¿A qué obedecen las presiones bajistas registradas en el tipo de cambio? ¿Cómo son las perspectivas para los próximos meses?
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte
(emitido a las 8.35 hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
Ustedes lo saben porque lo comentamos cada mañana. En las últimas semanas se han observado algunas presiones a la baja en el tipo de cambio. En respuesta a esa situación, el Banco Central ha realizado compras bastante importantes de divisas para sostener la cotización del dólar.
Por eso nos pareció que valía la pena dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a estos temas. ¿A qué obedecen las presiones bajistas en el tipo de cambio? ¿Qué debe hacer la política económica? ¿Son suficientes las compras de dólares o el tipo de cambio igual terminará bajando como ha ocurrido en otros países de la región, como por ejemplo en Brasil? En seguida, buscamos respuestas a estas preguntas en diálogo con la economista Florencia Carriquiry.
Para comenzar, me parece que vale la pena poner algunos números. ¿Cómo se ha comportado el dólar en nuestro país en las últimas semanas?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
El tipo de cambio ha mostrado fluctuaciones relativamente importantes en el transcurso del año. Recordemos, que a fines de diciembre el dólar cotizaba a 24,35 pesos. A inicios de este año se observó una tendencia declinante, que llevó el dólar a 22,70 pesos al cierre de enero. Luego el dólar retomó una tendencia al alza, hasta situarse levemente por encima de 24 pesos a fines de marzo. A partir de entonces, en abril y lo que va de mayo, el dólar ha presentado fluctuaciones pequeñas. El viernes cerró en 23,75 pesos, lo que supone un descenso de 0,7% frente al cierre de abril, un descenso que no es importante.
Pero, como tú decías al comienzo, el Banco Central realizó compras bastante significativas de divisas para tratar de sostener la cotización del dólar. En abril, por ejemplo, el Banco Central compró dólares por 32 millones y en lo que va de mayo hizo compras por unos 25 millones de dólares.
JAE: ¿Y por qué se están observando esas presiones a la baja del tipo de cambio?
FC: Lo que está sucediendo en nuestro país no es distinto a lo que vemos en los mercados internacionales y que hemos comentado otras veces en el programa. En las últimas semanas se ha producido un cambio de expectativas en los inversores, que apuestan a una recuperación probablemente más rápida de la economía mundial en relación a lo que se pensaba algunos meses atrás. En particular, parece predominar en los mercados una mayor confianza en la capacidad de las economías emergentes de reponerse del shock negativo que supone la recesión en las economías desarrolladas.
En consecuencia, estamos presenciando cierto retorno de los inversores a los mercados emergentes, es decir, una reversión parcial del cambio de portafolios que se produjo en la segunda mitad de 2008, y eso ha derivado en apreciaciones de las monedas de varios países emergentes y en términos más generales en cierto debilitamiento del dólar.
JAE: ¿Podemos ver algunas cifras?
FC: Si comparamos con los valores de fines de febrero, cuando predominaba una visión muy negativa en los mercados, el dólar cayó 12% en Brasil, 15% en Australia y Nueva Zelanda, 13% en México, 6% en Chile, 11% en Colombia. Frente al euro también se debilitó el dólar, con una caída de 6% en la misma comparación frente a febrero.
Pero además de ese debilitamiento del dólar en el mundo, que finalmente se explica por una reversión parcial de la salida de capitales que se había dirigido a bonos americanos durante el peor momento de la crisis financiera, también estamos observando un descenso de las primas de riesgo que pagan los mercados emergentes.
JAE: Es cierto. El riesgo país uruguayo ha bajado en cuestión de semanas desde más de 500 puntos hasta poco más de 400 puntos. ¿Qué pasó con otras referencias como por ejemplo el riesgo Brasil o el de otros emergentes?
FC: También se observaron descensos importantes. Como decías, frente al cierre de febrero, el riesgo país de Uruguay bajó 100 puntos y lo mismo ocurrió con el riesgo Brasil. También seguimos la evolución del riesgo en países latinoamericanos como Perú, México, Panamá y Colombia (que cuentan con una apreciación positiva de los inversores) y en promedio en esos países también se produjo un descenso de las primas de riesgo del orden de los 100 puntos básicos. Y si tomamos en lugar del cierre de febrero los valores más altos que se observaron en el transcurso de marzo, la caída de las primas de riesgo es todavía más significativa, particularmente en el caso de Uruguay. A fines de marzo teníamos un riesgo país de casi 590 puntos, 180 puntos más alto que el actual.
En definitiva, estamos asistiendo a una mejora de las expectativas hacia los mercados emergentes que se traduce en un descenso de las primas de riesgo país y también en una presión a la baja en el valor del dólar.
JAE: Y ante esa situación, ¿cómo debe responder la política económica? ¿Las compras de dólares podrán evitar una caída del dólar? ¿Qué puede suceder con la competitividad?
FC: En lo que hace a la competitividad, la caída del dólar que hemos visto en el mundo en las últimas semanas contribuye a mitigar la pérdida de competitividad que había sufrido el país luego del agravamiento de la crisis internacional a mediados del año pasado. Varias veces comentamos en el programa que nuestro país había procesado una devaluación importante de la moneda pero que esa devaluación había sido menor que la de muchos otros países relevantes. Con lo sucedido en estas semanas, a nuestro juicio, la competitividad se encuentra en niveles razonables, algo por debajo de las medias históricas en varios casos, pero muy lejos de una situación crítica como la vivida en la crisis de 1999-2002.
En cuanto a cómo debe responder la política ante esta situación, es clave cómo se interprete esta situación de bonanza en los mercados financieros.
JAE: ¿Cómo es eso? ¿A qué hacés referencia?
FC: A lo siguiente. Si se entiende que a pesar de este repunte de los mercados todavía hay riesgos importantes de que la recesión mundial sea larga y de que los emergentes también se repondrán de forma más o menos lenta, podría pensarse que esta bonanza tiene un componente transitorio y que el debilitamiento del dólar de las últimas semanas podría revertirse al menos parcialmente. Si a eso agregamos los riesgos en materia de actividad para nuestro país en un contexto externo adverso, entonces la política monetaria debería procurar evitar una apreciación de la moneda. Entonces, el Banco Central podría aplicar algún recorte de tasas de interés, que aliente una suba del tipo de cambio o al menos que contribuya a evitar una baja del dólar.
Ahora, esta bonanza que estamos viendo en los mercados financieros también podría interpretarse, y hay analistas que así lo hacen, como un anticipo de que la economía mundial se va a recuperar rápidamente. Si así fuera, las monedas de otros países emergentes y de otros países exportadores de commodities podrían seguir apreciándose y entonces sería difícil evitar que nuestra moneda siga también un camino de apreciación. Por cierto, el Banco Central podría continuar comprando divisas pero si el cambio de portafolios y las tendencias internacionales fuesen fuertes, esas compras no evitarían una baja del dólar.
JAE: ¿Cuál es la síntesis? ¿Cómo interpretan ustedes esta bonanza de los mercados?
FC: Estamos en un momento extremadamente incierto. Si bien estamos observando que efectivamente se viene consolidando un panorama de expectativas más favorables, todavía somos bastante cautelosos.
A su vez, como todavía mantenemos una visión cautelosa en torno de la recuperación de la economía mundial y de las economías emergentes, pensamos que el dólar tendería a subir en lo que resta del año.