Entrevistas

Lo de EEUU es "el resultado negativo del capitalismo feroz"

Lo de EEUU es "el resultado negativo del capitalismo feroz"

"Esto no es el fin del mundo", el negocio de empresas como Lehman Brtothers es "asumir riesgos que los demás no queremos tomar. En general lo hacen muy bien, [pero] de vez en cuando se queman", desdramatizó el doctor en economía Arturo Porzecanski, y dijo que hoy, en Estados Unidos, el tema principal es salvar a la aseguradora AIG y Washington Mutual. Además se refirió a la región y pronosticó un panorama complicado que podría afectar los precios de los commodities, la colocación de bonos y el empleo; "la fiesta se acabó", sentenció. Para el especialista esto es "el resultado negativo del capitalismo feroz".

EMILIANO COTELO:
La bancarrota del banco de inversiones estadounidense Lehman Brothers y la compra de emergencia de su rival Merrill Lynch por parte del Bank of America, generaron ayer un lunes negro en las bolsas de todo el mundo.

Los problemas también abarcaron a la aseguradora AIG, la mayor del planeta, que anunció que está armando un plan de reestructuración y que necesita 40.000 millones de dólares de inyección de capital.

En medio de estas turbulencias, la Reserva Federal de Estados Unidos realizó ayer dos operaciones especiales a 24 horas, prestando un total de 70.000 millones de dólares a los bancos. Por su parte, el Banco Central europeo y el Banco de Inglaterra inyectaron 30.000 millones de euros y 5.000 millones de libras respectivamente en sus mercados monetarios procurando impedir una crisis financiera de grandes proporciones.

Estas decisiones de los bancos centrales han continuado hoy. El Banco Central europeo agregó 70.000 millones de euros a un tipo mínimo de 4,32% y con un vencimiento a un día y hubo una decisión paralela del Banco de Inglaterra también aumentando su respaldo al sistema financiero.

Pero ¿cómo se llegó a toda esta situación? Y sobre todo, con el escenario que ha quedado planteado, ¿cuáles pueden ser los efectos sobre las economías a nivel global y a nivel regional? ¿Qué puede llegar a pasar con la economía uruguaya en este contexto? Vamos a analizar estos y otros temas con el doctor en Economía Arturo Porzecanski, profesor de la American University de Washington, ex economista jefe para mercados emergentes del banco ABN-Amro, entre otros cargos que ocupó en diferentes instituciones.

***

EC – Empezamos con una pregunta muy básica, para después entrar en los hechos de ayer. ¿Qué es un banco de inversión?

ARTURO PORZECANSKI:
El tema se remonta a la Gran Depresión, porque en aquella época los bancos hacían un poco de todo y especulaban mucho. Como consecuencia de la Gran Depresión -en Estados Unidos, no en otras partes del mundo- las autoridades obligaron a hacer un divorcio entre banca comercial y banca de inversión, donde banca de inversión era correduría de bolsa, asesorías, divisas, todo tipo de negocios más riesgosos.

Pero desde ese entonces las leyes en Estados Unidos se han aflojado nuevamente, para permitir que un banco comercial, como el Citibank o Morgan Chase o Bank of America, pueda tener banca de inversión nuevamente dentro de su techo.

EC – Vayamos ahora a la historia que hay detrás de lo de estos días. ¿Cómo se llega a esta caída del Lehman Brothers, que es uno de los principales bancos de inversión de Estados Unidos?

AP – Hubo una gran ola especulativa en el mercado inmobiliario en Estados Unidos, como la hubo en Madrid, en Londres, en Buenos Aires, en Punta del Este y muchos otros lados. Pero aquí [en Estados Unidos] el crack ocurrió primero y la sorpresa fue que no eran los bancos que habían concedido las hipotecas los que estaban experimentando más y más problemas en el pago normal de dichos instrumentos, sino los bancos de inversión y otros que habían comprado dichas hipotecas de los bancos que las habían emitido y habían emitido a su vez bonos con respaldo de estas hipotecas. Y en vez de vender esos bonos a todo el mundo dentro y fuera de Estados Unidos, muchas de esas instituciones se los quedaron en sus carteras porque pagaban una tasa de interés muy alta, por eso cuando reventó el mercado inmobiliario les explotó la bomba en casa.

