Entrevistas

Advierten por "atomización" y "desorganización" en sector frutícola

Luego de que se conociera que 200.000 kilos de duraznos y ciruelas fueron desechados por no encontrársele mejor destino, varias voces se alzaron para comentar el hecho, entre otras la del presidente electo, José Mujica. Por su parte, el ingeniero agrónomo Félix Fuster expresó que actualmente, tras una zafra de sobre producción, la fruta no tiene destinos alternativos debido a la "atomización y desorganización" que imperan en el sector. "No existen organizaciones de base que nucleen a la mayoría de los productores frutícolas y esto provoca desorientación", indicó entrevistado por En Perspectiva. Reclamó instancias de planificación entre el Estado y las organizaciones y advirtió que situaciones como la actual volverán a ocurrir en el futuro.


(emitido a las 8.39 hs.)

Para algunos es algo inexplicable. Para otros, la cruda realidad.

Miles de kilos de durazno y ciruela han sido tirados por granjeros debido a los bajos precios que registran estas frutas en el mercado. Si bien no hay estadísticas ni datos oficiales, en la plaza local se manejó que al menos 200.000 kilos de frutas fueron a parar a volquetas, criaderos de cerdos, cunetas y depósitos en chacras.

El polémico tema fue abordado anteayer por el presidente electo, José Mujica, en su audición radial de M24.

A criterio de Mujica, esta situación se podría haber evitado si los productores estuvieran organizados gremialmente para tomar decisiones drásticas, como la exportación a bajo precio en el momento indicado.


(Audio Mujica.)

"Presentó una cosecha absurda por la abundancia de duraznos. Muy por encima de la demanda. Y se empezó a acumular fruta que como no se podía vender, por unos días alguna gente, ya juntada la fruta, la guardó en la cámara con la idea de que de repente dentro de unos días.... Y se fue acumulando hasta que hubo que tirarla porque no resistía más. ¿Qué se debió haber hecho? Teóricamente, esta fruta, que no era industrializable por sus características, media cosecha se tendría que haber sacado del país casi regalada, para darle valor a la que quedaba. Pero esto hubiera sido posible si los productores hubieran sido tres o cuatro y si estuvieran organizados. Pero no procurar ganar. Tal vez apenas cubriendo los costos de sacarlo, para que quedara una oferta racional y mantuviera un precio más o menos potable".

Para encontrar explicaciones a toda esta situación, recibimos a partir de este momento al ingeniero agrónomo Félix Fuster, encargado de la Unidad de Fruticultura del Centro Regional Sur de la Facultad de Agronomía, y columnista de Dinámica Rural.

¿Podemos explicar qué es lo que está pasando?, ¿por qué se está dando esta situación?

FÉLIX FUSTER:
Parece que un año sobra y al otro año falta fruta de cualquier tipo. La explicación es muy sencilla: durante el período de crecimiento de la fruta ocurrieron fenómenos climáticos que de alguna manera favorecieron el volumen de fruta pero no así las cualidades de la fruta desde el punto de vista del sabor; eso provocó que la gente probara los duraznos, no les gustara y dejara de comerlos. A ello se suma un alto volumen de fruta debido a las intensas precipitaciones, que provocaron crecimientos de fruta bastante interesantes este año.

JAE – O sea que falta de sabor por un lado y exceso de fruta por otro son los elementos que combinados explican esta situación.

FF – Exactamente. A eso hay que agregarle un tercer elemento, la gente está acostumbrada a consumir fruta fresca cuando hace calor y realmente esta temporada no ha sido de las más cálidas, por lo menos hasta fines de diciembre que es el momento cuando se produce ese atoramiento de durazno concretamente, en el mercado Modelo y en todas las bocas de distribución.

JAE – Con respecto a la falta de azúcar en la fruta yo creo que como consumidores podemos avalar exactamente eso, que muchas veces nos encontramos con un producto que tiene muy buen aspecto pero que cuando se come no satisface las expectativas.

FF – Exactamente, y agrego alguna otra cosa más. Allá por los 2000 el cultivo del durazno sufrió un problema sanitario de importancia que significó la pérdida de más de la mitad de los montes de durazneros. En la actualidad estos montes todavía no han sido repuestos, no hemos llegado a las 3.000 hectáreas que teníamos en ese momento, estamos en 2.000 y pico. Y se optó por plantar duraznos que no son de estación, que son los que están saliendo ahora –hoy por hoy en el mercado está presente el famoso Rey del Monte, con un sabor muy exquisito porque, ahora sí, recibió calor–. Las variedades que fueron plantadas por los productores para reponer aquellas pérdidas fueron variedades tempranas, que salen antes de fin de año, fundamentalmente de una variedad en particular que sale por fines de noviembre, que es la que en definitiva provocó ese gran volumen de oferta de fruta en el mercado, que la fruta se guardara en la cámara y fueran saliendo otras variedades. Entonces, junto con el poco sabor de la fruta, esa oferta de durazno de mala calidad provocó que los precios fueran prácticamente de ruina y el productor optara por o bien tirar la fruta que tenía almacenada en cámaras o bien no recoger la fruta de la planta.

