"Si creemos en la integración, es momento de demostrarlo abriendo el Mercosur"
El contador Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano, afirmó a En Perspectiva que lo que deben hacer los países grandes del bloque "es abrir los mercados, en particular para los países de menor desarrollo relativo" como Uruguay y Paraguay. Señaló que desde la Secretaría General Iberoamericana va a promover "dinamizar fuentes de inversiones que permitan que las empresas continúen con sus proyectos" en el marco de la crisis internacional. En ese sentido, destacó el rol del Banco República, que, a su juicio, debería "acelerar más" los créditos de apoyo a los sectores con dificultades.
(Emitido a las 8.36 horas)
EMILIANO COTELO:
Este año que hoy termina será recordado por el estallido de una crisis económica a nivel global que, para algunos, es la peor desde el crack financiero de 1929.
Cuando faltan pocas horas para entrar en 2009, todavía no se vislumbra cuándo ni cómo se saldrá de esta crisis.
En América Latina varios analistas afirman que no se ha tomado total conciencia de las consecuencias que tendrá este derrumbe económico.
Uno de ellos es el contador Enrique Iglesias, actual secretario general iberoamericano y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Con él vamos a conversar sobre cómo se ha encarado la crisis en la región y en Uruguay, qué papel debe jugar el Mercosur, qué puede hacer la propia Secretaría General Iberoamericana (SEGIB) y hacia qué mundo financiero vamos, entre otros temas.
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EC - Antes cuando era presidente del BID y ahora como secretario general iberoamericano mantiene la costumbre de pasar las fiestas de fin de año en Uruguay.
ENRIQUE IGLESIAS:
Así es, todos los años vengo por aquí.
EC - ¿Dónde lo hemos ubicado hoy?
EI - Estoy aquí en Montevideo.
EC - ¿Hasta cuándo se queda?
EI - Me voy a quedar hasta el día 10, pero voy a estar en Maldonado, cerca de San Carlos.
EC - Esta crisis internacional empezó como una debacle financiera, pero rápidamente se trasladó al sector real de la economía. ¿Por qué cree que se dio todo tan rápido?
EI - Es una buena pregunta y quizá no tenga una buena respuesta. Nos sorprendió a todos esto, sorprendió a todo el mundo la forma como se desmoronó todo este edificio de ingenierías financieras que fueron acumulando enormes inversiones, muchas de ellas con poca base, con poco apoyo, como las inversiones en vivienda. Y esto en un momento se pinchó porque alguna institución comenzó a tener problemas para hacer frente a sus compromisos, y eso provocó, luego, una serie, hasta el 16 de setiembre, cuando se produjo el famoso incidente en que el Tesoro estadounidense y la Reserva Federal (FED) consideraron que no debían ayudar a Lehman Brothers, uno de los grandísimos bancos de inversión mundiales, lo que provocó una señal de desconfianza muy grande en todos los mercados, y a partir de ahí en estos tres meses las cosas se han puesto realmente complicadas.
EC - Usted ha destacado que esta es una crisis inédita en varios aspectos. ¿Por ejemplo, en cuáles?
EI - Primero, es una crisis global. Es cierto que la crisis de los 30 fue también una crisis mundial, pero el epicentro de todos los problemas estaba en el Atlántico norte, era un tema entre Estados Unidos y Europa. Ahora la crisis se globalizó porque el mundo está globalizado y porque el mundo financiero se ha globalizado de una forma que no conocimos nunca en el pasado. Hoy las corrientes financieras son muy intensas y globales, y esto le da a esta crisis características que son muy propias, muy diferentes, sobre todo la globalidad, la rapidez con que se produjo y esa suerte de falta de reacción a los antibióticos que se usaron tradicionalmente para hacer frente a estas crisis, como la baja de las tasas de interés, que están casi en cero, la inyección de recursos, que está en crisis astronómicas, y sin embargo la desconfianza continúa. Esos elementos, todos juntos, le dan a esta crisis características tan singulares.
EC - En varias apariciones públicas usted se ha mostrado muy preocupado porque percibe que en América Latina no se ha tomado suficiente conciencia de la profundidad de esta crisis y sus efectos. ¿Por qué dice que no existe esa conciencia en la región?
