Análisis Económico

La economía argentina comienza a mostrar señales de enfriamiento: ¿cuáles son las perspectivas de actividad para 2009?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte

(Emitido a las 8:30 horas)


EMILIANO COTELO (EC):
En los últimos años Uruguay ha reducido notoriamente la dependencia con Argentina, tanto en lo que hace al peso de este mercado en nuestras exportaciones como en lo relativo a la exposición del sector financiero.

De todas formas, la marcha de la actividad económica en Argentina sigue siendo un tema por demás relevante para las perspectivas de nuestro país.

Por eso, y teniendo en cuenta que la semana pasada se divulgaron una serie de indicadores que sugieren un escenario de enfriamiento bastante significativo, examinaremos las perspectivas y los riesgos que enfrenta Argentina de cara al próximo año.

El diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


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EC: La semana pasada se divulgaron una serie de indicadores económicos que, según destacó la prensa argentina, confirmaron un escenario de enfriamiento muy significativo. ¿Repasemos brevemente cuáles fueron esos datos?


TAMARA SCHANDY (TS):
Por un lado, el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) informó que en noviembre la producción industrial cayó por segundo mes consecutivo en la medición desestacionalizada; esto es, comparando noviembre con octubre en este caso. A su vez, y por primera vez, el dato de noviembre mostró un crecimiento nulo en la comparación interanual. Esto quiere decir que en noviembre la actividad industrial fue prácticamente la misma que en noviembre de 2007, lo cual constituye una señal bastante clara de estancamiento del sector industrial.

Hay que aclarar que aquí nos estamos refiriendo a los datos oficiales, del INDEC, pero algunas estimaciones privadas apuntan ya a caídas bastante importantes de la producción industrial, de más de 5% en términos interanuales.
 
EC: ¿Qué otros indicadores se conocieron la semana pasada?

TS: También hubo datos negativos sobre la marcha del comercio exterior. La semana pasada se conoció que tanto las exportaciones como las importaciones cayeron en noviembre. Cayeron en la comparación interanual. Eso supone que fueron más bajas que en noviembre del año pasado.

EC: ¿De qué magnitudes estamos hablando?

TS: En la medición en dólares, las bajas fueron de 5,8% en exportaciones y de 5,4% en importaciones. Pero lo más relevante es que, en la comparación con el año pasado, el "efecto precio" es todavía positivo.

Los precios del conjunto de bienes que Argentina exporta e importa, aunque cayeron mucho en los últimos meses, siguen siendo, en términos generales, superiores a los de fines del año pasado. Por lo tanto, la caída de las exportaciones y de las importaciones en dólares refleja una baja muy fuerte en los volúmenes, que es, en definitiva, lo más relevante desde el punto de vista de la actividad económica.

EC: Recordemos que para el caso de Uruguay habíamos comentado que parte de la caída de los volúmenes podía obedecer a que el comercio mundial ha estado "paralizado" en los últimos meses por la crisis internacional. Supongo que habrá un impacto de esa situación también en las cifras argentinas.

TS: Probablemente. Con la agudización de la crisis internacional los compradores no siempre cuentan con crédito para financiar sus compras y muchas veces deciden bajar sus stocks para cuidar su liquidez y porque esperan comprar más adelante a precios más bajos.

A esto se suma, en el caso de Argentina, el hecho de que el agro estaba expectante de una posible reducción de las retenciones. Estos dos elementos pueden haber incidido, por ejemplo, en demoras relativamente significativas en las exportaciones de soja.

Pero en cualquier caso, y aún cuando una parte sea transitoria, estamos hablando de caídas importantes, del orden de 10%, que, a nuestro juicio, están marcando un quiebre de tendencia en Argentina.

EC: A nivel de las importaciones ¿las caídas de los volúmenes fueron igualmente significativas?