EMILIANO COTELO:
Justamente, acá llegamos al punto que es el que al grueso de la población le ha interesado. Entendidas las causas del fenómeno la pregunta es ¿cómo se enfrenta una situación como esta? ¿Hay que recurrir a eso, a tirar fruta, a tirar duraznos en este caso? ¿Qué dice la experiencia? Juan Andrés, ¿tú por dónde ibas con este punto?

JAE – Sí, exactamente, ¿cuáles son las alternativas, porque supongo que dejar la fruta en el monte tiene un perjuicio, no?

FF – Sí, tiene un costo sanitario bastante alto porque va a ocasionar problemas sanitarios de importancia para la próxima temporada a excepción de que posteriormente se pase y se tire esa fruta. Sobre lo que decía Emiliano, yo te diría que exactamente no tenemos previsión para cuando ocurren este tipo de cosas. Cuando hay una sobre oferta de fruta en el mercado no tenemos destinos alternativos. El costo de mano de obra de la cosecha de fruta es un costo muy importante dentro de la estructura de costos de la producción, ese es un elemento que actúa en contra de recoger la fruta. Pero una vez que está recogida existen otros tres costos que son significativos: el transporte, de ahí que ayer en los informativos yo veía como se había donado fruta a determinados lugares y se pedía por favor que alguien ofreciera un flete porque el costo del flete es muy alto; la distribución, el empaque; y en este caso también se sumó la conservación en las cámaras frigoríficas, que también suma costos a esa fruta que prácticamente no tenía valor.

JAE – Ahora, ¿esto no se puede prever? Porque estamos hablando de una superficie que no tiene grandes variaciones, si bien es cierto que en este caso a partir de datos oficiales hay una estimación de crecimiento del volumen del 34%, pero de todas maneras esto ya se sabía de antemano. ¿No hay alguna alternativa para prever y no tirar en la chacra?

FF – Antes te voy a hacer una previsión: esa sobre oferta del 34% de ninguna manera es oficial y creo que está basada en lo que fue la cosecha del año anterior, que fue una cosecha relativamente baja y por eso el durazno tuvo precios muy altos.

JAE –Yo me refiero al Monitoreo Anual de Frutales de Hoja Caduca que difundió en diciembre la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca.

FF – Exactamente, respecto de la zafra anterior que fue una zafra relativamente baja. Hoy por hoy no hay alternativas; que se puedan planear sí, por supuesto. Se podía haber hecho mermelada, por ejemplo, no digo duraznos en almíbar porque la fruta para hacer en almíbar tiene que estar casi por madurar, y no madura como se está ofreciendo. Hay que recordar que estos rubros frutícolas, a diferencia de otros rubros, no tienen un referente nucleador como puede ser una industria; la lechería tiene industria y de alguna manera reúne a los productores. En el caso de la fruta el productor está muy atomizado, no existen organizaciones de base que nucleen a la mayoría de los productores frutícolas y esto provoca desorientación. Entonces la alternativa es que entre los organismos oficiales y el sector privado se instrumenten algunas alternativas para cuando ocurren estos fenómenos.

EC - Pero entonces tú estás de acuerdo con el planteo que hizo anteayer el presidente electo, José Mujica, que habló del tema en su audición de M24 y dijo que las alternativas en las que podía pensarse hubieran sido posibles si los productores hubieran sido tres o cuatro y estuvieran organizados. Insistió mucho en este problema, de que la falta de organización, de gremiales, de instituciones, está pesando en una salida tan dramática como esta.

FF – Sí, yo coincido en términos generales con el presidente electo en todo lo que dijo, quizás habría que hacerle algunos ajustes pero en términos generales coincido. No hay organizaciones que nucleen a los productores y que orienten la producción, por más que hoy en día contamos con algunos instrumentos que son favorables; por ejemplo, antes no se contaba con pronósticos de cosecha, hoy se tienen y por lo tanto se pueden prever medidas con alguna anticipación. El tema es que el sector, como tú dijiste, está desorganizado, y desde ese punto de vista es donde aparecen las falencias cuando ocurren estos fenómenos.

JAE – ¿Y quién debería ayudar a planificar una cosecha cuando se dan este tipo de situaciones?

FF – Se debería planificar entre el Estado y las organizaciones, eso es clarísimo. No puede ser solamente desde las organizaciones estatales ni solamente desde el sector privado, creo que este tipo de cosas necesitan del apoyo mutuo, de lo contrario lo que se organice no va a tener saldo positivo. En términos generales es muy difícil –y aquí voy a hacer una precisión respecto a lo que se decía sobre por qué no se llevó a industria– que una industria opere con saldos de cosecha, porque esa industria operaría algunos años sí y algunos años no. Entonces es necesaria esa instrumentación entre lo público y lo privado, de lo contrario es imposible poder establecer pautas para las futuras cosechas.

JAE – Esta no es la primera vez que ocurre una situación así, ¿no?

FF – Ni va a ser la última. Los "anierismos", o sea las alternancias de producciones altas y bajas, son muy comunes en el sector frutícola. La mayoría de las veces son producto de los manejos que el productor le da a los montes, pero en los últimos años básicamente han sido por problemas de tipo climático.

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