Entrevistas

"No hay ningún país del tamaño de Uruguay que haya instalado una central nuclear"

"No hay ningún país del tamaño de Uruguay que haya instalado una central nuclear"

El análisis del programa nuclear en Uruguay se puso en marcha, pero de allí a instalar una planta de energía de esa índole resta un largo trecho: "La Agencia Internacional de Energía Atómica advierte que un país que empieza y no tiene tradición en esta materia difícilmente le lleve menos de 15 años", indicó a En Perspectiva el director nacional de Energía, doctor Ramón Méndez Galain. De todas maneras, explicó que no solo es la instalación de una planta, sino el manejo del uranio y que hasta ahora no hay ningún país del tamaño de Uruguay que lo haya hecho. Méndez puntualizó que recién se lanzó la fase 1, que es la de estudio, la que se terminará en dos o tres años, y recién allí se decidirá si hay se va a la energía nuclear o no.

(Emitido a las 9.02 horas)


EMILIANO COTELO:
La posibilidad de instalar una planta generadora de energía nuclear ha sido históricamente resistida en nuestro país. De hecho, incluso existe una ley que lo prohíbe. Sin embargo, ese rechazo parece haber comenzado a cambiar en los últimos años.

Esta semana se dio un paso muy importante: el presidente de la República, Tabaré Vázquez, comunicó el miércoles a los partidos de oposición que instalará una comisión especial, con representación de todas las fuerzas políticas, para analizar la viabilidad de iniciar un programa nuclear en Uruguay.

En esa reunión Vázquez les entregó a los representantes partidarios un documento, elaborado por el Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM), en coordinación con UTE, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) y la Facultad de Ingeniería de la Universidad de la República. El informe examina los aspectos que Uruguay debería considerar y estudiar en profundidad para poder avanzar hacia una decisión técnica, económica, ambiental, política y socialmente sostenible, según se aclara en el propio texto.

Para conocer el contenido de ese documento y para conocer cuáles son los pasos que vienen ahora, vamos a conversar con el doctor Ramón Méndez Galain, director nacional de Energía, en el MIEM.

***

EC - "Análisis para la eventual puesta en marcha de un programa nuclear para generación eléctrica en Uruguay"...

RAMÓN MÉNDEZ:
...Ese es el título.

EC - Ese es el título del documento de 120 páginas que el presidente Vázquez les entregó el miércoles a los representantes de los partidos políticos. ¿De qué se trata?

RM - Consideramos que era un documento público, desde el momento en que el presidente se lo trasmitió a los líderes de la oposición, por lo tanto está disponible en la página web de la Dirección Nacional de Energía (DINAE) para cualquier ciudadano uruguayo que quiera acceder a él.

EC - ¿Qué se propusieron con este trabajo?

RM - El título no es que me lo sepa de memoria, sino que fue pensado, es muy representativo. Es un análisis, no es un estudio de prefactibilidad –que sería mucho más que el análisis que se hizo–, para estudiar la eventualidad de la puesta en marcha de un programa nuclear en el país. Fíjese en la cantidad de cosas que dice: no habla de instalar una planta nuclear, habla de un programa nuclear, porque a veces se confunde y se piensa que instalar una planta nuclear es lo mismo que instalar una planta de carbón o un molino de viento. Comprar una planta nuclear significa tener alrededor todo un programa nuclear que la sustente.

Además, es el estudio de la eventualidad de eso, no pretende un simple documento –si bien dio muchísimo trabajo y hubo un esfuerzo muy grande, insumió muchos días/hombre de esfuerzo– en tan poco tiempo terminar de dar una opinión por sí o por no sobre este tema complejo. Uno de los puntos que queríamos poner en consideración del presidente y de la ciudadanía era la complejidad que significa llegar a una resolución sustentable tanto desde el punto de vista técnico –por supuesto–, económico –naturalmente–, medioambiental –ni que hablar–, pero también social y político. Porque no tiene sentido que porque el conjunto de líderes políticos resuelven –en buena hora– que es una buena idea y que vale la pena, tomar eso como una resolución; hay que hacer estudios económicos, técnicos y medioambientales. Y viceversa, no tiene sentido simplemente decir que técnica y económicamente es una buena solución si no hay un sustento político y sobre todo fuerte de la ciudadanía, el programa no tiene sentido.

EC - ¿Qué se entiende por "programa nuclear"? Usted hacía la diferenciación entre simplemente instalar una planta y poner en marcha un programa nuclear.

