Al mismo tiempo, a ambos lados del Atlántico los gobiernos proponen y se plantean diversos grados de nacionalización para la banca comercial, para restablecer la confianza y el crédito.
 
La crisis de confianza persiste, el crédito está congelado e incluso comenzó a afectar hasta las operaciones de comercio internacional, porque muchos bancos directamente no prestan a nadie y menos a otros bancos, ante la gravedad de la crisis.
 
Por otro lado, en los mercados también está primando el temor por efectos de todo esto en la economía real. En Estados Unidos, por ejemplo, se maneja que ante la caída en el consumo interno -es el motor y cuenta por dos tercios de esa economía- los próximos sectores alcanzados por la crisis son el automotor, el de seguros y las empresas de energía.
 
Es claro que en una economía como la estadounidense, basada en el crédito, si este no existe o está bloqueado. Esto se define en inglés como credit crunch y en el pasado ha contribuido decisivamente a las recesiones.
 
En lo económico, una rebaja en las tasas de interés demora al menos nueve meses en comenzar a surtir efecto en la economía, aunque también puede actuar sobre la percepción del público y tener algún impacto inmediato. El problema es cuando el público desconfía de todo, incluso de la eficacia de esas medidas. Esto es lo que, según varios analistas internacionales, estaría sucediendo con la rebaja de tasas dispuesta ayer por varios Bancos Centrales.
 
Por eso ahora se habla de nacionalizaciones bancarias.
 
Gran Bretaña propuso un plan de rescate por unos 875.000 millones de dólares que incluye 50.000 millones para nacionalizar algunos bancos. Y en la tarde del jueves se confirmó en Estados Unidos que el gobierno también analiza la nacionalización parcial de los bancos a los cuales se asista con el paquete de 700.000 millones. Hasta un pequeño país como Islandia, cuyo sistema financiero está al borde del colapso, nacionalizó en las últimas horas a los tres principales bancos del país.
 
El gran objetivo de estas medidas es capitalizar a los bancos, controlar sus paquetes accionarios y asegurarse que comiencen a restablecer el circuito del crédito. También es asegurar el cobro de la plata que los gobiernos están poniendo para rescatarlos.

Pero los mercado siguen nerviosos al punto que sobre el cierre de las sesiones, volvían a derrumbarse y en el caso del principal indicador de la Bolsa de Nueva York, el Dow Jones de Industriales, perdía 360 puntos, para caer por debajo de los 9.000 puntos por primera vez en cinco años.
 
Y esto contagió en la tarde a todos los mercados que aún permanecían abiertos, comenzando por los europeos, que cerraron con bajas aunque moderadas.
 
Nuestra región no fue la excepción, aunque las bajas no eran tan pronunciadas, e incluso algún mercado subía. Sao Paulo perdía 2,4%, México operaba plano, Buenos Aires bajaba 1,7%, y Chile subía 0,75%.