EC – En el caso concreto de Lehman Brothers ¿qué fue lo que ocurrió? Porque el anuncio de que se declararía en bancarrota fue formulado por Lehman después de que todos los posibles compradores se retiraron... había gestiones para su venta.

AP – Sí. Cuando surgieron las primeras noticias de todo este problema, muchos meses atrás, hubo ciertas entidades que eran las más expuestas. El tema era Bear Stearns, porque era el banco de inversión que más había trabajado este tipo de mercado.

El Lehman era otro muy activo en este ramo y se entendía que ellos también se habían quedado con muchos de estos bonos en su cartera. Hubo otras instituciones como Merrill Lynch, el banco suizo UBS, que también tenían una exposición importante pero se movieron con mucha mayor agilidad para vender títulos, para vender otros activos, para reunir nuevos capitales de manera que pudieron evitar la quiebra. El Lehman no lo pudo hacer y el Bear Stearns tampoco.

EC – Leía en los cables que los compradores potenciales del Lehman Brothers fueron ahuyentados por la negativa del Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ofrecer cualquier ayuda para la compra, a diferencia de lo que había hecho seis meses antes cuando el caso de Bear Stearns, o con el rescate de las intermediarias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac a principios de mes. La actitud del Departamento del Tesoro parece que fue determinante en el caso de Lehman Brothers.

AP – Efectivamente, yo creo que ellos tenían en algún momento que ponerle un fondo a este barril que potencialmente no tenía fondo. Obviamente con campaña electoral de por medio se le podía –con todo mérito– acusar de que le estaba pasando una factura enrome al próximo gobierno, por el posible salvataje de muchísimos inversionistas, depositantes y otros en estas instituciones.

EC – Entonces, lo que ocurre es que Lehman Brothers se acoge al capítulo once, el famoso "Chapter Eleven" de la ley de bancarrota, una norma que permite, si entiendo bien, reestructurar la cartera de inversiones mientras se impide a los acreedores reclamar la devolución de sus activos. ¿Cómo es esto?

AP – La verdad es que a las instituciones financieras lo que se les aplica no es el famoso "Chapter Eleven" tradicional, sino que hay que liquidarlas con mucha mayor celeridad que un complejo industrial por decirlo así. Entonces en estos momentos lo que se está decidiendo es ver si hay partes de Lehman -por ejemplo todo el negocio de banca privada o el banco de inversión de Estados Unidos- que pudieran todavía interesarle a alguna parte compradora y así generar fondos para pagar las deudas y los otros pasivos que tiene la institución.

En este momento realmente eso es lo que se está negociando: ver si se pueden vender pedazos de Lehman.

EC – Esas gestiones están a cargo de Barclays, ¿no?

AP – Puede ser una posibilidad, Barclays no se lo quería "tragar" entero. Tiene un caso mucho más elegante con lo que sucedió en el ABN-Amro el año pasado. Nadie lo quería comprar entero pero se rompió en pedazos, y el Santander se quedó con una parte, el Bank of America se quedó con otra, y podría ser que Lehman ya en quiebra también tenga pedazos rescatables de ese tipo.

EC – Volvamos sobre algo que usted ya comentaba hace unos minutos. Hemos tenido cuatro grandes derrumbes en el sistema financiero de Estados Unidos en los últimos seis meses. Por un lado, estuvo el banco de inversión Bear Stearns; después los grupos de refinanciación hipotecaria Fannie Mae y Freddie Mac; ahora otro banco de inversión, Lehman Brothers; pero además ayer mismo estuvo en el tapete la crisis de la agencia de evaluación crediticia Merrill Lynch, que se sabe padecía graves problemas de deudas incobrables y fue comprada por 50.000 millones de dólares por el Bank of America.

