Entrevistas

Analistas sostienen que caída del dólar no es grave pero encienden luz amarilla para 2010

Analistas sostienen que caída del dólar no es grave pero encienden luz amarilla para 2010

El presente y futuro del dólar como moneda de referencia internacional es motivo de honda preocupación a nivel mundial. Para reflexionar sobre la posible evolución de la divisa norteamericana y su repercusión en Uruguay, En Perspectiva formó una mesa integrada por la economista Florencia Carriquiry, el doctor en Economía Michele Santo y el doctor en Historia Económica Gabriel Oddone. Los especialistas señalaron que por el momento la baja del dólar no ha afectado la competitividad de la industria uruguaya pero la tendencia puede ser preocupante el año próximo. Asimismo, auguraron buena salud para el billete verde por al menos unos 30 años más. En cuanto a las perspectivas específicas para nuestro país, las preocupaciones estuvieron centradas hacia 2011, año para el que sugirieron prudencia con respecto a las políticas fiscal y salarial.


(emitido a las 8.50 hs.)


EMILIANO COTELO:
Lo dijo una vez Ronald Reagan: si el Trivial hubiera sido diseñado por economistas, contendría 100 preguntas y 3.000 respuestas.

Aquella frase, que era más una broma que una reflexión, parece vigente hoy cuando uno observa las distintas opiniones que surgen en todo el mundo en torno del presente y el futuro del dólar.

Algunos vaticinan que sus días como moneda de referencia mundial están contados. Sin ir más lejos, el mismo presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, sostuvo que el dólar podría convertirse en una de las víctimas de la crisis financiera.

Otros, en cambio, opinan que el dólar no está muerto y que esta preocupación que se expande a nivel global se debe a que hay países que quieren seguir vendiendo baratos sus productos.

Sin entrar en esta polémica, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, Ben Bernanke, dijo que el dólar no enfrenta un riesgo a corto plazo y que garantizar una economía estadounidense sólida es la mejor manera de mantener el dólar fuerte.

En Uruguay también hay marcadas diferencias. Mientras el sector empresarial advierte sobre una pérdida de competitividad de nuestra economía, el gobierno insiste en que el país se encuentra a resguardo y que no se justifica realizar intervenciones fuertes en materia de política cambiaria.

¿Qué está pasando con la caída del dólar que se registra en Uruguay y en el mundo? ¿Cuáles son los escenarios a futuro?

Vamos a discutir este tema en una mesa redonda en En Perspectiva.

***

EC - Presentamos a nuestros invitados.

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Nos acompañan la economista Florencia Carriquiry, gerenta del Departamento de Asesoramiento Económico de Deloitte y habitual columnista de En Perspectiva; el doctor en Economía Michele Santo, director de Michele Santo y Asoc. Consultores Económico-Financieros, y el doctor en Economía Gabriel Oddone, Socio de Ferrere y CPA Ferrere.

El dólar acumula 10 días consecutivos de caída, cayó 4,5% en solo 10 días, 16% con respecto a los valores de comienzos de este año. Entonces, una pregunta general para ubicarnos: ¿Uruguay está frente a un problema? ¿Es un problema la caída del dólar?

FLORENCIA CARRIQUIRY:
La baja del dólar es un fenómeno que se está dando de manera muy generalizada en el mundo entero. Pero cuando se habla de la caída del dólar el primer temor que se trae a colación es qué pasa en términos de competitividad en nuestro país. Y cuando miramos la competitividad de nuestro país, frente a Estados Unidos estamos con una competitividad bilateral reducida, según nuestras estimaciones en Deloitte estamos 25% por debajo de la media histórica de largo plazo, pero en una mirada más multilateral el problema todavía no es tan importante. Estamos con buenos niveles de competitividad frente a Brasil, con niveles razonables frente a otros mercados importantes, como Nueva Zelandia y Australia, que más que como mercados son importantes como competidores de nuestro país en terceros mercados, con la propia China estamos también con niveles razonables de competitividad. Por tanto por el momento, aunque la tendencia es de deterioro de nuestra competitividad, no vemos una situación muy preocupante con la caída del dólar de esta semana.

EC - ¿Qué dicen Gabriel y Michele?

