Entrevistas

Alvarado (El Tejar): Los uruguayos "tienen muchas más políticas de Estado que lo que ustedes mismos creen"

Alvarado (El Tejar): Los uruguayos "tienen muchas más políticas de Estado que lo que ustedes mismos creen"

El Tejar es una empresa agropecuaria con origen argentino dedicada a la ganadería y la agricultura. En 2002 se instaló en Uruguay y crece año a año. Oscar Alvarado, presidente de la empresa, relató el desarrollo de la misma en la región y opinó sobre cuánto influirán en el sector los cambios de gobierno en ambas márgenes del Río de la Plata. En este sentido, dijo que en el caso concreto de El Tejar esto no cambia sensiblemente sus objetivos a corto plazo y aseguró que una posible victoria de José Mujica no le produce ningún tipo de incertidumbre sobre futuras inversiones. Con respecto al ambiente político para el desarrollo de negocios en Uruguay expresó: "Admiro a Uruguay en cuanto a lo que son políticas de Estado [...] tienen un marco y una visión compartida de país en los grandes puntos que es más fuerte que lo que ustedes mismos se imaginan".


(emitido a las 8.53 hs.)

EMILIANO COTELO:
Invertir en el agro, ¿en Argentina o en Uruguay? ¿El río Uruguay es una frontera real para los empresarios argentinos de ese sector?

En los últimos siete años, la presencia de inversores argentinos en el campo uruguayo, sobre todo en la agricultura intensiva, ha crecido de manera exponencial y ha impulsado una verdadera revolución en el agronegocio de nuestro país.

Casi al mismo tiempo, las políticas de los ‘gobiernos Kirchner’ hicieron que en Argentina el agro se convirtiera en un frente de batallas políticas, con conflictos largos y duros, que provocaron incluso realineamientos partidarios.  

Hoy, cuando acabamos de atravesar elecciones en uno y otro lado del río, ¿en qué medida cambia este escenario?

La derrota del kirchnerismo en las legislativas en Argentina ¿puede llevar a flexibilizar las políticas de detracciones a las exportaciones de granos? Y de este lado, en Uruguay, ¿la definición de los candidatos presidenciales altera en algo los planes de negocios de los inversores argentinos en el agro uruguayo?

Vamos a charlar sobre estos temas con Oscar Alvarado, presidente de El Tejar, uno de los mayores grupos de siembra del Mercosur, y quizás el principal inversor extranjero en el agro uruguayo.

***

EC - ¿Dónde lo hemos ubicado?

OSCAR ALVARADO:
En Saladillo, en mi casa. Vivo acá en Saladillo, en la provincia de Buenos Aires.

EC - Lo hemos ubicado donde reside, en una chacra.

OA - Así es, estamos trabajando acá con unos amigos.

EC - Antes de comenzar, vale la pena hacer un repaso rápido de qué es El Tejar. El Tejar es una empresa agropecuaria con origen argentino que desarrolla su actividad en ganadería y agricultura. Se inició en 1987 en la cuenca del río Salado, en la provincia de Buenos Aires. Hoy abarca gran parte de la pampa húmeda y del noreste argentino, y además distintas regiones de Uruguay, Bolivia, Brasil y Paraguay. La primera actividad fue la ganadería, que incluía desde la cría hasta la exportación de cortes vacunos con marca propia, y a principios de los años noventa inició el negocio de la producción de granos, que ha crecido hasta convertirse hoy en su principal giro. ¿Es así?

OA - Sí, pero para entender un poquito mejor la empresa sería bueno comentar que la nuestra es una gran asociación de muchas familias productoras, no es una persona sino muchos que nos asociamos detrás de lo que llamamos un sueño compartido, que es la idea de construir una empresa que sea algo bueno para las personas, bueno para las comunidades y bueno para el ambiente.

