Entrevistas

García: "Si la recaudación sube más de lo previsto, ahorraremos esos recursos"

García: "Si la recaudación sube más de lo previsto, ahorraremos esos recursos"

El nuevo ministro de Economía, Álvaro García, dijo que su prioridad será el combate a la inflación, tarea para la cual el gobierno cuenta con varias medidas. Entre otras, no descartó una suba en la tasa de interés de política monetaria. El funcionario se comprometió a que si la recaudación sube por encima de lo previsto –por mayor crecimiento de la economía-, esos recursos se ahorrarán y se aumentarán las reservas para comenzar con la generación de políticas anticíclicas. Respecto a su impronta en la gestión, señaló que se procurará tener para 2009 una batería de medidas de impulso a las Pymes.

EMILIANO COTELO:
Es el ministro más joven de este gobierno y debe lidiar con la cartera más complicada, en un escenario que presenta varios desafíos.

El contador Álvaro García, de 47 años de edad, asumió el jueves pasado como nuevo ministro de Economía y Finanzas sustituyendo al contador Danilo Astori.

En momentos en que los mercados internacionales se presentan turbulentos, el flamante ministro va a tener que tomar decisiones respecto a algunos temas sensibles, por ejemplo inflación, por ejemplo el cuidado fiscal. A eso se suma que el Contador García quiere darle su impronta a la gestión en el ministerio según ha dicho, haciendo hincapié en aspectos de la micro economía en especial el apoyo a las pequeñas y medianas empresas.

¿Qué puede hacer Uruguay para pararse en este contexto más adverso? ¿Cuáles son las ideas que el nuevo ministro quiere impulsar? ¿Qué puede pasar con el dólar? De estos y otros temas vamos a conversar en los próximos minutos con el Contador Álvaro García.

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EC – Lo hemos entrevistado en otras ocasiones, pero en su rol anterior de presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND). Ya en el primero de esos reportajes habíamos realizado una especie de presentación. Creo que vale la pena, por lo menos, repetir aquí algunos de los datos básicos.

¿Quién es el contador García? Acaba de cumplir 47 años, está casado, tiene dos hijos, es contador público egresado de la Universidad de la República en 1985, tiene un postgrado en finanzas en la Universidad ORT en 1995, ha sido docente universitario, entre 1986 y 2002 se desempeñó en la firma Citesa (Compañía de Instalaciones Telefónicas y Eléctricas Sociedad Anónima) y entre 2002 y 2004 trabajó en la sede de Pirelli en Brasil.

Después, cuando el presidente Tabaré Vázquez lo convoca en marzo de 2005, es nombrado presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo, cargo en el que estuvo hasta hace muy pocos meses.

¿Y qué le dejaron, justamente, sus experiencias, el pasaje del sector privado al sector público?

ÁLVARO GARCÍA:
Una experiencia interesantísima por primera vez trabajar para el sector público, aunque hay que hacer la aclaración de que trabajar para el sector público en una persona pública no estatal, que de hecho trabaja en sus relaciones con terceros con el derecho privado.

Por lo tanto yo creo que el pasaje no fue tan duro en el sentido de pasar de trabajar con un estatuto privado a un estatuto público puro, sino que a través de lo que fue la Corporación, como persona pública no estatal, se pudieron tomar medidas que tienen que ver con derecho privado y que dan mayor flexibilidad a la hora de actuar. Por lo tanto, el impacto de cambio de privado a público no fue muy fuerte.

Y lo otro es aprovechar la experiencia de la vida en el sector privado para tratar de tomar lo mejor de ello e imprimírselo al sector público en la medida de lo posible.

EC – Igual que el presidente Vázquez, usted proviene del Partido Socialista, incluso en algunas notas de prensa en estos días lo han comparado a usted con Vázquez en el sentido de que los dos vienen de barrios populares como La Teja y Sayago, en su caso...

AG – No, hay que corregir ahí. Yo soy de Malvín, soy de los cuatro vientos.

EC – ¿Y por qué la identificación con Sayago?

AG – Por dos motivos: por Racing y por la murga Contrafarsa.

EC – Y comparten pasiones populares también, como el fútbol, el carnaval; pero mi pregunta iba, sobre todo, a saber, más allá de integrar el Partido Socialista, ¿cómo se define políticamente?

AG – Progresista.

EC – ¿Qué quiere decir progresista?

