Nacional apuesta a un modelo europeo para "hacer feliz a la gente"
El presidente del Club Nacional de Fútbol, Ricardo Alarcón, afirmó a En Perspectiva que a través del programa Cultura Nacional, la institución intenta cambiar su imagen, porque "el objetivo del fútbol es hacer feliz a la gente, más que ganar", resaltó. En este sentido, dijo que Nacional "procura erradicar la violencia" en el deporte, lograr el tercer tiempo del rugby en el fútbol y eliminar los alambrados del Parque Central. "En Europa esto se está implementando", indicó Alarcón y añadió que sueña con techar el estadio albo. "El Parque Central tiene que ser una especie de Teatro Solís", expresó. En el plano de las contrataciones, Alarcón manifestó que hay que "empezar a romper la red que se teje de empresarios", tal como ocurrió con la concreción del pase a Holanda de Nicolás Lodeiro.
(Emitido a las 8.57 horas)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Hace una semana que se habla de la negociación histórica que permitió al futbolista Nicolás Lodeiro abandonar Nacional, el club que lo vio nacer, para ir a jugar al Ayax de Holanda.
Se considera histórica por dos razones: en primer lugar porque la venta de este juvenil le va a dejar a Nacional una cifra superior a los cinco millones de dólares, pero también porque fue llevada adelante por su presidente, Ricardo Alarcón, quien viajó a Holanda para negociar la transferencia directamente con las autoridades del club europeo, algo que no parece frecuente en momentos en que los contratistas son figuras centrales en los mercados de pases.
Pocas semanas después de ser reelecto presidente de Nacional por una abrumadora mayoría, Alarcón emprendió contactos con autoridades de clubes europeos, promoviendo una visión empresarial para Nacional y asumiendo otros modelos, otros ejemplos de países más desarrollados.
¿Es posible pensar en concretar en Uruguay un modelo al estilo europeo para manejar un club de fútbol? ¿Qué tienen que hacer los clubes para convertirse en empresas?
Sobre estos y otros temas vamos a conversar con Ricardo Alarcón, presidente del Club Nacional de Fútbol.
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JAE - Vamos a hablar de fútbol, pero fundamentalmente de este encare empresarial y de gestión. ¿Cuánto costó lo de Lodeiro? ¿Costó hacer el negocio?
RICARDO ALARCÓN (RA):
Sí, costó mucho. Yo escuchaba lo que tú comentabas, y quiero ser muy justo: Nacional ya había recorrido este camino en la presidencia de Eduardo Ache, con una venta muy importante, que fue la de Munúa a Deportivo La Coruña. Esta es una historia que cuesta mucho hacer, por lo tanto, a veces se empieza a recorrer un camino, y en la vida todo cuesta, entonces se tranca y se da marcha atrás, marcha adelante, marcha atrás y marcha adelante. Lo importante es la tendencia. Cuando tú subís una escalera de pronto subís tres escalones, bajás cuatro, pero otra vez volvés a subir. Ese es el camino que tienen que hacer las instituciones deportivas.
JAE - También en el caso de Arismendi hubo negociación directa.
RA - Sí, en ese caso yo viajé con el contador Roux y con un compañero, Santiago Baráibar, ex de la Directiva, pero gran dirigente de Nacional, que me acompañó ahora. En el caso de Nico Lodeiro tuve también el invalorable apoyo de Álex Saúl, integrante de la Comisión de Negociación y Contratos, que realizó una labor excepcional en el tema de la negociación.
JAE - ¿Por qué se dirigieron al fútbol holandés? Aparecieron ofertas de los clubes más diversos, de España, de Italia, de Inglaterra. ¿Por qué se focalizó el negocio en Holanda?
RA - Porque en este tema de las transacciones de jugadores hay todo un mundo de clientes y es muy difícil romper una red que se teje de empresarios, de representantes, de intermediarios. Entonces llega una inmensa cantidad de ofertas que uno tiene que descartar, pasar por un filtro y saber cuáles son serias, cuáles tienen algún viso de credibilidad y cuáles son inventadas por gente que quiere aprovechar el momento.
JAE - ¿En este caso hubo muchos? ¿Esta danza de nombres de clubes respondía a eso?
RA - Sin duda, porque si uno mira el mercado de los pases, prácticamente no hubo transacciones, porque el mundo se cayó, la crisis financiera afectó de manera diversa a distintas industrias, y la industria del espectáculo deportivo del fútbol fue una de las más afectadas.
