Entrevistas

"La sensación de gravedad en Estados Unidos es similar al año 2002 en Montevideo"

"La sensación de gravedad en Estados Unidos es similar al año 2002 en Montevideo"

El corresponsal de En Perspectiva, Roberto Porzecanski, indicó que la crítica situación financiera de Estados Unidos volvió a darle el liderazgo a Barack Obama en las encuestas. "Los asesores de Obama están bastante contentos de que esto explotó", señaló. Además, dijo que la percepción general en Estados Unidos es que cuando en Wall Street hay problemas aparece la plata, pero cuando las familias y pequeñas empresas tienen problemas para pagar las hipotecas, el combustible o el seguro médico, se dice que no están los recursos. "Si no se logra un acuerdo legislativo, la economía puede irse en caída libre", concluyó.

EMILIANO COTELO:
Fue una jornada histórica y sin precedentes en Estados Unidos. El presidente en ejercicio George W. Bush y los candidatos demócrata y republicano a sucederlo (Barack Obama y John McCain, respectivamente) se reunieron en la Casa Blanca tan sólo seis semanas antes de las elecciones.

La cumbre fue una señal clara de que la crisis financiera que azota a Estados Unidos no sólo es muy seria, sino que además se ha transformado en el tema central de la campaña rumbo a los comicios del próximo 4 de noviembre.

¿Cuál es el impacto de la crisis financiera en la campaña electoral? ¿Cuáles son las últimas novedades? ¿Habrá una solución política? ¿Tendrá votos en el Congreso el plan de salvataje que impulsa la administración Bush? Vamos a conversar de estos temas en los próximos minutos con Roberto Porcekanski, nuestro corresponsal en Estados Unidos.


***


EC – ¿Parece claro que la reunión de ayer en la Casa Blanca no tiene precedentes?

ROBERTO PORCEKANSKI:
Sí, sin duda no tiene precedentes y es un reflejo de lo que tú decías, de que aquí en Estados Unidos se están viviendo momentos muy críticos. La sensación de gravedad que se respira en el aire me hace acordar bastante al año 2002 en Montevideo.

EC – Hay muchos paralelismos, ¿no? A todos nos ha hecho acordar, pero comencemos por hablar de la reunión de ayer. En la reunión no estuvieron solamente Bush, McCain y Obama.

RP – No, ayer en la reunión estaban todos: estaba el vicepresidente Dick Cheney, el secretario del Tesoro, Henry Paolson, y los líderes de ambos partidos en la Cámara de Senadores y la Cámara de Representantes.

EC – ¿Y cuál era el propósito de este encuentro?

RP – Teóricamente el propósito era avanzar en un acuerdo que idealmente tuviera un amplio apoyo de ambos partidos, para implementar este paquete de ayuda financiera del que hablabas. La base sobre la que se trabaja es un paquete de rescate propuesto por la administración Bush y que involucra, esencialmente, que el Estado invierta 7.000 millones de dólares en comprar productos financieros devaluados.

EC – ¿700.000 millones, no?

RP – Sí, hay un error de mi parte.

EC – Es que en estos números se marea cualquiera, ¿no?

RP – Sí, la verdad que son cifras que parecen difíciles de concebir.

EC – Desde que la administración Bush presentó el paquete, la cosa se ha complicado mucho. Ha habido una suma de críticas. La semana estuvo cargada de opiniones en ese sentido.

RP – Sí, a pesar de la urgencia con la que la administración Bush presentó este paquete, se ha encontrado con mucha resistencia en el Congreso, tanto por parte de los demócratas como por parte de los republicanos. Y sin duda aquí el elemento político más importante es que el próximo 4 de noviembre, además de elegir presidente, en Estados Unidos se renueva el 100% de la Cámara de Representantes y un tercio de la Cámara de Senadores. Y a lo largo y ancho de este país distintos distritos representantes, tanto demócratas como republicanos, están escuchando que la gente está muy poco entusiasmada con darle idealmente un cheque en blanco con una cifra tan grande a la administración Bush.

EC – Sí, porque estamos hablando de una administración Bush que a esta altura conserva muy poca credibilidad y poco capital político.

RP – Sin duda, eso es parte del problema. Pero, además, y a pesar del esfuerzo que se ha hecho en presentar esto como un paquete para rescatar a la economía en su conjunto, la percepción general aquí es que cuando en Wall Street hay problemas la plata aparece pero cuando las familias y las pequeñas empresas tienen problemas para pagar las hipotecas, el combustible o el seguro médico se dice que no están los recursos. Entonces, el esfuerzo que se está haciendo aquí entre legisladores demócratas y republicanos es de alterar la propuesta original que concibió la administración Bush, para volverla un poquito menos tóxica desde el punto de vista político.