AG – Progresista quiere decir entender que el Uruguay tiene un largo camino a recorrer para generar prosperidad para su gente. Yo creo que esa sería la definición más amplia. Eso se enmarca absolutamente dentro de lo que es el programa de gobierno del Frente Amplio y después uno tiene sus visiones más allá, pero tiene su vida acotada a determinada cantidad de años. Por lo tanto, mirando el país en perspectiva yo creo que es eso, es un largo camino como para generar prosperidad y bienestar y equidad para toda la gente.

EC – Eso lo puede decir también un colorado, lo puede decir un blanco.

AG – Mejor, vamos a lograr más consenso como para llegar al objetivo.

EC – Vamos a ver cómo es que usted recibe el ministerio de Economía, cómo recibe la economía del país. La recibe con algunos datos que podrían ser calificados de excepcionales, ¿no?

AG – Asombrosos.

EC - El PBI (Producto Bruto Interno) creció 13% en el primer semestre del año en comparación con igual período del año pasado. Esto ha implicado corregir la proyección del gobierno para el conjunto del 2008. Ahora usted mismo ha dicho que se piensa que el PBI va a crecer 9,5% este año.

Por otro lado, el desempleo está situado en el 7,6% de la población económicamente activa. Cuando el Frente Amplio había asumido esperaba terminar el gobierno llegando al 10%, o sea que ya se pasó para abajo y holgadamente aquel objetivo.

Son buenos también los números fiscales en comparación con la historia del país: el déficit fiscal de 0,9% del PBI en los doce meses cerrados a julio. Pero por ahí vienen algunas de las sombras o de las preocupaciones que le marcan a este equipo económico desde la oposición: el aumento del gasto que está previsto en la Rendición de Cuentas y por otro lado el detalle de la inflación.

La inflación está en 7,26% en los últimos doce meses a agosto, cuando la meta del gobierno está entre 3 y 7. Para fin de año suena muy difícil que se la pueda alcanzar.

Entonces, partiendo de esos números, ¿usted para dónde piensa o para dónde pensaba llevar el Ministerio de Economía?

AG – Pensamos llevarlo, como ya lo hemos dicho, en una línea de continuidad de lo que ha sido el comportamiento o las políticas macroeconómicas que han sido las que han brindado el marco necesario como para la realización de otro tipo de cosas posteriormente; las políticas macroeconómicas como una de las fuentes de estabilidad.

Si uno mira un poquito el desarrollo del país en el Siglo XX, uno ve que el Uruguay ha crecido a tasas promedio de uno y poco. En la primera mitad del Siglo XX el país creció a tasas de casi dos, en la segunda mitad tasas promedio por debajo de uno (0,8), por lo tanto aquella sensación de la "Suiza de América" y del "país de las vacas gordas" quizá, en parte, se explique por una razón económica.

Entonces, mirado en el mediano y largo plazo y con la perspectiva de luego de la crisis de 2002 un crecimiento de Uruguay a tasas promedio de 8%, qué debemos hacer hoy como para tratar. Aprendiendo las lecciones de la historia, revertir aquellas tasas de crecimiento bajas, muy bajas promedio, que nos rezagó durante el Siglo XX de un gran grupo de países. ¿Y cuáles fueron las causas? Las causas fueron que hubo períodos de crecimiento durante todo el Siglo XX importantes, pero también hubo períodos de recesión que se llevaban buena parte de lo ganado durante ese tiempo.

Ahí hay varias cuestiones. Uno de los principales problemas a finales del Siglo XX de todas las políticas económicas era el combate a la inflación. Recordemos que el país ha tenido, durante varios años, inflaciones superiores al 100%.

Mediante diferentes políticas llevadas adelante, básicamente tomando el dólar como ancla cambiaria en muchos casos, se logró bajar a niveles de inflación deseables que son los menores a un dígito.

Por lo tanto es un elemento sumamente importante y muchas veces saludamos la preocupación que existe cuando se mueve un pequeño porcentaje de la inflación, porque eso significa que la gente ha tomado conciencia de lo que implica el tema de la inflación.

A partir del año 2003 en adelante se cambió el criterio, se pudo cambiar por un criterio de metas de inflación. Eso implica que el dólar se encuentra flotando desde aquel momento, con intervenciones puntuales básicamente en los últimos tiempos, además para tratar de quitarle volatilidad, pero no para ir en contra de la tendencia, sino que, justamente, la idea es esa. ¿Por qué? Porque implica quitar una vulnerabilidad muy grande que el país tuvo en el pasado: el famoso llamado "atraso cambiario", que implicó muchos casos y la gente por supuesto que lo recuerda, situaciones de problemas económicos, pero hasta de dramas familiares. Hoy en día, por ejemplo, ya esos dos factores no existen. El endeudamiento interno, como tema de agenda, recordemos lo que ha sido, básicamente en dólares, y el problema de estar sabiendo que había un dólar atrasado.