RM - Programa nuclear significa todo el soporte para que una planta nuclear pueda funcionar de manera adecuada, segura, entre otras cosas, en un determinado país. Eso quiere decir todo un marco legal, cuál es el conjunto de leyes, porque es un conjunto de leyes, reglamentaciones, decretos, ver cuáles son los vínculos con los acuerdos internacionales que tiene firmado el país.

En segundo lugar el marco institucional: cuáles son las instituciones que hay que crear o fortalecer para que sea posible; cito la más relevante de todas, la autoridad reguladora en materia de radioprotección nuclear. Es imperativo que un país tenga una autoridad reguladora nuclear especializada para contralor de la industria nuclear; debe ser propia, no puede ser contratada internacionalmente, eso no es aceptado, porque tiene que ser auditada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con técnicos que puedan opinar y avalar, y sin ese aval no se pueda hacer absolutamente nada, desde la formación de los recursos humanos, su capacitación, los procedimientos de construcción, los procedimientos de operación, el cierre de la planta, qué se hace con los residuos, cómo se maneja el combustible. Cada paso tiene que ser avalado por una autoridad independiente, que no tiene nada que ver con la empresa fabricante, con la empresa que opera la planta, etcétera. Eso es un mandato internacional. Se podría no hacer, pero si el país no lo hace, queda fuera del circuito internacional, como le pasa a Irán, por poner un ejemplo.

Además de este esquema institucional, hay que poner la formación de recursos humanos, con todo lo que significa para un país que no tiene tradición en el tema poner especialistas desde el diseño del programa, la autoridad reguladora para controlar todo, para operar la planta, para encargarse de todo lo que es la industria en sí. Cité los elementos más importantes, que son lo que llevan más tiempo para crear el programa.

EC - Sobre el final, el documento resume las conclusiones. Leo textualmente:

"En suma, esta Comisión puede afirmar que:

El país no se encuentra hoy en condiciones de adoptar una decisión definitiva respecto de iniciar un programa nucleoeléctrico. Se identificaron aspectos que deben ser estudiados en mayor profundidad para poder tomar una decisión fundamentada.

Del análisis realizado no surgen elementos que descarten a priori la opción nucleoeléctrica como una alternativa para nuestro país en el largo plazo.

Una central nuclear instalada en nuestro país difícilmente aportará al sistema eléctrico nacional antes del 2025"...

RM - ...Y nos quedamos cortos.

EC - Vamos a profundizar en estas conclusiones. La comisión no se pronuncia en torno a energía atómica sí o no.

RM - Era el objetivo no pronunciarse, no tenía sentido pronunciarse, no creíamos que aportáramos absolutamente si diéramos un juicio respecto a ese punto. El objetivo era dar los elementos que creíamos importantes que tuvieran en cuenta desde las autoridades al más alto nivel hasta la ciudadanía para llegar a una decisión fundamentada...

EC - ...Pero no se descartó la opción nuclear.

RM - Esa es una conclusión, no encontramos ninguna evidencia por la que a priori podamos decir "no sigan pensando en este tema, porque hay este hecho categórico, sin levante, que dice que no", que podría ser desde una opinión pública claramente en contra, o algún elemento técnico que mostrara la inviabilidad para el país. No encontramos ninguno claramente en contra.

EC - Ahora todo depende de una discusión más profunda, para la cual ustedes identificaron los aspectos que deben ser estudiados.

RM - Exacto: los cuellos de botella, una larga lista de temas que tienen que ser estudiados en profundidad.

EC - Supongo que estamos hablando de algunos de los puntos que mencionó al principio...

RM - ...Entre muchos otros.

EC - ¿Podemos agregar más?

RM - Uno de los fundamentales por los cuales decimos que hoy es imposible tomar una resolución es el hecho de que no existen –a criterio de esta comisión que trabajó– reactores disponibles comercialmente en el mundo adaptados a la realidad uruguaya de 2025, que sería cuando podría estar en funcionamiento esta central...

EC - ...Ese es un punto bien importante.

RM - Absolutamente; y sobre el cual se han dicho muchas cosas...

EC - ...Forma parte de la discusión que está corriendo en estos últimos meses. ¿Por qué no hay hoy disponible el tipo de reactor que se adaptaría a las condiciones de nuestro país?