EI - No existe, primero, porque en América Latina no hay recesión; ciertamente el año que viene va a haber una caída importante del producto, es lo que se estima, pero no estamos todavía en un tema de recesión. El problema de la percepción es bastante natural si uno piensa que este país, por ejemplo, ha crecido 11% este año, una cifra realmente astronómica. Es difícil desde esa altura estar demasiado nervioso. Y tampoco hay que ponerse demasiado nervioso, pero hay que pensar que las cosas pueden empeorar, sobre todo si no se restituye la confianza y si esto dura mucho. El tema central es la duración de todo este proceso. Ya se están extendiendo los plazos, antes se hablaba del primer semestre de 2009, después del segundo, ahora ya estamos pasando al año 2010, y ya tenemos un año de crisis medio largo. Esta crisis amenaza ser muy larga con respecto a las precedentes. Hay que estar preparados, porque si esto dura, va a morder mucho más fuerte.
EC - Ahí hay un punto delicado: cuánto se habla de la crisis y sus posibles efectos en la medida que todo eso también puede generar expectativas negativas que retroalimenten un empeoramiento.
EI - Es cierto. Yo estoy muy influido por el medio donde vivo, España, donde la crisis ha mordido muy fuerte: hay tres millones de desocupados y esto va para más. Eso genera una situación de incertidumbre grande. El ambiente europeo en general es de ese tipo. Quizá yo trasmita ese humor y eso quizá no sea justo, pero no digo que haya que estar alarmado, hay que estar consciente y tener todos los instrumentos en la mano para intervenir. El país está en la mejor posición que ha tenido -eso es muy importante- en cuanto a sus reservas, en cuanto a cómo administró la deuda, en cuanto a la diversificación de las exportaciones, al apetito por inversiones de los últimos años. Todos esos son activos muy grandes que no teníamos en el pasado. Si esto nos hubiera ocurrido hace 10 años, las cosas estarían realmente muy duras. Es muy natural que no haya una percepción porque en este momento las cosas no están en un punto crítico, pero si el problema continúa, podemos tener dificultades.
EC - ¿Cuán consciente ve al gobierno uruguayo de las dimensiones del problema?
EI - Creo que hay conciencia. La gente que mira esto desde la perspectiva mundial se da cuenta de que el tema se está poniendo muy fuerte en los grandes centros de comercio. Para nosotros, no solamente hay problemas de baja de crecimiento en la economía de Estados Unidos, sino también en China, y tanto China como Estados Unidos son referentes muy importantes para nuestro comercio exterior. Hay que tener conciencia clara del problema y tener dispuesto todo el instrumental con el cual podemos hacer frente a crisis de este tipo.
EC - ¿Cómo observa las medidas que el gobierno uruguayo ha adoptado ante la proximidad de la crisis?
EI - Primero, invertir más en infraestructura es muy importante, esto es un elemento que acelera, y hay que estar alerta también para apoyar a los sectores que se pueden ver perjudicados por la caída de la demanda exportadora. Hemos invertido recursos humanos, financieros, tecnológicos en sectores de la actividad nacional que se pueden ver golpeados y hay que buscar formas de protección y apoyar, como lo están haciendo los europeos y los americanos, sobre todo los europeos.
EC - El gobierno ha anunciado medidas en esos dos sentidos que usted mencionó, inversión pública y apoyo a sectores vinculados con la exportación. Pero hay analistas, sobre todo involucrados en el sector privado, que han visto esas decisiones como muy tibias.
EI - Lo mismo pasa en España, siempre parece poco porque evidentemente el gobierno no lo puede todo, ningún gobierno puede todo, puede dar señales y apoyar, pero si la crisis se profundiza, es muy difícil rescatar todas las situaciones. Lo importante es tomar conciencia de que hay que estar presentes y que hay que activar cosas que tenemos. Por ejemplo, el haber reducido la exposición en materia de endeudamiento externo nos da cierto margen para asumir ciertos endeudamientos para hacer frente a la dinamización de la economía...
EC - ...Ese es uno de los puntos. El gobierno dice que quiere tomar medidas, que está dispuesto a intervenir con determinados instrumentos, pero que también debe ser prudente porque las cuentas fiscales se encuentran en un momento delicado, incluso está por verse cómo va a evolucionar la recaudación en los próximos meses...
EI - ...Exacto, ese es el tema más importante, cómo cae la recaudación...