GABRIEL ODDONE:
Coincido con el análisis que hace Florencia. Potencialmente hay un problema del cual la política tiene que empezar a tomar recaudo y a preocuparse para ver qué medidas eventualmente tomar, pero nuestras estimaciones dicen que no tenemos un problema de competitividad cuando uno mira el tipo de cambio real multilateral, sobre todo corrigiendo con Argentina por la verdadera inflación. Tenemos un desvío del orden del 5% con respecto al promedio histórico, tenemos un problema con Estados Unidos, China e Inglaterra, que deriva de la fuerte debilidad del dólar, pero ellos son en promedio el 10% de nuestras exportaciones, por tanto no hay un problema hoy en términos de competitividad.

Nuestros pronósticos ubican la inflación en dólares en dos dígitos en 12 meses a partir de octubre y noviembre, lo cual, si todo lo demás permanece constante, podría generar algún tipo de dificultad en materia de competitividad en el futuro, seguramente en algún momento del año que viene, y, como siempre ocurre, no en forma homogénea, sino que afectará en forma diferente a los sectores de la actividad según su estructura de costos, su mercado de destino, etcétera. Entonces, no es un problema hoy, pero es un problema que empezar a vigilar con más detalle. Aunque nuestra referencia sigue siendo Brasil, y, a diferencia de lo que pasaba en 1999 –cuando teníamos un fuerte deterioro de la competitividad extrarregional, solamente sostenida por una situación cambiaria argentina y brasileña con tipo de cambio fijo y bastante difícil de sostener a medio plazo, y además no con tanta buena competitividad como la actual–, hoy estamos mucho mejor en términos de competitividad con Brasil, no tan mal en materia extrarregional como en 1999, y además con una situación cambiaria mucho menos insostenible desde el punto de vista del largo plazo que la que tenía Brasil en 1999. La presión sobre el real es tal que el real puede llegar a 1,5, de hecho ya ha superado la expectativa de media del mercado, que estaba en 1,70 para fin de año. Y un dólar a 1,5 reales y un dólar a 19 pesos en Uruguay es algo que ya vimos el año pasado y no debería sorprendernos si todo sigue funcionando como hasta ahora.

MICHELE SANTO:
Básicamente coincido totalmente con lo que se ha dicho. En mi opinión no tenemos un problema global de competitividad, la tendencia puede llegar a ser preocupante, eventualmente en función de lo que ocurra el año que viene con el valor del dólar en el mundo.

EC - La luz amarilla en todo caso está puesta en 2010.

MS - Sí; coincido en que ahora no tenemos un problema global de competitividad, sí hay problemas puntuales en determinados sectores, fundamentalmente en aquellos más intensivos en el uso de mano de obra y cuyos precios de venta al exterior no han subido, medidos en dólares. Uruguay ha tenido la ventaja en estos últimos tiempos de que la mayor parte de sus exportaciones de bienes son commodities, materias primas, bienes con origen agropecuario cuyos precios en dólares también han subido, y cada vez que el dólar se desvaloriza en el mundo suben. Nuestras exportaciones de servicios por ahora están concentradas en la región, que también ha tenido un encarecimiento en dólares más o menos importante. Probablemente sean muy pocos los sectores exportadores de bienes o de servicios hacia fuera de la región cuyos precios de venta en dólares no han mejorado pero cuyos costos en dólares han subido mucho por la caída de la divisa en el mercado local. Esos son los sectores problemáticos. Pero a nivel global hoy no tenemos un problema.

EC - Más allá de que hay otros sectores notoriamente beneficiados con un dólar barato.

MS - Por supuesto, los perjudicados son básicamente los exportadores o aquellos que en general tienen sus ingresos en dólares, pero obviamente los importadores y todos aquellos sectores que tienen egresos en moneda extranjera, los deudores en dólares, han sido y seguirán siendo durante un tiempo beneficiados por esta situación.

EC - Incluso hay beneficiarios entre aquellos que tienen que importar insumos.el Estado tenga mejor margen para pagar sus compromisos?