EC - El caso de El Tejar ha dado mucho que hablar en la región, y usted ha dado varias conferencias sobre la experiencia y sobre la historia. Por ejemplo, en un foro en Montevideo en agosto del año pasado, hablando de la empresa, dijo: "Como nacimos sin tierra, nos vimos obligados a pensar mucho, y nos dimos cuenta de que en realidad el límite de nuestros sueños no estaba en el alambrado sino en nuestra imaginación. El límite de nuestra empresa está en nuestra capacidad de armar equipos, de generar proyectos y trabajar juntos alineados a eso".

¿Puede desarrollar un poco esa idea?

OA - Esa es la esencia de lo que entendemos como la diferencia entre ser empresas o solamente hacer negocios. El negocio es cuando lo único que importa es la plata, por encima de las personas, por encima del medioambiente, por encima de las comunidades. La empresa es algo totalmente distinto, es algo muy bueno para las comunidades, tiene que ver con poner el objetivo final en las personas, y como consecuencia de hacer algo bueno para la gente se es competitivo y se gana plata, pero no como objetivo final sino como medio. Las empresas no deben tener como objetivo ganar plata, ese tiene que ser un medio, y el objetivo final tiene que ser el bienestar de las personas.

Eso genera un círculo virtuoso, genera que todos los que participamos en un proyecto nos entusiasmemos. Para decírselo un poco en broma, yo soy hincha de Boca, y cada tanto salimos campeones del mundo, y generalmente se da cuando aparece uno de estos técnicos como Bianchi, que nos hace entender que si todos ponemos lo mejor de nosotros en un sueño compartido, tenemos chance de ser mejores que lo que somos en forma individual. De hecho, cada vez que vendemos nuestros jugadores nos los mandan de vuelta, porque en forma individual no son tan buenos, pero todos juntos detrás de un sueño compartido podemos ser buenísimos. Esto es parte del espíritu de El Tejar, y de lo que creemos que debe ser cualquier empresa. Por eso para nosotros, al menos en Argentina, la sensación es que nos sobran negocios y en general faltan empresas, si tuviéramos más empresas tendríamos países mejores, con una mejor generación y distribución de la riqueza.

EC - En estos 22 años fueron creciendo en Argentina, y hoy ocupan un área superior a las 200.000 hectáreas en distintas zonas del país.

OA - Sí, medirlo en hectáreas siempre es un poquito ingrato, pero sí, alquilamos campos, trabajamos mucho en convenio, trabajamos en red. Es parte de lo que hemos desarrollado en general en todos lados. Ojo, El Tejar es una empresa que tiene muchos argentinos, muchos uruguayos, muchos brasileños, muchos bolivianos que trabajan y también son accionistas. No es una empresa solamente argentina, sino que es una empresa uruguaya en Uruguay, brasileña en Brasil, boliviana en Bolivia y paraguaya en Paraguay.

EC - A Uruguay llegaron en 2002. Comenzaron produciendo cebada y soja en unas 7.000 hectáreas de campo arrendadas en Río Negro, cerca de Young.

OA - Sí, empezamos en esa región y nos fuimos expandiendo tanto hacia el centro como hacia el noreste. En Uruguay la empresa se llama Tafilar, son todos uruguayos liderados por Ismael Turbán y Aníbal Baíz; fuimos desarrollando una agricultura adecuada a la situación de Uruguay y a la cultura uruguaya. Eso fue una pegada, no es que llevamos una metodología a otro lado.

EC - Hoy están en Durazno, Flores, Colonia, Soriano, Río Negro, Paysandú, Rivera, Tacuarembó y Cerro Largo, y el área es superior a las 100.000 hectáreas, 30% propias de El Tejar y el resto arrendado.

OA - En estos cuatro o cinco años, como consecuencia de que estas ideas hayan sido buenas, pudimos darle valor a la compañía, pudimos hacer alguna capitalización, lo que nos permitió tener lo que no habíamos tenido nunca en 20 años, que es algunos fondos para comprar tierra propia. Hoy por suerte podemos trabajar con un porcentaje de tierra propia, lo cual nos genera mucho orgullo, nos encanta.

