Análisis Económico

¿Cómo se comportaron los depósitos y el crédito en octubre?

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte

(emitido a las 8:20 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada se conocieron las cifras de actividad bancaria de octubre. Esas cifras eran esperadas con expectativa porque podrían dar algún indicio de las primeras consecuencias de la crisis internacional en el sistema financiero del Uruguay. En concreto, surgen varias preguntas. ¿Qué sucedió con el crédito? ¿Hay indicios de retracción del crédito en nuestro país como está ocurriendo en muchas otras economías del mundo? ¿Cómo se comportaron los depósitos? Y en términos más generales, ¿cómo se encuentra el sistema financiero uruguayo para enfrentar este nuevo marco internacional? En seguida, el diálogo es con el Ec. Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

Para comenzar, ¿cómo se comportó el crédito el mes pasado? ¿Hubo algún indicio de retracción a raíz de la crisis internacional?


PABLO ROSSELLI (PR):
El crédito bancario al sector no financiero considerado en su conjunto registró una variación prácticamente nula en octubre y se situó en casi 5.540 millones de dólares.

Esa variación nula obedeció a un descenso del crédito en el caso del Banco República -de unos 36 millones de dólares- y a una suba de igual magnitud en el consolidado de los bancos privados.


EC: ¿Y cómo se explica ese estancamiento del crédito en octubre?


PR: Hay un factor cambiario importante. Estamos midiendo el volumen de crédito en dólares, porque como el sistema financiero está muy dolarizado eso hace que el dólar sea la moneda más relevante de medición. Aproximadamente un 75% de los créditos vigentes está en moneda extranjera.

De todas maneras, en octubre el dólar subió 8% en la medición punta a punta. El 25% de los créditos que están en moneda nacional presentaron un descenso importante medidos en dólares como consecuencia de la suba del tipo de cambio. Ese efecto cambiario alcanza a unos 110 millones de dólares. Sin ese efecto cambiario, en octubre habría habido una suba en el conjunto del sistema y también en el caso del BROU. El BROU tiene una menor dolarización de sus créditos y ese efecto es particularmente importante.


EC: Con esas cifras, ¿qué se concluye en relación a los posibles impactos que la crisis internacional puede tener sobre el crédito en Uruguay?


PR: Lógicamente, las cifras de un solo mes no son suficientes para extraer conclusiones firmes. En octubre hubo una variación nula que tuvo una primera explicación en ese efecto cambiario. En setiembre había ocurrido más o menos lo mismo.

En lo que va del año, a pesar de que el dólar hoy es un 8% mayor al cierre de 2007, los créditos vigentes acumularon una suba de más de 550 millones de dólares, lo que equivale a un 11%. Nosotros estamos contemplando para los próximos meses que probablemente los bancos van a ser más cautelosos en su oferta de crédito. No estamos contemplando una retracción importante del crédito pero sí deberíamos esperar una mayor estabilidad, en contraposición con el fuerte dinamismo que veníamos observando meses atrás.


EC: ¿Y cómo se comportaron los depósitos?


PR: Tenemos información de lo que se denominan obligaciones con el sector no financiero, que en lo sustantivo son depósitos. Las obligaciones con el sector no financiero registraron una suba el mes pasado, de unos 105 millones de dólares. Sin embargo, el Banco Central explicó que esa suba obedeció a un fuerte aumento de los depósitos en el Banco ABN AMRO, debido a que sus clientes procesaron un cambio de portafolios, radicando en Uruguay inversiones que tenían en instituciones financieras del exterior.

De no haber sido por esa situación, se habría observado un descenso de los depósitos de unos 140 millones de dólares, lo que supondría una baja muy leve, del orden de 1%.


EC: ¿Qué sucedió con los depósitos si miramos la composición por monedas? ¿La suba del dólar tiene repercusiones en el comportamiento de los depositantes?


PR: Aclaremos primero que también tenemos un efecto cambiario en el caso de los depósitos en moneda nacional porque los estábamos midiendo en dólares. Como el dólar subió, los depósitos en pesos  bajan medidos en dólares. Ese efecto es de unos 225 millones de dólares. Sin ese efecto cambiario los depósitos habrían subido aún si dejáramos de lado el aumento de depósitos en ABN.
 