GO - El fenómeno tiene un alcance global lo suficientemente importante como para atribuirle una intencionalidad. En todo caso uno podría empezar a medir cuán firme se pone el Estado para evitar que el fenómeno de apreciación cambiaria tenga lugar. Y dada la envergadura que el fenómeno tiene a nivel global y en particular a nivel regional, no parece ser que haya mucho para evitar a corto plazo, con la estructura actual de instrumentos en manos de la política económica; probablemente sí para moderar, pero no para evitar totalmente el fenómeno de apreciación que enfrentamos. Más allá de que uno pueda decir que los incentivos a actuar están amortiguados por este tipo de situación que tú describías, no creo que nadie esté festejando este fenómeno. Me consta que en general los hacedores de políticas de los últimos años cuando enfrentan problemas de este tipo tienden a preocuparse, pero se enfrentan a un conjunto de instrumentos bastante limitados, sobre todo disponibles a corto plazo, porque las cosas que hay que hacer en Uruguay a veces enfrentan restricciones de naturaleza política, como por ejemplo actuar sobre la política fiscal, cuyos resultados van a tener efectos en 2011, no en el cortísimo plazo.

FC - Coincido con Gabriel, no creo que haya intencionalidad. Al contrario, dentro del poco espacio que hoy tienen las autoridades para evitar la caída del dólar en Uruguay, han hecho lo poco que pueden hacer, están comprando dólares de manera bastante importante, han comprado más de 500 millones en lo que va del año, financiándose con letras de regulación monetaria. Son todas estrategias, pero la tendencia es muy firme y viene fundamentalmente del frente externo, entonces creemos que no son suficientes para evitar esta caída del dólar en el corto plazo.

MS - También coincido. A diferencia de lo que ocurre en la campaña electoral, hay muchas coincidencias acá.

GO - En la profesión las hay.

MS - En la profesión las hay, por suerte cada vez más. Es muy poco lo que se puede hacer para evitar una tendencia que es mundial, sobre todo cuando se analiza el conjunto de restricciones que tiene la política económica, particularmente en Uruguay, con la particularidad del momento político que estamos viviendo. Si uno pone en la balanza potenciales beneficiados y potenciales perjudicados de la apreciación del dólar en términos de votos, son más los beneficiados que los potenciales perjudicados.

EC - Ese es todo un punto, si se podría hacer algo para tener un dólar un poco más alto. Ustedes decían que hasta ahora no hay problemas serios de competitividad, pero quizás sería bueno, para determinados objetivos, tener un dólar más alto. ¿Se podría?

MS - Personalmente creo que se podría tener un dólar un poco más alto, y seguramente, con otro conjunto de instrumentos, se podría haber disminuido la velocidad de caída del dólar. Que se puede hacer es evidente. China, por ejemplo, desde que empezó la crisis internacional, hace un año, tiene tipo de cambio fijo, cuando un par de años antes de que comenzara la crisis y bajo la presión de Estados Unidos, había empezado un proceso de apreciación de su moneda.

EC - Pero China es China, tiene un tamaño un poco mayor que Uruguay.

MS - Y su principal cliente es Estados Unidos, obviamente el conjunto de restricciones es distinto. Hong Kong tiene un tipo de cambio fijo desde hace 30 años y lo mantuvo con todas las crisis de la región y el mundo. En nuestra región, Chile en la segunda mitad de los ochenta, después de las crisis de la tablita, fue muy exitoso en mantener un tipo de cambio real –que en definitiva es lo importante– relativamente estable. Pero eso requiere un conjunto distinto de instrumentos de política económica a los que hoy Uruguay no está en condiciones de aspirar, por más que lo quisiera.

EC - Hay otros enfoques.

JAE - Por ejemplo, el del economista Javier de Haedo, quien ha dicho que la política que está siguiendo el Banco Central del Uruguay (BCU) es como echar leña al fuego a esta caída del dólar.

(Audio Javier de Haedo.)

"Cuando el BCU sale y compra, como está comprando desde hace algunas semanas, la gente dice ‘qué macanudo el BCU, por lo menos nos está defendiendo, si no fuera por el BCU caería [más]’, pero no es así. Cuando el BCU sale a comprar emite pesos, y en el acto está emitiendo más letras de regulación monetaria que sacan los pesos que metió al comprar los dólares, y eso también implica favorecer más la entrada de capitales, es echarle más leña al fuego. Esto se corta bajando la tasa, no con el BCU comprando dólares".

