Panelistas

Un Uruguay posible: bases para un crecimiento sostenido

Álvaro García, ministro de Economía y Finanzas, consideró que el principal desafío que enfrentará Uruguay en los próximos años será consolidar el proceso de crecimiento experimentado en el pasado quinquenio, para lo cual será fundamental mejorar la productividad y la competitividad de la economía. El jerarca realizó un repaso de los elementos cruciales para lograr este objetivo e instó a los uruguayos a asumir la propia responsabilidad tanto de su pasado como de su destino. "No pongamos las culpas afuera, sino trabajemos para mejorar cada día más; como país tenemos enormes potencialidades para ello", manifestó.


Presentación en PPT

La última parte de la presentación se refería a "Uruguay, un país posible. Bases para el crecimiento sostenible". En el convencimiento de que en esta administración se ha llegado a niveles más que aceptables de desarrollo, pero que eso significa solamente un escalón y que quedan muchísimos escalones más de esa escalera que ojalá no tenga fin, es que encaramos esta parte de la presentación, y nos pareció muy oportuno hacerlo en el cierre de una administración de gobierno.

Uruguay no sólo es un país posible –y esto es un profundo convencimiento–, Uruguay puede ser un país desarrollado. Esto puede sonar demasiado fuerte, hemos pasado muchísimos años convencidos de que nuestro subdesarrollo estaba en función del desarrollo de otros países, que habían caído algunas maldiciones sobre esta parte del mundo y había cosas que no era posible cambiar. Hoy estamos ante un panorama tal que estamos convencidos de que las cosas se pueden cambiar y, como decía el prócer, nada podemos esperar sino de nosotros mismos. No pongamos las culpas afuera, sino trabajemos para mejorar cada día más; como país tenemos enormes potencialidades para ello.

Pasando al momento actual, ¿cuáles son los principales desafíos de futuro que enfrentan los países más afectados por la crisis? Hay que corregir cuestiones del sistema financiero, de políticas macroeconómicas, básicamente la determinación de cómo se deshacen, de cómo se retiran los estímulos monetarios y fiscales que se aplicaron, que han sido muy importantes, sin comprometer la recuperación económica y otras variables que pueden afectar en el futuro –la disponibilidad de crédito, las tasas de interés, la inflación– la sostenibilidad de las cuentas públicas.

Andrés y Michael nos mostraban el panorama mundial en términos de resultados fiscales de los países más desarrollados: el mercado de trabajo, cómo se ha deteriorado, y alguna otra gráfica en ese sentido, particularmente en Estados Unidos y en tantos países europeos. Pero esos no son los desafíos centrales que va a enfrentar Uruguay en los próximos años. El principal desafío para Uruguay en los próximos años es consolidar este paso, este escalón que subimos, este proceso de crecimiento y desarrollo con equidad, como lo ha definido esta administración, integrando y promoviendo, algo que es fundamental y para lo cual existe una oportunidad de mejora permanente, que son las mejoras en la productividad y concomitantemente en la competitividad de nuestra economía.

Eso ha estado planteado y seguirá planteado en el futuro con elementos cruciales incluso para nuestra cultura, como es el tema de la innovación. La innovación ha sido un factor, un elemento que ha sido introducido a partir de esta administración con acciones concretas, con la creación de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), que es fundamental a la hora de pensar el Uruguay del futuro. Estamos convencidos de que en su concepción más amplia, innovación de productos e innovación de procesos, abre espacios para una mejora muy importante de la productividad y por ende de la competitividad de las empresas uruguayas.

Pero también es preciso consolidar las bases, las cuatro estabilidades de las que hemos hablado tantas veces y que hay que cuidar de manera equilibrada: la estabilidad político-institucional, tradicional de nuestro país; la macroeconómica; la de reglas microeconómicas en las cuales se ha trabajado tanto en este período, y, por supuesto, la estabilidad social, con igualdad de oportunidades para todos los uruguayos, brindando en un círculo virtuoso más y mejor educación y salud para todos y más y mejor empleos y salarios para todos. Este es el principal desafío futuro para la economía de Uruguay.

