Entrevistas

Ernesto Elenter: "Hay un avance en el gerenciamiento de la demanda" de energía

En Boulder, un pueblo de Estados Unidos, se está llevando a cabo un revolucionario experimento, basado en una ‘red inteligente’ que ayuda a ahorrar energía. En Perspectiva consultó a Ernesto Elenter, gerente de Consultoría en SEG Ingeniería, quien opinó que si bien el ensayo es "innovador", tiene "grandes dudas en cuanto los resultados que se van a lograr". En ese sentido, destacó la implementación de las "tarifas inteligentes" para el sector residencial por parte de UTE, lo que calificó como "un avance en el gerenciamiento de la demanda en Uruguay".

(emitido a las 8.35 hs.)

EMILIANO COTELO:
¿Es una 'red inteligente' la respuesta al ahorro de energía?

Un audaz experimento, que transforma la manera en que las empresas de servicios públicos administran —y los clientes usan— la electricidad, está transformando a Boulder, un pueblo del estado de Colorado, en Estados Unidos, en un laboratorio viviente.

Los participantes en el proyecto, llamado SmartGridCity, pueden visitar una página en Internet para ver exactamente cuánta energía están usando o calcular cuánto cuesta usar el lavarropas.

Pronto podrán programar algunos electrodomésticos desde Internet e incluso escoger de dónde quieren que provenga su electricidad. Por ejemplo, pueden programar que sus lavavajillas automáticas funcionen solamente cuando en la red exista energía eólica disponible.

El plan también dará a la empresa de energía, en este caso Xcel Energy Inc., un alcance mucho más amplio. Para aliviar la carga en la red eléctrica, Xcel podrá controlar de manera remota el suministro en las casas. Así, por ejemplo, la empresa podrá bajar temporalmente la temperatura en los termostatos o apagar calefones en las casas participantes de este programa.

Este experimento, que tiene un costo de US$100 millones, es la primera prueba completa de una "red eléctrica inteligente" en Estados Unidos.

Pero el propio concepto de red eléctrica inteligente es controvertido en muchos frentes. Algunos lo consideran una experiencia orweliana, en la que una corporación llega a controlar labores cotidianas de los ciudadanos. Otros, como los defensores del consumidor, tienden a verlo como una extravagancia y un desperdicio. Estas personas dicen que las empresas de servicios públicos deberían concentrarse en mejorar la eficacia en lugar de gastar miles de millones de dólares en una tecnología futurista, para luego pasarles la factura a los usuarios.

Hasta ahora, Xcel ha estado implementando una versión limitada del experimento con el que busca, entre otras cosas, evaluar la reacción de los usuarios, medir la conservación de energía y cuantificar los ahorros de costos. En unos pocos meses, unos 10.000 hogares probarán varias más de las funciones de la red inteligente, como el monitoreo y la organización de su uso de energía a través de un portal en Internet.

Ahora es el momento de "probar qué tan lejos podemos llegar con esto", dice Michael Carlson, director de información de Xcel.

Para las empresas de servicios públicos, estimular la conservación de energía es un poco contraproducente, ya que cuanto menos electricidad vendan, menos ganancias recibirán.

Así que Xcel planea usar los datos recolectados en Boulder para presionar a los gobiernos estatales para que aprueben un modelo de negocios radicalmente nuevo. La meta es permitir que los precios fluctúen con frecuencia de acuerdo a la demanda. De esta forma, los clientes pagarán más durante el equivalente a la hora pico en la red eléctrica. Xcel dice que esto aliviaría la carga, prevendría apagones y estimularía la conservación.

Sin embargo, para hacer que las variaciones de los precios funcionen, la empresa de electricidad debe permitir que los clientes vean los costos, y tal vez incluso la fuente, de la electricidad que están usando en cierto momento. Xcel está probando varias formas de mostrar esa información, incluyendo a través de mensajes de texto a los celulares.

Otra opción, que ya es usada en otras partes por clientes comerciales, es dotar a cada casa con una lámpara redonda conectada constantemente a Internet vía Wi-Fi. La luz podría volverse verde cuando la energía eólica está ingresando a la red, o ponerse roja cuando los precios de la electricidad están al alza.


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A partir de estos apuntes que tomamos de un informe del Wall Street Journal de hace pocas semanas, del 15 de febrero, me interesa tener por lo menos algún rápido comentario del ingeniero Ernesto Elenter, que es ingeniero industrial mecánico, gerente de Consultoría en SEG Ingeniería, una empresa que está dedicada al asesoramiento con el objetivo de disminuir los costos de servicios e insumos, una empresa que tiene una vasta experiencia en el sector eléctrico y telecomunicaciones.

Usted escuchaba este caso, ¿qué reacción le produce?

ERNESTO ELENTER:
La primera reflexión es que el ingenio humano no tiene límites para enfrentar los desafíos de los problemas generales y en particular energéticos que tenemos que enfrentar por diversos motivos, desde los medioambientales como el calentamiento global hasta los más prácticos como el aumento de los costos de la energía que cada vez pesan más en los bolsillos de los consumidores. Así que esto es algo bastante innovador, revolucionario diría yo, pero coincido con las grandes dudas en cuanto los resultados que se van a lograr.