Hoy en día y desde el 2003 en adelante el país tiene un dólar que flota y acompaña los movimientos que la economía determina. Por lo tanto, ahí hay un factor de no vulnerabilidad que existía en el pasado.

Entonces, ¿qué se debería hacer de ahora en adelante? Uruguay es un país pequeño, es un país sujeto a los vaivenes de la economía regional, de la economía internacional. Por lo tanto, un objetivo de las políticas macroeconómicas en los últimos años ha sido tratar de reducir las vulnerabilidades que este país tiene, de diferente tipo, inclusive preparándose para situaciones como ésta; quizá no pensando que podría ser tan profunda, pero igual, de cualquier manera, preparado.

Para dar dos ejemplos y tratando de ver en qué vamos a seguir haciendo hincapié y fortaleciendo, la vulnerabilidad financiera que el país tenía hace cinco, seis, siete años no es tal hoy en día.

EC – ¿A qué se refiere con vulnerabilidad financiera?

AG – Las necesidades de caja que tiene cualquier país o de crédito para acceder a los recursos que necesita hoy en día podemos decir que Uruguay los tiene cubiertos hasta mediados de 2010, en función de las políticas que se han llevado en los últimos tiempos.

Distintas políticas, el ministro Astori lo ha planteado en diversos momentos, yo le asigno especial importancia a la creación de una unidad de deuda para el manejo de lo que es la deuda del país de manera general, de manera integral, de manera profesional, lo que ha permitido mejorar muchísimo el perfil de esa deuda en distintos aspectos: desde el punto de vista de reducir la deuda en moneda extranjera, desde el punto de vista de trabajar más con deuda soberana y menos con deuda condicionada, desde el punto de vista de acompasar mejor los vencimientos de esa deuda, que, recordemos que al comienzo de gobierno llamábamos "las dos torres gemelas" en el gráfico de vencimientos de deuda a las que teníamos en 2006 y 2007.

Entonces, todo ello contribuye a generar una estabilidad macroeconómica que no es la única condición como para que el país continúe desarrollándose, pero que es condición imprescindible.

EC – Pero ahí usted está reseñando lo hecho hasta ahora, lo que se construyó durante la gestión del contador Danilo Astori como ministro al frente del equipo económico. ¿Por dónde vienen sus decisiones? ¿Por dónde vienen los pasos que usted va a dar? Con ese objetivo que decía, de consolidar la estabilidad y mantener al país atractivo para la inversión de modo de que el crecimiento pueda mantenerse con esas tasas altas que ha tenido quizá no tan altas como las de los últimos años, pero más altas que las históricas.

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EC – Su preocupación es mantener estas nuevas tasas de crecimiento que viene mostrando la economía, supongo que no el 9% anual que nos haría parecer a China. ¿Qué tasas son las que están en su cabeza y en las del equipo económico?

AG – Creo que es deseable que el país crezca a tasas normales, estas son tasas extraordinarias, pero mayores a las históricas como para implicar un piso de crecimiento imprescindible para que el Uruguay pueda ser un país desarrollado, ¿por qué no? Creo que de eso, primero que nada, debemos convencernos todos los uruguayos de que puede ser así.

Quería hacer el siguiente razonamiento: para seguir con tasas de crecimiento importantes es absolutamente imprescindible que los niveles de inversión sean altos tanto a nivel de inversión física como a nivel de inversión en capital humano. Y además de eso, un tercer factor que es que esa inversión –la inversión existente tanto en capital físico como capital humano- rinda más unidades de producto por cada unidad de factor aplicado.

EC – O sea que mejore la productividad.

AG – La productividad país, exactamente. Ese es casi un proceso yo no diría independiente de la evolución macroeconómica. Por supuesto que en un mejor ambiente con crédito, con actividad, evidentemente es mucho mejor trabajar sobre la mejora de la productividad de las empresas, pero de cualquier manera se puede hacer ese trabajo de manera continua.

¿A qué voy con esto? Está demostrado que el Uruguay necesita mejorar su productividad de país. Entonces, si entendemos que para el crecimiento es necesaria la inversión, es fundamental que la gente e inversores -extranjeros y uruguayos- perciban que el clima de inversiones es adecuado para ellos. Nadie va a invertir pensando que hay una inestabilidad inminente que puede hacer caer su inversión en el corto o mediano plazo. Eso es así y es evidente.