EC – ¿Y de qué tipo de modificaciones estamos hablando?

RP – Hasta la cumbre de ayer en la Casa Blanca parecería ser que estaba surgiendo un acuerdo que involucraba darle los fondos que el departamento del Tesoro había pedido, pero a la vez insertar controles y supervisión en el uso de esos fondos, establecer algo que aquí es muy importante políticamente, que son topes a los sueldos ejecutivos de las empresas que van a ser beneficiadas por este paquete, y tratar a los contribuyentes, que son quienes están pagando por esto, como inversores y no solamente como contribuyentes. También hacer algo para atacar la raíz del problema, es decir, los problemas en la economía real que generaron toda esta cascada de problemas y particularmente en el mercado inmobiliario.

EC – ¿Cómo se llega a lo más inusual que ocurrió en la reunión del día de ayer, cómo se llega a que tenga que haber un encuentro entre el presidente y los dos candidatos presidenciales: el republicano y el demócrata?

RP – Como decíamos antes, estamos a seis semanas de las elecciones y la crisis financiera está instalada como el tema número uno de la campaña. La reunión de ayer es, además, el resultado de una realidad política inevitable. Hoy en día los líderes de los partidos Demócrata y Republicano son Barack Obama y John McCain. En teoría, la idea de Bush, que fue quien gestionó la participación de los candidatos, es que la presencia de Obama y McCain le daría un empuje político muy importante al proyecto.

EC – Pero una reunión así, además, tiene una dimensión electoral.

RP – Sin duda. Es claro que la reunión de ayer es el resultado principalmente, si bien fue gestionada al final por el presidente Bush, de un esfuerzo de McCain, quien, para decirlo coloquialmente, quería cambiar la pisada un poco, porque es claro que después de la convención republicana y el resultante repunte que tuvo McCain en las encuestas, la crisis económica ha vuelto a darle el liderazgo a Barack Obama, que ya está nuevamente arriba en la gran mayoría de las encuestas. Y esto es, en parte, el resultado de que el partido que estuvo en el poder en los últimos ocho años mientras esta crisis se gestaba es el Partido Republicano de John McCain.

Pero creo que también este repunte de Obama en las encuestas se debe a un esfuerzo bastante efectivo de parte del candidato demócrata de empezar a hablar de la elección no como una confrontación de Barack Obama, la persona, y John McCain, la persona, sino como una confrontación entre el Partido Demócrata y el Republicano, y más específicamente entre dos ideologías.

EC – ¿Podemos ampliar un poco esto?

RP – Sí, lo que Obama se ha encargado de repetir hasta el cansancio desde que esta crisis explotó es que la crisis es el resultado de una filosofía económica equivocada, que tiene fe ciega en el poder de los mercados de autorregularse. Y también se ha encargado de repetir hasta el cansancio que McCain ha dicho muchas veces que él es un orgulloso desregulador. Y al focalizarse en las ideologías y no en las personalidades, Obama está intentando neutralizar el potencial efecto de que los votantes en tiempos de crisis y ansiedad gravitan hacia el candidato que, sin duda, es el que tiene más experiencia: John McCain.

EC – En todo ese panorama la movida que hizo John McCain fue bastante radical. El miércoles anunció que suspendería su campaña electoral, que iría a Washington a encargarse de que se llegara a un acuerdo sobre el paquete de rescate a la economía y dijo que si eso no se lograba, no participaría del primer debate entre los dos candidatos que está planificado para hoy en Oxford Mississippi.

RP – Sin duda, una movida muy radical que fue presentada por la campaña de McCain como evidencia de que McCain se le pone al país primero, lo que ha sido el eslogan de su campaña: "el país primero".

También fue un intento de mostrar liderazgo en el tema económico, donde McCain tiene serias debilidades, que él mismo ha reconocido diciendo que la economía no es su fuerte.

Parte de la necesidad de cambiar la pisada también resulta de que cuando explotó la crisis financiera con la banca rota del banco de inversión Lehman Brothers, el pasado 15 de setiembre, la reacción de McCain fue muy poco feliz. Se encargó de decir que él pensaba que los cimientos de la economía eran fuertes, algo con lo que la campaña de Obama se ha hecho un festín.

EC – Pasemos ahora al otro lado. ¿Cómo reaccionó la campaña de Barack Obama ante esa movida de McCain suspendiendo la campaña electoral y dejando incluso en suspenso el debate?