Por supuesto que en la primera parte de la premisa –crecimiento– hay que procurar crecer a tasas mejores y mayores que las históricas. A lo largo de todo el siglo XX el producto per cápita de Uruguay creció a 1,4% promedio anual. Esto nos distancia enormemente de países con los cuales a comienzos del siglo XX Uruguay se encontraba equiparado, países europeos de nuestro tamaño o similar, que crecieron a tasas mayores y por tanto a fin de siglo se produjo una brecha importante.

Pero si miramos este mismo guarismo abierto por mitades, en la primera mitad del siglo XX el producto per cápita de Uruguay creció a 2%, y ahí era cuando hablábamos del Uruguay de las vacas gordas y de la Suiza de América. En la segunda mitad del siglo XX creció a menos del 1%, y allí ya los comentarios pasaron a ser otros, "antes era mejor", "esto no cambia más".

Estamos convencidos de que a partir de este escalón que hemos subido Uruguay tiene que transitar fuertemente en una concientización de que puede. En el período de cinco o seis años posterior a la crisis del año 2002 los fundamentos económicos cimientan este crecimiento, Uruguay ha crecido a tasas de 6% de promedio anual.

Si hacemos un comparativo y tomamos el ejemplo de Chile como un país que ha cumplido un papel destacado en el contexto de América Latina, y tomamos 60 años, desde el año 50 hasta el año 2010, Uruguay en promedio creció la mitad de lo que creció América Latina. Ahí ya no solo tenemos un rezago con respecto a países europeos, sino que tenemos un rezago fuerte con respecto a nuestros propios compañeros de ruta de esta región del mundo. En ese sentido Chile crece igual que América Latina. Pero si tomamos un período de 15 años, del año 85 al año 2000, ahí la economía chilena crece el doble que las nuestras, las de América Latina y la de nuestro país.

En estos últimos años la situación se ha invertido y Uruguay está creciendo a tasas muy importantes, el crecimiento se nota, uno lo ve, es palpable. Entonces, ¿qué hay que hacer para mantener quizás no estas tasas, porque hay que ver qué sucede con el contexto mundial, pero sí tasas de manera permanente, y evitar aquellas fluctuaciones que llevaban a que Uruguay avanzara fuertemente en períodos de crecimiento grandes y después cayera, perdiera varios casilleros para luego tener que retomar crecimiento y perder camino andado?

En ese sentido es muy importante que Uruguay no haya caído en recesión, pero más importante es que en este escalón prevemos un nuevo período de crecimiento que se va a acumular a este que ya tuvimos en los últimos años. Es crucial, ustedes nos escuchado repetir y machacar con el tema de que hay que incrementar la inversión. Tenemos que hacer crecer el guarismo, el ratio de inversión sobre producto, tenemos que ir a niveles más altos.

En teoría económica, mirando el lado de la oferta, esto se razona de la siguiente manera: para crecer es necesario tener mayor acumulación de capital físico, tener mayor acumulación de capital humano, pero también mejorar la competitividad total de los factores. Cuando se invierte, además se compra una nueva máquina, se hace una nueva instalación, un nuevo emprendimiento logístico, o se capacita a la gente; de hecho la productividad debe mejorar en el momento de invertir. Los tres factores son igualmente importantes. En el caso de Uruguay también es necesario mirar la demanda, somos un país chico con un mercado interno reducido, por lo tanto Uruguay debe atender especialmente su inserción internacional.

