de pilotos que argumentan que se trata de una ruta estratégica.

DA – Yo prefiero concentrarme en el proceso de conciliación que se ha iniciado el lunes pasado.

EC – Porque por otro lado la empresa argumenta: "esa ruta nos deja más de un millón y medio de dólares de pérdida por mes". Y no tiene sentido en una empresa que opera con criterios comerciales una ruta deficitaria en ese monto.

DA – Para nadie tiene sentido una ruta deficitaria, porque yo supongo que nadie quiere perder dinero a propósito, deliberadamente. Tal como está planteada, la ruta generaba pérdidas y se tomó la decisión por eso.

Entonces se genera ahora la oportunidad, a través del proceso de conciliación, de analizar todo el plan de negocios. Por eso para mí no hay que discutir si se debe hacer la ruta a Madrid, para mí es discutir todo el plan con el objetivo -y esto es lo fundamental- de que Pluna S.A. vaya progresivamente equilibrando sus cuentas y al final logre sanear su situación. Ni Pluna ni ninguna compañía aérea, partiendo de la situación de la que partió, puede equilibrar su funcionamiento en un lapso de tiempo relativamente corto.

Acá va algo más de un año. Se sabía de entrada que iba a llevar tiempo equilibrarla, porque una compañía debe no sólo tener un buen plan de negocios sino que tiene que invertir tiempo y recursos -por ejemplo recursos de marketing, de propaganda, de consolidación de su presencia en el aire- durante un tiempo relativamente largo. Eso es lo que está transcurriendo ahora, por eso digo que rediscutamos el plan de negocios, tratemos de que esto sea compatible con el equilibrio de la compañía y procuremos todas las partes -tanto el grupo privado como el sector público- tratar de reencausar esta experiencia que para nosotros es muy importante que termine con resultados positivos.

EC – Usted decía que lo fundamental no es la ruta Montevideo-Madrid, y hay otros críticos del negocio que coinciden con usted en el sentido siguiente: están enfocando su preocupación en la conducta de Leadgate, en la forma de operar; sospechan incluso que con algunas de las decisiones que está tomando y con alguno de los comunicados que ha emitido en realidad lo que está buscando es el pretexto para salir del negocio. Mi pregunta entonces apunta a qué evaluación hace usted de esta experiencia con este socio, ¿usted tiene preocupaciones de ese estilo?

DA – Creo que todos tenemos que estar preocupados, pero no por el socio sino por el futuro de la compañía. Así como he escuchado voces que afirman lo citado en la pregunta también he escuchado voces provenientes del grupo inversor –Leadgate- diciendo que no tienen la más mínima intención de retirarse del negocio. Con voces que vienen de un lado y de otro afirmando cosas contradictorias sólo nos queda sentarnos, dialogar, conversar tranquilamente, practicar lo que está previsto en el contrato, hacerlo cumplir -para el Estado es fundamental que se cumplan con las obligaciones- y en este momento desarrollar la llamada conciliación para llegar eventualmente –ojalá no haya que llegar a eso- a un proceso de arbitraje. Lo fundamental es cumplir con lo que se acordó y no agregar...

EC – Pero cumplir con lo que se acordó no quiere decir necesariamente mantener la ruta Montevideo-Madrid.

DA – Voy a terminar la frase... y no agregar declaraciones que puedan entorpecer este proceso de conciliación.

Repito, la ruta a Madrid me parece que es un componente de la discusión, [pero] la discusión tiene que ser mucho más profunda, mucho más global y naturalmente tener en cuenta los resultados que genera cada decisión. La ruta a Madrid hasta ahora ha generado pérdidas que están más cerca de los dos millones mensuales que del millón y medio. Eso es un antecedente fundamental a tener en cuenta si es que queremos que esto sea exitoso.

***

EC – De todos modos, por esta situación en Pluna S.A. usted y el ministro de Transporte y Obras Públicas, Víctor Rossi, van a ser interpelados el martes próximo. La iniciativa ha correspondido a la oposición, el Partido Nacional y el Partido Colorado; el interpelante será el senador Carlos Morera de Alianza Nacional. ¿Cómo observa este paso?

DA – Como el derecho de la oposición -derecho que siempre he defendido- a plantear sus discrepancias en el Parlamento, utilizando las instituciones que están a disposición de todos, y como la obligación nuestra de presentarnos a dar explicaciones en el Parlamento.

