La economía que recibe el nuevo gobierno. ¿Cuáles son los principales desafíos en el plano macroeconómico?
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte
(emitido a las 8.30 hs.)
EMILIANO COTELO:
Este domingo José Mujica fue electo presidente de la República para el período 2010-2015.
De inmediato, Mujica y sus principales colaboradores iniciaron contactos con la oposición en busca de acuerdos en Educación, Seguridad Pública, Medio Ambiente y Energía.
Paralelamente, se desarrollan las negociaciones dentro del oficialismo para definir las prioridades y, también, afinar criterios para la distribución de cargos en el gabinete.
Ya se sabe que la conducción económica será supervisada por el vicepresidente electo, Danilo Astori, y que el equipo será básicamente el mismo que lo acompañó cuando fue ministro, en los tres primeros años de este gobierno.
Pero, ¿qué situación recibirá la nueva administración?
¿Y cuáles son los principales desafíos en el frente macroeconómico?
Vamos a examinarlo en los próximos minutos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
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JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Después de un año tan especial como el 2009, en qué la economía mundial sufrió la peor recesión en varias décadas, ¿cómo llega la economía uruguaya al fin del mandato de Vázquez?, ¿cuál es la situación de partida de la nueva administración?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Pese a que el 2009 fue un año muy difícil para la economía mundial, la economía uruguaya logró eludir finalmente la recesión. Sufrió una caída significativa de la actividad a inicios del año pero se encuentra ya en una senda de firme recuperación, que a nuestro juicio se mantendrá en los próximos meses. En unos 15 días se conocerán las cifras de actividad del tercer trimestre, que esperamos marquen una suba importante del PIB (que estimamos en torno de 2% frente al trimestre anterior).
Para el cuarto trimestre también aguardamos un incremento apreciable del PIB, lo cual nos dejaría con una suba en el promedio anual mayor a 1%. Nuestra estimación puntual es de 1,4%. Para 2010 esperamos que la economía siga creciendo. En concreto esperamos que el PBI suba un 4%.
En síntesis, pensamos que la nueva administración que encabezará José Mujica recibirá una economía en crecimiento y con buenos fundamentos macroeconómicos.
JAE: ¿Qué quiere decir que tenemos buenos fundamentos macroeconómicos?
FC: Me refiero a que las principales variables macroeconómicas están mostrando un buen desempeño. Recién hablábamos de la actividad económica, veamos rápidamente otras variables. Por ejemplo, el desempleo se encuentra en los niveles más bajos en casi 30 años (en torno de 7% de la población activa). Por otra parte, la inflación se redujo de forma significativa y cerraría 2009 dentro del rango meta. En principio, pensamos que la inflación seguirá dentro del rango el año próximo.
Esto no quiere decir que no haya flancos débiles y algunos riesgos. El frente fiscal muestra algunas debilidades y la caída del dólar plantea un riesgo de deterioro excesivo de la rentabilidad exportadora.
JAE: ¿Cómo están analizando las cuentas públicas? ¿El nuevo gobierno deberá tomar medidas de ajuste?
FC: Las cuentas públicas presentan una tendencia de deterioro desde mediados de 2007. Concretamente, en los últimos 12 meses a octubre de este año el superávit primario se situó en 0,3% del PIB, según cifras divulgadas anteayer. A mediados de 2007 el superávit primario era de más de 4% del PIB. Quiere decir que en dos años, el superávit primario bajó en aproximadamente cuatro puntos del PIB. Sin embargo, en ese deterioro hay una incidencia importante de los mayores costos que debió absorber UTE por la falta de lluvias, aunque con esto no estamos ignorando que también se observó un signo expansivo del gasto público, que está afectando las cuentas del gobierno central
Por eso, pensamos que el año próximo las cuentas públicas mejorarán sin que sea necesario que el gobierno adopte medidas de ajuste. Para el año próximo prevemos un déficit fiscal del orden de 1% del PIB, con un superávit primario en torno de 1,5% del PIB. Se trataría de una mejora apreciable, pero las cuentas públicas deberían continuar mejorando en los años siguientes.
JAE: ¿A qué resultado fiscal debería apuntarse a mediano plazo?