EC - En Uruguay están dedicados a soja, trigo, cebada, maíz, colza, sorgo y girasol. Además tienen proyectos ganaderos de ciclo completo.

OA - Sí, también trabajamos en ganadería, y tenemos un convenio para producir leche con unos muy buenos tamberos de la zona de Young, en Paysandú.

EC - Varios analistas coinciden en que esta presencia tan fuerte de El Tejar y de otros productores argentinos en el agro uruguayo se vio incentivada por el conflicto que ha enfrentado al campo con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, a raíz de las políticas de retenciones a las exportaciones, etcétera. ¿Usted coincide con esa interpretación?

OA - En general tiene lógica. No es tanto nuestro caso, porque nosotros nos imaginamos como una empresa regional y global en el futuro. Un poco en broma pero bastante en serio, siempre dijimos "Saladillo, París, Londres", o "Young, París, Londres", con esta idea de que desde nuestros pequeños pueblos, si nos juntamos, somos capaces de hacer una empresa de buen nivel internacional, porque creemos que argentinos, uruguayos, brasileños, bolivianos somos capaces de hacer cosas de primer nivel en el mundo si las hacemos bien. Nuestra visión regional y global estuvo desde los inicios, por más que se nos reían mucho porque solamente hacíamos algo de ganadería con 700 vacas y ya soñábamos con que íbamos a ser una empresa global. Es cierto que había otros grupos que estaban más por oportunidad, pero nosotros somos una empresa uruguaya que vamos a estar 700 años en Uruguay, no es un tema de Kirchner.

EC - Insiste en que El Tejar en Uruguay es una empresa uruguaya.

OA - Es así, el 100% de las personas que trabajan son uruguayas, y es una empresa que tiene autonomía para desarrollar todo su negocio en Uruguay.

Pero volviendo a la pregunta anterior, no fuimos a Uruguay con Kirchner, ni nos vamos a volver de Uruguay porque Kirchner cambie su política. Es cierto que ha habido una mayor participación de grupos argentinos a partir de la política de Kirchner, pero no todos estamos en la misma, hay algunos más de oportunidad y otros con una decisión más estructural de estar ahí.

EC - El kirchnerismo salió derrotado en las elecciones legislativas del 28 de junio en Argentina. ¿Qué interpretación tiene usted? ¿Cuánto cree que influyó en ese resultado el conflicto del gobierno con el campo?

OA - Creo que influyó muchísimo, desgraciadamente para los Kirchner, que no venían haciendo un tan mal gobierno al principio, pero se equivocaron fuertemente, no solo al no entender que Argentina es un país de base agroindustrial, y que además necesita como pilar de desarrollo a la agroindustria, todo el interior de Argentina se maneja y se desarrolla socialmente, no solo económicamente, alrededor y sustentado en la agroindustria. Ir contra la agroindustria es una locura.

No lo entendió, y además se metió en un conflicto absurdo, que llegó a ser emocional y personal. Eso le generó un desgaste enorme en la sociedad, y pagó las consecuencias en estas elecciones, en las que mucha gente que había votado al kirchnerismo en 2007 cambió de opinión. En mi propio pueblo, en el año 2007 Cristina ganó con el 48%, y en estas elecciones el oficialismo sacó 14%; ha habido una gran reacción de la mayoría de la gente, algunos por apoyar la lógica del campo y otros porque el conflicto del campo puso en evidencia otros errores y miserias personales de Néstor y Cristina que no le gustaron a la gente.

EC - Usted dice que en esa derrota del kirchnerismo no jugaron solamente votos de personas vinculadas de una u otra manera al agro, sino también votos castigo de otros ciudadanos que a partir del conflicto del agro sacaron ¿qué conclusiones?