EC - ...Desde la oposición se dice que el gobierno perdió la oportunidad de acumular un fondo de reservas, que con lo bien que le fue a la economía en los últimos años ahora habría más recursos para utilizar a estos efectos. La pregunta es, entre esas dos visiones, ¿cómo se sale de esto y cómo se actúa? ¿Una solución puede ser esa?, ¿usted dice que no habría problema en contraer algo de deuda para este tipo de medidas?
EI - Llegado el momento, si la crisis se profundiza y se hace complicada, sí, el endeudamiento es parte, para eso están las marcas de endeudamiento, para eso está el uso de reservas. Si no, ¿para qué son las reservas?
Le voy a dar como ejemplo lo que está haciendo Brasil. Brasil sintió un corte fenomenal del crédito a los exportadores de fuentes externas y las ha reemplazado con el uso de 2.000 millones de dólares de sus reservas para apoyar a los exportadores en sus actividades. Ese es un ejemplo claro de que en cierto momento hay que usar todo, con la prudencia que exige el mantenimiento de la solidez macroeconómica. Yo no le puedo dar detalles, no estoy en el detalle de las cuentas públicas, pero hay que explorar si el endeudamiento es una forma de ayudar. Es el momento del Banco Mundial, del BID, de la Cooperación Andina de Fomento (CAF), es el momento de usar esos recursos para apoyar las inversiones nacionales. Es el momento de usar el crédito público, el Banco de la República (BROU) tiene un papel muy importante que cumplir en estos momentos...
EC - ...¿Qué podría hacer el BROU, más allá de lo que hace?
EI - Quizá acelerar más lo que está haciendo en apoyo a los distintos sectores, con créditos y líneas de crédito más amplias, y quizá ver cómo se pueden manejar las tasas de interés, como se está haciendo en varias partes de América Latina. Lo mismo el apoyo a las actividades de inversión, que es de las cosas que me preocupan porque estoy viendo que en algunos casos inversiones muy importantes se van a ver postergadas, porque los inversionistas no logran activar el crédito. El inversionista que viene a invertir en Uruguay toma crédito en alguna parte, o emite bonos o se endeuda con los bancos...
EC - ...Sí, ha habido noticias de ese tipo en varios de los proyectos que están en curso, por ejemplo la planta de celulosa de ENCE, en Colonia, o el desarrollo de tambos con inversión neocelandesa en distintos puntos del territorio nacional.
EI - Es natural. Pero esto es una pausa, no creo que se interrumpa, el país sigue siendo muy atractivo, estamos entrando en un período en que se están valorizando las materias primas porque aumenta el consumo en todo el mundo. Eso necesariamente requiere más alimentos, y nosotros tenemos una buena dotación natural para ello. Por tanto, las opciones que se visualizaban en los últimos tiempos sobre las buenas perspectivas están ahí, eso no va a desaparecer, pero se va a postergar. En ese momento tenemos que tener cuidado de no destruir ciertos elementos vigorosos que se han creado, por ejemplo en la industria de la lechería, que es tan importante en el país. Eso hay que apoyarlo, son elementos que van a estar presentes ahora y en el futuro.
EC - Usted ve allí la conveniencia de que el BROU en particular juegue un rol más activo.
EI - Sí, el BROU y la banca internacional son dos fuentes importantes para apoyar el endeudamiento. El 2 de marzo convocamos en Portugal, que es el país que va a ser sede de la cumbre este año, una reunión de los ministros de Economía y los presidentes de los bancos centrales con dos propósitos: primero, ver adónde va la famosa reforma de la arquitectura financiera internacional, y segundo, qué se puede hacer para ir creando defensas frente a los impactos externos. Se están haciendo muchas cosas, en todos los países se están haciendo cosas, y eso me da una gran satisfacción, porque en el fondo los países están mucho más alertas que nunca respecto de este tipo de problemas. Eso es bueno.
EC - Hablando de medidas adoptadas por el gobierno uruguayo, hay otra línea de inquietud que tiene que ver con los precios. Este lunes, el Consejo de Ministros resolvió que volverá a procurar acuerdos con el sector privado para controlar los precios de los alimentos básicos, con la advertencia de que no descarta que el propio Estado importe productos e intervenga en la fijación de algunos de esos precios sensibles. ¿Cómo ve acciones de este tipo?