Por otra parte, se planteó el caso de AIG -la mayor aseguradora del mundo- que viene preparando un plan de supervivencia que incluye la venta de alguno de sus activos más valiosos, la búsqueda de más capital y la petición de ayuda a la Reserva Federal, porque la semana pasada sus acciones perdieron 45-46% y han perdido un total de 90% en lo que va del año.

Mi pregunta es ¿cómo se explica este verdadero terremoto? Usted hablaba hace un rato de la quiebra de la burbuja inmobiliaria... ¿es lo único? ¿O también hay que pensar por ejemplo en malos controles de parte de las autoridades reguladoras del sistema financiero en Estados Unidos?

AP – Un par de puntos. En primer lugar, hoy en Estados Unidos el gran tema es cómo salvar a AIG efectivamente y a otra institución que usted no mencionó, la Washington Mutual, que es la caja de ahorros más grande de Estados Unidos; lo de Lehman y lo de Bank of America hoy ya es historia.

El tema es cómo podemos hacer algo para que, si hay que cerrar AIG o hay que cerrar la Washington Mutual, se pueda hacer con el mínimo de olas.

Segundo: estas últimas instituciones, así como las otras que mencionamos, están relacionadas con la burbuja en bienes raíces.

Tercero: ¿es falta de controles o es el espíritu animal de la cosa? Yo diría que es el espíritu animal de la cosa.

EC – ¿A qué se refiere con espíritu animal?

AP – Lo que estamos viendo es el resultado negativo del capitalismo feroz. Cuando Lehman Brothers, por más de 150 años, gana fortunas y enriquece a sus dueños y a sus funcionarios y a la ciudad de Nueva York, etcétera, nadie se queja. El día que apuestan mal y quiebran... ¿será que faltan controles? No, estas instituciones tienen todo el derecho a quebrar, tienen todo el derecho a hacer una fortuna y en general lo hacen. Todas estas son instituciones de muchísimos años de antigüedad, pero uno no siempre puede apostarle bien a la ruleta o a la quiniela, y al mercado financiero tampoco, entonces de vez en cuando son platos rotos.

Pero yo lo tomaría con esa "soda" histórica, en el sentido de que el negocio de estas instituciones es tomar riesgos; tomar riesgos que los demás no queremos tomar. En general lo hacen muy bien, [pero] de vez en cuando se queman.

EC – Pero da la impresión de que se ha ido muy lejos en el desarrollo de instrumentos financieros... Se termina trabajando en una línea demasiado angosta.

AP – Yo diría que es una línea demasiado amplia. En los últimos años a través de las mejoras de las telecomunicaciones, el acortamiento de los tiempos y los espacios, la diseminación de los conocimientos, y la ingeniería financiera, es posible construir castillos de naipes mucho más grandes que antes.

Por eso hemos tenido muchos ciclos inmobiliarios en Estados Unidos y en el resto del mundo también y no siempre arrasaron con tanta variedad de institución financiera. En general los que se quemaban antes -por ejemplo en los 80- eran las cajas de ahorro, que tenían las hipotecas en sus carteras.

En los nuevos tiempos curiosamente muchas de esas instituciones, excepto Washington Mutual, traspasaron su riesgo a estas otras y por eso el riesgo se trasladó.

Es como cuando explotó la burbuja de los "punto com". En general ningún banco comercial, ningún banco de inversión cayó por la rotura de esa burbuja; cayeron inversionistas individuales que habían invertido en esas empresas informáticas. En ese caso el sistema funcionó bien, se quemaron los inversionistas finales pero no los intermediarios. En este caso los que se están quemando más son los intermediarios.

EC – ¿Pero para usted el tema de los controles no juega un papel acá? ¿No hay una revisión pendiente a propósito de la regulación? Lo digo teniendo en cuenta que en más de un caso cuando se producen estas quiebras es la sociedad –en este caso la sociedad norteamericana pero indirectamente también la economía internacional- que termina pagando los platos rotos.