OA - Sacaron la conclusión de que había un sistema de gobierno con acumulación de poder, autoritarismo, falta de diálogo, una concepción centralista y no federal, sin compromiso con un concepto republicano de distribución del poder entre el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo. Quedó en evidencia que todas esas cosas no estaban en la esencia del kirchnerismo, y eso generó esa reacción. Sería soberbio de nuestra parte pensar que el 70% de la población que votó en contra del modelo kirchnerista apoye el campo; no es así, hay mucho más de lo otro. Por supuesto que dentro de eso hay una concepción y un entendimiento de que la agroindustria es parte fundamental para el desarrollo social de Argentina.

EC - Inicialmente la presidenta Cristina Fernández rechazó la idea de que hubiera ocurrido una derrota del oficialismo en las legislativas; es más, argumentó que el oficialismo había sido la fuerza más votada en el país, ya que había tenido más del 31% de los sufragios. Y también dijo que no se sentía obligada a realizar cambios en su gabinete. Sin embargo esa posición fue cambiando con los días, y luego se produjeron renuncias de ministros, relevos y enroques; esta semana, por ejemplo, se llegó a la modificación de la titularidad de la Jefatura del Gabinete y del Ministerio de Economía. ¿Cómo interpretan estas decisiones que ha tomado el gobierno? Algunos analistas son muy críticos, dicen que eso es gatopardismo, que es cambiar para no cambiar, que se está reforzando la línea dura del kirchnerismo.

OA - Probablemente esos analistas tengan razón, en lo personal tiendo a pensar parecido. También creo que hay todo un proceso individual que está sufriendo la presidenta, que necesitará su tiempo para deglutir un golpe bastante fuerte; supongo que el tiempo la llevará a tomar decisiones un poco más alineadas y acordes con la realidad. Uno no puede moverse mucho tiempo fuera de la realidad, y más en situaciones de poder como está ella, y además todos los argentinos necesitamos que haga las cosas bien, estamos todos muy esperanzados en que entienda lo que las urnas le dijeron y acomode la política y las decisiones a esa realidad que la mayoría del pueblo argentino quiere.

La necesidad de diálogo en Argentina es brutal, la necesidad de generar consensos, de debatir sin considerarnos enemigos. En lo personal espero que esto sea solo un proceso de duelo, y que en poco tiempo el gobierno en general, la presidenta en particular y Néstor entiendan las cosas en vez de enojarse. Enojarse con la realidad no tiene mucho sentido, lo mejor es tomarla como viene y conversar.

EC - Por ejemplo, ¿qué significa el nombramiento de Amado Boudou como nuevo ministro de Economía, o el de Aníbal Fernández como jefe de Gabinete?

OA - No cambian nada, está claro que hay un hacerse fuerte dentro de lo mismo que se venía haciendo, no es un mensaje de diálogo y de busca de consenso. Además, otras personas que estuvieron muy ligadas a ellos se están yendo. Pero yo creo que en el fondo, no sé si alguno lo querrá, pero creo que la mayoría de los argentinos no quiere que el gobierno se debilite, que a la presidenta no le vaya bien. Todo lo contrario, rezamos y tenemos esperanzas de que no siga en esta línea, que se dé cuenta de que lo mejor que puede hacer es abrir el juego y tratar de conversar, dialogar y generar un espacio de gobierno más amplio para hacer las cosas bien, que es para lo que uno quiere un gobierno.

EC - Y concretamente, ¿qué esperan a partir de estos resultados electorales en cuanto a las políticas relativas al agro?

OA - Hay un movimiento muy fuerte, no solamente de los partidos de la oposición, sino en muchos legisladores ex kirchneristas, que están de acuerdo en que hay que tratar urgentemente los temas que tienen que ver con la ganadería, con la lechería, con las actividades regionales, con el trigo, con el maíz. Eso necesita una respuesta urgente, hay muchos productores de esas actividades que se están fundiendo o que están en una situación muy delicada y no pueden esperar hasta diciembre o marzo a que cambie el Congreso y algo se acomode. Necesitan resoluciones rápidas, y eso es parte de la expectativa que se ha generado, pero si no tiene respuesta rápida la gente se puede poner nerviosa. Entonces esperamos que eso se atienda, no se necesita esperar a marzo, se puede mejorar rápidamente.