Por lo tanto, el trabajo sobre cuatro bases o cuatro líneas de estabilidad: una histórica del país, que nos enorgullece a todos aquí en el exterior, que es la estabilidad político-institucional y que compartimos todo el sistema político con ella, es una estabilidad a seguir alimentando por supuesto y es una básica.

La estabilidad macroeconómica es otra, pero también es importantísima la estabilidad social. O sea cuando este gobierno encara las medidas que encaró y está encarando con respecto a aumentar el gasto social para atender situaciones absolutamente de emergencia, porque no eran solamente las dos "torres gemelas" de vencimiento de deuda que había al principio, eran miles y cientos de miles de personas en situación de pobreza e indigencia. Eso también hace al clima general del país. Mejorar la estabilidad social y un mejor sistema de bienestar social nos hace ser un mejor país. Y un mejor país es un mejor país también, además, para el clima de los negocios. O sea, es entrar en un círculo virtuoso.

Y la cuarta es la estabilidad de reglas microeconómicas, entendiendo por eso todas las reglas que tienen que ver con las instituciones o las reglamentaciones o leyes que tienen que ver con las reglas de juego de la economía, pero, además, el rol del Estado, que desde nuestro punto de vista entendemos que tiene que ser un rol activo, para corregir aquellas fallas de mercado en donde éste no actúa y no soluciona los problemas como está demostrado en infinidad de casos.

Entonces, en este último punto quizá, y quiero marcar que mi actuación va a ser un año y medio, hasta el cierre del gobierno...

EC – Usted apuesta a hacer énfasis en esto, justamente en el terreno de las microeconomías. ¿Por qué, en qué tipo de disposiciones, normas e iniciativas está pensando?

AG – Primero, en una línea de continuidad hay momentos para todos. Yo creo que estamos en momento de ir rematando algunos temas. Uno de ellos ya está encaminado y me alegro muchísimo de que así haya sido y la realidad lo está demostrando, que es la creación de la Agencia Nacional de Innovación. Yo asigno especial importancia a que el gobierno haya definido el concepto de innovación, que lo haya adoptado a través de un gabinete, al más alto nivel político y que eso haya derivado en una agencia especializada para atender los temas de ciencia, tecnología e innovación.

Eso quiere decir que el Uruguay hoy tiene una instancia, una institución fuerte, en la cual todo lo que tenga que ver con las políticas de ciencia, tecnología e innovación van a ser ejecutadas a través de esa agencia.

Y acá engancho con lo que hablábamos al principio de lo que uno pudo haber aprendido del sector privado: eso implica eficiencia en el uso de los recursos, no tener disperso en diferentes instituciones el uso de los recursos, porque muchas veces no se sabe en qué se está gastando.

Paralelamente a esto y también en función de la actuación nuestra en la Corporación, lo vivimos muy de cerca y a comienzos de este año se lo planteamos al señor presidente y él lo aceptó y nos indicó trabajar en ello, tenemos también una realidad de todos aquellos programas que son de apoyo a la competitividad pero que no tienen que ver con ciencia, tecnología e innovación, en los cuales la realidad encontrada fue una atomización importantísima.

Y se dieron varios pasos. Se dio el paso, primero, de sentarse en una misma mesa, todos, a empezar a coordinar; segundo paso fue hacer una guía de esos programas -en aquel momento se llegó a 68 programas: 47 en el sector público más 25 en el sector privado-. Bueno, no cierra. Ha cambiado tantas veces la cantidad de los programas existentes que uno pierde la cuenta; pero es una cantidad importante.

El tercer paso fue generar una página web desde la Corporación, que se llama Uruguay Fomenta -que es uruguayfomenta.com.uy-, intentando transparentar todos esos programas existentes en diferentes lugares para que los destinatarios, que son los micro, los pequeños y los medianos empresarios de este país, pudieran saber lo que el Estado ya estaba haciendo en función de apoyo al fomento productivo.

El cuarto paso fue, hace pocas semanas, la inauguración de espacio físico Uruguay Fomenta.

Por eso decía de rematar algunas cosas. Me parece que ahí hay que dar un salto institucional...

EC – ¿Concretamente de qué está hablando?

AG – La creación de una Agencia Nacional de Desarrollo. O sea, pasar de lo que es la coordinación de esos programas, que ha llegado a su techo máximo, a dar un salto institucional y generar una agencia...

EC – Por supuesto, aparece de inmediato el temor a la burocracia, ¿no?

AG – No, no, al contrario, no es creando cosas nuevas, sino justamente aprovechando lo que existe. No ha sido presentado todavía el proyecto de agencia. Ha habido un trabajo que hemos realizado, está el diseño hecho, pero no tenga temor a eso, sino todo lo contrario, la búsqueda aquí es de la eficiencia, la eficacia y la transparencia en el uso de los recursos.