RM - Puedo decirlo de una manera absolutamente pedante, citando a alguien que es una autoridad y entonces me lavo las manos. La Agencia Internacional de Energía Atómica recomienda muy fuertemente en todos sus documentos –nos lo repitieron hasta el cansancio en todos los contactos que hemos tenido con ellos– que no puede existir en una red eléctrica un módulo de generación unitario, una unidad, que sea más grande que el 10% de toda la potencia instalada en el país...

EC - ...Estamos hablando de cómo encajaría la central de energía nuclear en el sistema eléctrico nacional. ¿Cuál es la recomendación de la AIEA?

RM - En un país para satisfacer la demanda de energía eléctrica hay una cantidad de generadores, una turbina hidroeléctrica, una central térmica a carbón, nuclear, molinos de viento, etcétera. La recomendación fuerte es que no puede existir ninguna unidad aislada, única, que pese más del 10% del total, porque si tuviéramos una central que generara 40, 50% del total de la demanda, y esa central se cae, tiene algún desperfecto, como sucede en todas las centrales, no porque haya un accidente, sino porque hay mantenimiento, por todas las cosas que tienen que ver con cualquier máquina humana, se cae la mitad del suministro de electricidad del país. Y eso genera problemas, en el cortísimo plazo puede generar un apagón absolutamente generalizado; en el medio plazo el problema de dónde se saca en los días siguientes la energía necesaria para satisfacer la demanda, y en el largo plazo –meses o años– un problema económico de garantizar la energía para el país. Entonces, la recomendación fortísima es que no tiene que ser muy grande.

EC - Si entiendo bien, una central nuclear se diferencia de otro tipo de centrales en que no se apaga...

RM - ...No se apaga.

EC - A diferencia de las centrales a gas que tenemos hoy en Uruguay, que se prenden y se apagan según se necesita, ésta una vez que se pone en marcha...

RM - ...se apaga cuando no hay más remedio por el mantenimiento o porque hay que recambiar alguna cosa...

EC - ...No están hechas para entrar y salir.

RM - No están hechas para entrar y salir, hay problemas técnicos que lo impiden, y hay un problema económico, porque una central de este tipo es muy cara y su precio está diseñado, el negocio está pensado suponiendo que está vendiendo toda la energía que puede vender. Si no, se hace absolutamente insostenible su precio. Lo mismo pasa con un molino de viento, todavía es caro, entonces está pensado para que toda la energía que produzca sea vendida, con la gran diferencia de que un molino de viento funciona cuando hay viento, y la central nuclear funciona todo el tiempo. Debido a esa dificultad técnica y económica, la central está prendida todo el tiempo. Con otra salvedad, que en la mayoría de las centrales se puede dosificar la cantidad de energía que entregan, pero una central nuclear tiene que funcionar, como mínimo, con el 90% de su capacidad, entre el 90 y el 100%, el 100% es el ideal, no se le puede "bajar el volumen". Por lo tanto hay que apostar a centrales pequeñas...

EC - ...Uruguay tendría que comprar, licitar, instalar una central ¿de qué potencia?

RM - Para el año 2025, con las estimaciones que hacemos de crecimiento de la demanda eléctrica, no debería superar los 300, máximo 400 megavatios de potencia.

EC - Una central para Uruguay no podría pasar los 400 megas. ¿Y no existen hoy centrales de ese porte?

RM - Existen en el mundo centrales de ese porte y menores, pero no se comercializan más, son centrales de otras épocas, que hoy ya no se venden más en el mundo. Esa es una confusión, se confunden las centrales que están en desarrollo con las que están en funcionamiento. Hay centrales en funcionamiento, la mayoría de vieja tecnología, pero no hay ningún fabricante que las ofrezca, porque ese tipo de centrales ya no es más rentable...

EC - ...¿De qué porte son las centrales que hay disponibles?

RM - La más chica es de 700 megavatios.

EC - La más chica que existe disponible comercialmente.

RM - De acá a los próximos ocho o diez años, las más chicas que existen son de 700 megavatios.

EC - 700 es el mínimo, y para nosotros eso sería muy grande.

RM - En el documento analizamos específicamente qué sucedería si Uruguay instalara una central de 700 megavatios. Analizamos qué pasa desde el punto de vista del comercio internacional de energía, de vínculos con los vecinos, de los costos hundidos, de los riesgos económicos, de la concentración del riesgo. Una central de 700 megavatios podría costar por lo menos del orden de los 3.000 millones de dólares, el 50% de todos los gastos de un año; para tener una idea del volumen de la concentración de riesgo que implicaría.