EC – Se lo pregunto porque en el Frente Amplio se la ha visto como una jugada política destinada a complicarle las cosas a usted justo cuando deja el Ministerio y se supone que va a iniciar la otra etapa que incluye su eventual postulación como candidato presidencial.

DA – En primer lugar todas las interpelaciones son decisiones políticas y dan lugar a acciones políticas.

EC – Está bien, pero como que acá habría más que el tema Pluna de por medio, sostienen algunos en el Frente Amplio.

DA – Yo no tengo derecho a presumir según las intenciones en este planteo, así que lo único que corresponde como ministro es presentarme a dar las explicaciones que se me pidan.

***

EC – Vayamos ahora al terreno de la macroeconomía. En esta semana se van a difundir los datos más recientes de la evolución del Producto Bruto Interno (PBI). En principio la fecha prevista era ayer y creo que finalmente van a conocerse mañana viernes. Son los datos correspondientes al segundo trimestre del año; los que conocemos hasta ahora son los del primer trimestre cuando el PBI creció 10,9% en comparación con el mismo período del año 2007. ¿Usted tiene algún adelanto de esos números?

DA – No, tengo indicios. Sinceramente no tengo adelantos, los vamos a conocer todos mañana.

EC – La última pauta desde el equipo económico para este año era de un crecimiento de 5,25% para el conjunto del 2008.

DA – Sí, eso ya ha quedado muy atrás.

EC – Por eso está la ansiedad por conocer lo que pasó en el segundo trimestre.

DA – Claro, antes que nada explico por qué estamos esperando los datos del segundo trimestre, porque nunca es bueno hacer una previsión que luego quede muy larga o muy corta. Nosotros preferimos que quede corta, porque siempre es más fácil corregir al alza que corregir a la baja. Hasta ahora –en tres años y medio- no hemos hecho ni una sola corrección a la baja de ninguna meta, siempre fueron al alza, y acá va a ocurrir exactamente lo mismo.

Los analistas privados hace un par de meses estaban previendo un crecimiento de 6.8%, la CEPAL estaba previendo un crecimiento de 6.5%, ahora corrigió al alza y propone para Uruguay un crecimiento de 7.5%. En los últimos doce meses terminados en marzo –al final del primer trimestre- el crecimiento de la economía uruguaya fue de 8.5%, y hoy por los indicios que tengo, digo que vamos a estar arriba del 8.5% en el año 2008. Es una previsión para todo el año 2008; va a ser el año de mayor crecimiento desde que estamos en el gobierno.

EC – En estas últimas semanas se han ido sumando señales de alerta que vienen desde el marco internacional: caída fuerte de los precios de los commodities, nuevos indicios de desaceleración muy importante en las economías de países desarrollados. ¿Cómo evalúa usted, cómo evalúa el equipo económico el impacto de ese panorama acá en la economía uruguaya?

DA – Antes que nada, la situación mundial puede ser fácilmente catalogada con la palabra "incertidumbre". Hay datos preocupantes: la desaceleración de la primera economía del mundo, la pérdida de puestos de trabajo en los Estados Unidos. De todas maneras debemos decir que no se ha llegado técnicamente a una situación de recesión, la última meta para Estados Unidos en el año 2008 es de un crecimiento de 1.2%.

Por el otro lado tenemos que considerar el factor estabilizador que representan las economías de India y de China en cuanto a la demanda de productos relevantes para Uruguay. El hecho de que a pesar de lo dicho en la pregunta -que es correcto- los precios relevantes para Uruguay no han sufrido hasta ahora pérdidas significativas y no hay evidencias de que la vayan a sufrir. Me estoy refiriendo a la carne, la soja, el arroz, los productos lácteos, que siguen manteniendo precios muy altos.

EC – Han caído, pero dice usted que los precios todavía son relativamente altos...

DA – Lo que pasa es que estaban a un nivel extraordinariamente alto y las modificaciones que algunos de ellos han experimentado -no todos, por ejemplo la carne no ha sufrido una reducción significativa-, no dan lugar a prever -por lo menos hasta ahora- que haya un impacto muy grande desde ese punto de vista.

