Entrevistas

"El crédito hipotecario se va a duplicar en 2008"

Analizando los posibles efectos de la crisis financiera sobre la construcción y la actividad inmobiliaria, Julio Villamide, director de la revista Propiedades, manifestó que el consumidor final no se verá mayormente afectado y que a diferencia de Estados Unidos, Uruguay está "en un ciclo de expansión". Agregó que "Punta del Este puede ser una de las plazas ganadoras en este nuevo contexto internacional", ya que los argentinos que tenían su capital en Estados Unidos están buscando nuevas opciones de inversión. "La construcción todavía está con el freno de mano puesto", aseguró.

Emitido 7.51


EMILIANO COTELO:
¿Cómo nos va a pegar la crisis financiera mundial con sus repercusiones en toda la economía del planeta? ¿Qué nos va a pasar? Esa es una pregunta que ronda la cabeza de mucha gente en todos estos días.

Ya hemos hablado de algunos impactos directos e inmediatos. Hemos hablado por ejemplo de la caída de los precios de los bonos soberanos, hemos hablado de la apreciación del dólar con respecto al peso, pero hoy aparece alguna otra novedad en ese sentido.

Es el título principal en el diario El Observador: "Se paralizan exportaciones de carne por la crisis mundial. El primer efecto real de la crisis financiera se hizo patente en Uruguay con el congelamiento total de las exportaciones de carne, el principal rubro de ventas al exterior del país. A nivel local –dice el artículo- las repercusiones de las turbulencias del mundo financiero se ven reflejados en la caída del precio de los bonos, en la apreciación del dólar", pero ahora ocurre esto otro a nivel de exportaciones.

"El mercado internacional de carne está paralizado, nadie tiene posición compradora, está limitado a su mínima expresión", informó Alberto González, presidente de la Cámara de la industria frigorífica. "En la actualidad no se están registrando nuevos pedidos desde el exterior", indicó González y agregó que "el mercado cárnico está respondiendo con la naturalidad y la lógica de cualquier otro mercado ante la incertidumbre que plantea el sector financiero". Asimismo, las últimas operaciones al exterior de este rubro se dieron con una tendencia a la baja de los precios manejados -según comentó el presidente de la gremial- y estableció que no es posible aventurar cómo evolucionará el valor de la carne a nivel internacional en el futuro".

En el mismo sentido, el directivo de la Cámara de la industria frigorífica Daniel Belerati, dijo que el mercado ruso -que es el principal destino de exportación para las carnes uruguayas- está detenido o paralizado y explicó que la misma situación se está registrando en la Unión Europea.

Recuerden que el mercado ruso absorbió el 40% de la carne que exportó el país en el año 2008, y junto a la Unión Europea y Norteamérica representaron el 72% del total de las exportaciones de carne vacuna en volumen.

De todos modos, más allá de lo coyuntural, de lo que está pasando ahora con estas exportaciones, aparecen pronósticos bastante más optimistas. La carne uruguaya mantiene una fortaleza que le permitiría sortear con relativo éxito el impacto de la crisis financiera mundial, según dijo el Director de Información y Análisis Económico del Instituto Nacional de Carnes, Pablo Caputi. Tomó distancia de posiciones pesimistas y de otro tipo que se han escuchado, y señaló que en el peor de los escenarios las exportaciones de carne se ubicarían en un nivel aceptable para lo que es la magnitud de la crisis financiera internacional.

Según su visión, la demanda mundial de alimentos -que venía muy recalentada- se reacomodará en niveles más normales por lo que una corrección a la baja de los precios sería algo lógico y por otra parte algo esperado desde hace meses.

En declaraciones que aparecen hoy en el diario El País, Caputi dice que "Hoy no hay elementos para cambiar el análisis realizado hace unos meses atrás. Habrá una corrección a la baja con el petróleo como centro y tomando círculos concéntricos desde el epicentro del impacto, en el primero estarían los granos con destino a energía, en el segundo el resto de los granos, en el tercero la carne y en un cuarto anillo vendría la caída de precios de la carne uruguaya. Si bien se puede esperar un rango de ajuste del orden del 10% a 25%, esto no es aplicable para el caso de la carne en general y menos para la carne uruguaya".

Caputi fundamentó su afirmación diciendo que el fortalecimiento del precio de la carne uruguaya no se produce solamente por factores generales, sino por factores específicos que hoy se mantienen, como son las dificultades de acceso de Brasil por razones sanitarias y de Argentina por decisiones políticas internas. Brasil y Argentina no están accediendo a mercados importantes a nivel mundial, que quedan disponibles para otros proveedores, por ejemplo Uruguay.

Esto es lo que se publica en la prensa de esta mañana a propósito de la carne. Pero hay otras preguntas que también planean acá en la sociedad uruguaya con respecto a posibles impactos. Vamos a tratar de explorar alguna de ellas.


***


EC – Concretamente, ¿qué puede pasar en nuestro país con el mercado inmobiliario? ¿Qué puede pasar con la industria de la construcción que estaba viviendo un empuje interesante en estos últimos meses?

