Impactos del buen desempeño de la economía brasileña sobre Uruguay
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(Emitido a las 8:44 horas)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La economía de Brasil atraviesa un buen momento y las perspectivas en torno a su desempeño futuro son alentadoras.
De esto conversamos el jueves pasado en este espacio, en el que analizamos la evolución reciente de Brasil y comentamos las buenas perspectivas que enfrenta en 2010. Sin embargo, nos quedó pendiente abordar los impactos de este auspicioso panorama en el país vecino sobre Uruguay.
Por eso, en el análisis económico de este lunes vamos a poner el foco en las consecuencias del buen desempeño de la economía brasileña sobre nuestro país.
El diálogo es con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
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JAE: Comencemos repasando brevemente los elementos principales que hacen al desempeño reciente y a las perspectivas de la economía brasileña.
FLORENCIA CARRIQUIRY(FC):
La economía brasileña se encuentra realmente en una muy buena situación. Pese a la crisis internacional, evitó una recesión importante en 2009 (el Producto Bruto Interno (PBI) habría bajado 0,2% el año pasado) y estaría retomando un crecimiento fuerte este año, de aproximadamente 5%.
La administración Lula, en sus dos períodos, promediaría un crecimiento económico de 4% promedio anual, que es una tasa alta para la historia de Brasil.
Además, el crecimiento económico vino acompañado por una mejora significativa de los fundamentos macroeconómicos. Brasil consolidó una inflación baja (del orden de 4,5% anual), consolidó también un marco de mucha flexibilidad cambiaria que le ha permitido responder en forma adecuada a shocks externos como el del año pasado, y mantuvo un razonable superávit primario y una buena situación de financiamiento externo, con crecientes ingresos de inversión extranjera directa.
Todo esto es lo que está detrás de la confianza y del optimismo que hoy prevalece en los mercados en torno a Brasil.
Esto también se refleja en niveles de riesgo país muy bajos y en el hecho de que las tres principales agencias internacionales de calificación le han otorgado el grado inversor.
JAE: ¿Cómo impacta este buen desempeño brasileño en nuestro país?
FC: Brasil es muy importante para Uruguay desde varias perspectivas. En primer lugar, es un mercado clave para nuestras exportaciones, sobre todo en algunos productos como los lácteos, el arroz, la cebada malteada, por nombrar algunos ejemplos clásicos.
Si miramos la historia de nuestro intercambio comercial con Brasil, las exportaciones uruguayas al país vecino habían alcanzado niveles pico a finales de los años 90; luego cayeron fuertemente con el quiebre del Plan Real y durante la primera mitad de esta década se mantuvieron más o menos estables, en niveles bajos.
Sin embargo, en los últimos cuatro años, de fuerte crecimiento en Brasil y de buenos niveles de competitividad de Uruguay con el país vecino, nuestras ventas a Brasil mostraron un dinamismo muy marcado: pasaron desde menos de 500 millones de dólares en 2005 a más de 1.000 millones de dólares el año pasado, es decir que superamos por algo menos de 100 millones de dólares los anteriores valores pico de 1998.
JAE: Recuerdo que en aquel momento, en la década del 90, se hablaba de "Brasil-dependencia" por parte de Uruguay.
FC: Efectivamente.
JAE: Con esos montos que mencionabas, ¿qué participación alcanza Brasil en nuestras exportaciones hoy?
FC: Las exportaciones a Brasil superaron este año los niveles de 1998. Y en el mismo lapso las exportaciones totales de Uruguay subieron mucho más. En 1998 exportábamos un total de 2.800 millones de dólares aproximadamente y el año pasado exportamos unos 5.500 millones de dólares, o sea que las exportaciones totales se duplicaron en la última década.
Esto quiere decir que la participación de Brasil en nuestras exportaciones pasó de más de 30% a fines de los 90 a algo menos de 20% el año pasado.
JAE: ¿Cómo se interpreta esa baja de la participación de Brasil en nuestras ventas? Uno pensaría que con el Mercosur los países vecinos deberían haber ganado participación en la última década.