Creo que hoy Uruguay -por las decisiones que tomó además en materia fiscal y en materia financiera- está además mucho mejor preparado que lo que estaba en el pasado para enfrentar circunstancias de este tipo. Tenemos el mayor volumen de reservas internacionales de nuestra historia -en términos relativos no sólo en términos absolutos-, entonces Uruguay tiene que seguir con atención todos estos temas pero tiene que saber que no está mal parado para enfrentarlos.

EC – Pero en particular mirando por ejemplo este año, esa previsión de más de 8% de crecimiento o las previsiones para el año que viene, ¿ustedes no van a revisarlas debido a estas noticias del exterior?

DA – No, porque lo que nosotros vamos a señalar y adelantarle a la ciudadanía es lo que efectivamente va a crecer el Uruguay. Entonces el crecimiento que nosotros creemos que va a tener el Uruguay no va a sufrir impactos por las circunstancias que estamos analizando. En el horizonte -por ejemplo de lo que resta para 2008- no puede esperarse un impacto negativo de significación para el país, no hay ninguna evidencia, ningún indicio.

EC – El lunes cuando lo entrevistamos aquí En Perspectiva, el ex ministro Luis Mosca, calificaba como "espectacular" la performance de la economía uruguaya en estos años. Decía que "crecer al 50% en términos reales en un quinquenio no es algo que vayamos a encontrar fácilmente". Sin embargo, después agregaba una advertencia: si el gasto va creciendo a la par o por encima del crecimiento de la economía puede que en el futuro haya cierto tipo de dificultad. ¿Qué responde usted?

DA – Que es una afirmación incorrecta porque el gasto está creciendo mucho menos que el producto. La proporción de gasto primario y gasto total sobre los productos es declinante, mucho menor que cuando el economista Luis Mosca era ministro. Estamos cerca de cuatro o cinco puntos por debajo de aquel registro del período 1995-2000 -cuando él fue ministro-, estamos por debajo de cualquier administración de los últimos tiempos.

EC – Claro, pero él se refería a como crece el gasto en comparación con el crecimiento de la economía.

DA – Exacto y yo también estoy hablando de lo mismo y digo que el gasto está creciendo mucho menos que la economía.

EC – Y señalaba que por ejemplo un criterio más prudente podría ser que el gasto evolucionara en función de la tendencia de mediano plazo del crecimiento de la economía, que él situaba entre 4 y 4.5% anual.

DA – Si vamos a hacer esa comparación entonces yo del gasto tengo que sacar todo el sobre costo energético de este año. No se puede corregir el producto por el ciclo y no corregir el gasto por el ciclo, porque los 400 millones de dólares que tuvimos que invertir para financiar el sobre costo energético de 2008 no es un gasto permanente.

Estoy dispuesto a hacer esa corrección siempre que además del producto se corrija el gasto. Y el gasto relevante no es el que incluye 400 millones de dólares para financiar un sobre costo energético explicado por razones climáticas localizadas en el año 2008. Les puedo asegurar que si hacemos la corrección de producto y de gasto también estamos por debajo de las administraciones pasadas.

Y no en balde, por primera vez en la historia contemporánea uruguaya, el gobierno va a terminar con equilibrio fiscal. Nunca pasó esto en el Uruguay.

EC – Ese resultado de las cuentas públicas será suficiente teniendo en cuenta este contexto internacional que ahora se pone menos favorable. Esta inquietud que viene de varios analistas se centra sobre todo en dos factores. Uno: los ingresos podrían resentirse si la economía se desacelerara; y dos: si sube el valor del dólar la carga de los intereses de la deuda va a tender a incrementarse. Entonces ¿cómo entran esos factores en el análisis de los números del gasto?

DA – Perfectamente bien. Incluyendo una regla fiscal que en nuestro caso viene por el lado de las limitaciones o los límites que por ley están establecidos al aumento de la deuda neta, que por lo general es una consecuencia inexorable siempre que haya desequilibrio fiscal. El aumento de la deuda neta está limitado por ley en el Uruguay, por primera vez en la historia, y eso es una regla fiscal atendible.

Entonces Uruguay, en caso de que se produzca ese deterioro que pese sobre los ingresos, obviamente tendrá que definir su evolución del gasto público en función de esas circunstancias, y lo podrá hacer perfectamente.

EC – El gasto en que se ha comprometido el gobierno ¿no es demasiado rígido para tener variaciones ante escenarios como estos?

DA – No, es mucho menos rígido que un gasto tradicional en cuya composición salarios y pasividades sean una proporción importantísima además de los intereses de la deuda pública.