EC - Si vamos a las decisiones de inversión de un grupo como El Tejar, ¿qué novedades implica este escenario político que surge de las elecciones legislativas? Por ejemplo, ¿van a plantar más o van a plantar menos?

OA - Nosotros tenemos planes de muy largo plazo, siempre trabajamos a cinco o 10 años; para ser chacarero o ganadero hay que tener una mirada larga, si no, es muy difícil tomar las decisiones. Lo que ha pasado nos pone mucho más esperanzados en nuestro país, pero no cambia sensiblemente lo que vamos a hacer en el corto plazo, porque aparte el corto plazo no ha cambiado nada en los hechos, seguimos teniendo un marco institucional complicado y una situación que todavía tiene mucho riesgo y mucha incertidumbre. Diría que vamos a hacer lo que teníamos previsto, solamente que con más esperanza.

EC - ¿Con más esperanza?

OA - Sí, con más esperanza, en el fondo es ese punto.

***

EC - Como ya conté, El Tejar nació en Argentina, y allí se desarrolló inicialmente. Pero después cruzó el río y se instaló en territorio uruguayo, comenzando por el litoral de nuestro país. Desde entonces, se ha convertido en uno de los principales actores de la expansión de empresas, capitales y productores argentinos en Uruguay. Desde 2002 a hoy, El Tejar pasó de producir en 7.000 hectáreas a hacerlo en 100.000 en este año 2009.

Yo le preguntaba por las políticas de los gobiernos Kirchner y en qué medida habían impulsado este tipo de inversiones argentinas acá. Usted decía que en el caso de El Tejar había otros factores. Concretamente, ¿qué condiciones internas de Uruguay han hecho atractivo este campo para la actividad de una empresa como El Tejar?

OA - La gente –y esto dicho desde el interior de Argentina, no soy porteño– en Uruguay es espectacular, y el ámbito institucional, las reglas de juego que se mantienen en el tiempo, un marco de certidumbre que hace que trabajar en Uruguay sea muy atractivo, muy interesante. Esas reglas de juego que tienen lógica, porque contemplan la posibilidad de generar riqueza, pero también de distribuirla correctamente a partir de una buena relación entre lo privado y lo público. Eso es algo muy valorado, porque permite proyectarse 10, 15, 20 años adelante, que en el fondo es lo que todos hacemos cuando nos planteamos proyectos en común. Si se quiere es el punto más importante para tomar decisiones en Uruguay.

Pero en mi caso en particular, para el caso de El Tejar, todo es generado por los propios uruguayos de El Tejar. Ese punto también es importante, no es que somos argentinos que vamos allá, eso fue el primer día, inmediatamente el grupo uruguayo que se prendió a esta idea y se enganchó con todo esto tomó el comando. Todos los que laburan en Tafilar, en El Tejar en Uruguay, son uruguayos, y son los que toman las decisiones, que tienen mucho que ver con el compromiso y con la confianza que todo ese equipo le tiene a su propio país.

EC - Son 180 personas que trabajan en forma directa en El Tejar.

OA - Sí, en Tafilar. Con un promedio de edad que está un poquito por debajo de los 30 años. Es toda gente muy joven.

EC - Y en cuanto a los fondos de las inversiones de El Tejar en Uruguay, ¿cuánto es uruguayo?

OA - En el grupo de accionistas somos uruguayos, argentinos, brasileños, bolivianos, y también tenemos americanos e ingleses, somos gente que comparte señas y valores sin importar mucho de dónde venimos. Pero toda la inversión en Uruguay son fondos uruguayos, está todo ahí.

EC - Yo le preguntaba por las condiciones. ¿Qué tiene Uruguay para que El Tejar haya ingresado y después haya crecido tanto en nuestro país?