Nos parece que sería un buen legado, un buen trabajo que podríamos hacer, dejar
en cinco años al país con dos instituciones fuertes, claras y visualizables por los
destinatarios, que son los empresarios.

EC - ¿Todos los empresarios?

AG – Sí, todos los empresarios.

EC – ¿De cualquier tamaño de empresas, de cualquier sector de actividad, en cualquier lugar del país ubicadas sus instalaciones? Pregunto porque más de una vez se ha hablado de aplicar políticas que privilegien determinados rumbos, ¿no?

AG – Ahí está, eso también ha sido objeto de discusión estos años. ¿Vamos a aplicar solamente políticas de corte transversal, que lleguen independientemente a todos los sectores, o vamos a aplicar políticas sectoriales? Y yo creo que estamos avanzando en un valor agregado en el país en ese tema, en un acercamiento que se ha plasmado en la presentación, hace pocos días, pocas semanas, de una nueva agenda de competitividad que tiene que ver con todo el mundo micro económico. Entonces, ¿qué significa esto? Bueno, cómo hacemos para mejorar la competitividad de las empresas uruguayas.

Yo creo que es una mezcla de las dos cosas. Necesariamente hay que trabajar con políticas transversales que apliquen y que lleguen a todos, como por ejemplo ha sido la Reforma Tributaria y sus incentivos, o por ejemplo la nueva reglamentación de la ley de inversiones, pero también hay que focalizar yo no diría en sectores, porque los sectores son muchas veces un mundo muy amplio que incluye diferentes cosas. La idea es trabajar en una lógica matricial e ir prácticamente a ver nichos de producto-mercado en los cuales se pueda trabajar.

EC – Pero, por ejemplo, una línea que se piense privilegiar.

AG – La idea concreta es la siguiente: las empresas grandes de por sí no necesitan ningún tipo de ayuda. Las que necesitan apalancar, y cuando digo apalancar es el término exacto, es como cuando un auto está en el barro patinando y se le pone una cosa para que salga y siga, por ejemplo una línea es programas de desarrollo de proveedores, que va también en la línea del círculo virtuoso del "gana gana". Nosotros estamos recibiendo inversiones grandes y muchas veces no tenemos las capacidades en el país como para proveer de los insumos intermedios que necesitan esas inversiones grandes. Entonces trabajemos, generemos programas junto con la empresa grande, con el Estado, o con el Estado en su versión territorial –que es el gobierno departamental-, para a través de lo que nosotros entendemos es una agencia de competitividad y desarrollo, asignar recursos, ayudar a las empresas más chicas a que generen sus capacidades, para ser proveedoras de empresas grandes. Es sólo un ejemplo para no extenderme demasiado.


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EC – Usted tiene un reclamo en ese sentido, que se ha escuchado bastante en estos últimos meses de parte de las Pymes, en cuanto a que la Reforma Tributaria que se implementó en este período de gobierno, desalienta a las empresas grandes a subcontratar con chicas. ¿Qué tiene para decir sobre ese punto en concreto?

AG – Primero que el reclamo fue fuerte al inicio, implicaba un cambio importante, pero también implicaba incentivar a las empresas chicas a que dieran un salto a incorporarse a una tributación a través de IRAE (Impuesto a la Renta de las Actividades Económicas), que iba a dar para mejorar también su gestión.

Lo segundo es que recién hablábamos de medidas que son medidas más genuinas, permanentes, a mediano y largo plazo, pero también queremos ver las de cortísimo plazo. Entonces, como estamos hablando de un período de un año y medio, hasta fin de gobierno, a mí me parece pertinente, y así lo vamos a realizar y lo hemos comunicado, vamos a trabajar con las gremiales que tienen que ver con las micro, pequeñas y medianas empresas. Vamos a hacer un llamado, nos vamos a sentar a conversar y vamos a escuchar este tipo de situaciones. Por ejemplo, el tema tributario es uno, pero a la luz de un año y pico de implementación de la Reforma Tributaria, ver qué cosas entienden las gremiales de Pymes que son pasibles de mejoras.

Y estamos también con la idea de hacer algo similar a lo que se hizo con la Reforma Tributaria, que fue la publicación en web, de consultas para cualquier micro y pequeño empresario que pueda ingresar y hacernos llegar su comentario.

