Entrevistas

"La economía real da para ser optimista"

El economista Javier De Haedo dijo a En Perspectiva que no visualiza "problemas a largo plazo" de la crisis financiera internacional sobre Uruguay. Aunque indicó que "pasará mucho tiempo antes de tener tasas de crecimiento de 7% u 8% anual, como en este último quinquenio", resaltó que "la mayor parte de las inversiones en Uruguay llegó para quedarse", más allá de la coyuntura.

EMILIANO COTELO:
Con el señor presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo, Ángel Urraburu, veíamos (este martes) un tipo de consecuencia de la crisis financiera internacional en Uruguay. ¿Qué otros tipos de impactos podemos sentir acá, en nuestro país?

Para eso le damos la bienvenida al economista Javier De Haedo. ¿Qué podemos puntear si miramos a la economía de nuestro país, no sé si ya mismo o en el mediano plazo?


JAVIER DE HAEDO:
Yo lo que creo, y asumo por bueno la excelente tertulia de la semana pasada con Porcekanski, Julio De Brum y Gabriel Oddone, me remito a eso en cuanto a la discusión de lo internacional que creo que está suficientemente debatido y en el medio de la turbulencia poco más se puede agregar, que sería bueno evadirnos de estos días turbulentos, levantar la mirada para cuando pase la tormenta y ver qué es lo que queda cuando se decanten las cosas.

Y en ese sentido yo creo que no ha cambiado nada respecto a lo que veníamos comentando hace ya algunos meses, en cuanto a que en agosto del año pasado, cuando detona la crisis hipotecaria en Estados Unidos, se inicia un nuevo tiempo que para el mundo desarrollado y en particular para Estados Unidos fue muy malo, pero para nuestra economía y otras economías no fue muy malo, al contrario, excepto por el precio del petróleo todo lo demás jugó muy bien para nosotros: bajaron las tasas de interés, se debilitó el dólar y eso nos ayuda mucho cuando hay inflación en dólares en el mundo, en cuanto a la demanda por nuestros productos y en general; subieron más los precios de las commodities de lo que ya lo habían hecho hasta ese momento y hubo una leve desaceleración en la economía americana y un poco en Europa, pero casi nada en las emergentes que eran el motor del mundo en ese momento.

Entonces toda esta etapa, fase uno llamémosle, iniciada en agosto del año pasado, fue una afirmación del shock positivo que el Uruguay estaba recibiendo y no sorprenden los números espectaculares que hemos estado teniendo en materia de actividad, de recaudación fiscal, etcétera. Pero todos sabíamos que en algún momento iba a empezar la fase dos de esta situación externa, que esa sí iba a ser un shock negativo para economías como la nuestra. Y esa fase dos la caracterizábamos y la caracterizamos por cosas contrarias a las que yo acabo de referir: un dólar que se entra a fortalecer, tasas de interés que empezarán a subir -ahí sí una profundización de la recesión no sólo en las economías centrales, sino en las emergentes-, una mayor desaceleración de las economías emergentes, que van a sentir el impacto de la ola, y commodities que iban a empezar a bajar, porque la parte burbuja financiera especulativa iba a evaporarse.

Esa situación es la que estamos empezando a tener ahora. La duda era cuándo se empezaba a dar el tránsito de la fase uno a la dos, pero no que no iba a haber una fase dos. Algunos eran más optimistas y decían: "Bueno, hasta el 2010 tiramos". Algunos éramos no tan optimistas y sin saber preveíamos que iba a ser un poco antes, nunca tan pronto como se está dando la situación.

EC – Justamente, una de las previsiones era que el dólar subiera, ¿no? Ahora, ¿es lógico que suba cuando lo que está ocurriendo en estos días es esta crisis tan fuerte justamente generada en Estados Unidos? ¿Cuál es el razonamiento? ¿Por qué el dólar sube por este motivo de estos días?

JDH – Yo no creo que suba por este motivo de estos días. No tenemos que ver el día a día en ese sentido. Yo creo que lo que hay es una previsión de que esta tormenta va a pasar y que lo que va a quedar después es una economía cuyos fundamentos apuntan a un dólar más fuerte que el que había antes. El precio de algo hoy es el precio esperado de lo que viene después también y se descuenta por parte de los mercados lo que viene después.

Entonces, yo creo que no tenemos que evaluarlo: "Mire, qué mal está Estados Unidos hoy y sin embargo el dólar sube". Yo creo que en el hora a hora es difícil. De hecho los mercados están tan volátiles, en un mismo día las bolsas suben o bajan 7-8%; capaz que esta semana se arregla lo del paquete en el Congreso americano y el Dow Jones tiene una subida récord, o el petróleo vuelve a subir o a bajar 15 dólares en un día como pasó hace dos semanas.

Por eso no quiero meterme en la turbonada y quiero levantar la mirada y mirar más allá de esto. Y ahí creo que los fundamentos quedan con una economía americana que va a haber hecho el ajuste antes y una economía europea que va a ser la que va a estar más complicada. De hecho Estados Unidos empezó un año antes todo este lío.

EC – ¿Y entonces para la economía de nuestro país?

JDH – Para la economía de nuestro país vienen tiempos que no van a ser los tiempos buenos que tuvimos. Ya hay que pensar que tasas de crecimiento de 7-8% anual como estuvimos en este último quinquenio, va a pasar mucho tiempo antes de tenerlas. Pero de todos modos, más allá del corto plazo, también hay elementos positivos para nuestro país, porque yo creo que en Uruguay, más allá de algunas inversiones financieras tipo las letras de regulación monetaria o algún instrumento en UI -pero son a largo plazo, esos no generan problemas para nosotros, sí para los que invirtieron en ellos, en todo caso, que quizá no puedan salirse- la mayor parte de la inversiones en Uruguay se realizaron más allá de la coyuntura. Es decir, Botnia, Ence, Stora Enso, Portucel, la empresa neozelandesa que se dedica a tambos, las empresas que han comprado frigoríficos o que han construido, yo diría que todo eso es real, no es burbuja financiera especulativa. Todo el "boom" de producción agrícola en el litoral y producción ganadera más intensiva llegó para quedarse y no se va a revertir con esta situación.

EC – Interesante. En definitiva, entonces, su visión es de que tendremos sí una desaceleración en el ritmo de crecimiento, pero no problemas a largo plazo, ¿dice usted?

JDH – Yo no veo problemas a largo plazo en la medida en que se mantengan políticas de Estado que se han mantenido en este período. Yo creo que mucho tiene que ver, y me estoy saliendo del tema pero no puedo no decirlo, con el hecho de que todos los partidos más significativos han pasado por el poder y han mantenido determinadas reglas de juego. Esas cosas agregan valor al país. Hay cosas que ya no se discuten. Hay un denominador común de una base más amplia y esas cosas son buenas para los países. Entonces, cuando uno ve analistas internacionales y trazan una línea divisoria jugamos en la liga de Chile, Colombia, Perú y Brasil, no en la de Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia. Eso es muy importante y eso es lo que asegura que podrá venir una turbulencia, pero la economía real da para ser optimista.

Lo que sí puede generar complicaciones es en el frente fiscal el hecho de no estar tan cómodos como podríamos estar si se hubiera hecho un comportamiento fiscal contra cíclico. Eso generaría hoy márgenes y holguras que permitirían estar más cómodos. Creo que en este gobierno se avanzó en un sentido, de procurar el equilibrio fiscal, y eso ya es un paso importante, pero falta dar un paso más, falta la segunda generación de reforma fiscal: ir a la política anticíclica.