Y me gustaría agregar, como complemento de lo que usted respondía, otro dato. Es bastante obvio, pero las actividades de El Tejar en Uruguay se han desarrollado durante dos períodos de gobierno, llegaron cuando gobernaba el Partido Colorado (PC), con Jorge Batlle como presidente, y continúan hoy con el Frente Amplio (FA) y Tabaré Vázquez como presidente. ¿Para ustedes ha habido diferencias en cuanto al ambiente para el desarrollo de negocios en estas dos administraciones?

OA - La primera respuesta que me surge es que no, no solamente en el sentido del respeto que vemos, sino que, con total honestidad, admiro a Uruguay en cuanto a lo que son políticas de Estado.

EC - Ese es un tema que acá discutimos mucho, tenemos la sensación de que debería haber más políticas de Estado. ¿Qué es lo que ustedes examinan cuando vienen desde fuera?

OA - Que tienen muchas más políticas de Estado que lo que ustedes mismos se dan cuenta. Porque tienen un marco y una visión compartida de país en los grandes puntos que es más fuerte que lo que ustedes mismos se imaginan. Esa es mi visión personal. Y eso me da mucha envidia, sana envidia, porque me encantaría que en mi país pasara lo mismo. En todo caso será que el muerto se ríe del degollado, pero en eso nos sacan una ventaja importante, y es un punto a favor de fondo. Por supuesto, siempre están las diferencias que cada gobierno pone, y es lógico, así tiene que ser, los sesgos son distintos. Pero tengo que reconocer que respetamos mucho los cambios que ha habido durante este tiempo generados por el FA en cuanto a la búsqueda, por ejemplo, de que todo el proceso de agriculturización se haga amigable con el ambiente, con las personas, con las comunidades, nos parece que esas ideas están bien implementadas, todo tiene mucha lógica. Uno puede plantear alguna pequeña objeción en alguna cosa o en otra, pero coincidimos en que es fundamental que todo el desarrollo tanto agrícola como ganadero se haga en un esquema de muy buenas prácticas, que tienen que ser amigables con el ambiente y con las personas. Totalmente de acuerdo.

EC - Casualmente, llega un correo electrónico desde la audiencia. Dice Mara: "El Tejar aparece en un documental que se estrenó recientemente sobre el avance del cultivo de la soja transgénica en Uruguay". El documental se llama ‘Con la soja al cuello’, de Fabián Arocena. Y habla también de los efectos de ese fenómeno sobre los productores familiares, tanto por el impacto sobre el trabajo rural, que disminuye considerablemente debido a la gran industrialización de este agronegocio, como por el poder contaminante de los fitosanitarios utilizados en altísimas cantidades".

¿Qué dice a propósito de esto, que es uno de los puntos más polémicos de este desarrollo de la agricultura intensiva?

OA - Los dos puntos son muy interesantes para conversarlos con información real, científica. En estas cosas se pone mucho emocionalismo, y no siempre con la mejor información. Primero, el tipo de agricultura y el modelo de negocio de una agricultura hecha en siembra directa, con mucha participación de contratistas, empresas pymes, con mucha gente joven, con posibilidades de desarrollo a partir de toda de una tecnificación, del tema GPS, con la posibilidad de utilizar fotos satelitales, generan mucho más trabajo, no menos trabajo. El error es mirar la generación de trabajo solamente puesta sobre el potrero; hay muchísimo más trabajo, conocimiento, desarrollo futuro para gente joven y vieja –fundamentalmente esto lo capitaliza la gente joven, más abierta– con este tipo de agricultura que con la agricultura tradicional o con una ganadería de poco valor agregado.

Cuando uno produce un grano de trigo, un grano de soja, hay muchísimo valor agregado generado aguas arriba, porque se necesita muchísimo conocimiento para desarrollar maquinaria, siembra directa, información de GPS, fotos satelitales, temas agronómicos. Eso no se ve en el potrero acompañando el cultivo, es todo lo que está atrás; eso tal vez genere cierta distorsión. Pero es cuestión de ver muchos pueblos y pequeñas ciudades que se han ido desarrollando en estos años con el desarrollo agrícola, y no han ido para atrás, han ido para adelante. Hay más desarrollo económico y social, hay más posibilidades y oportunidades de mejor calidad de trabajo. Son cosas interesantes para discutir con tranquilidad, no con emocionalidad sino mucho con racionalidad.