Le daremos un período de unos 60 días a ese proceso y nos daremos un período también similar como para –y el compromiso es éste- sentarnos a analizar la factibilidad jurídica y técnica de algunas de las reformas y la económica. Entonces, en ese caso creo que estaríamos en condiciones de los primeros meses del año que viene tener una batería de medidas como para aggiornar lo que son las medidas de impulso a las Pymes.


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EC – Hasta ahora el gobierno del Frente Amplio había contado con un contexto internacional muy favorable, casi podría decirse que inmejorable; pero en estos últimos meses ese escenario se ha vuelto más adverso y a usted le tocó asumir como ministro justo cuando hizo crack el sistema financiero de Estados Unidos. Entonces, más allá de que todos reconocen que Uruguay está mejor preparado que en otras coyunturas internacionales complicadas, hay, desde el sector de los analistas y por supuesto también desde la oposición, una serie de advertencias que se están formulando a propósito de cómo tiene que proceder el equipo económico en estas circunstancias. Usted, antes que nada, ¿qué es lo que tiene pensado hacer? ¿Cómo plantarse frente a esta novedad?

AG – Primero, la novedad, como usted decía, de los últimos días no era una cosa desconocida ni mucho menos, pero ha pasado por diferentes estados de ánimo. Creo que estamos a partir del miércoles o jueves pasado en una situación en la cual las señales son muy fuertes. Por lo tanto, existe riesgo por lo menos a nivel de lo que son los países de la Zona Euro, Estados Unidos, Japón, de la generación -vamos a ver ahora cómo se procesa todo este tema de los apoyos de la Reserva Federal de Estados Unidos a la situación-, de una retracción del crédito a nivel internacional.

Entonces, el primer aspecto es el financiero puro, que es el que en general pega primero. En ese sentido, ya hablamos algo anteriormente sobre lo que se ha hecho en función del combate a las vulnerabilidades, básicamente en este caso las financieras, y allí en el contexto de tener una Rendición de Cuentas votada con un nivel de gasto previsto y con un país creciendo, habiendo corregido el crecimiento al alza, tenemos la tranquilidad de contar con los recursos financieros por lo menos un par de años más.

Esa es una primera reflexión, que es lo que más inmediatamente aparece. Inclusive tuvimos la oportunidad de conocer a la vicepresidenta del Banco Mundial el día viernes y estuvimos repasando un poco las líneas. Y no solamente con el Banco Mundial, sino a través de otros mecanismos como es el Fondo Latinoamericano de Reservas, de reciente creación, como lo que es la Corporación Andina de Fomento y la entrada de Uruguay en ella, el propio Banco Interamericano de Desarrollo, de determinadas líneas -para decirlo de manera más sencilla- de crédito, a las cuales el país puede acceder de manera general en caso de tener necesidad. O sea que además de tener ya los recursos como para manejarnos en los próximos años, existen también otras alternativas de recurrir a organismos.

Todo en función de lo que el Uruguay ha hecho, de cómo está posicionado, de la visión que se tiene de Uruguay.

EC – Ayer, en una tertulia que hicimos con los economistas Julio De Brun y Gabriel Oddone y con el doctor Arturo Porzecanski, discutíamos a propósito de qué pasa con países como el nuestro en una situación como la que se avecina y aparecían algunas sugerencias o propuestas.

Por ejemplo, el economista De Brun estaba preocupado por la mezcla que tenemos hoy de política monetaria expansiva y política fiscal también expansiva, algo que, decía, puede ser favorable en el corto plazo desde el punto de vista de la actividad, pero complicado de revertir si fuese necesario. Por eso proponía reducir el gasto público y, además, hacer realidad la política monetaria contractiva que se ha venido pregonando pero que no se concreta.

¿Usted ve viable tomar este tipo de medidas?

AG – Ahí hay varias cosas. Primero que eso, hablábamos del riesgo financiero; el segundo riesgo que nos preocupa es el tema de la actividad. Como yo decía, hemos corregido al alza, en función del comportamiento del PBI del primer semestre, la meta para el año y hemos corregido un poco al alza la meta para 2009. De cualquier manera, acá quiero establecer que vamos a mirar con ojo muy cercano y con mucha cautela cómo impacta esta situación a nivel de los países que hablábamos hoy en el resto de los países, porque hoy en día la situación en el mundo es que los países emergentes el bloque del BRIC: Brasil, Rusia, India, China, son un montón importante de crecimiento económico. Entonces, vamos a estar muy atentos a ver hasta dónde se acoplan esos países a esta situación crítica y hasta dónde no. Porque en ese caso también Uruguay ha ido procesando una reducción de su vulnerabilidad comercial. Como decía, a fines de los 90 - comienzos de esta década Uruguay tenía muy concentrado su comercio básicamente en el Mercosur. Por lo tanto, teníamos un riesgo importante allí y de hecho lo sufrimos, en un momento hubo problemas con Brasil y problemas con Argentina. Hoy en día Uruguay tiene un abanico de países clientes mucho más diversificado de lo que fue en el pasado. Por lo tanto, es importante para nosotros ver qué es lo que sucede con el resto del mundo en esta situación como para analizar si efectivamente va a impactar a nivel de actividad.