Le damos los buenos días al señor Julio Villamide, un conocido operador inmobiliario, director además de la revista Propiedades.

La inquietud a propósito de la industria de la construcción en el mercado inmobiliario tiene su asidero ¿verdad? Estamos hablando de una crisis financiera, -esta de Estados Unidos- que arranca justamente por el sector inmobiliario, por el problema de las hipotecas de mala calidad. Entonces, con las derivaciones que ha tenido ¿qué puede implicar para un mercado como el uruguayo todo lo que está pasando a nivel internacional?

JULIO VILLAMIDE:
Hace dos años Wachovia nos invitó a dar una charla telefónica para sus clientes, incluso un periodista de Búsqueda hizo una especie de resumen de una página en la que anunciábamos la inminente crisis del mercado hipotecario de los Estados Unidos antes de un año. Y la razón de aquella invitación era que nosotros habíamos estudiado bastante los ciclos inmobiliarios en Estados Unidos y en el Río de la Plata y habíamos detectado que siempre eran inversos. Incluso habíamos mapeado algunos datos tan dispares como la tasa interna entre bancos en los Estados Unidos y el valor de las viviendas en Montevideo, y a lo largo de 30 años eran líneas paralelas en esa gráfica.

Por lo tanto estamos en un ciclo diferente al de los Estados Unidos. Nosotros estamos en un ciclo de expansión, tanto de la economía como la actividad inmobiliaria y lo bueno es que esta situación -que evidentemente nos afectará, porque cualquier crisis mundial termina afectando en un mundo globalizado- no toma a la industria de la construcción y a la industria inmobiliaria en un momento de desborde. Es más, durante 2007 nosotros estimamos que en la industria de la construcción en Uruguay se invirtieron 600 millones de dólares menos de los que deberían haberse invertido, si la construcción hubiera mantenido ese año la participación histórica promedio sobre el PBI.

EC – De todos modos el movimiento era interesante.

JV – Sí, pero estamos bastante por debajo de los promedios históricos, y yo creo que las razones son buenas. En otros ciclos de expansión -algunos incluso bastante parecidos a este, como el de fines de la década del 70 con precios muy altos de los commodities y del petróleo y un crecimiento muy importante del ingreso de capitales al país- había como una especie de economía dual: o se invertía en opciones financieras o se invertía en ladrillos. Como las rentabilidades de las opciones financieras eran negativas por entonces, se volcó muchísimo dinero a la inversión inmobiliaria, se generó lo que hoy se conoce como el boom de la construcción. Por entonces, los precios de un apartamento en Pocitos -a dólares de hoy- eran de 6.000 dólares el metro cuadrado, las oficinas de Montevideo estaban más caras en términos absolutos que las de Manhattan, y eso terminó muy mal, en la crisis del 82 y en el crack que duró muchos años volver a restituir.

Algo parecido aconteció con el mercado norteamericano y con otros mercados como el español en estos últimos años, hubo un crecimiento absolutamente desmedido. En casi todo el mundo, la participación de la industria de la construcción sobre el PBI ronda entre 5 y 8%; en España, por ejemplo, su peso creo que está en el entorno de 17-18%. Obviamente esa es una sobreactuación que luego cuando vienen los períodos críticos generan impactos muy negativos, pérdidas de empleo, retrocesos fuertes incluso de los valores.

EC – Usted dice entonces que en el año 2007, se invirtieron en construcción 600 millones de dólares menos de lo que se debería haber invertido si se compara con el promedio histórico y la razón decía usted ¿está en dónde?

JV – Yo creo que las razones son positivas. Quizás una razón puede haber sido la incertidumbre que generó la reforma tributaria, que postergó algunas decisiones, o sea es razonable. Yo creo que la principal que está actuando es muy buena para el sector inmobiliario, y es que hoy el sector inmobiliario no está sólo, hay otras alternativas de inversión -en el sector logístico, la industria forestal, el sector agropecuario, el sector pecuario- que están atrayendo capitales, que ofrecen rentabilidades iguales o mejores a las que puede ofrecer una inversión inmobiliaria y que permiten que la industria inmobiliaria evolucione de manera bastante más genuina que si fuera la única alternativa de inversión a las inversiones financieras...

EC – De todos modos cuando llega ahora un problema como este que está tomando cuerpo a nivel mundial ¿qué puede ocurrir? ¿Cuáles son sus previsiones?

JV – Hay dos tipos de compradores actuando en el mercado: uno son los consumidores finales, a esos no les afecta. Al que está vendiendo una casa y comprando otra, o comprando un apartamento con un crédito, no le afecta mayormente esto que está pasando en mercados muy lejanos.

EC – ¿No le afecta? Por ejemplo, ¿no puede llegar a retraerse el crédito con destino inmobiliario acá en Uruguay?