Y el tema de los tóxicos es muy interesante. Dentro de 15 días va a salir un trabajo de la Asociación Argentina de CREA (AACREA), de los grupos CREA; yo fui presidente de AACREA hasta hace una semana, así que conozco el trabajo, no es que lo haya hecho yo, porque es un trabajo científico generado con las universidades de Buenos Aires y otras. Lo interesante es que se hace una comparación de la carga tóxica que tenía en particular el modelo agrícola pampeano en los años año 1985, 1995 y 2005, y se analiza la cantidad de tóxicos que se incorporaba al ambiente en una y otra situación, y nada más que entre los años 95 y 2005 hay 170 veces menos utilización de tóxicos por tonelada producida. Claramente el tipo de agricultura que se está haciendo en esta región, la agricultura bien hecha, en siembra directa, en rotación, que no es soja, sino en rotación con cultivos de gramíneas con lo que se alimenta el suelo, se mejora la vía biológica, se utilizan químicos solamente en situaciones que corresponden y en las dosis correspondientes, con buenas prácticas de aplicación, todo eso lleva a una de las agriculturas más sustentables y ecológicas del mundo.

Todo el concepto de ecoeficiencia que se está desarrollando en el mundo. La agricultura que hacemos hoy es muchísimo más eficiente desde el punto de vista de la utilización de los recursos ambientales y de su mantenimiento que la agricultura europea y la americana. Es interesante verlo, y aparte es interesante para sentirse orgulloso de lo que estamos haciendo los uruguayos, los argentinos, estamos haciendo las cosas bien. Que tenemos que mejorar, por supuesto, queremos mejorarlas, el desarrollo científico nos va a permitir seguir mejorando las buenas prácticas, pero somos conscientes de que tenemos que producir alimentos para la humanidad. El mundo necesita duplicar su producción de alimentos, en los próximos 20 años vamos a pasar de 6.500 a 9.000 millones de personas en el mundo, y nuestras regiones van a ser proveedoras de ese alimento. Por supuesto que sin degradar el ambiente, sin comprometer el futuro de nuestros hijos. Ese es el desafío que tenemos que ponernos todos, no tiene que generarse una guerra entre conceptos ambientalistas y conceptos productivistas, tenemos que ponernos de acuerdo en hacer las cosas lo mejor posible, producir bien, eso es bueno para la gente y bueno para el ambiente.

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EC - Vuelvo al trillo por el que veníamos antes de ingresar en la polémica en torno a los sistemas de trabajo de grupos como El Tejar o el uso de agroquímicos. Yo estaba hablando sobre ambiente de negocios en Uruguay, hablábamos de la historia de estos nueve años de presencia de El Tejar en nuestro país, durante dos administraciones, la del presidente Jorge Batlle y la del presidente Tabaré Vázquez. Pero ahora estamos en plena campaña electoral, acabamos de pasar por elecciones internas en los partidos y ya se conoce quiénes serán los candidatos presidenciales: en el FA José Mujica con Danilo Astori como compañero de fórmula, en el Partido Nacional Luis Alberto Lacalle con Jorge Larrañaga como vice, y en el PC Pedro Bordaberry. Este escenario de competencia electoral, así planteado, ¿le genera algún grado de incertidumbre?

OA - No, incertidumbre no, porque los tres partidos tienen plataformas distintas, pero todos tienen un gran compromiso con generar un Uruguay bueno para todos, y en ese marco, aparte de respeto de esas políticas de Estado de fondo, no vemos que las distintas alternativas generen ningún tipo de riesgo, si uno lo quiere poner de ese lado. Además en el caso nuestro, al ser una empresa uruguaya, estamos igual que todos los demás, hay que jugar el partido con quien gobierne en cada momento.