JAE - Como dirigente de fútbol ¿tenía antecedentes, además del caso Arismendi, de negociar directamente con otro club por la venta de un jugador?
RA - No, no teníamos.
JAE - ¿Cómo es eso? En un pasaje del libro de Mario Bardanca sobre Francisco Casal, cuenta el empresario que en sus primeras transacciones en el fútbol italiano él no tenía dinero y se quedaba a vivir en una pensión, pero coordinaba y arreglaba reuniones con dirigentes de los clubes más poderosos en hoteles cinco estrellas, y la gran inversión era de repente una botella de vino de 400 dólares. Era aparentar. ¿Tuvo que hacer algo parecido?
RA - No, son otras épocas y otros actores. La transacción tuvo dificultades desde el arranque porque nosotros preguntamos cómo querían llevar adelante la negociación: si querían llevar una negociación de tipo tradicional, esa en la que uno ofrece cinco y el otro pide 20, entonces las partes se van acercando, unos van subiendo y otros van bajando, o si querían hacer una transacción de otra forma, marcando con seriedad las aspiraciones y encontrando un precio que fuera justo. La respuesta fue bien holandesa: "Queremos la última"; nosotros lo preveíamos. Pero creo que los holandeses no creyeron que nosotros tomáramos esto al pie de la letra, y cuando fijamos el precio de Lodeiro la gran dificultad fue que no nos movimos de ese precio.
JAE - ¿En qué momento Nacional entendió que debían ser sus dirigentes los negociadores directos de este pase?
RA - Eso no ocurrió, no hubo un día, una fecha; es algo que todos los clubes deportivos quieren hacer, pero no que sean los dirigentes los que efectúen las negociaciones, sino que lo que se pide es un intercambio más sano. Los intermediarios existen en toda actividad económica, no creo que los dueños de la radio sean los que salen a vender publicidad, sino que tienen sus funcionarios, sus vendedores, o hay intermediarios en el tema de la comunicación que hacen ese trabajo. Creo que la radio no estaría para nada de acuerdo si de pronto viniera un anunciante importante a promocionar, por ejemplo, este espacio periodístico, y resulta que lo que entra son 10 y después se entera de que el anunciante pagó 100. Eso no es una relación sana.
JAE - Siguiendo con el paralelismo, en su caso es como si el dueño de la radio hubiera salido a vender publicidad.
RA - Sí, porque uno tiene que empezar a romper estas barreras, que no son fáciles. Pero creo que la gente lo va entendiendo; los intermediarios se van dando cuenta de que los tiempos van cambiando.
JAE - Usted es un hombre de negocios: fue fundador de Credisol, fue presidente de Pluna en el segundo período de Sanguinetti y actualmente es responsable del proyecto La Ciudad de los Chicos, en Montevideo Shopping. Dice que le resultó difícil esta negociación... ¿es más difícil negociar el pase de un jugador de fútbol o negociar condiciones para desarrollar un emprendimiento comercial en un shopping de Montevideo?
RA - Son cosas diferentes. Negociar un pase es harto dificultoso, porque el fútbol tiene cosas que cualquier empresa común no tiene. Empezando por ustedes, los comunicadores, que necesitan atender la inquietud y la curiosidad de los hinchas, de los simpatizantes, de los fanáticos, que sienten cada una de estas actividades como que les arrancan un brazo o, al revés, de pronto se sienten muy bien cuando se incorpora algún jugador. Dirigir una institución de esta naturaleza, que tiene el ingrediente de la pasión y, además, gran exposición pública, hace que uno sea permanentemente juzgado.
Además, en las transacciones de cualquier actividad se necesita la mínima reserva; no quiero ser soberbio, pero supongamos que mi experiencia en Holanda haya causado cierta inquietud y hubiera dos programas periodísticos que me quisieran entrevistar esta mañana, y supongamos que se hace el anuncio y otro programa periodístico trata de adelantarse para que yo no venga a esta radio y vaya a otra. Esas cosas lo pongo por el absurdo para que la gente comprenda dificultan todas las negociaciones. Si nosotros decimos "nos interesa un jugador" y sale publicado en la prensa, el precio de ese jugador sube.
JAE - Eso pasa en todos los órdenes de la economía.