En todos estos factores se produjeron importantes avances en este período de gobierno. Entonces, las determinantes del crecimiento y el desarrollo económico de largo plazo –acumulación de capital físico, de capital humano y aumento de productividad, que implican mayor inversión– dependen de todos estos factores, en gran medida. En ese sentido la estabilidad macroeconómica y la reducción de vulnerabilidad del país son un factor crucial, la base imprescindible; la disponibilidad de infraestructura es muy importante para no transformar este hecho en un cuello de botella; la inserción internacional, por los elementos que planteábamos; el clima de negocios adecuado y los mercados eficientes; la calidad de las instituciones y políticas del Estado –y vaya si hablamos de los esfuerzos que se están haciendo para mejorar eso–; las políticas de promoción del crecimiento y la innovación; los mercados financieros desarrollados; la educación, políticas sociales. En todas estas áreas se han atacado problemas fundamentales en este período de gobierno. Ustedes los conocen, los hemos tratado reiteradas veces.

Como decíamos al principio, se sentaron las bases para un mayor crecimiento y desarrollo económico sostenido en el largo plazo y con equidad social.

En esta segunda parte de la presentación vamos a basarnos en un balance del World Economic Forum, publicado hace poco, sobre su índice de competitividad 2009. Según esta institución Uruguay ha sido el país de América Latina que más ha avanzado con respecto a 2008, y nos parece adecuado tomar los factores que esta institución define como determinantes del crecimiento sostenible a largo plazo para hacer un análisis de nuestra visión de lo que deberían ser los caminos a mediano y largo plazo que la economía uruguaya debe enfrentar.

Los agrupa en tres partes, unos son los requerimientos básicos para el crecimiento, otros son los factores que con crecimiento mejoran la eficiencia, y los otros, ya en un estado más avanzado, son factores claves para países que están en otro estado.

Veámoslo. Son fundamentales para el crecimiento económico las instituciones, la calidad de las instituciones, la infraestructura con la que cuenta un país, la estabilidad macroeconómica y la salud y la educación primaria de su población.

Cataloga como factores que mejoran la eficiencia la educación media y superior, el mercado de bienes, de trabajo y financiero eficientes, el avance tecnológico de una economía y el tamaño de su mercado.

Y como factores avanzados coloca la innovación y la sofistificación de los negocios. Uruguay estaría en un lugar intermedio intentando avanzar en algunos aspectos de innovación hacia el lugar más avanzado.

Vamos a repasar algunas líneas de trabajo que se iniciaron en esta administración y que son una visión de futuro en cada uno de estos 12 factores.

El mensaje principal es continuar mejorando la competitividad y la productividad de la economía uruguaya, consolidar los avances en requerimientos básicos y avanzar en los factores de eficiencia e innovación.

En el primer aspecto, instituciones, profundizar la transformación del Estado hacia la eficiencia de la gestión es un trabajo permanente, potenciar la Agencia para el Desarrollo del Gobierno de Gestión Electrónica y la Sociedad de la Información y del Conocimiento (AGESIC), y lo que mostraba Martín acerca del Área de Gestión y Evaluación del Estado en la OPP. Promover una mayor transparencia a todo nivel, público y privado. Hemos recorrido algunas iniciativas y hay que seguir insistiendo en que los niveles de transparencia del Estado y también de las empresas privadas continúen avanzando. Y consolidar una nueva institucionalidad. Uruguay Fomenta ha sido un sello abarcativo de lo que entendemos debe ser el rol del Estado acompañando y trabajando junto con el sector privado para apalancar desarrollo.

En segundo lugar infraestructura, continuar con los planes viales, desarrollar la infraestructura ferroviaria que se necesita, continuar profundizando la diversificación de la matriz energética para cubrir la brecha que siempre tenemos entre oferta y demanda para que no se transforme en un cuello de botella. Invertir como se comenzó a invertir en este período y diversificar cubriendo una brecha de 15 años en los cuales no hubo inversión en generación eléctrica. Eso los países lo pagan muy caro, carísimo. Por supuesto que consolidar la interconexión vial, ferroviaria y energética con la región; puertos, una segunda terminal y un puerto o dos de aguas profundas. Continuar aumentando el ancho de banda; hoy Uruguay, con 13,7, es el primer país en ancho de banda en América Latina. Y la nueva institucionalidad de la CND: este año el Parlamento aprobó la ley de creación de la Agencia Nacional de Desarrollo (AND) que le cambia los roles históricos a la CND y la especifica en algo para lo cual ha sido muy útil en estos últimos años, que es todo lo relacionado con la construcción de infraestructura.