(Fin.)

EC - ¿Qué dicen acerca de ese análisis?

GO - Efectivamente, una buena parte del fenómeno de apreciación cambiaria que está ocurriendo en el mundo deriva del negocio del carry trade, que básicamente consiste en que inversores globales se fondean a tasas muy bajas en los mercados desarrollados, en particular en Estados Unidos, y buscan rentabilidades en monedas emergentes con otras tasas de interés.

EC - Piden plata prestada en dólares en Estados Unidos a tasas muy bajas y con esos dólares vienen a Uruguay, por ejemplo.

GO - Vienen aquí y colocan en pesos uruguayos. Eso da rentabilidades, en el caso de Brasil, desde principios de año y medidas en dólares, del orden del 30-34%. Ahí hay un negocio muy importante y eso constituye un fuerte foco de apreciación cambiaria.

EC - En Uruguay también, vienen y compran instrumentos en pesos, por tanto inyectan dólares en el mercado y hacen bajar el dólar.

GO - Las asimetrías en tasas de interés contribuyen a que el fenómeno perdure. El punto es que hay que ser cuidadosos en dos sentidos, Uruguay ha venido incumpliendo sistemáticamente la meta de inflación en los últimos años, y el BCU ha definido usar la inflación como mecanismo de trasmisión de señales en materia de precios. Por tanto es importante que en algún momento, cuando las situaciones excepcionales que vivimos en el pasado han quedado atrás, la inflación converja al rango meta. En ese contexto la inflación está convergiendo, pensamos que va a estar por debajo de 6 este año, entre 5,5 y 6%. Es importante que la inflación esté allí, y la política monetaria, en particular las tasas de interés elevadas, están alineadas con eso porque el componente más firme y menos volátil de la inflación está ubicado todavía en 9%.

EC - ¿Todavía no hay margen para bajar la tasa de interés?

GO - Mi punto es el siguiente: un corte de tasas de interés como el que propone Javier, de 4 puntos porcentuales, no me da la seguridad estricta de que tengamos un resultado concreto en materia de apreciación cambiaria, y abre un frente complejo en materia de inflación en un país que requiere empezar a generar reputación en materia inflacionaria, porque, entre otras cosas, cuando volvamos a discutir la ronda salarial vamos a tener que tener que tener una tasa de inflación de referencia que hasta ahora ha sido sistemáticamente incumplida.

FC - Coincido, pero en Deloitte somos algo más escépticos en cuanto al rol del carry trade en esta apreciación de nuestra moneda, si tenemos en cuenta que también otros países como Australia, Nueva Zelandia, como la propia Europa se están apreciando hoy de manera importante frente al euro, y en el caso de Australia las tasas estaban en el entorno de 3 y en Nueva Zelandia de 2,5. Tampoco son niveles de tasas de interés tan altos, pero pueden estar incidiendo, y en particular en el caso de Brasil y quizás también en el de Uruguay tengan algún rol en esta caída del tipo de cambio. Si la solución es recortar de manera drástica la TPM, no hay espacio del lado de la inflación, que recién está convergiendo al rango meta. Como decía Gabriel, el BCU debe empezar a señalizar un compromiso en ese sentido en términos de inflación.

MS - Si se recortara fuertemente la tasa, como propone Javier, sin duda se frenaría la caída del dólar, pero empezarían las inconsistencias con otros instrumentos u otros objetivos de la política económica. La caída del dólar es funcional al objetivo de hacer que la inflación converja al rango meta, y ahí se han dado algunas inconsistencias de la política económica, por un lado vía una política salarial expansiva y una política de aumento de gasto público nominal muy expansiva se han presionado al alza los precios, y después, para tratar de contener esa aceleración de la inflación, se ha echado mano a otros instrumentos, con éxito, porque la inflación está convergiendo al rango meta, pero generando efectos potencialmente no deseados a mediano plazo, como esta pérdida de competitividad que podemos llegar a tener el año que viene como consecuencia de la fuerte apreciación del peso uruguayo.