RA - Exactamente.
JAE - ¿Cuánto le quedó a Nacional por este pase?
RA - Calculo que le va a quedar arriba de cuatro millones de dólares.
JAE - ¿Libres?
RA - Sí.
JAE - Hablando en plata, ¿cuánto estima que podría haber quedado si esta negociación la hubiera llevado adelante un contratista en vez del presidente?
RA - A lo mejor, menos de la mitad.
JAE - ¿Menos de la mitad?
RA - Sí; ese es el estilo de lo que ocurre. Pero no es que yo lo haya llevado adelante, es que cuando hicimos esta negociación marcamos los puntos en otro mecanismo; dijimos: "Estamos dispuestos a pagar un porcentaje de no más de 10% de intermediación". Y logramos que participara gente para generar este encuentro entre las instituciones, se lo planteamos a las dos instituciones holandesas que se mostraron interesadas en Lodeiro, y por suerte pudimos concretarlo.
JAE - No hay que olvidar que la situación de Lodeiro y de otros jugadores entraron en una polémica dura cuando un grupo inversor, el BBC Sports, en el que estaba involucrada Susana Jiménez, quien entró en la negociación, puso plata en su momento y hubo denuncias cruzadas sobre el origen de esa plata. Ese grupo inversor participó, participa; ¿cómo es la situación?, ¿en qué queda ese grupo inversor con Susana Jiménez o Jorge Rama a la luz de este resultado, de esta negociación y esta venta?
RA - No tuvieron ninguna participación...
JAE - ...No en la negociación.
RA - En absoluto; lo digo con profundo respeto. Nosotros no vendimos una parte de los jugadores, vendimos un derecho futuro que Nacional iba a recibir de cedérselo al inversor. Tangibilizamos ese derecho futuro en el nombre de determinados jugadores. Perfectamente bien podríamos haber hecho algo similar con la venta de una casa. Es decir, compramos una casa y decimos: "Cuando la vendamos, del resultado de esa venta vamos a ceder un determinado porcentaje a quien nos prestó la plata para construirla".
JAE - Entonces este grupo inversor se lleva una parte del negocio.
RA - Sí, por supuesto...
JAE - ...¿Cuánto se lleva?
RA - El 25%. Es parte de la arquitectura financiera que cualquier empresa o cualquier institución debe realizar.
Pongo un caso del que no se habla y nos felicitamos de haberlo hecho: la construcción de los palcos del Parque Central. Arrendamos 26 palcos hace cerca de cinco años por un valor que en ese momento fue espectacular y hoy es irrisorio. Hubo gente que compró a 26.000 dólares palcos en el Parque Central por 15 años. Hoy, esa cifra la estamos negociando, con palcos muy mal ubicados con relación a los primeros, porque están en la bandeja superior y, además, del lado de las cabeceras; en 50.000 dólares, al doble. Gracias a que tuvimos gente que nos apoyó en esa primera etapa, hoy tenemos palcos al doble de valor no ubicados en un lugar preferencial...
JAE - ...En este caso, el aporte del un millón y medio de dólares...
RA - ...nos permitió alcanzar este tipo de negociaciones. ¿Sabe cuánto salen los palcos en Turquía, en el club Fenerbahçe, donde estuve después de la venta de Nico en Holanda? Doscientos cincuenta mil euros anuales.
JAE - Casi 400.000 dólares.
RA - Cada palco, y también tienen 60; saquemos la cuenta de lo que significa eso como ingreso.
JAE - Nos consta que para usted los palcos y el Parque Central tienen bastante importancia en el esquema empresarial general. Pero para cerrar el tema contratistas, usted dice que este es un elemento distinto, pero los contratistas siguen existiendo, de hecho en este caso participaron también.
RA - Sí, y llevan una comisión de 10%. No los contratistas, es una comisión de intermediación, porque cuando uno compra o vende una casa hay un intermediario. Para poner un ejemplo más fuerte: yo no voy a comprar papas al productor, las compro en el supermercado o en el almacén del barrio, que también es un intermediario. No podemos desconocer eso. No estamos en contra de los intermediarios, a veces se confunde y la gente dice: "Alarcón no quiere hacer negocios con los intermediarios", pero es al revés, queremos hacer negocios. Hubo ventas en que no hicimos negocio porque el precio fue impuesto, no fue negociado: vino un intermediario e impuso el precio de un jugador.