EI - La concertación me parece muy bien, siempre es importante el diálogo para poder mantener cierto control en cuanto a la expansión de los precios. En términos generales, el control de precios, la intervención directa a largo plazo no ha dado muchos resultados y no apostaría demasiado a ella. Si hay un momento de emergencia en ciertas actividades que exige el control de los precios, uno puede aceptarlo como una medida transitoria, por poco tiempo, pero no creo mucho en los controles de precios, porque no han funcionado en la práctica en la historia ni de nuestro país ni del mundo internacional.
EC - El gobierno percibe que la caída que se está dando en los precios de los commodities en el mundo no se está reflejando acá dentro en los precios de los alimentos al público.
EI - Claro, eso pasa en otras partes también. Más tarde o más temprano eso se va a producir, muchas veces se aprovecha para hacer ganancias en esta coyuntura y eso es lo que hay que combatir. Creo que la concertación en la canasta básica tiene mucho sentido, me parece bien que se vaya por esa línea.
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EC - En el marco de la crisis internacional y su impacto en esta zona del mundo, ¿cómo ve las posibilidades del Mercosur? ¿Qué puede hacer el Mercosur en este contexto? ¿Cómo puede responder?
EI - Conozco bien las frustraciones que se han creado en torno al funcionamiento del Mercosur, pero a pesar de ello ésta sería una prueba interesante, que tiene vitalidad y capacidad de respuesta. Lo que más pueden hacer los países, sobre todo los grandes, es abrir los mercados, en particular para los países de menor desarrollo relativo, como nosotros y Paraguay. Si realmente creemos en la integración, si creemos que esto sirve para algo, este es el momento de demostrarlo. ¿Cómo se hace? Simplemente buscando que se cumplan los acuerdos y tratando de que no operen los cierres de mercado por razones que muchas veces se usan como pretexto simplemente para cerrar.
EC - ¿Algún ejemplo concreto? ¿A qué alude?
EI - Al establecimiento de las barreras que a veces tenemos en la frontera, a los problemas de falta de aplicación de las normas que se han adoptado, es decir, la introducción de elementos que constituyen, de hecho, barreras comerciales que no son las más aconsejables nunca, pero especialmente en este momento.
EC - Europa ha coordinado acciones conjuntas para enfrentar la crisis, y algo similar ocurre entre Estados Unidos y Europa. En nuestra región, en cambio, el Mercosur ha llevado adelante reuniones puntuales para tratar el tema, pero hasta ahora no ha logrado adoptar ninguna acción en conjunto. ¿Por qué pasa eso?
EI - Por eso digo que este sería el momento para un encuentro franco, abierto, ver en esta coyuntura cómo podemos activar esto que tenemos creado para que realmente nos sirva a todos...
EC - ...¿Por qué se da esa diferencia? ¿Por qué acá no logramos acuerdos para enfrentar este momento?
EI - El Mercosur ha perdido un poco de credibilidad en ciertos sectores, sobre todo en algunos sectores empresariales, veo cierta frustración y eso no estimula en este momento el pensamiento en ese sentido. Los países están relacionados con todo el mundo y muchos grandes países quizá no tengan en el Mercosur las expectativas y esperanzas que pueden alentar para ayudar en esta circunstancia. Eso es parte de la visión política, en el fondo parte de arriba, lo menos que podemos pedir es que los sectores públicos y políticos resuelvan sentarse a la mesa y hacer un programa en este momento emergencial para tratar de activar lo que tenemos o crear elementos nuevos que nos permitan defender a las economías en estas circunstancias.
EC - Y la SEGIB, al frente de la cual está usted, ¿qué papel puede jugar?
EI - Ya le mencioné uno, estamos tratando de intercambiar experiencias respecto de cómo hacer frente a las crisis actuales, y sobre todo el tema de ver, de discutir, en particular antes de la reunión del Grupo de los 20 (G-20), que va a diseñar una arquitectura financiera internacional, que los cuatro países que van a estar presentes allí dialoguen con los otros 18 restantes...
EC - ...¿A qué cuatro alude?
EI - Argentina, Brasil, México y España, que seguramente estará también. Esos cuatro países de los 22 tienen la oportunidad de intercambiar opiniones sobre los temas que se van a tratar en el G-20, que va a tomar decisiones que van a afectar al mundo entero. Es una buena oportunidad de que estos cuatro países iberoamericanos dialoguen con los demás y conozcan sus puntos de vista.