AP – Obviamente que sí, que ya está sobre el tapete ver qué tuercas habría que apretar para evitar este problema en el futuro, y más con campaña política de por medio. Todo político –ya lo están haciendo- va a prometer que bajo su administración esto nunca llegaría a pasar. Pero esto va a pasar de vuelta, porque por más controles que le pongan, este es un animal que cambia de colores, que es muy dinámico. Uno siempre puede poner controles a la última crisis pero a la próxima yo creo que es muy difícil. Hay que manejarlo indirectamente, más que nada asegurándose que aquellos que toman riesgo tienen capital para perder si calculan mal.

EC – Para terminar de ver lo que ha ocurrido me interesa su comentario a propósito de la forma en la que reaccionó el gobierno de Estados Unidos, porque procedió de manera diferente en estas últimas tres situaciones. En el caso de Bear Stearns el gobierno facilitó la compra por el J.P. Morgan; en el caso de Fannie Mae y Freddie Mac el gobierno las intervino y pidió al Congreso la posibilidad de capitalizarlas; en el caso de Lehman Brothers -según explicó el secretario del Tesoro- la situación era muy diferente: "en ningún momento consideré apropiado arriesgar el dinero de los contribuyentes para resolver este problema. No me tomo a la ligera arriesgar el dinero público", dijo, pero no explicó cuál era la razón por la cual en este caso no era razonable poner dinero.

AP – Yo creo que hubo un par de motivaciones. Una es la honesta: esto tenía el potencial de ser un boomerang político tremendo, más en la época pre electoral, porque efectivamente cuanto más se mete el gobierno para prevenir la caída de instituciones financieras más es la factura que le dejan al próximo gobierno. Creo que hubiera habido una gran impopularidad, había que ponerle fondo a este barril.

Segundo, yo creo que Paulson calculó correctamente. La primera quiebra –la de Bear Stearns- hubiera sido un terremoto financiero porque agarró a muchos desprevenidos; la quiebra de Fannie Mae y Freddie Mac también hubiera sido un evento sísmico, porque son instituciones creadas por el gobierno (fueron mal privatizadas y siempre se consideró que el gobierno estaba detrás de estas obligaciones). Pero en este caso, parte del problema es que todo el mundo se avivó y empezó a hacer negocios con otras instituciones que no fueran Lehman, que no fueran Merrill, que no fueran AIG y que no fueran Washington Mutual. En ese sentido era una crisis más avisada que las anteriores y eso justificó dejarlas caer también.

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EC – El presidente George Bush y también el secretario del Tesoro, Henri Paulson, insisten en que el sistema financiero de Estados Unidos está sólido, pero ¿cuál es su impresión? ¿Qué tan sólido está?

AP – Obviamente ellos van a decir eso, el día que no esté sólido van a ser los últimos en admitirlo. Pero yo diría lo siguiente: primero, esto no es el fin del mundo, no hay por qué retirar el depósito que uno tiene en el Citibank o quitar las acciones que uno haya comprado a través de Merrill Lynch, nada de eso. No estamos hablando de ese tipo de riesgo.

Ahora, en el sistema financiero hay un proceso de reestructuración que quiere decir destrucción por una parte y renacimiento por otro.

Hay ciertos temas más de mediano plazo. Uno es que está quedando claro que las grandes instituciones que quieren una presencia por todo el mundo se tienen que transformar en verdaderos supermercados financieros. En ese sentido, por ejemplo, la adquisición por parte de Bank of America de un Merrill Lynch, de un Morgan Chase o de un Bear Stearns, son parte de una tendencia de consolidación de la industria de más mediano y largo plazo, que nos va a llevar a que efectivamente tengamos algunos grandes almacenes, grandes supermercados financieros donde uno puede obtener un seguro, comprar un bono, vender divisas u obtener un préstamo para el auto. Por otro lado hay instituciones que no tienen una proyección mundial, que no están en todas partes, que no lo hacen todo y que se especializan en un tipo de transacción o una zona o un tipo de clientes. Pero los que están en el medio son los que están desapareciendo.

