Análisis Económico

¿Cómo son las perspectivas de las cuentas públicas argentinas para este año?

Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte


(emitido a las 8.35 hs.)

JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
La semana pasada se conoció en Argentina que las cuentas públicas mostraron un deterioro muy significativo en abril. En concreto, el superávit primario cayó un 70% en relación a abril de 2008.

Como ustedes saben, la política económica argentina ha sido foco de muchos debates y críticas, pero los analistas coincidían en señalar hasta ahora que una de las fortalezas del modelo económico argentino estaba justamente en tener superávit fiscal. Por eso nos pareció oportuno detenernos en este tema. ¿Cómo hay que leer estos datos fiscales? ¿Puede tener Argentina problemas de financiamiento en los próximos meses? ¿Qué repercusiones podría tener eso sobre nuestro país? En seguida el diálogo es con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.

¿Cómo analizan las cifras fiscales?

TAMARA SCHANDY (TS):
En abril el superávit primario fue de solamente 843 millones de pesos argentinos (apenas 225 millones de dólares) cuando en el mismo mes del año pasado había sido de casi 2.800 millones de pesos. Hubo, entonces, un derrumbe de este indicador de un 70%, como tú anticipabas. Por cierto, los resultados fiscales pueden mostrar oscilaciones importantes de un mes a otro, pero en este caso estamos viendo una tendencia clara de deterioro de las cuentas públicas. Si en lugar de quedarnos solo con el dato de abril consideramos los primeros cuatro meses del año, el resultado primario fue de 5.350 millones de pesos mientras que en enero-abril del año pasado superaba los 11.600 millones, bajó más de 50% en los cuatro meses.

Y como consecuencia de eso, el resultado fiscal después del pago de intereses se ha vuelto deficitario. En enero-abril se acumuló un déficit de 760 millones de pesos, que es una cifra muy pequeña (equivalente a 200 millones de dólares) pero que contrasta con el superávit de más de 6.400 millones de pesos que el gobierno había logrado en enero-abril de 2008.

JAE: ¿A qué obedece esa tendencia de deterioro de las cuentas públicas en Argentina? Los medios mencionaban el hecho de que el gobierno nacional comenzó a coparticipar a las provincias con parte de las retenciones a las exportaciones de soja.


TS: Es cierto. Esa decisión que comenzó a ser operativa en abril tuvo un costo para el estado nacional, en ese mes, de 415 millones de pesos. Pero por las cifras que manejabas tú recién, con una reducción del superávit primario en abril de casi 2.000 millones de pesos, ese factor estuvo lejos de ser decisivo.

Lo que sucede es que la política fiscal en Argentina está siendo insosteniblemente expansiva. Los egresos primarios en lo que va del año muestran una suba de 27% en relación a un año atrás, midiendo los gastos en términos nominales. Entonces, con una inflación que se sitúa en torno al 17%, los gastos continúan aumentando fuertemente (entre 8% y 9% en términos reales), cuando la economía está en recesión y eso comienza a repercutir con claridad en los ingresos tributarios.


JAE: ¿Cómo se están comportando, concretamente, los ingresos del gobierno? ¿Qué está sucediendo con las retenciones? Siempre se señaló que se verían afectadas en un contexto de menores precios internacionales de las materias primas.


TS: Es cierto. En numerosas ocasiones comentamos que en forma progresiva Argentina estaba incrementando su dependencia en el mantenimiento de precios internacionales de los commodities en niveles elevados. En 2008, por ejemplo, Argentina tenía un superávit primario de 3,2% del PIB, pero las retenciones representaban 3,5% del PIB.

Ahora, con la reducción de las exportaciones de bienes agropecuarios, los ingresos por retenciones están cayendo medidos en pesos corrientes. Mientras que los gastos, como decía, suben más de 25% anual. Por otro lado, los demás ingresos también acusan los efectos de la recesión. Entre ambos elementos, el conjunto de ingresos tributarios subió un 12% en el primer trimestre del año en pesos corrientes, lo que supone una caída del orden de 4% en términos reales; bajan los ingresos en términos reales y suben los gastos.


JAE: Con este panorama, las cuentas públicas seguirán deteriorándose. ¿Es así?


TS: Probablemente. Nosotros estamos asumiendo que Argentina ingresará este año en un terreno de déficit fiscal luego del pago de intereses porque el superávit primario se reducirá fuertemente.


JAE: ¿Y qué significa esa perspectiva de déficits fiscales en Argentina en la perspectiva de financiamiento del gobierno? Te lo pregunto porque el gobierno argentino no tiene un buen acceso a los mercados de capitales; con superávit fiscal eso no era muy importante pero con déficit la cosa cambia.


TS: Es cierto. A corto plazo, en 2009, probablemente el gobierno contará con mecanismos de financiamiento. El Banco Central cuenta con bastantes reservas, el gobierno también está procurando alguna línea de crédito con organismos multilaterales, tiene una línea de crédito del gobierno chino atada a importaciones.  

Pero si se mantiene esta tendencia de deterioro de las cuentas públicas en 2010, por ejemplo, el financiamiento del déficit podría volverse más difícil.

A eso se suma lo que está ocurriendo con los movimientos privados de capitales. Argentina mantiene por ahora un saldo positivo en la cuenta corriente (sus exportaciones superan a las importaciones) pero ese superávit se está achicando al tiempo que se está produciendo una salida muy importante de capitales privados, de magnitud comparable con la que se vio en la segunda mitad de 2001 y principios de 2002.


JAE: Para terminar, ¿cómo puede afectar todo esto a nuestro país? ¿Cuántos riesgos enfrentamos por un eventual agravamiento de la situación económica en Argentina?


TS: Hay varios elementos a tener en cuenta. En primer lugar, Argentina ya se encuentra en un proceso muy recesivo. El PIB medido a través del Indicador General de Actividad de la consultora Orlando Ferreres cayó 4,3% en enero-abril de 2009 frente al mismo período del año pasado. En términos desestacionalizados comenzó a caer en el cuatro trimestre de 2008. Esa recesión se explica por la caída de la demanda externa pero también por un clima de expectativas muy negativo y por una pérdida de competitividad importante. A su vez, con precios internacionales más bajos, las retenciones desalientan notoriamente la producción en el sector agroexportador.

Entonces Argentina está viviendo una recesión importante que seguramente ya está generando algunos efectos sobre nuestra economía, si bien tuvimos una muy buena temporada turística.

En segundo lugar, en ese marco recesivo y contemplando el panorama fiscal que comentábamos recién, a nuestro juicio no se puede descartar para 2010 por ejemplo un escenario más desordenado en Argentina, con una devaluación mayor a la que hemos visto hasta ahora. Eso conduciría en el corto plazo a algo más de inflación, pero le permitiría a Argentina recomponer competitividad y permitiría también reducir el gasto público en términos reales, para restablecer un mejor resultado fiscal.

Ya hemos comentado en el programa que nuestro país está mejor preparado para enfrentar dificultades en Argentina. Le vendemos menos que en el pasado y además el sistema financiero es mucho menos dependiente ahora de los depósitos de no residentes. Por lo tanto, a nuestro juicio, deberíamos esperar impactos moderados sobre nuestro país de un eventual endurecimiento de las condiciones económicas en Argentina. La clave del contexto externo para nuestro país sigue siendo, principalmente, la economía mundial.