EC – ¿Dónde podría recortarse si fuera necesario?

DA – Cuando nosotros comenzamos a trabajar en el gobierno, los intereses de la deuda pública llegaban casi a la tercera parte del gasto total, para hacer concretos al 31%. Hoy estamos en 17% del peso de intereses de deuda pública en el gasto total, 14 puntos menos. 14 puntos que a su vez fueron asignados a mejorar algunas condiciones en materia de gasto social como la salud, la educación, dándole prioridad por ejemplo a las edades tempranas de la población -niños y adolescentes- sobre todo en los gastos de salud, en las asignaciones familiares.

Toda esta conformación del gasto nos da posibilidades de adoptar las actitudes coherentes con la evolución de las circunstancias internacionales.

EC – Pero mi pregunta es ¿en la eventual situación en la que hubiera que recortar no implicaría entonces decisiones traumáticas?

DA – No, no lo creo en absoluto. Hay gastos que pesan en forma importante cuando se produce el primer paso que se da en ese gasto. Por ejemplo, la incorporación de nuevos colectivos a la reforma de la salud es un gasto importante. El Plan Ceibal, por ejemplo, es un plan que tiene principio y final y que está insumiendo un volumen de recursos muy importante (solamente en el año 2009 son 32 millones de dólares). Entonces tenemos gastos que al iniciar un proceso impactan, pero que no se mantienen en forma permanente con la misma intensidad. Vuelvo a repetir: el gasto hoy tiene más flexibilidad que en el pasado.

***

EC – El dólar se está fortaleciendo rápidamente en el mundo. En las últimas semanas por ejemplo, el euro cayó frente al dólar hasta solo 1.40, en Brasil el dólar subió hasta más de 1.75 reales después de haber cotizado 1.55 hace pocas semanas. Acá, en el equipo económico, ¿cómo evalúan estos movimientos? ¿Es una tendencia que se va a mantener? Y sobre todo ¿cómo va a impactar acá en nuestro país?

DA – Lo evaluamos de la misma manera en que lo evaluábamos cuando ocurría lo contrario. Uruguay no es ajeno a la marcha de la economía global ni cuando el dólar cae ni cuando el dólar sube. Uruguay tiene un régimen cambiario que nosotros vamos a mantener, obviamente. Un régimen de flotación, un régimen que por supuesto recibe las influencias de la marcha de la economía global. Pero también puede recibir impactos internos, porque Uruguay ha utilizado instrumentos de política monetaria. Por ejemplo, cuando se percibió que la tendencia impactada por la economía global exageraba sus efectos internos, salimos a comprar volúmenes muy importantes de moneda extranjera. Podemos hacer lo contrario porque tenemos un volumen muy alto de moneda extranjera como reserva -no lo estoy anunciando, en absoluto-.

EC – Sí, pero da para las especulaciones, porque lo que hemos tenido en estos días casualmente en nuestro país es una recuperación importante del tipo de cambio; hace una semana estaba en 19.30 ahora está en 19.85

DA – Tampoco hay que exagerar las cosas, son movimientos y –repito- Uruguay no puede borrarse de la economía global.

EC – Pero por ejemplo una de las visiones que aparece es que si el tipo de cambio empieza a subir de esta forma en nuestro país, habrá un impacto por el lado de la inflación.

DA – Me hace un poco de gracia porque siempre es cuestión de buscarle los posibles efectos negativos, cuando cae, cuando sube... Yo creo que hay que verlo por la positiva. El dólar había caído demasiado, eso estaba ya generando riesgos de provocar situaciones no deseadas. Yo veo con satisfacción que la moneda norteamericana recupere posiciones, porque eso equilibra más las cosas tanto en el mundo como en el país.

Sin hacer especulaciones, ni anuncios de ningún tipo, hay que observar serenamente lo que está ocurriendo con la moneda estadounidense que recupera posiciones después de haberles perdido -a mi juicio- exageradamente, y que a través de esos nuevos equilibrios probablemente contribuya a corregir efectos nocivos. Por ejemplo, aquí hay sectores –no todos- que se quejaban por la pérdida de competitividad; esta tendencia puede corregir situaciones por la positiva.