EC – ¿Por qué?

EE – Vamos a explicar rápidamente este programa de la red inteligente. Es un medidor inteligente de energía el cual tiene dos funciones: la primera es brindar información, o sea, que uno desde el medidor puede en tiempo real -porque está conectado a Internet- estar viendo cuánto consume en su casa, ya sea que esté adentro de su casa o esté en su oficina o manejando, porque le pueden mandar mensajes de texto indicándole si ha aumentado su consumo o en qué nivel de gasto de energía está. Desde el punto de vista informativo yo creo que es muy útil, y como ha dicho un famoso físico, Lord Kelvin, "lo que no se puede medir no se puede mejorar", o sea que desde el punto de vista de la medición creo que va a ser muy útil y ese experimento va a arrojar resultados favorables.

El otro punto de vista es el que tú comentabas como "orwelliano", o sea, la figura del Gran Hermano controlando el consumo de nuestra energía dentro de nuestra casa, porque el segundo componente es que este medidor de energía sería inteligente y podría controlar la demanda de nuestra energía. ¿De qué manera? Conectando y desconectando equipos por la vía de directamente apagarlos o bajar set points de termostatos. Por ejemplo, a mi calefón, que está a 60 grados, a través de ese medidor inteligente una vez que recibe la orden de la compañía eléctrica -si fuera en Uruguay sería la UTE- yo podría decirle: "bueno 60 grados es mucho, ahora tenemos escasez de energía, bájelo a 40 grados", con lo cual mi termofón probablemente apague su resistencia y ya estaría inteligentemente bajando mi demanda eléctrica y ayudando a la red eléctrica en ese momento.

Eso en mi humilde opinión es una idea que es fabulosa conceptualmente pero en la práctica creo que va a generar demasiados problemas. Va a ser suficiente que una persona en algún momento se bañe con agua fría como para decir "esto no lo quiero más", porque el ahorro de costos no creo que le genere una satisfacción tal como para permitirse que su hijo se termine bañando con agua fría o que por algún desperfecto la heladera se corte demasiado tiempo y se le eche a perder algún alimento ¿no?

EC – De todos modos hay planes de otro tipo probándose y ejecutándose ya en distintas partes del mundo, incluso en Uruguay, para un uso eficiente de la energía.

EE – Ni hablar, el campo de la energía es absolutamente vasto y cuando uno habla de energía, este negocio tiene dos puntas: una es la generación de energía, que es lo que se llama la oferta de energía, y la otra punta es la demanda, o sea el consumo. En los dos aspectos hay que trabajar. En la generación hay que ser más eficiente y tender hacia las energías verdes. Una cosa que por ahí no se sabe mucho es que Uruguay en ese sentido, en la generación de energía eléctrica, es muy verde, porque tenemos afortunadamente las represas hidroeléctricas que históricamente representan algo así como el 70% de la electricidad generada a través de los ríos, o sea que no estamos quemando ni carbón ni fuel oil para ese 70% de energía.

La otra punta, que es la más complicada, es la demanda: cómo la UTE puede gerenciar la demanda. En eso UTE ha sido bastante pionera; por los años 90 lanzó las tarifas inteligentes, que lo que pretendían no era meterse en el medidor de la casa de una familia y desconectarle a la fuerza un calefón, una heladera, o una lámpara, sino dar una señal económica en la cual le decía "bueno la energía en la hora punta, que es donde yo estoy complicado y es donde me cuesta más generar la energía, te la cobro siete veces tanto lo que vale en la noche por ejemplo", y así se crearon las tarifas multi horario.

La verdad que es interesante el caso de Uruguay porque ni en Brasil, ni en Chile, ni en Argentina existen tarifas inteligentes para el sector residencial, sí para otros sectores como industrias, hoteles, comercios, pero en ese sentido Uruguay ha hecho una experiencia interesante.

A nivel residencial, lo que muestran las cifras estadísticas es que no ha sido muy abarcativo. Yo creo que sería interesante que UTE haga algún esfuerzo para que más clientes lo adopten, porque es con carácter opcional. Por ejemplo, apenas el 2% de los clientes de UTE -los residenciales- están en la tarifa doble horario residencial.

O sea que una vez que uno ingresó a la tarifa doble horario residencial, en la que tiene dos precios de la energía -uno en punta y otro fuera de punta-, uno automáticamente se cuida -sin enloquecerse, no va a pasar ni frío ni bañarse con agua fría en horas punta-. Pero hay muchos dispositivos que acumulan energía, el caso típico es el calefón, o sea que uno puede evitar consumir demás en la hora punta; lo mismo con las lozas radiantes eléctricas de calefacción, los pisos acumulan calor entonces uno puede cortar esa electricidad en la hora punta.

Eso yo creo que ha resultado en un avance en el gerenciamiento de la demanda en Uruguay.