JAE - Ahí estamos ante aquello de qué está primero, si el huevo o la gallina. Muchos dicen que el fútbol uruguayo no tiene un buen panorama porque los clubes son pobres, dependen de los contratistas y a la hora de vender un jugador no tienen peso.
RA - Eso es lo que digo: queremos hacer negocios, pero no hacíamos negocios porque negociar es ponerse de acuerdo en el valor de un jugador. Cuando venía un empresario y decía "este jugador vale 10", los clubes no negociaban, tenían que aceptar el precio impuesto por el intermediario. Nosotros decimos que las negociaciones tienen que ser justas y, por lo tanto, hay que negociar los valores.
JAE - Tengo dos preguntas de la audiencia. Sergio dice: "Si mal no recuerdo, este camino lo intentó Restuccia en los 70 y finalmente terminó aceptando a los contratistas".
RA - Es lo que estoy diciendo. No es que los intermediarios no deban existir, el tema es que tienen que cobrar lo razonable por esa tarea de intermediación. Algunos intermediarios se transformaron en inversores. Hay inmobiliarias cuya función es acercar las partes, un propietario que quiere vender y un individuo que quiere comprar; y hay otras inmobiliarias que consiguen capitales y hacen un edificio, entonces, además, de intermediar en la compra y venta también son inversores en la propiedad de un determinado inmueble. Hay contratistas que intervienen entre la compra y la venta de jugadores entre los clubes, o que invierten, como la inmobiliaria, y compran parte de la ficha de un jugador.
JAE - Es un asunto que ha generado mucha polémica. Un socio de Nacional le pregunta acerca de las acusaciones de Hugo de León cuando criticó su gestión por los porcentajes a percibir por los contratistas. Quiere su visión a propósito de esto que se planteó en la campaña.
RA - Hugo de León tomó nuestras palabras, nosotros siempre opinamos de esa manera. Lo único que ocurrió fue que en un programa de televisión estaba Hugo de León al lado de un reconocido contratista, habló de lo que debían cobrar los intermediarios y el contratista no abrió la boca. Como ese contratista representa a jugadores en el Club Nacional de Fútbol, cuando llegue el momento de vender esos jugadores le vamos a pedir a De León que participe, así logramos que eso que pregonó se cumpla en todos los aspectos.
JAE - ¿Qué jugadores son?
RA - No quisiera entrar en una polémica, pero son jugadores conocidos, a los que representa un grupo empresarial en el Club Nacional de Fútbol. Eso me molestó mucho, porque hablar es fácil, lo importante es llevar las cosas adelante. Es la diferencia que existe entre los seres humanos. La diferencia entre los seres humanos no está en las ideas, sino en su capacidad de realizarlas. Entonces, cualquiera puede decir fácilmente que "un contratista no puede cobrar más de tanto"; tratá de que eso ocurra.
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JAE - ¿Qué modelo lo seduce más? ¿Qué modelo de gestión de club lo inspira para seguir?
RA - Estamos tratando de construir esto, porque los modelos se tienen que adaptar a las realidades. Acá nos peleamos entre Nacional y Peñarol por quién tiene más hinchas, pero vamos a ser claros, si tenemos un país de tres millones y algo de habitantes, podríamos pensar que el 80% de los uruguayos es simpatizante de una de las instituciones grandes. De ese 80% sobre tres millones; unos 2.400.000 habitantes una mitad es de Nacional y la otra de Peñarol; estamos hablando de 1.200.000 personas. Es la mitad de un barrio de San Pablo.
JAE - ¿Entonces?
RA - Es muy difícil, tenemos que tener claras algunas cosas. Cuando Nacional y Peñarol llegaban y salían campeones de la Copa Libertades iba un equipo representando a cada país, después fueron dos equipos, y hoy por Brasil van siete u ocho equipos, y por Argentina cinco o seis, lo mismo que de México. Por Uruguay van dos (más el equipo que juega la pre-Libertadores). Entonces, es mucho más arduo que un club uruguayo llegue a ganar la Copa Libertadores. El fútbol ha cambiado: hoy es un negocio, un espectáculo y tienen privilegio los clubes que atienden un mercado más amplio...
JAE - ...Usted piensa en hinchas en términos de mercado. Piensa en estos 1.200.000 en términos de socios.