Pensando en positivo, si tenemos una caída muy drástica de la inflación y en la próxima ronda de negociación salarial los aumentos nominales de salarios son mucho más bajos y después se deja que el dólar suba, eventualmente se logrará el objetivo deseado sin efectos nocivos a mediano plazo. Pero yo mencionaba el tema de la coherencia o la incoherencia del uso de los distintos instrumentos de política económica para conseguir determinados objetivos, creo que hubo una inconsistencia.

EC - El economista Javier de Haedo también estaba preocupado por cómo está jugando en esta materia el comportamiento fiscal. Decía:

"Tenemos un gobierno central que necesita todos los años unos 900 millones de dólares para pagar intereses de su deuda. Normalmente lo que estaba ocurriendo era que esos 900 millones de dólares los compraba en el mercado con pesos genuinos que obtenía mediante la recaudación de impuestos por encima de su gasto en pesos, el famoso resultado primario que se mantenía en el orden del 3% del producto. Con esos pesos iba al mercado y compraba los dólares; 900 millones de dólares al año son 4 millones por día hábil más o menos, es mucho dinero. El gobierno se borró del mercado de cambios porque ya no tiene pesos genuinos con los cuales comprar esos dólares, porque ya no tiene superávit primario".

¿Qué dicen de este factor? ¿Cómo estaría jugando?

GO - La desaparición de superávit primario genera un conjunto de vulnerabilidades hacia delante, sobre todo en un mundo en perspectiva en el cual hacia 2011 conseguir financiamiento para un país como Uruguay puede ser importante, Uruguay tiene que enfrentar vencimientos importantes de deuda, pero también a corto plazo –por algunos comentarios que hacía Michele– ha reflejado ciertas inconsistencias en el manejo macroeconómico que generan este tipo de ruidos. Si tuviéramos un superávit primario de otra envergadura, estaríamos con un jugador que contribuiría a ayudar a que la apreciación del peso fuera menor. Pero eso no existe, es un dato de la realidad, tenemos que pensar cómo trabajar sobre esta realidad, y pensar sobre esta realidad supone pensar que las acciones fiscales van a tomarse a lo largo del año 2010 y en el mejor de los casos van a tener lugar en 2011.

FC - A nuestro juicio, habría sido mejor tener una política fiscal más contracíclica durante el auge, haber ahorrado más y hoy tener un superávit primario que permitiera, por ejemplo, contrarrestar en alguna medida esta apreciación del tipo de cambio. Pero es algo quizás demasiado optimista pensar que la política fiscal por sí sola puede tener un impacto importante en contrarrestar las fluctuaciones del tipo de cambio, cuando las tendencias de cambio de portafolio son tan firmes como las que estamos observando. Ningún gobierno, cualquiera sea, puede tener la flexibilidad suficiente en el manejo del tipo de cambio como para compensar fluctuaciones del tipo de cambio que devienen de tendencias más firmes y más generalizadas.

MS - Sin duda, la desaparición del superávit primario contribuye a la tendencia de apreciación del peso uruguayo; de hecho, como se enseña y aprende en cualquier universidad medianamente buena del mundo en el primer curso de economía internacional, la combinación de política monetaria restrictiva con política fiscal expansiva lleva inevitablemente a una apreciación de la moneda local. Y en Uruguay hemos tenido en los últimos meses las dos cosas, por un lado tasas de interés y una política monetaria relativamente contractivas, con el objetivo de hacer converger la inflación al rango meta, y por otro un deterioro del superávit primario, una virtual desaparición del superávit primario, por tanto no nos debería extrañar la consecuencia, por más que coincido en que aunque tuviéramos un superávit primario muy grande sería difícil contrarrestar 100% la tendencia externa de apreciación del dólar.

Deberíamos haber podido disminuir la velocidad de apreciación, sobre todo si ese superávit primario hubiera coincidido con una política monetaria neutra o incluso expansiva. Es mucho más fuerte el impacto de las tasas de interés, de hecho si bajáramos las tasas de interés al 4, dejáramos de emitir letras en pesos y tomáramos otras medidas para restringir el crecimiento del préstamo en moneda nacional en el sistema financiero, automáticamente desaparecería una buena parte del exceso de oferta de dólares, y eventualmente eso le pondría piso al dólar y lo haría subir, con consecuencias potencialmente negativas sobre la inflación y en otros sectores.