El segundo punto es cambiar opiniones sobre qué instrumentos aparecen más útiles, más efectivos en estos momentos. Se está haciendo todo un trabajo interesante, la CEPAL ha trabajado en esto recopilando lo que se está haciendo, para que todo el mundo conozca los materiales que se están usando para hacer frente a la crisis.
Eso como primera contribución. Una segunda área que estamos pensando es el área financiera. España es un actor importante en la banca latinoamericana, tiene una cuota de mercado alta, por tanto es un actor relevante en cómo la banca privada puede y debe ayudar en la coyuntura actual. Algo vamos a hacer en ese campo, todavía no tengo una idea clara, pero la idea es una convocatoria de la banca privada para discutir estos temas con actores como España.
En tercer lugar está todo el tema de la inversión privada. Esto que usted mencionaba, que algunas empresas en este momento están deteniendo las inversiones, sería interesante discutir el tema. Lo hicimos el año pasado con un grupo de empresarios, hay que ver si es posible dinamizar fuentes de inversiones que permitan que las empresas continúen con sus proyectos.
EC - ¿Alude a empresarios de la propia región, por ejemplo empresarios españoles que tienen inversiones en América Latina?...
EI - ...O que tienen proyectos de inversión. Me preocupa el hecho de que naturalmente el inversionista, sobre todo el inversionista europeo y estadounidense, en estos momentos de incertidumbre hace una pausa; es lógico, voy a ver, tengo ganas de entrar, pero dejo que pase un poco la tormenta, que descampe para ver cómo procedemos. En ese momento de repente algún tipo de acción pública se puede hacer para ayudar, para apoyar a las empresas en su financiamiento.
EC - Usted está hablando que se producirían acciones públicas ¿desde qué ámbitos?
EI - Desde el ámbito de los fondos de desarrollo, de los bancos internacionales. Brasil está asumiendo una posición muy activa en la región a través del Banco Nacional de Desenvolvimento, que es un banco de desarrollo que ellos tienen. Eso es muy importante, sentados a una mesa se puede hacer frente a mecanismos de cooperación. No creo que vayan a cambiar el panorama en general, pero pueden ayudar a buscar instrumentos de apoyo.
EC - Esta es una iniciativa que podría impulsarse desde la SEGIB no necesariamente relacionada con inversores de la región, también se podrían abordar respaldos, apoyos a inversiones por ejemplo estadounidenses.
EI - Iberoamérica se encarga exclusivamente de los 22 países de la región, primariamente hay que hablar de eso, de estas inversiones que se están gestando dentro de la región y que hay que tratar de que se mantengan en la expectativa y tengan fuente de financiamiento. Ahí habría algo para hacer, y ahí la colaboración de los organismos financieros internacionales cuenta mucho, el BID, el BM y la CAF tienen un papel que cumplir en todo esto. No hay una solución, hay que buscar varias vías para lograr lo que queremos.
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EC - Sobre el final de esta entrevista me gustaría destinar algunos minutos a lo que viene, hacia dónde vamos o lo que se puede intuir ahora de hacia qué mundo vamos en materia económica y financiera.
Esta crisis deja varios "heridos" o "muertos" por el camino, uno de ellos los bancos de inversión, que desaparecen. ¿Qué puede implicar esa desaparición?
EI - Por lo pronto un plazo de acomodación que va a tener impacto en los niveles de inversión. Esa banca de inversión de los últimos 20, 30 años fue un actor fundamental en el uso de estas ingenierías financieras que fueron grandes motores, grandes dínamos de la economía mundial. Junto con eso estaba la cocaína de todo esto que nos está pasando...
EC - ...¿Cómo es eso de la cocaína?
EI - Claro, esa gran dinámica creadora de la inversión internacional estuvo muy movida por los bancos de inversión y todos los fondos que ha habido. Yo digo que junto con ese paquete dinámico vinieron también las inversiones truchas o tóxicas; todas las formas de riesgos excesivos, exuberantes, en todos los campos, incluyendo el campo de la vivienda, formaron parte de esa dinámica. Esa dinámica movió el mundo, pero contenía elementos que estallaron ahora en la crisis. Va a haber un período de acomodación a una nueva realidad en la que los bancos de inversión van a estar muy vinculados a la banca comercial.
EC - ¿Cómo se cubrirá el papel que desempeñaban los bancos de inversión?