Yo diría que el principal foco de atención va a ser el trabajar con muchísima atención, como hasta ahora, sobre la inflación.

EC – La inflación era un desafío ya y ahora con la nueva situación puede convertirse, eventualmente, en un problema mayor. Un dólar más alto como el que se está consolidando de 20 pesos puede empujar la inflación hacia números más cercanos al 10%, un guarismo que a su vez dispara una serie de mecanismos de ajuste complicados para la economía uruguaya, según lo que advertía el economista Gabriel Oddone. ¿Qué piensa hacer en ese sentido?

AG – Ahí hay que ver todo el panorama. También la suba del dólar y también como se ha dicho y es así en buena parte, es un poco reflejo o causa de la evolución de los precios de los commodities. Y Uruguay, en este año, el principal empuje inflacionario que ha tenido ha sido, básicamente, por causa del efecto inflacionario de los alimentos. Por lo tanto, ha habido un descenso en el precio de los commodities que va a impactar también en el índice de precios. Ha habido un descenso del precio del petróleo. La incertidumbre sobre el escenario internacional yo creo que se refleja claramente en lo que es la volatilidad de los precios. Anteayer tuvimos una suba del precio del petróleo, la mayor de toda su historia en un solo día, y ayer tuvimos una bajada. Por lo tanto, hay que mirar el panorama de la canasta de precios en toda su dimensión. Es cierto que, obviamente como buena parte de los insumos que forman parte de la canasta están valorizados en dólares, cualquier suba del dólar impacta sobre los precios; pero estamos con la visión arriba de eso.

EC – ¿Qué quiere decir?

AG – Con la visión arriba de eso quiere decir que estamos mirando muy de cerca la evolución de la inflación permanentemente.

EC – La semana pasada cuando usted participó en esta mesa de negocios con el gobierno de Uruguay que organizó el Economist Intelligence Unit dijo, según la crónica que publicó el diario El País, que uno de los focos de su gestión sería la inflación. Incluso mencionó que no se podían descartar nuevas subas de la tasa de interés y revisar a la baja algunos precios administrados como el boleto, la cuota mutual, la leche, aprovechando aumentos de la demanda que se han dado últimamente.

¿Qué instrumentos van a utilizar?

AG – Los instrumentos son variados y son básicamente la misma paleta de instrumentos: política monetaria, política fiscal, políticas salariales y otras medidas. Ahí, en algunas que fueron nombradas recién, incluimos diferentes tipos de medidas. Por ejemplo, una, y no la descartamos dentro de la política monetaria, es trabajar con la tasa de interés, que es el indicador que se ha elegido en los últimos tiempos y que lo vamos a mantener, como para señalizar a la plaza lo que es la política, si es que así lo amerita en el próximo Comité de Política Monetaria, los movimientos que sean necesarios tomar.

EC – O sea puede llegar a subir efectivamente la tasa de interés. ¿Cuándo se estudia esto?

AG – En los primeros días de octubre hay un Comité de Política Monetaria y allí lo veremos.


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EC – ¿Qué otras medidas, además de una eventual suba de la tasa de interés?

AG – Esa es una medida de la política monetaria. En políticas fiscales no se descartan, como se dijo allí, recurrir a medidas que ya se han aplicado en diversos casos. Por ejemplo en subsidiar de manera directa algún tipo de precios, como ha sido en el pasado con el tema del boleto, con el tema de la leche. También ha habido exoneraciones de impuestos, que implican impactos en la política fiscal, son medidas de política fiscal. Y toda medida que pueda implicar aplicar recursos al combate de la inflación, básicamente ese es el resumen.

Desde el punto de vista salarial, las propias pautas de los Consejos de Salarios han implicado una actitud en el planteamiento de la propuesta que ha ido, básicamente, excepto una tercera posibilidad, hay dos posibilidades, en la cual está más premiada con un incremento real superior esa posibilidad que implica alargamiento en los plazos en los Consejos de Salarios y un estiramiento también en los mecanismos de ajuste. Por lo tanto, tratar de ir desindexando y difiriendo en el tiempo el tema de los ajustes salariales, sin dejar de recuperar salario real, por cierto, porque se ha recuperado un 20% en lo que va de este período de gobierno.