GO - Un comentario menor que no debemos perder de vista: desde 2007 a la fecha el superávit primario es de 2,7 puntos porcentuales del producto, y dos tercios de eso provienen de fenómenos del manejo de la sequía y derivados y el tercio adicional, que es casi un punto del producto, deriva de expansión fiscal plena y llana. De todas maneras, la razón por la que en el segundo trimestre de este año no tuvimos una caída del producto en buena medida se explica por esa expansión fiscal, de modo que, como todo en economía, hay dilemas para generar, probablemente habríamos tenido que elegir una cosa o la otra, aunque, debo confesar, que la decisión de expandir ese punto porcentual en materia de resultado fiscal en el momento que se tomó no necesariamente estuvo alineada con actuar en forma contracíclica, sino que derivó de otras motivaciones.

***

JAE - Matías, del Cerro, dice: "Soy un trabajador que mes a mes ahorro en dólares lo que el sueldo me permite. ¿Debo seguir ahorrando en dólares? ¿Hay opciones más rentables?".

EC - Esta pregunta se ha reiterado a lo largo de la mañana. ¿Qué contestan?

GO - Sí, en este momento hay opciones más rentables. Si uno tiene un volumen de ahorro suficientemente grande puede armar una cartera y diversificar instrumentos, poner algo en pesos y algo en dólares. En este momento probablemente ahorrar en pesos le genere una rentabilidad mayor, pero en términos de largo plazo también podría incurrir en un riesgo mayor, sobre todo ante la probabilidad de que años adelante ocurra una desvalorización del peso uruguayo.

Una cartera en pesos uruguayos y una parte en alguna otra moneda es la mejor opción para cubrirse en el mediano plazo. Pero en el corto plazo ahorrar en pesos es más conveniente que ahorrar en dólares si uno encuentra el instrumento adecuado y está dispuesto a comprar ciertos riesgos.

EC - ¿Vamos a tener 3.000 respuestas? ¿Qué dicen los demás?

FC - Es muy difícil responder esto de forma categórica, no hay una respuesta óptima para todos los casos sobre en qué ahorrar, qué es lo más rentable hoy para ahorrar, depende mucho de para qué y a qué plazo. Como decía Gabriel, en el corto plazo y quizás por un tiempo más el dólar no aparece como la alternativa más rentable, puede haber estrategias de ahorro en moneda nacional o en alguna otra moneda que hoy dé mejores rentabilidades. Y, como siempre, diversificar el ahorro siempre es la estrategia más acertada.

MS - Probablemente en un horizonte corto, en los próximos seis meses, las opciones en pesos en unidades indexadas (UI) sean más rentables que el dólar, pero con un nivel de riesgo diferente. Recordemos lo que pasó el año pasado cuando entre agosto y diciembre el dólar pasó de 19 a 24 ante el cambio en las circunstancias externas. No es previsible que vayamos a tener un shock externo negativo de la magnitud del que tuvimos el año pasado, pero hay que considerar que probablemente el próximo gobierno, sea quien sea, y habiendo convergido la inflación al rango meta, le empiece a prestar más atención al tema competitividad y tome medidas para evitar que el dólar siga cayendo al ritmo que ha venido cayendo hasta ahora, y eventualmente alguna medida para hacerlo subir algo. Pero en el muy corto plazo probablemente la opción de quedarse en pesos o en UI sea más rentable.

EC - Esta pregunta está relacionada con la otra, más general, de qué va a pasar a nivel mundial.

JAE - A propósito del futuro, si el dólar tiene fortaleza como para seguir siendo la moneda de referencia o si tiene competidores que le hagan mella, que pongan en duda el futuro, sobre todo a nivel del comercio global, algunos países petroleros han dicho públicamente que la cosa va por dejar el dólar de lado; lo dijo Vladimir Putin, presidente de Rusia, a principios de año.

¿Cómo la ven?