JV – Naturalmente que si hubiera una retracción del crédito o un encarecimiento del crédito obviamente que esa operativa se restringiría. Hoy por lo menos no están planteadas así las cosas, incluso hay bancos que están anunciando esta misma semana un lanzamiento de líneas de créditos hipotecarios. No nos olvidemos también que las casas matrices de los bancos que actúan en el mercado están cobrando cuotas pero no están prestando en sus países de origen, por lo tanto también tienen un exceso de liquidez que tienen que volcar en alguna parte, y razonablemente en países que estén en ciclos inversos es una opción interesante.

EC – Así que usted dice que para el público final usted no ve inconveniente en cuanto al exceso a este tipo de operaciones, en cuanto a que continúen las transacciones destinadas a utilizar efectivamente las viviendas. ¿Qué pasa con el otro tipo de compradores? ¿Qué pasa con los inversores?

JV – Los inversores en un primer momento se retraen. Lo vivimos en febrero cuando estábamos en una muy buena temporada de ventas en Punta del Este por ejemplo, y comenzaron las primeras noticias impactantes que provenían de Estados Unidos; hubo un "parate" importante que luego ya no se volvió a revertir hasta fines del verano. Se ingresa en una zona de incertidumbre y hay una cierta parálisis en las decisiones.

Una vez que se despejan las incógnitas y queda hecho el balance de lo que perdió cada uno y de lo que salvó, los activos inmobiliarios se transforman en un refugio muy atractivo, porque en definitiva en el mediano y largo plazo mantienen su valor en dólares constantes incluso, y normalmente ofrecen rentabilidades atractivas frente a otras opciones de inversión.

EC – Entonces ¿qué puede ocurrir por ejemplo con -no sé si llamarlo boom- pero con todo ese empuje que estaba teniendo la construcción en Punta del Este?

JV – Yo creo que Punta del Este puede ser una de las plazas ganadoras en este nuevo contexto internacional. Durante 2007 los argentinos sacaron fuera de su sistema fianciero un promedio de 3 millones de dólares por hora, esas son cifras oficiales. Sin embargo en las últimas horas muchos argentinos retornaron sus capitales desde Estados Unidos a la Argentina y están buscando nuevas opciones de inversión.

De hecho, en Buenos Aires -que el mercado inmobiliario estaba en una especie de letargo- se lanzaron en estas últimas horas cinco grandes proyectos. Algunos en Puerto Madero, muy importantes -más de 250 millones de dólares de venta en conjunto-, justamente como producto de ese mayor interés que estaban mostrando los inversores para aplicar parte de sus ahorros internos, algunos que tenían en Argentina y otros que han repatriado.

Lo mismo acontece en Uruguay. Hay mucha gente que ha traído su dinero desde el exterior y está buscando dónde aplicarlo. Como decía al principio hay otras alternativas de inversión a la inmobiliaria, pero en la inmobiliaria los precios en Punta del Este están creciendo entre 10 y 15% anual los nuevos -según la gente de Reporte Inmobiliario de Buenos Aires que hace una medición todos los eneros- y según el INE los usados crecen un poco más incluso. Entonces es una alternativa bien interesante a esta volatilidad de los mercados financieros internacionales.

EC – ¿Usted dice que Punta del Este puede ser una alternativa interesante tanto para inversores argentinos como para inversores europeos o norteamericanos como venía ocurriendo ya en estos últimos meses?

JV – Sí porque no hay muchos países que no tengan un impacto de primera línea. Esto es como una explosión nuclear, evidentemente los que están más cerca -por ejemplo en Europa del este, que eran los grandes competidores de América Latina para atraer inversiones de Europa- obviamente están sintiendo el impacto de la crisis en la Comunidad Europea.

No digo que América Latina vaya a quedar al margen de los impactos, pero en los próximos años seguramente seguirá siendo la zona del mundo con las tasas de crecimiento más altas. Uruguay, dentro de una región que está creciendo muy fuerte, es el país -junto con Panamá- que está creciendo también a tasas más altas. Por lo tanto, un sitio que tiene un prestigio internacional fantástico como Punta del Este es un sitio relativamente seguro y atractivo como para radicar inversiones.

EC – Quiero preguntarle a propósito de la construcción acá en Montevideo. ¿Es un caso distinto al de Punta del Este?

JV – Obviamente aquí en Montevideo no atraemos a inversores extranjeros, lo único que podríamos atraer es inversores locales. Esa misma hipótesis funcionaría para Montevideo pero sólo para inversores locales. Aquí lo que hay es un despegue del crédito hipotecario que se cuadruplicó durante el 2007 y se va a duplicar –según nuestras estimaciones- en 2008, si se mantiene esa tasa de crecimiento de crédito hipotecario y esta nueva situación de los mercados financieros mundiales no la afecta. Yo creo que va a seguir creciendo, porque a mí me gusta decir que la construcción todavía está con el freno de mano puesto. No está creciendo lo que debería para un país que va a completar este año su sexto año de crecimiento y un crecimiento en términos reales del PBI del 50%; todavía la industria de la construcción no se enteró.