EC - Pero el escenario puede ser mejor o peor. Se lo digo sobre todo a partir de una polémica que se ha generado en estos días cuando a raíz de unas declaraciones de José Mujica, Luis Alberto Lacalle dijo: "Si yo fuera inversor y estuviera por tomar decisiones con respecto a Uruguay, me tomaría un tiempo y esperaría a diciembre para conocer el resultado electoral". ¿Cómo analiza ese planteo?

OA - Soy muy franco: tuve la oportunidad de estar una vez en una reunión con don Pepe Mujica, y no solamente le tengo un enorme respeto sino que me genera muchísimo cariño, es una persona a la cual no le tengo ningún tipo de resquemor ni de miedo, sino al revés, tengo la sensación de que es una persona de bien. Así que por ese lado, en lo personal, que una persona como don Pepe Mujica sea presidente de Uruguay no me genera ningún tipo de incertidumbre.

EC - Ustedes en particular no están dejando inversiones en suspenso hasta después de las elecciones.

OA - No, no, para nada. Seguimos como venimos, nuestras grandes inversiones siempre tienen que ver con la generación de equipos, seguir capacitándonos y organizando la red. Eso no cambia para nada.

EC - Todo arrancó con unos comentarios que Mujica hizo sobre una eventual discusión sobre el derecho de propiedad en caso de instalarse una asamblea constituyente como la que está prevista en el programa del FA. ¿Cómo ven ese punto?

OA - No lo tengo claro, y no sé hasta dónde el grado de profundidad en una campaña electoral... Entiendo a lo que se va, no quiero evitar la pregunta, si uno dice: si llegara a haber algún tipo de riesgo en la propiedad privada o en la seguridad jurídica en un país como Uruguay, ¿qué haría uno? Si hubiera algún riesgo, por supuesto que a cualquiera, uruguayo, argentino, a quien fuera, le generaría muchísima incertidumbre para una inversión, pero no creo que ese sea el objetivo, el punto de fondo, al menos es lo que yo interpreto de lo que plantea Mujica.

EC - En síntesis, ¿cuáles son los planes?, ¿cuáles son las próximas actividades que tienen previstas? ¿De qué manera van a crecer?

OA - Estamos viendo cómo seguir integrándonos, generando actividades que agreguen mayor valor a lo que hacemos. Más pensando aguas arriba que aguas abajo. Si tomamos el grano o la carne como el punto de referencia, cuando hablamos de aguas arriba hablamos de las industrias que generan insumos o que generan tecnología o conocimiento para producir ese grano o esa carne, y cuando hablamos de aguas abajo nos referimos a cuando se procesan ese grano o esa carne. Yo soy de los que creen que hay muchísimo valor para generar, quizás más, aguas arriba que aguas abajo, en muchísima industria y muchísimo conocimiento que importamos del hemisferio norte, que podríamos desarrollar nosotros mismos en nuestros países y generarían muchísimo más valor, capacidad de trabajo, empleo de calidad a argentinos, uruguayos, brasileños si los hiciéramos acá en vez de importarlos de allá. Porque la parte de aguas abajo, que es el procesar la carne, el trigo, la soja, muchas veces es lo que países muy sobrepoblados como China o la India no quieren comprarnos, quieren comprarnos el producto para darle otro tipo de mano de obra, un empleo de menor valor, por ahí no tan bueno para nuestros propios países. Entonces hay que hacer un esfuerzo enorme para pensar todo lo que podamos agregar de valor antes de llegar al procesamiento del grano o del kilo de carne.

EC - ¿Cómo está la mañana allí en Saladillo, provincia de buenos Aires? ¿También hay helada?

OA - Sí, una helada bárbara y un frío bárbaro. En invierno corresponde; yo tengo seis chicos, y tenemos como seis perros, y están todos refugiados adentro, porque está muy frío acá.

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Transcripción: María Lila Ltaif


Esta entrevista fue gestionada por la Ing. Agr. Rosanna Dellazoppa, Coordinadora de La Tertulia Agropecuaria.


(Foto: www.crea.org.ar)