TS: Sí, los datos de noviembre marcaron una baja interanual de 10%. Cayeron las importaciones de bienes de capital, las de bienes intermedios y también las de algunos bienes de consumo, lo cual marca con claridad un panorama de enfriamiento de la demanda local.

EC: Frente a este panorama, la administración de la presidenta Cristina Fernández sigue anunciando nuevas medidas para tratar de evitar un freno más importante de la economía. ¿Cuál es la visión de ustedes sobre la efectividad de las nuevas disposiciones?

TS: En el contexto actual pensamos que la eficacia va a ser limitada, porque en general son medidas que no modifican en lo sustancial las condiciones para un cambio de signo del ciclo económico, que, a nuestro juicio, están dadas por el cambio en el contexto internacional y sobre todo por un fuerte deterioro del clima de expectativas en Argentina, que seguramente va a seguir pesando sobre las decisiones de consumo e inversión.

Por ejemplo, en las últimas semanas fueron varios los anuncios de medidas para estimular el consumo, incluyendo pagos por única vez para jubilados, para beneficiarios del plan familias y para beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar. También se eliminó la llamada "tablita de Machinea", que era un mecanismo que puso en marcha el ministro de Economía de (Fernando) De la Rua, que reducía las deducciones admitidas para el impuesto a las ganancias. Ahora se vuelven a admitir más deducciones para el cálculo del impuesto y eso va a beneficiar a los que tienen mayores ingresos. Lógicamente muchas familias van a sentir un impacto inmediato de todas estas medidas, pero creemos que son medidas que difícilmente puedan revertir la tendencia de enlentecimiento del consumo, en un marco en el que se comienza a anticipar un contexto más recesivo.

EC: ¿Y la reducción de las retenciones? ¿Qué impacto podemos esperar de esa medida?

TS: El gobierno anunció una rebaja de 5% en las retenciones que pagan el trigo y el maíz y también una disminución de las cargas sobre ventas de frutas y hortalizas. Ciertamente es una buena noticia para las empresas que operan en estos rubros, pero el cambio del contexto internacional y la caída de los precios de exportación igualmente determinan un panorama de rentabilidad poco favorable para el sector agroexportador argentino. O sea que por allí tampoco se vislumbran cambios muy significativos. Tendemos a pensar que Argentina va a acusar un golpe importante por el deterioro del marco externo.

EC: Con esas consideraciones, ¿qué proyecciones de crecimiento están manejando para Argentina el año próximo?

TS: Nosotros pensamos que Argentina se dirige a un período probablemente recesivo. En la comparación de promedios anuales podría no observarse una caída del PBI (Producto Bruto Interno) por el efecto del crecimiento que todavía se observó en 2008; de hecho, nuestro pronóstico puntual es de un registro en torno al 0% en términos de promedios anuales. Pero seguramente veamos contracciones a nivel de los datos trimestrales. Lógicamente esa previsión se enmarca en el cambio del contexto internacional, pero responde también a la acumulación de inconsistencias de política económica en los últimos años y al fuerte deterioro del clima de negocios y de la confianza de los agentes que se observa en Argentina.

Por todos esos elementos, en los últimos meses hemos procesado una revisión de pronósticos bastante importante, pero de todas formas consideramos que el sesgo de nuestro pronóstico sigue siendo a la baja...

EC: Tú acabas de decir que prevén un crecimiento cero...

TS: ...Cero en promedio, que significa caídas dentro del año, porque hay un efecto arrastre positivo del crecimiento de este año...  

EC: ...De todos modos, aclarabas...

TS: ...Es difícil prever con certeza cómo se van a procesar las correcciones de los numerosos desequilibrios que hay en Argentina. Con la estatización de las AFJP, el gobierno ha ganado tiempo en materia fiscal, cuenta con recursos fiscales adicionales que le permiten impulsar la actividad económica y suavizar los impactos negativos desde el frente externo. Pero cada vez se están comprometiendo más fondos, el gasto sigue aumentando fuertemente y la sostenibilidad de este modelo es muy incierta.