FC: No hay una cifra mágica, un valor que podamos determinar exclusivamente en base a argumentos técnicos irrefutables, entre otras razones porque la política económica tiene múltiples objetivos. De todas maneras, parece razonable a nuestro juicio que en los próximos años se vuelva a un resultado primario del orden de 3% del PIB. ¿Por qué esa cifra? Porque con un superávit primario sensiblemente más bajo que ese valor, la deuda pública no continuaría bajando en relación al PIB como lo hizo en los últimos años.
El país logró bajar su relación deuda / PIB, que es la forma adecuada de medir el endeudamiento, pero el nivel de deuda sigue siendo alto. Eso determina que el gobierno deba pagar altos intereses medidos en términos reales y es un factor de vulnerabilidad ante episodios de crisis externas.
JAE: También mencionabas que hay cierto riesgo de pérdida de competitividad con la baja del dólar. Ayer el tipo de cambio cerró en 19,92. ¿Cómo están viendo este tema?
FC: La baja del tipo de cambio está afectando significativamente nuestra competitividad frente a EEUU. Actualmente el tipo de cambio real bilateral frente a EEUU está entre un 20% y un 25% por debajo de la media histórica, tomando un plazo largo de casi 40 años. Ahora, como hemos comentado otras veces, la caída del dólar es generalizada a nivel mundial y eso supone que en todo el mundo están subiendo los costos en dólares. Según los índices que computamos en nuestra firma, nuestro país tiene actualmente niveles razonables de competitividad con Brasil (por encima de la media histórica) y también con Australia y Nueva Zelanda (en torno del promedio de largo plazo), que son referencias clave para Uruguay.
De todas maneras, estamos asistiendo en el mundo a una reversión muy fuerte de los movimientos de capitales que conduce a una apreciación de las monedas de los países emergentes y que plantea un riesgo de deterioro de la rentabilidad de los sectores exportadores, sobre todo si los precios de venta no acompañan el aumento de los costos en dólares. Esta es una preocupación que está presente en muchos países emergentes. De todos modos, como hemos comentado otras veces, las presiones de apreciación son tan fuertes que la política monetaria no tiene mucho espacio de acción si el Banco Central no desea poner en riesgo su objetivo de inflación.
JAE: Ante ese panorama, ¿cuáles son los desafíos en el frente macroeconómico que enfrenta el gobierno?
FC: Recién mencionábamos la necesidad de recomponer las cuentas públicas, ese es un desafío. Pero a nuestro juicio el principal desafío para la próxima administración está en la política salarial. En 2009 el salario real subirá más de 7% y acumularía así un incremento de casi 30% desde los mínimos alcanzados en 2004. Ahora, en ese aumento de salarios de los últimos años hubo mucho de recuperación desde niveles que eran extraordinariamente reducidos luego de la crisis de 2002-2003. Al cierre de 2009 los salarios se ubicarán en torno a los niveles máximos de fines de los años 90. Mirando hacia delante, si bien esperamos que la economía crezca en los próximos años, a nuestro juicio lo hará a tasas sensiblemente menores a las que prevalecieron entre 2004 y 2008. Por eso, las subas de salarios deberían moderarse si se quiere guardar una relación razonable entre los salarios y la evolución de la productividad y si se desea dejar espacio para que junto con la suba de los salarios se siga observando un aumento de la ocupación.
JAE: ¿Y qué podría ocurrir si no se observara una moderación salarial?
FC: Bueno, si se procurara que los salarios continúen creciendo a un ritmo de 4% real por año (como lo hicieron en los últimos cinco años), a nuestro juicio se correría un riesgo importante de recalentamiento de la economía con un incremento de las presiones inflacionarias. Y si las presiones inflacionarias se incrementan, el Banco Central se vería en la necesidad de endurecer significativamente la política monetaria, lo cual reforzaría la tendencia de apreciación de la moneda, con efectos negativos para el sector exportador.
Recién decíamos que la política monetaria no tiene mucho espacio para revertir la presión de caída del dólar, sobre todo porque esa presión proviene del marco externo y porque puede ser bastante duradera. En ese marco, una política de moderación salarial y de moderación en el gasto público resultan a nuestro juicio claves para moderar el riesgo de pérdida de competitividad.
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