También hay que ver los efectos colaterales, las contrapartidas de lo que está ocurriendo, que es la estabilización de precios que han tenido una gran presión inflacionaria interna. Antes el dólar caía y los precios subían porque son las dos caras de la misma moneda, porque no se puede pretender que suba todo ni que baje todo. Hoy sube el dólar y los precios de algunos productos que presionaban a la inflación dentro de nuestra economía se están moderando.

EC – Por un lado tenemos el efecto positivo de la caída del petróleo y de la caída de los commodities y alimentos en los mercados internacionales y el efecto "negativo" de una recuperación del tipo de cambio, eso si lo pensamos desde el punto de vista de la inflación. Entonces, ¿cuáles son las estimaciones que tiene el gobierno con respecto a la inflación este año? Porque en la medición de doce meses cerrada en agosto la inflación bajó, pero en los primeros ocho meses ya está casi igualando el techo de la meta fijada para todo el año.

DA – Nosotros -lo hemos dicho en reiteradas oportunidades- mantenemos nuestro rango meta a 18 meses. Con eso estamos trabajando y seguimos convencidos de que vamos a poder cumplir con el rango meta en el horizonte de 18 meses.

EC – ¿Pero para este año?

DA – No tengo una previsión exacta para este año. Obviamente vamos a intentar estar lo más cerca posible de ese rango meta que –reitero- es un rango meta según lo fijó el comité de política monetaria para 18 meses.


***

EC – Ahora la entrevista con el ministro Astori se transforma en Tertulia. Saludamos a los integrantes de la mesa de los jueves, que se incorporan: Daniel Chasquetti, Fernando Scrigna, Antonio Mercader y Esteban Valenti, que está serio.

ESTEBAN VALENTI:

No, estoy contento porque se duplicó la bancada oficialista.

EC – Antes de que vengan las preguntas de los contertulios disparo yo la primera consulta por el lado político. Una vez que deje el Ministerio y vuelva al Senado –la semana próxima, se supone- ¿de qué manera trabajará con vistas a la definición de la fórmula presidencial del Frente Amplio?

DA – Esta es la primera vez que me aproximan a este tema de esa manera y reconozco que e original.

[Risas]

EC – Encontré la manera de preguntarle de este tema y que pueda contestar.

DA – Les pido que me disculpen, porque no voy a hacer ninguna disquisición de tipo personal en cuanto a candidaturas, pero no quiero dejar de contestar la pregunta. Yo creo que por lo menos haré ese trabajo desde dos puntos de vista: en lo inmediato, como senador, cumpliendo con mis obligaciones legislativas de una bancada que está muy articulada a su gobierno y a su Poder Ejecutivo. Y en segundo lugar, apoyando y defendiendo la labor del gobierno, del cual todavía soy parte en el Poder Ejecutivo, pero del cual también seguiré siendo parte como senador. El gobierno no es solo el Poder Ejecutivo, es la articulación del trabajo, en este caso del Frente Amplio, desde los diversos ámbitos desde los cuales se contribuye a tomar decisiones que afectan a la realidad en algún sentido.

Entonces, como senador, con responsabilidad legislativa y también como parte de un gobierno que intenta defender lo que se hizo y naturalmente apoyar lo que vendrá, porque todavía queda mucho tiempo para seguir trabajando.

FERNANDO SCRIGNA:

Se vienen instancias muy importantes en el Frente Amplio en la elaboración de su programa con vistas a las próximas elecciones. Todos hemos hablado de la reforma del Estado, que es un tema sobre el cual no hay un acuerdo sustancial –por lo menos explícito- en las campañas políticas. Ese tema seguramente va a ser esencial en el programa.

Recientemente se retiró de la Rendición de Cuentas la posibilidad de asociar al Correo; el presidente de AFE anunció que no era conveniente realizar ahora la transformación de ese ente para no abrir un frente sindical. En el pasado usted apoyó notoriamente la asociación de Ancap, que finalmente se frustró e incluso el Frente Amplio ha cuestionado ese tipo de asociaciones.

¿Cómo ve usted esa elaboración del programa en torno a la reforma del Estado? ¿Existen dos visiones dentro del Frente Amplio de cómo hacer la reforma e incluso de si es necesaria?

DA – Empiezo por el final. Acerca de la necesidad de la reforma creo no hay dos opiniones en el Frente Amplio. Y esta es una de las grandes transformaciones que todavía está en un estado embrionario y que va a ser uno de los grandes temas de programa para el próximo período... y no solo de programa, sino de acción política.