EC – ¿Qué impacto puede tener esta crisis en las bolsas de valores? Ya vimos bastante en estas últimas horas, ayer tuvimos una muestra con un desplome generalizado pero, ¿cuánto tiempo va a seguir esta caída?

AP – No sé, seguramente hoy también va a ser un martes negro. Por como apunta Asia y Europa donde nuevamente las acciones bajaron 3, 4 y 5% en promedio, probablemente quiere decir que sea un martes negro.

Se espera que la Reserva Federal haga algún tipo de anuncio esta mañana. Podría ser que anuncien una rebaja de su tasa de interés, que está en 2%, podría ser que, como sucedió en Europa, sencillamente inyecten liquidez a la tasa existente del 2%...

EC – ¿Qué significan estas medidas? Para que el oyente entienda de qué se trata.

AP – Serían inyecciones de liquidez por parte de la autoridad para asegurarse de que efectivamente cuando los bancos transan entre sí, transen al 2%, que es la tasa de interés que la autoridad quisiera imponer en operaciones de 24 horas. En los últimos días no ha sido prácticamente posible para una institución obtener fondos de otra al 2% mencionado, y en Europa pasa lo mismo. Entonces los bancos centrales están inyectando liquidez y lo más probable es que de alguna manera u otra la Reserva Federal también inyecte liquidez hoy como mínimo para efectivizar la tasa de interés de 24 horas deseada.

EC – ¿Y por qué es importante esa tasa?

AP – Porque si un banco central dice "a mí me parece que una tasa de X es la adecuada para la situación" y en la realidad se observa X + Y, el banco central queda un poco al desnudo, como que realmente no está controlando las cosas. Entonces tiene que inyectar liquidez para forzar que la tasa que se observe en el mercado sea la que anunció como la deseada.

EC – Pero yo le preguntaba cuánto va a durar esto, en qué medida va a afectar a las bolsas. Usted no tenía una respuesta precisa en este momento...

AP – Yo le elaboraré lo siguiente. Primero: en el corto plazo todavía el riesgo es de que bonos, acciones y monedas sigan cayendo hoy, mañana y pasado probablemente. Vamos a encontrar un punto de tranquilidad, en particular si se resuelven –como mencioné- los dos dominós que están tambaleando, que son AIG y Washington Mutual. Hasta que esos dos temas no se resuelvan durante el transcurso de las próximas horas o días, yo creo que las bolsas, los bonos y las monedas van a seguir muy vulnerables; eso en el corto plazo.

En el mediano plazo, yo diría que "la fiesta se acabó". Quiere decir que ese período que vimos en el 2005, 2006, 2007 y a principio de este año, de precios de materias primas en las nubes, de un mercado inmobiliario en las nubes, de un optimismo generalizado, de un gasto privado y público aumentando tremendamente, se acabó. Viene un período quizá de años de vacas mucho más flacas y entonces conviene irse ajustando el cinturón para una situación que ya comenzó hace muchos meses y que creo que tiene bastante tiempo por continuar todavía.

EC – ¿Usted estaba diciendo en particular mayor caída del precio de los commodities por ejemplo?

AP – Efectivamente, ya el precio del petróleo no hace mucho estaba por encima de 100, en los últimos días cayó por debajo de 100 y hoy se está cotizando en Londres más cerca de 90.

EC – Eso para nosotros es una muy buena noticia; no ocurre lo mismo con la caída de los granos por ejemplo.

AP – Claro, pero en realidad están todos juntos, quizá la excepción del oro transitoriamente, pero en general ha habido una gran especulación con todas estas materias primas y yo creo que en general van a seguir aflojando todas.

¿Vamos a volver a los mínimos que observamos a principio de esta década? No, porque todavía hay demanda real de países como los asiáticos y los ex comunistas que están creciendo bien, se van a desacelerar pero no vamos a una recesión global como la que vivimos en el 82-83. Pero ciertamente el período de bonanza, los mejores momentos, ya pasaron hace muchos meses.