De todas maneras, los depósitos en pesos medidos en pesos igual bajaron 5%, y eso denota que el público estuvo un poco más reticente a quedarse con los pesos. Y eso no sorprende en este escenario de suba del dólar y de expectativas que el dólar seguirá subiendo. Probablemente, a nuestro juicio, las tasas en pesos pagadas a los depositantes deberán subir en alguna medida para que esos depósitos sigan siendo atractivos, aunque también es cierto que las familias y empresas mantienen depósitos en pesos principalmente por un motivo de demanda de dinero para transacciones. Es la necesidad de hacer transacciones en pesos, más que la tasa de interés, lo que motiva la decisión de mantener esos depósitos en moneda nacional. En cualquier caso, es probable que las tasas en pesos terminen mostrando cierta suba en los próximos meses.


EC: ¿Y qué ha ocurrido con los depósitos de no residentes? Desde hace tiempo se venía señalando que los depósitos de no residentes eran poco importantes y que eso nos mantenía a resguardo de algún contagio desde Argentina. Pero en los últimos meses la tendencia es creciente. ¿Es así?


PR: Es así. Los depósitos de no residentes crecieron mucho este año, aumentaron en casi 620 millones de dólares, un 35%. Sin embargo, los depósitos de residentes también aumentaron en el conjunto del año -aunque en un porcentaje menor, 12%- y siguen siendo muy superiores a los depósitos de no residentes.

El total de depósitos en el sistema asciende a casi 13.975 millones de dólares. Los depósitos de no residentes suman unos 2.415 millones de dólares mientras que los depósitos de residentes llegan a 11.560 millones de dólares. Quiere decir que los depósitos de no residentes representan menos de un 20% de los depósitos totales. Ese porcentaje subió, era 15% a fin de 2007, pero sigue siendo muy pequeño.


EC: ¿No hay entonces un riesgo de que los problemas que tiene Argentina terminen repercutiendo en nuestro sistema financiero como ocurrió en 2002?


PR: A nuestro juicio, ese riesgo es muy pequeño. Aclaremos en primer lugar que estamos hablando de no residentes, la información disponible no distingue por nacionalidad aunque es lógico asumir que una parte importante de los no residentes son efectivamente argentinos.

Pero más allá de esa aclaración, a nuestro juicio hay varios elementos que muestran que el sistema financiero está mucho mejor preparado para enfrentar este contexto externo desfavorable.


EC: ¿Cuáles son esos elementos?


PR: Los depósitos de no residentes representan una fracción pequeña de los depósitos totales, un 20%, mientras que en 2001 representaban un 40%. Por otra parte, el sistema bancario mantiene niveles de liquidez muy altos. Eso se explica porque luego de la crisis del 2002 los bancos fueron reticentes a prestar y las familias y las empresas fueron reticentes a endeudarse.

EC: Entonces cuando dice que el sistema bancario mantiene niveles de liquidez muy altos, ¿de qué estamos hablando en términos sencillos?

PR: De que una muy buena parte de sus depósitos no la tiene colocada en préstamos a empresas y familias, que pueden ser de más difícil recuperación, y la tienen en activos muy líquidos, en activos realizables, con lo cual tienen mucha capacidad para devolver muchos depósitos, mucho más que la que tenían antes. Este hecho, de que los bancos fueran reticentes a prestar a la salida de la crisis y que las empresas y familias fueron reticentes a endeudarse porque tenían que pagar el alto endeudamiento con el que habíamos quedado antes de la crisis de 2002, hizo que en Uruguay no tuviéramos la fuerte expansión del crédito que ocurrió en otros países del mundo y está detrás de los problemas que se han generado típicamente en las economías desarrolladas y quizás en alguna economía emergente.

En consecuencia, la relación entre créditos al sector privado y depósitos es actualmente baja. Eso hace que los bancos tengan mucha liquidez y que estén menos expuestos a las consecuencias de una eventual suba de la morosidad que se derive del enfriamiento que sufrirá la economía. Si miramos este mismo tema desde la perspectiva de las familias y las empresas, el nivel de endeudamiento también luce bajo y eso hace que no debamos esperar aumentos muy importantes de la morosidad.

Para terminar, esas fortalezas del sistema bancario se deben enmarcar en un contexto de fundamentos macroeconómicos que también lucen mucho más sólidos que lo que teníamos en 2002. Por todos esos factores, nos parece muy poco probable que tengamos repercusiones importantes en nuestro sistema financiero de la crisis internacional y de los problemas que eventualmente se observen en Argentina.