FC: Allí hay varios elementos. Por un lado, la participación de Brasil era excesiva en los años finales del Plan Real. La "Brasil-dependencia" se veía con preocupación, porque marcaba una vulnerabilidad importante de Uruguay y reflejaba una situación de competitividad muy pobre de nuestro país con el resto del mundo.
De hecho, con el casi 20% de participación actual, Brasil es igualmente el principal mercado para Uruguay.
De todas maneras, hay algún otro elemento que nos está marcando que el comercio con Brasil no ha registrado la expansión que uno podía esperar en un mercado integrado.
FC: ¿A qué te referís?
JAE: Si en vez de ver la importancia de Brasil en nuestras ventas, analizamos nuestra participación en las importaciones totales de Brasil, se observa que del total importado por Brasil, apenas algo más de 0,5% proviene de Uruguay. Esto es un nivel muy bajo en términos históricos. De hecho, nuestra importancia relativa como proveedor de Brasil ha permanecido en esos niveles reducidos, incluso pese a la expansión que registraron nuestras exportaciones a Brasil desde 2005.
JAE: Más allá de la importancia de Brasil en las importaciones, ¿qué otros impactos tiene Brasil en nuestra economía?
FC: Brasil tiene un creciente impacto en el sector turístico. El número de visitantes brasileños en la temporada de verano viene aumentando fuertemente en los últimos años. En el primer trimestre de 2002 llegaron a Uruguay unos 35.000 turistas de Brasil. Y en enero-marzo del año pasado vinieron más de 70.000. Eso porque estábamos en la fase más aguda de la crisis internacional, porque en 2008 habían venido más de 90.000 brasileños durante la temporada. En la misma línea, los datos parciales de estos primeros 15 días de 2010 hablan de que la llegada de brasileños sigue aumentando.
Además, el gasto per cápita de los turistas brasileños también crece año tras año. Todo eso implica más divisas para nuestro país. El gasto total de los turistas brasileños en Uruguay ascendió, en el primer trimestre de 2009, a unos 56 millones de dólares, monto cuatro veces mayor que el de la temporada de 2002, por ejemplo.
JAE: En los últimos años ha sido notorio también el crecimiento de las inversiones brasileñas en Uruguay. Por ejemplo, la compra de Saman por parte de Camil, las fuertes inversiones en la industria frigorífica, como Bertin-Friboi o Marfrig, que compró la curtiembre Zenda; en la construcción está la compra de Saccem...
FC: La importancia de Brasil como país de origen de inversiones en nuestro país ha crecido de forma notoria.
Los datos oficiales de Inversión Extranjera Directa por país de origen tienen bastante retraso: las últimas cifras corresponden a 2007, pero marcan un crecimiento extraordinario de las inversiones directas brasileñas en el correr de esta década. Las mismas pasaron de entre dos y tres millones de dólares en 2001-2002 a 85 millones de dólares en 2007. Y aunque no hay datos para 2008 y 2009, los montos habrían sido todavía superiores en los últimos dos años.
JAE: Frente todos estos elementos, y antes las buenas perspectivas que enfrenta Brasil, ¿podemos decir que el país norteño va a ser un motor importante para Uruguay en los próximos años?
FC: Es claro que un buen desempeño de la economía brasileña es una buena noticia para Uruguay, porque, por todas las razones que hemos comentado, el ciclo económico uruguayo está ligado en alguna medida al de Brasil.
El impacto que el crecimiento brasileño tenga sobre nuestro país en los próximos años va a depender también de cómo evolucione nuestra competitividad bilateral con Brasil.
En los últimos años mantuvimos, en general, niveles de competitividad elevados con el vecino país. Eso alentó las mayores exportaciones y la mayor llegada de turistas desde allí. Sin embargo, en estos últimos meses, nuestra competitividad con Brasil se ha deteriorado moderadamente. Hoy estamos con niveles de competitividad todavía razonables (en torno a la media histórica de largo plazo), pero habrá que ver como siguen evolucionando los mismos. Si siguieran deteriorándose, eso podría reducir, en alguna medida, los impactos del crecimiento brasileño sobre nuestra economía.