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EC – En particular, para las economías de nuestra región ¿qué es lo que usted avizora?

AP – Una desaceleración del crecimiento económico como fruto de un contexto internacional más adverso. Por más que se detenga el proceso de estos dominós financieros que están tambaleando en estos días, creo que en general sería correcto suponer que los precios de muchos activos en monedas, commodities y bienes raíces por todo el mundo van a sufrir algún bajón adicional y los que no bajaron todavía van a empezar a bajar en los muchos meses que vienen.

EC – Con los bonos de deuda uruguaya ¿qué puede pasar?

AP – Hemos visto las cotizaciones, en particular en las últimas 36 horas se vieron afectadas negativamente por el nerviosismo, la crisis, etcétera. Eso podría calmarse pero nuevamente yo diría que la fiesta se terminó y en los meses que vienen, ya sea para el Estado uruguayo o para el Estado brasileño o argentino o una empresa chilena o colombiana, en general va a ser más difícil colocar títulos –ya sea de deuda, acciones- a los precios y por las cantidades tan favorables que vivimos en el 2005-2007.

EC – ¿Va a haber problemas de financiamiento también para los proyectos privados?

AP – Yo espero que no tengamos el tipo de paralización de negocios y de financiamiento que vivimos en períodos de verdadera crisis como en el 82-83. Yo creo que se ha aprendido mucho y estamos mucho mejor posicionados para afrontar un período de relativa sequía sin morirnos de sed.

EC – Acá en nuestro país casualmente esta semana se produce el cambio en el equipo económico, se va el contador Danilo Astori y asume en su lugar el contador Álvaro García. ¿Qué recomendaciones haría usted a la distancia a propósito de la nueva etapa que hay que encarar?

AP – Como mencioné, creo que, ya sea un ciudadano privado o un funcionario público, hay que presumir que se vienen períodos más difíciles. La recaudación del Estado o los ingresos de una persona particular no van a seguir aumentando como aumentaron en los últimos años, lo cual quiere decir que va a haber que disciplinar el gasto ya sea público o privado en los meses que viene.

El próximo presidente del Uruguay, como el próximo presidente de Estados Unidos va a tener que apretarse el cinturón.

EC – ¿Y en materia de empleo usted avizora consecuencias también?

AP – La desaceleración de los negocios de la cual estoy hablando no quiere decir que vamos a ver tasas de desocupación como en el 2002 o 2003. Pero inclusive en el mercado laboral yo creo que se va a sentir que los mejores momentos ya pasaron y se vienen épocas donde para conservar el trabajo u obtener uno nuevo y mejor pago va a haber que trabajar más.

EC – Una pregunta más que llega desde la audiencia, a propósito de la evolución que usted prevé con el dólar. ¿Qué va a pasar con la moneda de Estados Unidos?

AP – Es interesante que el dólar realmente esté muy fuerte pese a todas las malas noticias que vienen de Estados Unidos. La única moneda que le gana en las últimas semanas es el yen japonés, que se revalorizó bastante no sólo contra el dólar sino contra el euro y todas las otras monedas.

Para resumir yo creo que el dólar todavía inspira mucha confianza, todavía es una moneda de refugio y por ende yo no apostaría a que el dólar se vaya a debilitar en los meses que vienen si no es que no se debilitó hasta ahora.

EC – Pero había estado muy débil, empezaba a recuperarse y ahora lo toma "por sorpresa" esta crisis. ¿Qué pasa entonces?

AP – Dado que en los últimos días el dólar en general se ha mantenido fuerte -exceptuando contra el yen- y muchas monedas en general se han debilitado, yo supongo que podemos extrapolar estas últimas observaciones y decir que el dólar no se va a desmoronar y que al contrario, muchas de las monedas de nuestra región pudieran debilitarse un poco más con relación al dólar.

(Foto: AFP)