EC - Pero podría ser una central que abasteciera a la región.

RM - Esa es otra opción que analizamos, la posibilidad de instalar una central mayor que la adecuada para el tamaño de nuestra red con el objetivo de comercializarla internacionalmente. Ahí se plantea otra dificultad, una dificultad de madurez de nuestros vínculos internacionales; para que realmente sea eficiente y seguro ese negocio tenemos que tener la certeza de que nuestros vecinos nos van a comprar de manera constante la energía que excede a nuestras necesidades, porque si nos dejan de comprar, es una pérdida económica fenomenal. Y además de eso, en caso de que se caiga la central, o que se repare o lo que sea que ocurre normalmente todos los años, tienen que darnos respaldo, no solo por lo que no les mandamos, sino lo que necesitamos para nuestro propio consumo.

EC - Al leer ese pasaje del informe noté un tono escéptico con respecto a las posibilidades de acordar con nuestros vecinos un esquema de ese tipo.

RM - A cualquier lector atento –como es el periodista que me está entrevistando– de la realidad internacional regional le queda claro que con la información que hoy tenemos disponible sobre el grado de madurez que tenemos dentro del Mercosur, los acuerdos de intercambio energético que tenemos, tendríamos que dar un cambio sustantivo para sentirnos tranquilos de que podemos meternos en un negocio que es a muchas décadas con garantías de que hay una continuidad suficiente como para que los contratos de compraventa que hagamos se van a cumplir en muchas décadas. Es una observación de la realidad, no significa nada de predicción del futuro.

***

EC - Todo eso venía a cuento de que a partir de esa recomendación de la AIEA la central nuclear que Uruguay eventualmente resolviera instalar debería ser de no más de 400 megavatios...

RM - ...300 sería lo razonable.

EC - Usted remarcaba que hubo en el pasado centrales de 300, 400 megavatios...

RM - ...Las hay funcionando, Atucha I tiene 300 megas.

EC - Pero hoy esa tecnología ya se considera obsoleta, no se comercializa más.

RM - No se comercializa, no hay fabricantes que la vendan.

EC - Pero también es cierto que están proyectándose nuevos diseños que apuntarían a centrales de ese porte y más chicas aún.

RM - Sí, hay módulos hasta de 25 megavatios, que se están diseñando en este momento.

EC - ¿Qué pasa con esa posibilidad?

RM - Pasan dos cosas, que también hay que analizar con cuidado; no es para descartar. En primer lugar, interactuamos intensamente con los principales desarrolladores de estas centrales, en particular las más avanzadas, que son las Smart coreana; la AIS de un consorcio liderado por Westinghouse en nueve países, en Estados Unidos; la PBR en Sudáfrica, y algunos japoneses. Hemos interactuado con los principales desarrolladores de estas centrales, que, con toda honestidad, nos dijeron: antes de 2018, 2019 no van a estar disponibles comercialmente. Entonces, hoy no existen ni van a existir en los próximos 10 años, lo dicen los propios fabricantes.

Y en segundo lugar, estaríamos comprando centrales de una tecnología novedosa, con pocos años de experiencia en el mercado; hay un riesgo económico en que esa tecnología no esté probada.

EC - Hay mucha información circulando periodísticamente, acá y fuera del país, a propósito de estas centrales portátiles -se las califica de ese modo-, que pueden llegar al tamaño de una heladera.

RM - Pueden llegar; hay que ver si algún día llegan, cuando se fabriquen.

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EC - Me falta preguntarle por la última de las conclusiones del documento: "una central nuclear instalada en nuestro país difícilmente aportará al sistema eléctrico nacional antes del 2025". El tema de las fechas también genera discusiones, posiciones apasionadas a veces; ¿de dónde sacan ustedes este número?

RM - Esas discusiones son una de las inmadureces que tenemos en este tema en el país. Ese número es incontestable, no hay dos opiniones diferentes en el mundo...

EC - ...Repaso: a Uruguay le demandaría 15 o 16 años tener eventualmente funcionando una planta de energía nuclear si decidiéramos ir por ese camino.