Y en cuarto lugar otro tipo de medidas, que son más heterodoxas, como por ejemplo los acuerdos de precios que se han llevado adelante básicamente a través de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), que son medidas que ayudan todas ellas en esa batería al combate de la inflación.

EC – Efectivamente, hay un análisis que ustedes han hecho, según el cual en alguno de estos productos la demanda ha crecido de manera fuerte y eso permitiría a los empresarios bajar los precios. ¿Cómo es ese razonamiento?

AG – Sí, exacto. Las empresas tienen costos fijos y costos variables, por lo tanto cuanto mayor es el volumen, el margen de contribución del volumen de ventas menos el costo variable ayuda a pagar los costos fijos. Por lo tanto cuando aumenta el volumen de esas ventas es posible disminuir el precio sin reducir la ganancia que se tenía en el sector.

EC – ¿En qué productos están pensando en ese sentido?

AG – Y en ese sentido lo que ha crecido muchísimo ha sido la venta de boletos por ejemplo, lo que ha permitido que la instrumentación del subsidio haya sido absolutamente exitosa, porque se instrumentó y ha permitido el mantenimiento del precio.

EC – ¿Y en el caso concreto del boleto qué medidas van a tomar?

AG – Repetir la experiencia. Hay que analizar los números y ver si es necesario de acuerdo al control que estamos realizando sobre la evolución de la inflación.

EC – ¿Usted dice que puede no llegar a ser necesario el subsidio del boleto?

AG – Sí, claro. Yo no estoy anunciando medidas, estoy diciendo que tenemos a mano una batería de medidas a las cuales podemos echar mano en el momento que sea necesario.

EC – Y a propósito de los reclamos que llegan de distintos sectores, por ejemplo del empresariado, pero también de la oposición en cuanto a la evolución del gasto. Usted algún comentario ya hizo sobre este tema, pero en general hay como una alarma por el hecho de que se vaya a llegar efectivamente a los aumentos de gastos que se han previsto, que se han autorizado en la Rendición de Cuentas.

AG – Si uno analiza la evolución del producto y la evolución del gasto en este período, el gasto está muy por debajo de la evolución del producto.

Segundo, se dice: "Bueno, se podría haber gastado menos". Ahí hay un tema de política. Hoy hablábamos al comienzo de la importancia de la generación de estabilidades. Yo hacía comentarios sobre la estabilidad social. Había en algún lugar situaciones explosivas, indignantes, y en otros casos aún no totalmente corregidas, pero situaciones de atrasos salariales importantes.

EC – Pero estamos hablando de seguir aumentando el gasto y por allí vienen las inquietudes.

AG – No, no, ¿cómo seguir aumentando el gasto? Hay una Rendición de Cuentas votada y a eso nos vamos a remitir.

EC – Claro, pero qué pasa si después la evolución de la economía complica afrontar ese nivel de gasto que va a quedar consolidado. Por ahí vienen las advertencias, más allá de que por otra parte convendría ahorrar para momentos complicados, si es que vienen momentos difíciles como pueden llegar a venir con este nuevo contexto internacional.

AG – No está previsto una situación de ese tipo, pero también en la presentación de The Economist hicimos esa aclaración. En caso de tener niveles de recaudación por sobre los que están previstos está comprometido el ahorro de los mismos.

EC – ¿Y eso puede ocurrir concretamente este año, ahora que las proyecciones de crecimiento de la economía han aumentado?

AG – No hay una relación lineal entre crecimiento de la economía y recaudación. Por lo tanto, ahí no puedo avanzar más. Vamos a seguir monitoreando, pero los criterios son esos que hablamos.

EC – ¿Pero entonces por lo que usted señala no se bajaría el nivel de gasto máximo que ha autorizado la Rendición de Cuentas?

AG – No, se compromete y hay un compromiso de que se cumple con los lineamientos de la Rendición. Eso quiere decir que no se baja ni se sube. Por supuesto, una cosa es lo previsto presupuestalmente. Si la ejecución fuera menor, nos vamos a poner contentos, por supuesto. Pero el nivel de gasto está comprometido y asegurado los recursos para ello.

EC – Y si por otro lado hay recursos que pueden ahorrarse, por ejemplo porque la recaudación sobrepasa las previsiones, ¿qué destino tendrá ese dinero?

AG – Aumentaremos nuestras reservas para, quizá, comenzar con lo que es deseable, que es la generación de políticas anticíclicas en el país.