En términos de estabilidad macroeconómica, profundizar la capacidad de desarrollar políticas macroeconómicas contracíclicas, tender al equilibrio estructural y tomar en cuenta el efecto del ciclo económico; esto es absolutamente de consenso. Continuar reduciendo, por lo tanto, el ratio deuda/producto.

Con respecto a salud y educación primaria, que era el cuarto punto que pautaban como básico, profundizar el cambio en el modelo de atención de la salud y la mejora en la calidad de las prestaciones tanto de ASSE como de las instituciones médicas colectivas. Continuar extendiendo el acceso al FONASA, mejorar la calidad de la educación y extender las escuelas de tiempo completo.

Y ya en el segundo aspecto, de eficiencia, en términos de educación media y superior, luego de haber incrementado fuertemente el presupuesto de la educación, debemos mejorar la calidad del sistema educativo. La universalización del ciclo básico en educación media es fundamental, y el incremento de la tasa de cobertura y egreso del segundo ciclo también. Tenemos importantes rezagos en nuestra educación secundaria en comparación con otros países de la región, por ejemplo con Perú. Debemos mejorar eso que ha sido un factor histórico de Uruguay y que se ha ido deteriorando en las últimas décadas. Extender el Plan Ceibal a secundaria va a colaborar con este objetivo. Hay que incrementar fuertemente la jerarquización y la descentralización de la educación superior, que ya han comenzado; esto está fuertemente relacionado con lo que decía el contador Astori más temprano: educación, capacitación y vinculación con el mundo del trabajo, con el mundo de la producción. En educación técnico-profesional y sobre todo tecnológica ha habido avances como la creación de la Tecnicatura en Agroenergía. Y aumentar el número de horas de clase, en particular en las zonas de contexto crítico.

Con respecto a mercados de bienes eficientes, consolidar el marco de promoción de la competencia. Tenemos una ley de Defensa y Promoción de la Competencia, se ha creado un tribunal que está actuando en algunos casos, a veces por denuncias y a veces de oficio. Es absolutamente fundamental para tener una mejor economía y un mejor país facilitar los trámites y los procedimientos para comenzar un emprendimiento; el 19 vamos a anunciar un camino que se está recorriendo, en el cual se ha avanzado bastante y queremos avanzar muchísimo más que es la creación de una ventanilla única. Esto también está relacionado con Uruguay Fomenta.

Profundizar los mecanismos de defensa del consumidor. En este tema se ha trabajado muchísimo y muy bien en la Dirección de Comercio del ministerio. Por nombrar dos ejemplos, se ha presentado la ley para resolver las pequeñas causas para aquellas personas que tienen pequeños problemas de reclamos, consumidores a quienes no les valía la pena hacer un juicio por alguna injusticia que se hubiera cometido en relaciones comerciales ahora tienen la posibilidad de recurrir en un proceso rápido. Y en segundo lugar, Defensa del Consumidor está trabajando con primaria y con otros organismos para difundir los derechos del consumidor.

Mercado de trabajo eficiente. Aquí hay dos temas fundamentales para seguir avanzando. Incorporar los temas de innovación, de calidad, de capacitación en los diversos ámbitos de negociación colectiva. No hay trabajador mejor motivado que un trabajador involucrado. Y profundizar en esquemas de remuneración basados en productividad, apuntando directamente a lo que queremos: mejora en la productividad y en la competitividad del país.