En segundo lugar, la posibilidad de asociar al sector público con el sector privado ya está en el programa del Frente Amplio desde hace tiempo. Si ustedes repasan el programa con el que asistimos a las elecciones de 2004, verán que esa posibilidad está prevista.

Tercero, hubo situaciones específicas en este período –como las citadas en la pregunta- que han motivado decisiones –compartibles o no-, que han estado muy focalizadas con la situación imperante en ese ámbito específico, como por ejemplo el Correo, la Administración de Ferrocarriles...

FS – ¿Pesan las corporaciones allí? ¿O los funcionarios?

DA – Las corporaciones pesan siempre y hay que estar dispuesto a conversar mucho, a dialogar, a argumentar, porque son procesos que naturalmente entrañan cambios importantes y lo más sano es encararlos con el involucramiento de todos los actores fundamentales, ya que si no se tropieza con dificultades, hay avances, retrocesos, traumas y se termina por comprometer el resultado final.

Que la asociación público-privada es un instrumento fundamental de la reforma del Estado, no tengo ninguna duda en volver a afirmarlo y en volver a plantear la necesidad de seguir avanzando para caminar en ese camino. Ahora, aquí no hay un solo camino, me parece que las modalidades concretas de asociación público-privada dependen de las características específicas del sector con el que estemos trabajando. No es igual buscar un camino de este tipo en el caso de Ancap, que en el caso de Antel, del Puerto, de los ferrocarriles. En cada caso hay que buscar la mejor manera de hacerlo.

ANTONIO MERCADER:

En una entrevista reciente, usted decía que después de ocupar el Ministerio de Economía en estos años tiene una visión distinta de los problemas del Estado, diferente a la que tenía cuando estaba en la oposición. Sobre ese tema, hace unos días lo dijo el senador Lorier: "yo recuerdo al ministro Astori cuando estaba más a la izquierda que nosotros (el Partido Comunista) y pienso que es un hombre que ha cambiado".

Mi pregunta es ¿qué es lo distinto que ha percibido estando en el Ministerio de Economía –del otro lado del mostrador- respecto de lo que veía cuando era oposición? ¿qué cambió en su visión sobre Estado, gobierno, problemas y soluciones a la situación del país?

DA – Hay dos procesos relacionados entre sí, que se retroalimentan. Por un lado, el hecho de que llegar al gobierno –no solo en nuestro caso- siempre nos permite acceder a una visión del proceso en desarrollo, que es muchísimo más completa, por mayor información, por mayor riqueza de elementos de juicio y responsabilidad, que la que se tiene cuando uno no está en el gobierno.

Esto se incrementa muchas veces –y es algo que hay que mejorar- cuando hay dificultades en el acceso a la información, cuando hay asimetrías y unos acceden más que otros. Esto tendríamos que proponernos mejorarlo, para todos; cualquiera sea el gobierno y cualquiera sea la oposición.

Y hay otro proceso en marcha, que es el del cambio de la realidad. Cuando la realidad cambia, uno no puede seguir planteando las mismas cosas que postulaba para otra realidad, porque queda hablando de algo que no existe. Yo no sé a qué hacía referencia el senador Lorier con esa afirmación, aunque leí la entrevista, pero él no especifica qué significa estar a la izquierda, no lo fundamenta.

Pero tomemos un caso que está especialmente referido cuando se hace esta afirmación, que es el de la deuda externa (que ahora llamamos deuda pública, porque buena parte de nuestros acreedores no son externos, sino internos). Esta deuda, hace 20 años, era totalmente diferente a lo que es ahora; yo no puedo hacer los mismos juicios respecto a deudas que el país tenía con un conjunto de acreedores privados, que los que se hacen sobre una deuda pública, que es casi enteramente soberana en el momento actual. Es deuda controlada por el Estado uruguayo y de la cual buena parte está en manos de uruguayos...

EC – Los papeles de deuda emitidos por el Estado...

DA – No digamos papeles como si no importara, son activos financieros...

FS – O las AFAP...

DA – También, son tenedoras muy relevantes de deuda soberana uruguaya.

Entonces, cómo hacer los mismos juicios que se hacían en el pasado, cuando nuestro principal acreedor era, por ejemplo, el Citi Bank. El análisis es diferente, aquella renegociación que se proponía hace 20 años, hoy no tiene ningún sentido plantearla, porque es hablar de una realidad que no existe.