MS - Hablan, hablan, hablan, pero siguen comprando dólares porque no hay otra alternativa ni la va a haber por muchísimos años. Quizás en un horizonte de muy largo plazo, dentro de 30 años, 25 años, uno pueda pensar en un mundo trimonetario o tripolar en el que haya un área dólar, un área euro y un área yuan; básicamente dólar en las Américas, euro en Europa y Oriente Medio y yuan en China, pero estamos a años luz de eso. El yuan ni siquiera es convertible, por tanto, más allá de todo lo que se habla de China, estamos a años luz de ver la moneda china como una moneda importante dentro de las reservas internacionales de los países. Y de hecho, ayer salieron las cifras de incrementos de reservas internacionales de China, y por más que China cada tanto sale a decir que quiere diversificar sus monedas, aumentó sus reservas en 143.000 millones de dólares solamente en el tercer trimestre de este año. El dólar en el corto plazo y por varios años no va a tener competencia.

El euro tampoco es competencia, incluso es probable que el área euro como está ahora, sobre todo teniendo en cuenta algunos de los países periféricos, no subsista como en la actualidad, cada tanto hay discusiones sobre si va a subsistir o no la moneda común europea. Europa es una diversidad muy grande, por más que hay unidad económica, no hay unidad política, no hay unidad en política exterior, militar, etcétera, cosas que también son importantes para darle valor a una moneda, además del sustento económico, la productividad, etcétera. Así que, por más que se hable, el dólar, por más "aboyado" que esté por la debilidad que transitoriamente muestra la economía de Estados Unidos, tiene larga vida y va a seguir siendo por muchísimos años la moneda de referencia mundial, más del 60% de las reservas del mundo va a seguir estando denominadas en dólares.

GO - Las paridades cambiarias al final, por más que reflejan muchas cosas, reflejan la riqueza relativa de los países, y a largo plazo no hay ninguna razón para pensar que Estados Unidos va a dejar de ser la potencia hegemónica. A largo plazo las economías crecen básicamente por mejora de productividad, lo que refleja la tasa a la cual pueden incorporar procesos técnicos, y todo el conocimiento, toda la generación de conocimiento, la generación de innovación genuina de punta está alojada en un porcentaje superlativo en Estados Unidos, con lo cual no hay ninguna razón para pensar que Estados Unidos, al menos en un plazo como el que Michele señala, de 20, 25 años, vaya a perder esa hegemonía. De modo que el dólar va a pasar unos años muy difíciles, porque su fundamento macroeconómico está muy afectado por su situación fiscal y el crecimiento de la deuda, pero en el mediano y largo plazo es la moneda de referencia y va a seguir siéndolo, hasta que o bien vayamos a un mundo tripolar o bien haya una potencia hegemónica que esté en condiciones de sustituir a Estados Unidos, algo que no se ve, al menos en el plazo que Michele manejaba.

EC - Pese a la crisis actual y a lo mal que está pasando Estados Unidos ahora.

GO - Va a ser el primer país en recuperarse, Europa tiene muchas más dificultades para recuperarse que Estados Unidos, su rigidez en los mercados laborales, sus rigideces institucionales, hacen que haya caído menos, probablemente va a registrar caídas menores, como ya hemos observado, sobre todo en el corazón de la Europa que han dominado las políticas socialdemócratas durante muchos años, Europa continental, pero su salida, su despegue, va a ser mucho más moderado, por diversas razones, por esas rigideces, pero además porque, como señala Michele, Europa tiene hoy colgados sobre su periferia países con severas dificultades. Basta mirar los números de los países de Europa Oriental, que tienen un cóctel absolutamente explosivo en materia de deuda, en qué moneda están las deudas, en qué monedas deben las familias, los gobiernos, que tienen tipo de cambio fijo con el euro. Tienen un cóctel macroeconómico realmente complejo, del cual Europa se va a tener que hacer cargo, porque en la medida que no se haga cargo el fenómeno migratorio va a explotarle en el corazón, y eso le va a generar costos de salida mucho más altos que a Estados Unidos.

FC - Coincido tanto con Michele como con Gabriel. Efectivamente, el dólar va a seguir siendo por varios años más, seguramente por varias décadas más, la moneda de referencia, más allá de que en el corto plazo esté enfrentando dificultades y seguramente por algunos años más tendremos un dólar débil. Esas son nuestras proyecciones.