Un mercado financiero eficiente. Hemos trabajado fuerte con la ley de mercado de valores, entre otras, para desarrollar un mercado de capitales en Uruguay. Con los niveles de inversión que Uruguay tiene actualmente, necesita tener la contracara, que son los elementos, las herramientas de financiamiento para inversiones que siempre son a mediano y largo plazo. Y Uruguay no los ha tenido históricamente. Con la ley de Mercado de Valores damos un paso importante, pero también va a haber que tomar decisiones en el propio Estado acerca de darle una mayor agilidad y un mayor funcionamiento. Algo se comenzó a hacer con la Corporación Vial del Uruguay, que tuvo emisiones de obligaciones negociables en bolsa muy exitosas por cierto.

Fortalecer la supervisión financiera consolidada. Mario habló suficientemente de ello, pero yo quiero hablar de fortalecer herramientas para MIPYMES; son cosas absolutamente complementarias. Y hay un concepto muy fuerte detrás: el país tuvo la tranquilidad que tuvo frente a esta crisis, la mayor en el mundo en 80 años, entre otras cosas porque había aprendido la lección de 2002 y tiene una supervisión financiera fuerte, hemos avanzado en diversos factores. Eso no significa que no existan fallas de mercado, por ejemplo en el acceso al crédito de las pequeñas y medianas empresas, que hay que corregir. Pero eso no se corrige debilitando la supervisión, se corrige con políticas activas del Estado que generen herramientas como por ejemplo el Sistema de Garantías, el SIGA, que se implementó este año, está funcionando muy bien y va a haber que seguir haciéndolo crecer. Es un claro ejemplo de cómo la regulación y las políticas activas para corregir fallas de mercado funcionan muy bien conjuntamente.

El avance tecnológico, continuar políticas de promoción de inversiones privilegiando en particular la incorporación de tecnología. Ustedes conocen la nueva reglamentación de la ley de Inversiones, la posibilidad de canalizar políticas públicas por medio de los diferentes incentivos, de las herramientas de la ley de Inversiones; quizás en el futuro la incorporación de tecnología tenga que ser priorizada entre los mecanismos de beneficio. Y la implementación del Plan Cardales, que va a contribuir no sólo a mejorar la tecnología sino también a universalizar el acceso de toda la población, porque los talentos están repartidos por igual en todo el territorio nacional, no hay una elección por departamento o por clase social. Esta igualdad de oportunidades que ya ha significado el Ceibal y que puede significar el Cardales en el futuro va a implicar corregir desde la base un atraso que hemos tenido en términos de educación de nuestra gente.

El tamaño del mercado, fundamental para Uruguay. Enfoque de regionalismo abierto, continuar mejorando y consolidando el funcionamiento del Mercosur. Este último año ha habido una cierta reversión en función de las condiciones internacionales, hay que seguir trabajando en el bloque, hay elementos suficientes como para avanzar en ello y profundizar el desarrollo de nuevos acuerdos comerciales, los que sean, que permitan abrir y diversificar mercados y colocar productos cada vez con mayor valor agregado.

Potenciar el rol de Uruguay XXI; acá estamos hablando de institucionalidad también. Le hemos dado un impulso muy fuerte en el último año, especialmente con la creación de la Estrategia Nacional de Exportaciones en la cual están trabajando sector público y sector privado de manera muy ágil, muy eficiente, para tener de una vez por todas herramientas de inteligencia comercial que le permitan a Uruguay posicionarse mejor en el mundo.

Por último, los factores de innovación. Este es un factor crucial, profundizar activamente el vínculo entre academia y sectores productivos. El país invierte mucho en educación superior, en investigación, e invierte cada vez más a partir de la generación de la ANII. Es fundamental que ustedes empresarios interpelen al Estado en esto, se arrimen a la ANII, procuren sus productos, trabajen conjuntamente. Para que funcione bien un organismo del Estado es crucial no solamente el organismo del Estado en sí mismo, sino el vínculo y la interpelación que el sector privado le haga a ese organismo.