RM - La AIEA en sus documentos lo advierte con toda claridad: a un país que empieza y no tiene tradición difícilmente le lleve menos de 15 años; a un país que tiene tradición y que instala o reinstala su programa no le puede llevar menos de 10 a 12 años. Los ingleses están planteando retomar su programa nuclear y mucha gente dice que están locos, porque piensan tener una nueva central en 10 años; los rumanos, que están en una situación parecida, dicen 12 años y se les matan de la risa, y cuando nosotros decimos 15 años nos dicen: "Van a tener que remarla mucho", y nos preguntan si somos conscientes de todo lo que hay que hacer para tener una central funcionando. No hay dudas de los 15 años; yo entiendo que a alguna gente todavía le falta información y tal vez un poco de contacto internacional o estudio para conocer cómo es la situación en el tema, lo que significa, primero, la discusión necesaria para que la decisión sea fundamentada social y técnicamente. No es pensable que un programa que tiene que durar seis décadas, porque esa es la vida útil de una central moderna, se haga sin un apoyo clarísimo de la opinión pública. Si no hay un apoyo clarísimo de todo el espectro político, constantemente se va a estar reconsiderando la decisión, porque 60 años son 12 períodos de gobierno en nuestro país.

Primero, hay una etapa de estudio y de discusiones públicas que es absolutamente ineludible. Lo pueden hacer las dictaduras, hay algunos ejemplos: "Se hace esto", se termina y ya está. Y unos años después seguramente se cambia la decisión con unas pérdidas económicas fenomenales para el país. Además, poner en práctica toda la infraestructura lleva muchos años; la discusión lleva muchos años, pero una vez que se resolvió que sí, poner en práctica la infraestructura lleva muchos años. Luego, toda la etapa de discusión internacional, de resolver una cantidad de problemas técnicos, qué se hace con los residuos, dónde se va a comprar, hay todo un problema de relaciones exteriores. No se compra una central nuclear como se compra una central de cualquier otro tipo o una industria de otro rubro diferente.

EC - ¿Cómo ingresa el capítulo de relaciones exteriores?

RM - Un programa nuclear arranca por el Ministerio de Relaciones Exteriores, no puede funcionar si no hay una participación activa del Ministerio de Relaciones Exteriores, porque necesariamente hay, primero, los temores frente a la proliferación, los temores de que el residuo o el material radiactivo se transforme en una bomba sucia, que es lo más sencillo de hacer. La venta de uranio no se hace a cualquiera; India, por ejemplo, tiene un programa nuclear fenomenal, pero tiene unas dificultades tremendas porque no tiene acceso al uranio, y los convenios internacionales que hay que hacer tienen que ser refrendados por las presidencias y los ministerios de Relaciones Exteriores. No se le vende tecnología nuclear ni uranio a cualquier país, en cualquier condición ni en cualquier contexto, tiene que haber una cantidad de garantías para que eso ocurra efectivamente.

Todo eso lleva muchísimo tiempo, y después viene el tiempo de la construcción de la central, si bien las centrales modernas son más rápidas de construir, y más para un país del tamaño del nuestro, no hay ningún país del tamaño de Uruguay que haya resuelto tener tecnología nuclear...

EC - ...Esa es otra de las afirmaciones incluidas en el informe que me llamaron la atención.

RM - Hay dos países de tamaño relativo parecido a Uruguay –ni siquiera son menores– que tienen energía nuclear: Lituania y Eslovenia. Pero tanto Lituania como Eslovenia instalaron centrales nucleares cuando formaban parte de un país mayor: Lituania de la Unión Soviética y Eslovenia de Yugoslavia; el reactor esloveno es compartido entre Eslovenia y Croacia, que, juntos, hacen un país muchísimo más importante que Uruguay. Pero no hay ningún país del tamaño de Uruguay que haya instalado una central nuclear o un programa nuclear. Estamos hablando de un volumen de trabajo y una responsabilidad como país tremendamente importantes, como país, en el conjunto de países, geopolíticamente hablando, pero también dentro de la humanidad.

EC - El presidente de la República aceptó la sugerencia que incluye el informe de conformar una comisión multipartidaria que trabaje en este asunto. ¿En qué consiste, cómo conciben esta comisión?, ¿qué hará en ese plazo de 90 días que se le otorgan?

RM - Esos son trascendidos de prensa, hay que ver cómo sale el decreto. El acuerdo es crear una comisión de seguimiento; es lo que propone la AIEA a los países que están estudiando la viabilidad de instalar un programa nuclear en su territorio. La propuesta es pasar por las cuatro fases de la incorporación nuclear. La primera fase es la fase de estudio, y eso es lo que se resolvió lanzar, lo que propone el presidente a los líderes de la oposición es lanzar la fase 1...