EI - La actividad de los bancos de inversión va a seguir, pero va a estar incorporada a las bancas comerciales y sometida a más elementos regulatorios que en el pasado. Eso implica una acomodación de los actores, porque estos bancos operaron dentro de un sistema cuya filosofía era que no había que regular, porque la regulación siempre es mala, el mercado sabe hacer las cosas mucho mejor. Ahora vamos a pasar a una etapa en la que va a haber regulación, va a haber intervención del Estado, etcétera. Acomodarse a eso va a llevar tiempo, y mientras tanto esos motores no van a estar activos. Entonces, tendremos un período en los próximos años en que vamos a "extrañar" esa actividad inversora y expansiva que tuvieron los bancos de inversión. Pero la actividad va a continuar incorporada en los sistemas financieros.
EC - ¿Comparte la necesidad de un sistema financiero más regulado?
EI - Sin duda alguna, eso está claro...
EC - ...¿Por qué se había demorado tanto esto?
EI - Es una buena pregunta. Sobre eso todo el mundo habla, porque estas cosas que pasaron no cayeron como una tormenta de verano, se conocía que estaba pasando algo y que no se estaba controlando. Se decía y se hablaba, el propio Greenspan, a quien ahora se le hacen tantas preguntas, el presidente de la FED, anunciaba la exuberancia de la inversión, esta explosión de las bolsas. En todo esto había una cosa muy anormal, todos lo sabíamos, y todos vivimos un poco de esa euforia, incluso nosotros...
EC - ...Sí, esa riqueza artificial tuvo beneficiarios.
EI - En esa fiesta participamos todos. Nosotros no tocábamos la música, claramente, pero el aumento del precio de las materias primas y todas esas cosas tuvo mucho que ver con esta euforia financiera que ahora se detiene. Hasta que retomemos el ritmo va a pasar tiempo, y además está por verse a qué velocidad se va a mover esa nueva inversión. Eso es lo que me preocupa, me preocupa que hemos vivido un período brillante de crecimiento sin estabilidad en el mundo, que se reflejó en todo el mundo, en todas las economías, incluso en las economías emergentes como las nuestras, y ahora se detiene. Entonces, ¿cómo se acelera la máquina, cómo se acelera el instrumento de inversión que había antes para que volvamos a tener tasas de crecimiento? Eso va a llevar tiempo y eso es lo que me preocupa. Se ha detenido el motor del crecimiento y tenemos que esperar a que se recomponga sobre nuevas bases una economía más regulada, una economía financiera más supervisada.
También hay que tener cuidado en no sofocar al mercado, porque tampoco es cuestión de ignorar que el mercado sigue siendo el factor fundamental de asignación de recursos y de creación de producción. Tenemos que tener un balance muy claro entre Estado y mercado, es Estado y mercado que hay que regular y sobre eso la construcción va a llevar tiempo. Por eso digo que toda esta situación puede verse mucho más demorada que lo que pensamos.
EC - A propósito de los picos que se dieron en este "boom" económico, ahora se sacan algunas cuentas. Está cerrando el año y, por ejemplo, ya que usted viene de España, la Bolsa de Madrid termina el año 2008 con una caída de 38, casi 40%, y si vamos a Nueva York, el índice Dow Jones termina con una caída del 35%. ¿Qué le dicen esos números?
EI - Son impactantes. Pero como yo leí historia, recuerdo que en los años 30 cayó 90%. No quiere decir que vayamos a estar ahí, pero esta caída demuestra una cosa central, que es la falta de confianza. En el fondo hay valores de bolsa que son bastante inferiores al valor [...] de las empresas, la gente no se explica por qué han caído. Se explica simplemente porque la gente tiene miedo, tiene preocupación y busca refugio en la liquidez de lo que le parece que son valores más fuertes, como los bonos americanos, por ejemplo.
EC - Pero hay otra explicación, supongo, y es que los valores máximos a los que esos papeles llegaron no eran realistas.
EI - Tampoco eran reales, exactamente. Eso está pasando con las materias primas, que han caído también un 30 o 40%, pero siguen estando más alto de lo que estaban. Por eso le digo, hay margen para que las cosas bajen más, como también hay margen para que empiecen a quedarse ahí, que es la otra alternativa que uno puede imaginar, que se controle. Los gobiernos están interviniendo como no intervinieron nunca, yo nunca vi tanta intervención comprando bancos, inyectando toda la liquidez que se necesite...