Asegurar recursos destinados a la innovación. Ese ha sido uno de los factores fundamentales y lo será, mejorar la inversión en investigación, desarrollo e innovación, que históricamente ha sido muy baja, fomentar la cultura de la innovación a nivel nacional. Hoy tenemos herramientas como el Ceibal, como toda la red educativa, en la cual también tenemos que trabajar en la idea de innovación.

Por último, sofisticación en los negocios, avanzar en productos de mayor valor agregado con el objetivo final de ser líderes globales, ¿por qué no? ¿Qué tiene diferente Finlandia de Uruguay? ¿Por qué otros países han podido establecer productos que son líderes globales? Uruguay puede hacerlo y debe trabajar en ese sentido.

Continuar fomentando el emprendedurismo a nivel nacional, así como la innovación. El emprendedurismo, rescatar de nuestras raíces aquella sensación de asumir riesgos, porque hoy tenemos un Estado que tiene mayores herramientas para hacerlo, nos parece fundamental. Y con la creación de la AND continuar consolidando la creación de los conglomerados productivos, la asociatividad, el desarrollo de proveedores, de las mejoras de créditos para las pymes.

¿Cuáles son los actores fundamentales? ¿Quiénes van a llevar todo esto adelante? Básicamente el sector público y el sector privado, así concebimos los roles de cada uno de ellos. El sector privado con el rol esencial de la inversión, de asumir los riesgos, de llevar adelante y fomentar el emprendedurismo, con responsabilidad social, cada vez más importante en el mundo actual, y la innovación a todo nivel. Y el sector público marcando las prioridades del gasto con reglas de juego flexibles pero permanentes y claramente definidas, con instituciones sólidas y con políticas activas mediante instituciones sólidas, realizando la inversión estratégica, también con innovación, porque la innovación no es un tema del sector privado, es de todo el país, y vaya si el sector público la necesita. Complementariedad y cooperación entre los dos actores.

En ese sentido quiero hacer especial hincapié en la institucionalidad. Un país no puede llevar adelante un objetivo de Uruguay productivo, de Uruguay innovador – básicamente hablando de lo económico–, si no tiene las herramientas para hacerlo. Además uno como gestor público se siente más tranquilo depositando presupuesto en instituciones eficientes, transparentes y con un buen gobierno corporativo. Por lo tanto ese trabajo en equipo de gabinetes temáticos tiene su contracara en cada uno de los temas en una agencia del Estado: Uruguay XXI es la agencia de inversiones y de comercio exterior, la ANII es un elemento crucial, la AND separa los roles y deja una CND exclusivamente destinada a colaborar con el Estado para la construcción de infraestructura en diversos mecanismos de asociación público-privado. En ese sentido Uruguay Fomenta es el sello que hemos generado, y la experiencia internacional indica que países de tamaño similar al de Uruguay que han sido exitosos tienen una fuerte institucionalidad de fomento al desarrollo.

En definitiva, Uruguay es posible. En los últimos años creció aproximadamente lo mismo que en los 25 años previos, entre el 80 y 2004 crecimos 1% de promedio anual, y en los últimos cinco años el país va a haber crecido cuando cierre este año a 6%. Nadie pretende que el país podía haber crecido a 6%, pero puede crecer a tasas bastante mayores que las históricas. Si hubiéramos crecido a esta tasa los últimos cinco años el producto per cápita sería tres veces mayor, con la consiguiente mejora de vida de toda la población, más un concepto de crecimiento con equidad social.

Esta es la importancia del crecimiento y de que Uruguay continúe en esa senda. En los últimos años se sentaron las bases para avanzar fuertemente en el desarrollo económico y social, y si continuamos en ese camino podemos hacer del Uruguay un país desarrollado.

Muchas gracias.