RP – La campaña de Obama reaccionó, primero, con sorpresa, porque el miércoles Obama y McCain estuvieron en contacto telefónico para emitir una declaración conjunta de apoyo a las negociaciones parlamentarias, algo que finalmente hicieron. Aparentemente McCain le sugirió a Obama que ambos suspendieran sus campañas y pospusieran el debate. Obama sugirió esperar a ver el efecto del comunicado y luego se enteró por la prensa de la decisión de McCain. Quizá más importante, sin embargo, Obama ha pintado esta decisión de McCain como un esfuerzo desesperado de cambiar la dinámica de la campaña, en un intento de evitar un debate que si bien está formalmente programado para ser sobre política exterior, en este debate la economía va a estar inevitablemente presente.

EC – Pero volvamos a la reunión cumbre de ayer en la Casa Blanca. Vayamos a la reunión en sí. ¿Qué se sabe de lo que ocurrió ahí?

RP – Aclaremos que estamos trabajando con reportes de prensa de fuentes de distinta gente que no sabemos exactamente lo que pasó, pero con esa salvedad digamos que se sabe que la reunión salió muy mal. Como decía, aparentemente antes de la reunión en la Casa Blanca parecía que los legisladores estaban avanzando hacia un acuerdo que contemplaba las preocupaciones de la administración Bush, todos los demócratas y los senadores republicanos.

Y también sabíamos que había insatisfacción en los representantes o en los diputados republicanos, en particular los que son más conservadores económicamente, que son muy reacios a firmar un cheque de 700.000 millones al gobierno, porque les parece que es una intervención excesiva en la economía y quieren elaborar una propuesta alternativa. Estos representantes estarían hablando de una propuesta que implique inyectar "solamente" 350 billones para el Estado y buscar, para el resto, una forma de participación del sector privado.

EC – Esta propuesta, dices tú, implica tener que recurrir a la mitad de lo que se estaba programando hasta ahora y para la otra parte buscar aportes privados.

RP – Aportes privados con algún tipo de respaldo del Estado. Pero hay un grupo de diputados republicanos que está escuchando en sus distritos que esta idea de poner 700.000 millones del Estado para salvar a estas instituciones financieras es una intervención de la economía que no están dispuestos a firmar.

EC – Pero ese aparente consenso, eso que se venía perfilando, después se quebró en la reunión.

RP – Sí, aparentemente en la reunión de la Casa Blanca el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, que según los demócratas había manifestado su apoyo a este inminente acuerdo, dijo sorpresivamente que no apoyaría el acuerdo, echándolo por tierra. Según lo poco que sabemos, McCain –y esto es clave- se rehusó a tomar una posición sobre el tema, porque se estima que si McCain hubiera apoyado el acuerdo que estaba siendo negociado, quizá sería más fácil que los representantes republicanos cambiaran de opinión. Hay reportes de que al final de la reunión el secretario del Tesoro, Henry Paulson, literalmente se arrodilló y le pidió a Nancy Pelosi (presidenta de la Cámara de Representantes) por favor que votara en esto, a lo cual ella le dijo: "Le estás reclamando a la persona equivocada. Si los republicanos no apoyan esto, que es una propuesta de una administración republicana, los demócratas no podemos ser quienes brindemos los votos".

EC – ¿Se conoce algo más a propósito de los motivos de la reticencia de McCain?

RP – Obviamente, el lado demócrata se ha encargado de decir de que esto fue una gran jugada de teatro político y que McCain está tratando de ver cómo logra para sacarle algún rédito político a la situación. Pero no sabemos en realidad de qué lado está McCain.

EC – Algunos de los comentarios que leía ayer en la prensa norteamericana apuntaban al hecho de que un plan de salvataje como este que impulsa la administración Bush va en contradicción con lo que son las ideas de McCain.

RP – Va en contradicción con lo que son las ideas de McCain, pero las ideas de McCain han estado bajo mucho ataque en las últimas semanas. McCain, quien se ha presentado como un desregulador, ahora está tratando de presentarse como un reformador de que va a aumentar la regulación en Wall Street. Entonces, me parece que aquí McCain está haciendo mucho más un cálculo político que un cálculo respecto de si esto está o no de acuerdo con las ideas con las que ha defendido históricamente.

EC – Pero entonces, ¿en qué estamos? ¿Estamos de vuelta en foja cero?

RP – No diría en foja cero, pero ayer hasta las 10:30 de la noche seguían trabajando en el Congreso tratando de encontrar un acuerdo que no han podido hacerlo. Queda mucho trabajo por hacer. La idea era tener un acuerdo antes de que los mercados abrieran hoy, algo que ya a esta altura es evidente de que no va a suceder.

Por supuesto, como decía recién, hay muchas acusaciones yendo a diestra y siniestra en particular a John McCain, diciendo que esta iniciativa de suspender la campaña e insertar la política presidencial en las negociaciones fue muy contraproductiva. Los demócratas han dicho que la reunión en la Casa Blanca fue una pérdida de tiempo y que la estrategia aquí no fue mejorar el plan de rescate de la economía, sino hacer un plan de rescate político para McCain.

