Análisis Económico

¿En qué consisten y cuáles son las consecuencias de las medidas anunciadas por el gobierno argentino ante la crisis global?

Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte

(Emitido a las 8:20 horas)

EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada el gobierno argentino anunció un paquete de medidas para procurar paliar los efectos de la crisis internacional. Según el gobierno, las medidas procuran reducir el grado de informalidad de la economía, alentar la repatriación de capitales y promover el empleo.

¿Cómo se está viendo afectado el país vecino por el contexto internacional? ¿En qué consisten exactamente esas medidas? ¿Qué eficacia pueden tener? ¿Cómo quedan, en definitiva, las perspectivas para el próximo año?

Vamos a dialogarlo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.

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EC: Antes de entrar de lleno en el análisis de las medidas, vale la pena detenernos en la marcha de la actividad económica... ¿Hay indicios de desaceleración en Argentina a partir del agravamiento de la crisis internacional?


PABLO ROSSELLI (PR):
En realidad todavía tenemos poca información correspondiente a los últimos meses, que es cuando se observó el agravamiento de la crisis internacional. Debemos ser cautelosos en el análisis porque los impactos de la crisis internacional vendrán con cierto rezago.

Por otra parte, debemos tener en cuenta que Argentina venía arrastrando desde hace tiempo una progresiva acumulación de desequilibrios macroeconómicos. Mencionamos otras veces en el programa que se observaba una expansión insostenible del gasto público, que, a su vez, se financiaba con impuestos a las exportaciones que sólo podían sostenerse gracias a los altos precios internacionales de los alimentos. También comentamos que la inflación presentaba una tendencia creciente, que se reprimía con tarifas cada vez más bajas en términos reales, lo cual desalentaba la oferta y exacerbaba la expansión de la demanda. Esos desequilibrios crecientes generaron en el último año un fuerte deterioro de las expectativas de las empresas y de los consumidores, que es muy anterior al agravamiento de la crisis que tuvimos entre setiembre y octubre. Con ese marco de fondo, comienzan a observarse indicios de desaceleración en Argentina.


EC: ¿Podemos poner algunos ejemplos?

PR: Por supuesto. El Estimador Mensual de Actividad Económica, que sigue la trayectoria del PIB (Producto Interno Bruto), creció un 6,7% en el tercer trimestre del año en comparación con el mismo período del año pasado. Eso marca un menor dinamismo en relación a la expansión de 8,6% que mostró la economía en 2007. Si se consideran los datos desestacionalizados, este año se han observado algunos descensos mensuales, todavía no sistemáticos, pero que ilustran también una situación de desaceleración.

En agosto-octubre de 2008 la producción industrial subió 4% en comparación con el mismo período de 2007, cuando el año pasado había subido 7,5%. Y por último, las ventas de los supermercados crecieron solamente un 4,5% interanual en términos reales en el tercer trimestre, frente a una suba de 14% en 2007.

EC: Pasemos a las medidas anunciadas la semana pasada. Algunas de las medidas apuntan, según el gobierno, a reducir la informalidad. ¿En qué consisten exactamente?

PR: Para reducir la informalidad el gobierno anunció una moratoria impositiva y previsional que básicamente establece que las personas y empresas que tengan deudas impositivas o con la seguridad social pueden adherirse a un plan de financiamiento de esas deudas en 10 años, previo pago de un anticipo en efectivo.

Por otra parte, se plantea un incentivo para las empresas que registren en la seguridad social a trabajadores que estén sin aportar (en "negro"), porque las empresas podrán pagar durante el primer año solamente un 50% del aporte y el segundo año pagarán un 75% del aporte. Quiere decir que por dos años las empresas que registren trabajadores tienen descuento en sus aportes. A su vez, a los trabajadores que se registren se les reconocerán cinco años de aportes aunque no los hayan realizado. Por último, las rebajas de aportes regirán también para los nuevos empleos.

EC: ¿Qué efectos pueden tener esas medidas? ¿Lograrán una mayor formalización de la economía?

PR: Las medidas persiguen un doble objetivo. Es claro que se establecen incentivos para una mayor formalización a partir de los descuentos en los aportes a la seguridad social. Pero hay un segundo objetivo evidente, que es expandir los ingresos del gobierno en un contexto externo que se vuelve más adverso y que derivará en una reducción de los ingresos por retenciones a las exportaciones medidos en términos reales. Ese objetivo es lo que justifica un trato más favorable a quienes tengan deudas impositivas. Esas moratorias suelen tener algún efecto de corto plazo en la caja, pero tienen el inconveniente de que proponen un trato favorable a quienes no cumplen con sus obligaciones tributarias, castigando relativamente a quienes sí cumplen y alentando en el largo plazo los incumplimientos, porque las empresas saben que habrá luego un trato favorable. Es un problema clásico, que tienen las moratorias...

EC: Sí, acá tantas veces se ha discutido...