EC - ...Comprando industrias automotrices, como ocurre ahora en Estados Unidos...
EI - ...Todas cosas que estaban fuera del diccionario en la época en que yo trabajaba, en los años 90. Son cosas que escapaban completamente...
EC - ...No solamente impresiona el hecho de que haya estados nada menos que estados como Estados Unidos y varios europeos metiéndose de esa forma en el mercado, comprando total o parcialmente bancos, comprando parcialmente industrias automotrices, sino, además, impresionan los volúmenes de dinero que están inyectando, y en algunos casos la deuda o el endeudamiento en que están incurriendo para eso.
EI - Esa es la otra preocupación, una es cómo se recompone el ritmo de crecimiento a partir de una inversión, y la segunda es qué se hace con toda esa masa enorme de recursos que se está inyectando, cómo se absorbe productivamente y cómo no alimenta una inflación desenfrenada, que es otra opción que se ha mencionado. Alguna gente ha mencionado una gran depresión y otra ha mencionado una gran inflación. Son riesgos que están ahí como opciones. Cuando la crisis de los 30 los gobiernos se reunieran en el año 32, eso muestra la diferencia de percepción de las cosas, creo que un peligro que puede haber es esto que se llama estanflación, que tengamos un período de estancamiento con inflación, como ha ocurrido en Japón en los últimos años, que la economía está ahí, con bajísimo crecimiento y estirándose en el tiempo. Eso es malo, sobre todo para nosotros, que dependemos mucho de que el mundo desarrollado crezca vigorosamente y que crezca también vigorosamente el mundo al cual estamos mirando, que es todo el mundo asiático.
Si los ritmos bajan, eso va a tener un impacto en sociedades que se han acostumbrado a mejorías. El mundo de hoy es un mundo de clases medias, no es el mundo de los años 30, que era un mundo más rural, más agrícola que ahora. Todo eso puede crear nuevas alternativas. Vamos a salir, en estas crisis el capitalismo siempre ha hecho energías para salir mejor hacia delante. Cuando estamos en el medio de la crisis nos preocupa, pero vamos a salir; el capitalismo internacional siempre ha hecho de las crisis factores de impulsión importantes. Cuánto tiempo lleva eso es lo que me preocupa. Debe ser un problema de la edad.
(Risas)
EC - La última pregunta, que no necesariamente es más fácil que las anteriores: ¿esta crisis dejará también un cambio en la correlación de fuerzas en la economía internacional, eventualmente un cambio en la correlación de poder internacional?
EI - Sobre eso no tengo duda, está muy claro, el G-20 se ha convertido de hecho en un directorio que va a asumir responsabilidades muy importantes en la nueva arquitectura. Ahí están metidos los grandes países, los nuevos países emergentes, ya hay una coparticipación en la conducción de la economía mundial. Creo que Estados Unidos también lo entiende así. Pero cuidado, Estados Unidos es muy importante, hoy estamos todos mirando qué va a hacer Obama. La economía de Estados unidos, el 20% del producto mundial, cuenta mucho en el mundo de hoy, todo el mundo desea que le vaya bien. Estados Unidos es un pivote fundamental de la solución de los problemas, pero va a haber ciertamente un cambio grande en la correlación de fuerzas. Y todo eso tiene otro aspecto, que es tema para otra conversación, que es cómo va a afectar todo esto, esta nueva coyuntura, cuando vamos saliendo, a la sociedad y a la política.
EC - ¿En qué está pensando concretamente?
EI - Las crisis en sociedades de clases medias generalmente suelen ser acompañadas por mucho dinamismo social. Ya se está viendo la movilización de los sindicatos defendiendo su trabajo, la movilización de los consumidores, la turbulencia social acompaña estas cosas. Y lo otro es lo político, tenemos 14 elecciones presidenciales en los próximos tres años en América Latina, afortunadamente. Si la crisis se profundiza, dependerá de cada país, pero va a tener impacto en las decisiones políticas de los gobiernos. Estas crisis no pasan desapercibidas ni a la sociedad ni a la política.
Veremos cómo vienen la cosas, nadie le puede dar una respuesta a todo esto, se puede tener una aproximación de cómo van las cosas, pero una respuesta como tal no tengo y creo que nadie la tiene.
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Transcripción: María Lila Ltaif