Entonces, digo: desde el gobierno se ve la realidad con un enfoque mucho más global, la responsabilidad es un ingrediente fundamental, pero además están los cambios que la propia realidad ha sufrido. El que ignore eso queda hablando de una realidad que no existe.

FS – ¿El Frente Amplio asume ese cambio?

DA – Creo que sí, con diversas velocidades, unos más rápido que otros, como sucede siempre en todo proceso complejo, pero no hay nadie que no la asuma a su manera, a su velocidad. No creo que haya ningún compañero frenteamplista que permanezca ajeno a que hay cambios en el mundo y que es necesario para una fuerza de izquierda tomar debida nota de ello.

DANIEL CHASQUETTI:

Uno de los temas más estudiados por la economía política contemporánea es el papel relevante que juegan los acuerdos intertemporales de la clase política en el crecimiento de los países. Hay numerosos trabajos que muestran que aquellos países que se desarrollan en períodos breves (20-30 años) tienen como característica central el acuerdo de la élite (de los partidos) respecto de un conjunto de políticas que en su mayoría son económicas; políticas que tienen que ver con la economía, la infraestructura, con determinadas políticas específicas.

A mi me da la impresión de que Uruguay está llegando a un punto de madurez como para ampliar. Me parece que hoy hay un conjunto de acuerdos pero reducidos. Todos estamos de acuerdo en que no debe haber inflación, todos tenemos acuerdo en que hay que manejar la política fiscal con madurez. Ahora, algunos movimientos, como la reunión de Mujica con Larrañaga, el diálogo fluido que aparentemente tiene Vázquez con Lacalle, la relación de los técnicos de la oposición con el equipo económico, me da la impresión de que va en esa línea. ¿Usted entiende que el Ministerio podría tomar alguna iniciativa para que esto no quede sólo en el ámbito de los partidos y la campaña electoral y que se puedan garantizar esas líneas intertemporales, esas políticas de Estado que favorezcan el desarrollo?

DA – En el terreno de la información y las propuestas, sin duda. Estamos hablando del Ministerio de Economía, pero no creo que sea el único.

En lo que a mi respecta, como ministro de Economía, como integrante de un equipo de profesionales que ha hecho –a mi juicio- un excelente trabajo, puede seguir abonando el camino de los acuerdos intertemporales por la vía de la información y la propuesta. El fundamento, las razones por las cuales se propone al país seguir por determinado sendero. Y esto puede y debe hacerlo.

DC – ¿Eso es como ministro, pero como candidato también lo haría?

DA – Abstrayendo la situación personal, me parece que cualquier candidato debería hacerlo; cualquier candidato tiene mucho para aportar al debate político, no sólo con sus propias propuestas, sino además con la resolución y la aptitud de formar parte de esos acuerdos intertemporales. Las famosas "cuestiones de Estado" tienen mucho que ver con eso.

Está muy bueno haber recordado que los tiempo de la inflación y el desequilibrio fiscal quedaron atrás; por lo general esto está ocurriendo en casi todos los países de América Latina. Hoy ya no se discute si se puede convivir con una inflación de un 40%. Yo recuerdo que hace no mucho tiempo se llegó a decir que se puede vivir con una inflación de 40 o 50% se puede vivir, o con un déficit fiscal de 4 puntos del producto, lo cual es una bomba permanente al incremento de la deuda. Eso ya no se discute y hoy celebro con satisfacción que hoy discutimos medio punto de déficit, discutimos medio punto de inflación. Y está bien.

DC – Es un cambio...

DA – Es un gran cambio.

EV – Como ministro no te voy a hacer preguntas de carácter electoral, porque sé que hasta que no abandones el Ministerio te lo has impuesto y me parece bien, lo comparto. Pero hay un tema, que me preocupa, como opositor: el Uruguay salió de una crisis muy grave, está en una situación totalmente diferente, ya la sociedad uruguaya no está bajo el síndrome de la crisis y pide otras cosas.

Como dirigente político, independientemente de que vayas a ser candidato o no, ¿no crees que el gran diferencial de esta campaña electoral no va a ser sólo el balance de lo que ha pasado, sino una propuesta diferente que cambie algunos parámetros que no son medibles por la estadística, como por ejemplo la emigración? Porque la emigración mide números, no estados de ánimo.