Hay que ver cómo evoluciona el tema en las próximas horas. La situación está cambiando casi minuto a minuto.

EC – Vuelvo a la comparación que hacías tú al comienzo con la crisis bancaria uruguaya del año 2002. Por supuesto, hay algunos puntos de contacto y hay muchas diferencias, para empezar los volúmenes de los que estamos hablando, los tamaños de los problemas. Pero hay un par de contrastes que sí son muy significativos. Aquella crisis tuvo su punto culminante y dio lugar a un debate político que transcurrió en un período de feriado bancario. En el caso de Estados Unidos no está ocurriendo un feriado bancario, los mercados siguen operando "normalmente": así pasa lo que pasa, ¿no? Así se están dando las oscilaciones y los bandazos que estamos viendo todos los días. Y otro contraste importante entre aquel caso de Uruguay del año 2002 y éste de Estados Unidos ahora es que esta bomba estalló en Estados Unidos en plena campaña electoral. No podía ser un momento más inoportuno, ¿no?

RP – Sí, no podía ser un momento más inoportuno, aunque debo decirte que creo que los asesores de Barack Obama están bastante contentos de que esto explotó ahora porque claramente volvió a poner el tema en el cual él es más fuerte en el medio de la campaña.

Yo creo que el paralelismo más importante con la situación de Uruguay en el 2002 es esta sensación que se tiene de que, si no se logra un acuerdo legislativo, la economía puede irse en caída libre en cualquier momento: esa sensación de que hay que encerrar a los legisladores en el Parlamento y que logren pasar a un acuerdo, porque sino la economía cae en caída libre.

Es importante destacar de que aquí la crisis por lo menos todavía no ha llegado a la banca comercial, es decir, a los bancos donde la gente tiene sus depósitos, en parte porque aquí hay un seguro federal que cubre todos los depósitos a la vista, hasta 100.000 dólares, por lo cual una corrida bancaria en la banca comercial todavía no ha llegado.

EC – Pero volviendo entonces a la forma como que se están comportando los candidatos y en particular McCain, ¿qué más podemos agregar?

RP – Está claro que McCain ha demostrado en este ciclo electoral ser un hombre que hace apuestas muy fuertes, como por ejemplo la selección de Sarah Palin como candidata a la Vicepresidencia. Ésta es otra de esas apuestas fuertes. Y la necesidad de hacer estas apuestas es un indicador de que McCain tiene que lograr que algo fundamental cambie, porque si esta sigue siendo la narrativa de la campaña, es decir, estamos en esta situación por la incompetencia o por la ineficacia de la ideología de los republicanos, lo más probable es que el próximo presidente sea Barack Obama.

EC – En cuanto al debate, el primer debate Barack Obama-John McCain, el que está programado para hoy de noche, ¿qué se sabe?

RP – Es casi irónico en este país, donde todo se planifica con tanta anticipación, que a menos de un poquito más de doce horas todavía no se sabe si el debate sucede. McCain dijo ligeramente que si no hay un acuerdo legislativo, no va a participar, pero sabemos que su campaña ahora cree que él tiene que encontrar una forma para justificar su participación, porque le daría mucho daño políticamente no estar.

También hay que estar, si el debate sucede, muy atentos a ver qué dicen los candidatos acerca de sus propuestas electorales de aumentar el gasto y reducir impuestos. Porque una cosa de la que no hemos hablado, pero que es muy importante es que si este paquete de rescate se materializa, la situación fiscal que va a heredar el próximo presidente cambia completamente el panorama, y todas las propuestas y promesas que se han hecho hasta ahora en cuanto a nuevos programas de gastos y reducción de impuestos van a quedar en veremos.

EC – Sí, por eso, tú decías al pasar hace un rato que a Barack Obama este escenario lo beneficia. Sí, lo beneficia en el corto plazo, lo beneficia para ganar las elecciones. Ahora, le complica enormemente después su gestión si es que es electo, ¿no?

RP – Sí, se complica. Yo creo que a los dos les complica mucho su gestión. Obama tiene una carta aquí que McCain no tiene y es decir: "Bueno, yo por lo menos al sacar las tropas de Irak voy a hacer un ahorro significativo". Pero estamos hablando de una cifra tan astronómica que parece ser que el agujero va a ser tan grande que va a complicar a cualquier candidato. Y además no nos olvidemos que aquí en Estados Unidos hay elecciones cada dos años, y si Obama es electo presidente y no logra dar vuelta la situación en un tiempo medianamente rápido, es probable que en las elecciones legislativas de 2010 sufra una derrota. Entonces, sí, es un panorama muy complicado para cualquiera de los dos.

(Foto: AFP)