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JAE - Hablamos del corto y el largo plazo, nos queda hablar del mediano plazo. Oddone planteaba al principio que llega el momento de empezar a preocuparse por la competitividad, de repente mirando 2010, 2011. Creo que hay consenso.

¿Qué se puede hacer?

GO - 2010 es un año despejado, Uruguay va a crecer el año que viene a una tasa de 3% aproximadamente, no tenemos una situación fiscal inmanejable, tal y como imaginamos la situación global, no tenemos un problema de caja, el gobierno que llegue en 2010 va a heredar una situación financiera bajo control, pero mi preocupación se centra más en 2011. Uruguay tiene vencimientos importantes en 2011, está el desafío de la pérdida de competitividad, el mundo nos va a ayudar en 2010 porque va a crecer por el lado de los emergentes y nuestros precios van a estar tonificados, pero si Europa y Estados Unidos se recuperan más lentamente que lo que imaginamos, al final del día China y Brasil lo van a recibir y por tanto este shock positivo puede moderarse.

Habría que prepararse para enfrentar un escenario menos favorable que en 2010, lo cual supone ser prudentes a lo largo de 2010 en materia fiscal, en materia de manejo de políticas salariales ser bien prudentes, a los efectos de llegar a una situación macro a principios de 2011 consistente con un eventual escenario de financiamiento externo. Todos nuestros competidores, sobre todo los países desarrollados, van a ir en busca de recursos a nivel global, van a competir con nosotros en forma muy fuerte porque van a incrementar muy fuertemente sus deudas y sus déficits fiscales. Eso supone que vamos a tener que prepararnos parra un escenario menos favorable para obtener financiamiento, lo cual hace recomendable prefinanciar el año 2011 lo antes posible, buscando rebajar esos 950 millones de dólares que vencen a lo largo de 2011.

FC - Estamos de acuerdo en que si miramos el mediano plazo, vemos 2010 como un año relativamente jugado, apuntamos a proyecciones de una recuperación firme de la actividad económica en 2010, pero quizás se observen crecientes desequilibrios en términos de competitividad, que habrá que atacar, sobre todo mirando 2011. Los desafíos para el nuevo gobierno, desde nuestro lugar en Deloitte, hoy están sobre todo en la moderación del gasto público, es importante enfrentar 2011 con una situación fiscal claramente mejor que la actual, y también una moderación en los aumentos de salarios. En los últimos años la recuperación de los salarios ha sido muy importante, eso tenía que ver con que partíamos de niveles muy bajos después de la crisis, pero hoy ya estamos con niveles de salario real relativamente altos y que deberían moderarse hacia los próximos años para evitar nuevos recalentamientos de la economía, nuevas presiones inflacionarias desde ese lado, que tengan consecuencias o que obliguen a un endurecimiento de la política monetaria que agudice la apreciación de nuestra moneda.

MS - Básicamente coincido en que el año que viene habría que ir a una recomposición importante del superávit primario, creo que va a ser viable prefinanciar en el primer semestre los vencimientos de corto plazo. Al menos durante el primer semestre del año que viene las condiciones financieras internacionales van a seguir siendo favorables, y eso va a poder ser aprovechado por el próximo gobierno, si es que pasada la instancia electoral el actual no incursiona por ese camino, que es posible. Hay que rever el tema de la política salarial, me gustaría que los futuros aumentos del salario real estuvieran topeados por el incremento de la productividad por empresa, no a nivel de la economía en su conjunto, a los efectos de evitar problemas sectoriales y problemas puntuales en los diferentes sectores. Y deberíamos ir a una política monetaria más expansiva para tratar de corregir en algo la caída del dólar.

Pero todas estas son cosas a pensar el año que viene, en un contexto económico que debería ser relativamente favorable, y sin duda mucho más favorable que el que cualquiera podía prever hace seis meses. El mundo es distinto, las cosas son dinámicas, por suerte las cosas han cambiado favorablemente, y al menos durante algunos trimestres más vamos a tener un efecto positivo de la economía mundial, y hay que aprovecharlo.

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Transcripción: María Lila Ltaif