EC - ...No fue la fase de estudio esta que acaba de terminar con esta comisión que ustedes integraron.

RM - Podría decirse que fue el comienzo de la fase 1, pero es razonable decir que la fase 1 comienza cuando hay una decisión del espectro político, una reunión de los líderes que deciden lanzar el estudio. Tal vez algunos líderes políticos fueron a la reunión con la idea de decir "lancemos la energía nuclear en Uruguay", pero no es lo que propuso el presidente, me consta; el presidente dijo: "Lancemos la fase de estudio". El presidente tiene una posición muy clara con relación a la energía nuclear, pero dice: "No somos un país bananero, lancemos una fase de estudio". No simplemente porque al presidente o a un líder de la oposición les parezca interesante se puede decir ya está, compremos una central nuclear.

EC - ¿Cuáles son las cuatro fases que recomienda la AIEA?

RM - La primera es la fase de estudio y de intercambio con la gente para llegar –como dice el informe y como retomó el presidente– a una decisión que sea sustentable desde el punto de vista técnico, económico, medioambiental, político y social.

EC - ¿Cuánto tiempo lleva eso?

RM - No lleva menos de dos años. El promedio anda entre los tres y los cuatro años. Con mucho esfuerzo político, con mucho apoyo económico, en dos años podríamos llegar a tener una resolución sobre este tema.

EC - ¿Y las otras fases?

RM - La primera fase puede terminar en un sí o un no, como dice el documento en sus conclusiones. Si termina en un sí, arranca la fase 2. La fase 2 es la puesta en marcha de la infraestructura necesaria para tener un programa nuclear en el país: crear el marco legal, el marco institucional, comenzar a formar recursos humanos, comenzar a estudiar cómo se resuelven algunos problemas técnicos mayúsculos que tiene la energía nuclear alrededor. Cuando se resuelva ese marco, comienza el programa en sí y ahí comienza la fase 3.

La fase 3 es la puesta en marcha de las cosas. Empiezan los primeros proyectos de ingeniería para ver qué se hace con algunas cosas concretas y sobre todo empieza la negociación internacional para acceder al uranio, para comprar la central, para negociar la construcción. Se licita la construcción y se construye la central.

Y la fase 4 es la operación de la planta a lo largo de su vida útil y el desmantelamiento al final.

EC - El informe es muy interesante porque vuelca todo este tipo de consideraciones, pone en la cabeza de quienes van a trabajar en este asunto los distintos factores, los distintos elementos que hay que tener en cuenta. Pero al mismo tiempo puede llegar a ser un poco inquietante, teniendo en cuenta el país que somos, no solo por el tamaño, sino por cómo somos para tomar decisiones; si el asunto es tan complejo y en principio el cronograma es tan ambicioso, ¿no será que no resolveremos nunca esto?

Desde la audiencia vienen mensajes de este estilo:

"¿La energía nuclear será otro tema burocratizado?, ¿caerá en manos de ‘expertos’ que lo convertirán en una discusión bizantina?".

RM - Muy relevante el comentario. Primero, que quede claro: Uruguay puede vivir sin energía nuclear, tal vez es una muy buena opción y vamos a ir con mucho entusiasmo a hacer eso, pero podemos vivir sin energía nuclear, tenemos energía suficiente para llegar por lo menos hasta 2025 con otras opciones energéticas buenas para el país. Que no cunda el pánico en ese sentido.

En segundo lugar, una preocupación absoluta de este gobierno es que esto no se transforme en una discusión tecnocrática. No es que primero hay que llegar a una conclusión técnicamente sí, económicamente sí, y después lo refrendamos con la ciudadanía. La ciudadanía tiene que participar desde el principio, porque tiene que ser sustentable la decisión, sostenible, avalada desde todo punto de vista, y no simplemente ser una decisión tecnocrática, política o burocrática.

Y por último, lo más importante: este camino de las fases que proponemos. Si uno transita de forma adecuada la fase 1, no solamente llega rápidamente y de manera sostenible a una conclusión, sino que abona mucho más fácilmente el camino para lo que viene después, porque ya se prerresolvieron una cantidad de cosas, se sabe cómo se van a hacer, porque se estudió si se podían hacer o no. Entonces, realmente se acortan los tiempos y se gana en eficiencia.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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Escuche la Tertulia de este viernes 5 de diciembre, en la cual participó Ramón Méndez

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