Y que lo que al Uruguay le falta para realmente fortalecer una comunidad espiritual –como decía Wilson Ferreira Aldunate- es más confianza en el país, en el futuro, y una confianza diferente, que no es de salario, de economía pequeña, que es algo que convoque a la gente en su mundo, en su cotidianeidad... ¿no falta eso?

DA – Coincido totalmente y es más, con otras palabras, creo haber dicho algo parecido. No alcanza con asegurar un buen trabajo a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, sino que lo fundamental es que tengan confianza en que pueden hacer su vida en su país. Que confíen.

Además, tener un trabajo a partir del cual puedan vivir con sus familias, que confíen en que su horizonte vital puede realizarse en Uruguay. Eso todavía no se ha logrado, porque si no, todavía no se explica que Uruguay esté creciendo a las tasas más altas de su historia contemporánea (un hecho que se verá nuevamente confirmado este año al máximo nivel, ya que este va a ser el año de mayor crecimiento de la economía uruguaya en su historia) y que al mismo tiempo haya jóvenes que siguen pensando en que su lugar está afuera. Eso quiere decir que no confían en el Uruguay, que pueden tener trabajo, incluso hasta relativamente bien retribuido, relativamente acorde con sus aptitudes y sus posibilidades, pero que igualmente el horizonte está afuera.

Recuperar esa confianza es una tarea fundamental que tiene que estar en nuestra visión sobre el futuro y en nuestras propuestas sobre el futuro.

EC - ¿Y la precandidatura presidencial? Hoy intenté que el tema apareciera, usted dijo que tal cual había sido formulada la pregunta (¿Cómo va a trabajar desde el Senado por la fórmula presidencial del Frente Amplio?) no tenía problemas de contestarla y lo hizo. Pero no dijo nada de usted mismo.

DA - Yo –les pido que acepten esta respuesta que les voy a dar- voy a estar en el lugar que el Frente Amplio disponga para mí.

EC – ¿Pero usted entiende que la fórmula presidencial del Frente Amplio tiene que surgir de una negociación, de un acuerdo interno?

DA – También lo he dicho: lo ideal es que surja de un acuerdo.

EC – ¿Y si no lo hay?

DA – Habrá que ir a elecciones internas, que no es otra cosa que cumplir con las normas en vigencia y a eso no hay que tenerle miedo. Siempre tiene que ser posible hacer una elección interna sin traumas.

EC – Pero el Frente Amplio no ha pasado hasta ahora por la experiencia de una elección interna entre dos o tres candidatos... una elección interna genuina, como la que se da en los demás partidos.

DC – Sí, en abril de 1999.

DA – Yo espero que haya sido genuina... el resultado no me fue favorable, pero fue genuina.

[Risas]

EC – Pero en esa oportunidad el doctor Tabaré Vázquez era el candidato nombrado por el Congreso del Frente Amplio, no eran dos candidatos en situación de igualdad.

DA – Sí, es así. De todas maneras, no le quitó legitimidad a la expresión de la voluntad popular.
Ahora, volviendo atrás, lo ideal obviamente es un acuerdo, dada la historia del Frente Amplio, de sus instituciones y en particular de su congreso. Y obviamente [si hay acuerdo] igual tendría que ser legitimado por una elección interna, tal como ocurrió en el año 2004, cuando hubo un solo candidato a la presidencia, el doctor Tabaré Vázquez, y luego la interna legitimó la decisión del Congreso.

Creo que habría que hacer esfuerzos para lograr ese acuerdo, pero en caso de que no sea posible –y no hay que adelantarse- tenemos la elección interna.

EC – Y usted, para esa hipótesis, ¿sería candidato?

DA – Se verá en su momento. Yo voy a estar –perdonen que lo reitere- en el lugar que el Frente Amplio disponga...

AM: Es un dribleador...

[Risas]

***

EC – Ministro de Economía y Finanzas y senador, ¿a partir de cuándo?

DA – Creo que muy pronto, no lo tengo definido exactamente aún. Creo que voy a descansar muy pocos días (tres o cuatro nada más) y ya estaré en el Senado nuevamente.

EC – ¿Asumiría la banca la última semana de setiembre?

DA – Aproximadamente. No está totalmente definido. La próxima semana tenemos el llamado a sala, luego haremos la transición con el nuevo ministro, unos poquitos días de descanso y luego nuevamente al Senado.