RA - No, en términos de mercado. A ver si soy claro: una gran marca que se acerca al fútbol porque entiende que apoyar al deporte tiene temas muy importantes, porque tiene un gran ídolo... Por ejemplo, Michael Jordan tenía una marca de ropa deportiva y calzado muy conocida; creo que el eslogan era "lets do it".
JAE - De Nike.
RA - ¿Qué hace Nike? Utiliza el ícono de un deportista muy reconocido que evidentemente tiene cientos de millones de fans atrás...
JAE - ...¿Y cómo hace Nacional para, sin llegar a esas cifras, avanzar en esa dirección?
RA - Tratar de cambiar la imagen de un club en Uruguay. En primera instancia, todos aquellos a quienes nos gusta el fútbol tenemos que ser conscientes de que el objetivo del fútbol, más que ganar, es hacer feliz a la gente. Y hacer feliz a la gente no pasa solo por el triunfo, sino por un clima, un estado de ánimo que hace que la gente se sienta contenta de ser simpatizante de un club de fútbol, se gane o se pierda en la cancha. Porque ganar o perder son accidentes, por suerte también se pierde, porque si siempre se ganara, ¡qué aburrido sería!
JAE - Hay ciclos, creo que hay hinchas de Peñarol que no están muy felices con lo que usted dice.
RA - Yo veo chicos caminando por la calle con la camiseta de Peñarol, soy fanático de Nacional y presidente de Nacional y los respeto profundamente... Qué sentimiento profundo. Lo mismo ocurrió con los hinchas de Nacional cuando tuvimos una serie de derrotas muy fuertes. Porque hay un sentimiento que va más allá de si hoy ganamos o perdemos. Y Nacional, en alguna medida, ha querido sintetizar esto en el programa Cultura Nacional.
Cultura Nacional es un enfoque diferente de ver esto, tratamos de tangibilizar este sentimiento en esas dos palabras. Eso tiene una fuerte incidencia en los simpatizantes, en los hinchas, en los socios, en los funcionarios, en los jugadores, en los técnicos y también en los comunicadores.
Entonces estamos procurando primero erradicar la violencia; no hay clubes que salgan adelante si son incitadores de la violencia.
JAE - Nacional tuvo problemas el otro año en Jardines del Hipódromo, en aquel partido que derivó en la quita de tres puntos en el campeonato pasado.
RA - Ese fue el punto de inflexión; Nacional ha hecho una fuerte inversión en el combate a la violencia. El año pasado hicimos una jornada de todo el día en el Aula Magna de la Universidad Católica, en la que intervinieron panelistas muy destacados y de distintos orígenes. Y después hicimos talleres sobre la violencia a internos en el club...
JAE - ...¿Sigue soñando con la idea de un Parque Central sin rejas, sin alambrados?
RA - Sí, sin duda, es el gran objetivo.
JAE - ¿En qué plazo? ¿Cuándo cree que la sociedad o los hinchas de Nacional estarán maduros como para dar ese paso?
RA - No sólo los hinchas de Nacional, porque Nacional no juega contra Nacional, siempre juega contra otros equipos. Es un tema de madurez de la sociedad uruguaya.
¿Qué es una cancha de fútbol? Es como un teatro: cuando uno va a un teatro y ve la obra, ve a los actores en el escenario y no se le ocurre tirarles el envase de una botella de agua o insultar a los que cantan y demás.
JAE - ¿Tiene fecha, tiene algún objetivo?
RA - Yo quisiera alcanzarlo rápidamente. Estoy hablando de los próximos tres años, quisiera hacerlo en mi ejercicio, por supuesto, pero esto requiere algunos pasos. Por ejemplo, discutir el tema del tercer tiempo (del rugby) es un paso previo. Son cosas muy importantes.
¿Cómo un deporte de mucha más fricción que el fútbol tiene la capacidad de tener después un tercer tiempo? Sin llegar al extremo, para el que todavía va a faltar más, en que el club perdedor ponga una doble fila y aplauda al equipo que ganó. Eso lo hace el rugby. Entonces, ¿cómo es posible que en el rugby pueda haber un tercer tiempo y en el fútbol no? En Europa esto se está implementando. ¿Por qué no intentarlo en Uruguay?
JAE - El Parque Central ha sido objeto de ampliaciones, ahora se está por terminar la tribuna Atilio García, que es la más importante. ¿Cómo siguen las obras?