PR: ...Se hacen porque permiten generar caja en el corto plazo. Ahora, en cuanto a los efectos de esas medidas, probablemente el gobierno obtendrá recursos adicionales. Sin embargo, en un contexto que se vuelve recesivo es muy probable que las empresas sean bastante reticentes a incrementar sus pagos de impuestos. Estas medidas son más eficaces en la fase alcista del ciclo económico. A fin de cuentas, las empresas que hoy operan con altos niveles de informalidad, probablemente seguirán operando de ese modo y evitarán incrementar sus costos en este contexto de incertidumbre. En suma, estas medidas deberían tener efectos modestos en términos de los dos objetivos que marcábamos recién.

EC: También se anunciaron medidas de aliento a la repatriación de capitales argentinos. ¿En qué consisten esas medidas?

PR: Argentina tiene un régimen tributario que grava las rentas obtenidas tanto en Argentina como en el exterior. Sin embargo, la capacidad de gravar efectivamente las rentas del exterior se ve muy limitada porque las autoridades tributarias no pueden saber cuántos recursos o ahorros tiene cada argentino fuera del país.

Las medidas propuestas plantean la posibilidad de que las empresas o personas ingresen capitales desde el exterior sin tener que reliquidar impuestos a las rentas pasadas. Por el contrario, se establece un pago por "única vez", que varía en función de ciertos aspectos.

EC: ¿Y qué efectos puede tener esa medida? En principio parece difícil que la gente traiga capitales a Argentina si hay que pagar impuestos para eso...

PR: ...Sí. Quizá haya algunas empresas que necesiten capital de trabajo y que si ahora no lo encuentran en Argentina, deban recurrir a fondos de los accionistas depositados en el exterior, y ese tratamiento tributario favorable podría alentarlos a traer capitales.

Pero para estas medidas valen los comentarios que realizábamos antes. En general parece difícil que las personas y familias decidan traer más fondos a Argentina siendo que ello supone pagar más impuestos. Pero además, luego de la confiscación de los ahorros previsionales administrados por las AFJP, parece todavía menos probable que los argentinos quieran incrementar sus inversiones en el país. De hecho, es probable que en todo caso suceda lo contrario, porque el gobierno continúa expandiendo el gasto público a un ritmo insostenible, para el cual no cuenta con financiación genuina en cantidad suficiente, y recurrió a los ahorros de los trabajadores. En el futuro podría recurrir, por ejemplo, a los depósitos bancarios, como sucedió en otros momentos de la historia no tan lejana de ese país.

No es un pronóstico, pero es un tipo de riesgo que seguramente los inversores empiezan a contemplar.

EC: Para terminar con las medidas anunciadas, ¿cómo evalúan el paquete de expansión de las inversiones públicas?

PR: Hay un anuncio de inversiones públicas por unos 70.000 millones de dólares argentinos (unos 20.000 millones de dólares) a cinco años. En cinco años eso equivale al 10% del PBI de un año. Es un paquete importante: si lo dividiéramos en partes iguales, sería 2% por año.  

Ahora, la expansión de la inversión pública en un contexto de enfriamiento de la demanda puede contribuir a sostener cierto dinamismo de la actividad económica. El problema es que el gasto público en Argentina ha crecido hasta niveles insostenibles. Entonces, la aplicación de una política fiscal más expansiva agrava los problemas en el frente fiscal.

A su vez, la inflación es muy alta y la política fiscal expansiva tiende a acentuar presiones inflacionarias. Entonces, esa expansión fiscal se combina con una política monetaria más contractiva. De hecho, el gobierno ha vendido dólares para evitar una suba importante del tipo de cambio, porque eso impactaría mucho en la inflación. Y con los niveles de inflación que tiene Argentina, la suba del dólar de los últimos meses (10% desde fines de julio hasta ahora) no es suficiente para evitar una fuerte pérdida de competitividad, con impactos negativos en la actividad económica.

EC: Es claro que las perspectivas para Argentina lucen bastante complicadas. Pero ¿habrá recesión en Argentina?

PR: Nosotros pensamos que Argentina se dirige a un período probablemente recesivo, con caída del nivel de actividad. Ello resultaría de la acumulación de inconsistencias de política económica en los últimos años, del fuerte deterioro del clima de negocios y de la confianza de los agentes derivado de la mala conducción de la política económica y, por supuesto, del cambio del contexto internacional.

Pero es difícil prever con certeza cómo se procesarán las correcciones de los numerosos desequilibrios que hay en Argentina. Con la estatización de las AFJP el gobierno ha ganado tiempo, cuenta con recursos fiscales adicionales para impulsar la actividad económica y suavizar los impactos negativos desde el frente externo. Pero el gobierno está respondiendo con una combinación incorrecta de políticas: expansión fiscal y contracción monetaria que conducen a una pérdida de competitividad que terminará acentuando las tendencias recesivas una vez que el gobierno no cuente con recursos fiscales adicionales. ¿Cuándo sucederá eso? Es difícil saberlo. La estatización de las AFJP nos muestra que el gobierno está dispuesto a muchas cosas con tal de no revertir una política fiscal que es a todas luces insostenible.

El horizonte para 2009 y 2010 es probablemente recesivo, de caída de la actividad para Argentina y con riesgos de que el deterioro sea muy significativo.