Análisis Económico

El IPC marcó deflación en febrero. ¿Cuáles son las claves en las cifras del INE?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

(emitido a las 7:45 hs.)

EMILIANO COTELO:
Ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó los datos de IPC de febrero. En este mes, hubo una caída de los precios de 0,27%. ¿Cómo quedó la inflación de 12 meses?


JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
La inflación anual quedó en 7,93%, alejando el fantasma del 10% que hizo temer al gobierno, porque hay una cláusula "gatillo" que establece que si se llega a esa cifra, los ajustes salariales a nivel público deben darse cada seis meses y no una vez por año como ahora.

EC: También pasan a ajustarse de esa forma las pasividades, de ahí que aparezcan las preocupaciones por un efecto indexatorio que compliquen todavía más un rubro que viene delicado. Ese era el punto que estaba en la mira y sobre el cual vamos a conversar con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.


JAE: ¿Cómo evaluaron ustedes el dato de IPC de febrero?


TAMARA SCHANDY (TS):
Para nosotros fue un dato bueno. A nivel global es claro que este registro deflacionario es bienvenido, porque como tú decías aleja el riesgo de inflación de dos dígitos, que había aumentado sensiblemente luego del dato de inflación de diciembre, que llevó a la medición habitual, en doce meses, a 9,2%.

Decimos que fue un dato bueno no solo por la cifra sino también por lo que se desprende del análisis por rubros.


JAE: ¿Qué pasó allí?


TS: A diferencia de meses anteriores hubo caída de frutas y verduras. Aquí había un riesgo porque estos precios son muy volátiles y dependen en gran medida de condiciones climáticas. En diciembre y enero habíamos tenido subas fuertes (9,5% y 15,8% respectivamente), que de hecho habían sido parte del aumento del riesgo inflacionario en estos últimos dos meses. En febrero, en cambio, tuvimos una caída, de 2,3% en promedio.

También incidió en el dato de febrero la rebaja de los precios de los combustibles, de 6% en promedio a principios de mes, que se sumó a un impacto residual que había dejado sobre el dato de febrero la rebaja de enero. También hubo bajas de otros precios administrados, como la tarifa del taxi y el gas por cañería. Todo eso contribuyó a mitigar el impacto inflacionario del ajuste de tarifas de OSE y UTE; la electricidad subió en febrero 2.3% y el agua 8%.

Pero más allá de las frutas y verduras y de estos precios administrados por el gobierno, decimos que el dato fue bueno porque en febrero también cedió la inflación subyacente.


JAE: ¿Qué es la inflación subyacente?


TS: Nosotros construimos este indicador tomando el conjunto de la canasta de bienes y servicios que componen el IPC sin los precios administrados directamente por el gobierno, como las tarifas públicas y también precios privados que son administrados por el gobierno (cuota mutual, taxi, boleto, etc). Excluimos las frutas y verduras por su alta volatilidad que a veces dificulta el seguimiento de la dinámica inflacionaria.


JAE: O sea que de algún modo quedan excluidos los efectos de las medidas que anunció el gobierno en enero, que justamente apuntaron a mitigar el aumento de la cuota mutual: la rebaja del taxi, el mantenimiento del precio del boleto; por eso es significativo este dato.


TS: En general es un dato que nosotros solemos seguir porque extrae los elementos volátiles y los que dependen de la administración directa del gobierno. De todas formas, como en febrero hubo por parte del gobierno una búsqueda de rebajas de precios en algunos bienes puntuales –con los supermercados se acordó la rebaja de algunos precios de una canasta de productos, con la industria frigorífica se acordaron rebajas en algunos cortes de la carne- este es un mes particular y parte de los esfuerzos del gobierno en enero y febrero quedan recogidos en la inflación subyacente que incluye muchos de estos precios de productos que estuvieron en el ámbito de estos acuerdos.



TS: Con ese criterio, la inflación subyacente fue nula.

Así es, por lo cual es un segundo dato bueno de inflación subyacente, porque en enero había sido de 0.3%.
Esto contraste con el segundo semestre del año pasado, donde  promedialmente habíamos tenido niveles de inflación subyacente del orden de 1% mensual, lo cual suponía un ritmo de crecimiento anual de los precios de más de 10%.


JAE: ¿Por qué pasó eso?


TS: Esto es resultado básicamente de dos elementos. Por un lado, los precios de los bienes y servicios que habitualmente denominamos "no transables" y que dependen básicamente de la dinámica de la demanda doméstica, subieron 0,7% en febrero. Ese es un nivel de inflación todavía alto, pero que pauta un aflojamiento respecto a tendencia de meses anteriores. En el segundo semestre 2008, vimos en promedio aumentos mensuales de 1.2% en el precio de estos bienes. En enero el aumento fue de 0.8% y en febrero de 0.7%. Si bien nos parece algo prematuro hablar de una tendencia definitiva de baja, hay cierto aflojamiento a nivel de estos precios.

Por otro lado, y pese al aumento del tipo de cambio en febrero, tuvimos deflación en los alimentos, que son el gran componente "transable" de la canasta.
Acá juegan los acuerdos de precios que buscó el gobierno. Tenemos que ser cautelosos porque en este indicador de inflación subyacente estamos incorporando los impactos de esas medidas. La carne, por ejemplo, que está comprendida en el indicador, bajó promedialmente 2,8% en febrero. Lo mismo sucede con otros alimentos, algunas clases de aceites, productos farináceos, etc. Y lo que sucede además, es que el hecho de que el gobierno haya acordado rebajas en algunos productos concretos genera efectos sobre otros precios, porque los empresarios tienen pocos incentivos para ajustar precios al alza si productos competidores están bajando de precios.


JAE: Después de este dato de febrero, ¿ustedes consideran que hay espacio para que el Banco Central baje la tasa de referencia?


TS: Nuestros modelos indican que la inflación debería ir cediendo paulatinamente en el año, básicamente por presiones deflacionarias del resto del mundo. Los datos de enero y febrero estuvieron en esa línea.

De todas formas, y por lo que decía recién, no debemos perder de vista que los datos de inflación -y de inflación subyacente en particular- estuvieron incididos por rebajas de precios en el marco de los "acuerdos" que no necesariamente deberán mantenerse en el futuro. Por eso, nos parece que debemos ser cautelosos y esperar los datos de marzo y abril antes de concluir que la inflación se está embarcando en una trayectoria definitivamente declinante.

Si los datos de inflación de los próximos meses confirmaran esa trayectoria consideramos que se abriría un espacio para una baja de tasas de interés, que a su vez deje lugar para un aumento del tipo de cambio.