RA - Tenemos que tener no solamente un estadio con un césped fantástico, tenemos que tener una especie de Teatro Solís; el Parque Central tiene que ser algo así: tiene que tener alegría, la gente tiene que seguir yendo feliz de ir con la familia, pero además tiene que disfrutar la estadía en el Parque. En Europa, un espectáculo no solamente es el partido de fútbol, sino también lo es el después de que termina el partido, en cada palco. En Holanda, prácticamente los palcos son pubs, y la gente canta, los amigos charlan, bailan. Esto deberíamos hacerlo en el Parque.
JAE - ¿Con tribunas?
RA - Por supuesto, mi sueño pasa por llegar a techar el parque. Nacional tiene que tener un Parque techado; no sé si lo podremos hacer en estos tres años, pero el objetivo está marcado. Tenemos que terminar de hacer las dos tribunas de las cabeceras que dan a Jaime Cibils, la tribuna Héctor Scarone, tenemos que hacer allí dos bandejas; tenemos que hacer la segunda bandeja de la tribuna Abdón Porte, que es la cabecera que da a la cancha de tenis; tenemos que terminar de unir esas tribunas con la tribuna Atilio García, que vendría a ser la Olímpica del Parque Central. De esa manera tendríamos cerrado el parque y la última etapa sería techarlo.
JAE - Me quedo con dos mensajes. Uno dice: "Yo soy un manya, lo felicito por defender los intereses de su club y el fútbol en general, a usted y otros presidentes de cuadros chicos". Y Juan dice: "Alarcón, el discurso de los dirigentes me parece contradictorio, dijeron que íbamos a pelear la Copa (Libertadores), pero vendieron a nuestro mejor jugador".
RA - Sí, yo como hincha opino exactamente igual que Juan. Pero Nico quería irse y tenemos que entenderlo.
JAE - Y se necesitaba el dinero.
RA - Hay que administrar y pagar.
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JAE - ¿Ha pensado dedicarse a la política? ¿Ha recibido contactos de diferentes sectores políticos? Pienso en los casos de Berlusconi con el Milan de Italia, Piñera con el Colo-Colo de Chile, Macri con Boca, Cataldi e incluso Damiani y su actividad política acá.
RA - No, yo milité toda mi vida, como estudiante, fui dirigente estudiantil, milité en la Asociación de Bancarios, fui dirigente del banco donde trabajaba; luché contra la dictadura. Después hice militancia como empresario integrando varias cámaras.
JAE - ¿Militó políticamente? ¿Hizo política partidaria?
RA - No, política partidaria no; ideológicamente sí. Creo que los seres humanos tenemos que tener una profunda participación política. No hago política partidaria, la hago pero en silencio, y la seguiré haciendo de manera silenciosa. Creo que lo que estoy haciendo es una forma de militar, porque dirigir un club de fútbol como Nacional y luchar para que sea mejor y tratar de impulsar valores como lo de Cultura Nacional es, en alguna medida, luchar para mejorar la calidad de los uruguayos, mejorar aspectos como el respeto, la tolerancia, saber que no todos opinamos de la misma manera, combatir la violencia, la droga: luchar por los grandes valores del deporte. Eso es una forma de militar. Y a esta altura de mi vida quizá sea mi último lugar de militancia humana.
JAE - ¿El fútbol?
RA - El fútbol.
JAE - ¿Cómo es su día? Cuando se encuentra con un hincha de Peñarol, ¿cómo lo recibe?
RA - Tengo profundo respeto. Primero, tengo un gran cariño por los hinchas de Nacional.
JAE - ¿Y la gente hacia usted? ¿De Peñarol, por ejemplo?
RA - Tenemos un profundo respeto, por lo que estoy diciendo. Yo adoro, amo y soy fanático de Nacional, pero mi hermano es fanático de Peñarol. Y fui al fútbol toda mi vida y todos mis hermanos son hinchas de Peñarol.
JAE - La oveja negra...
RA - ...Siempre me dicen: "No entendemos, fijate lo que nos estás haciendo sufrir". Pero el gran tema, de lo que estoy muy orgulloso, es que yo soy hincha de Nacional no por herencia, sino por elección, por libre albedrío. Con mi primer sueldo, mi mayor orgullo fue cuando fui a la sede, me hice socio y pagué mi cuota social.
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Transcripción: María Lila Ltaif