La economía de EEUU registró un fuerte crecimiento en el cuarto trimestre de 2009
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte
(emitido a las 8:39 hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La semana pasada se produjeron varios hechos relevantes en la economía de Estados Unidos. Por un lado, se supo que la actividad económica en ese país subió un inesperado 5,7% (en términos anuales) en el cuatro trimestre de 2009. Por otro lado, la Reserva Federal volvió a mantener las tasas de interés en los niveles mínimos actuales (de 0% a 0,25%). Un día después, el Senado de ese país confirmó por cuatro años más, pero en medio de fuertes críticas, a Ben Bernanke al frente de la institución.
Son varios hechos relevantes en la primera economía del mundo. Por eso, enseguida abordamos estos temas en diálogo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
¿Cómo se analizan los datos de crecimiento económico del cuarto trimestre? El PIB creció 5,7%, bastante más que lo que preveían los analistas. ¿Es así?
PABLO ROSSELLI (PR):
Sí. El dato sorprendió por lo bueno. Según una encuesta de Bloomberg, la media de los analistas esperaba una de suba de 4,7%, fuerte pero menor al 5,7% anual que se publicó y que fue la mayor suba en un trimestre desde 2003.
Con este dato tenemos dos subas trimestrales consecutivas (porque el PIB había subido 2,2% en el tercer trimestre). Entonces, según el criterio más usual, con dos subas consecutivas del PIB podemos decir que Estados Unidos dejó atrás la fase de recesión y que ha comenzado una fase de recuperación.
JAE: A pesar de esta recuperación que empezó a mediados de año, en la medida usual de promedios anuales el PIB bajó el año pasado un 2,4%, eso marca que la recesión fue muy dura.
PR: Es cierto. El PIB cayó muy fuerte en la segunda mitad de 2008 y eso dejó ya un efecto arrastre negativo para 2009. Luego, en el primero y segundo trimestre de 2009 el PIB siguió cayendo y entonces la medida en promedios anuales arrojó ese descenso que tú marcabas, que es el más fuerte desde 1946.
En definitiva, el dato anual no hace más que marcar la severidad de la recesión y es un indicador, entre varios, que también llama a la cautela en el análisis de los últimos datos y en la consideración de las perspectivas para los próximos meses.
JAE: ¿Por qué?
PR: Por varias razones. Por un lado, aunque bienvenida, la suba del PIB del cuarto trimestre tiene un efecto de rebote que no puede analizarse sin considerar la magnitud de las caídas que se observaron hasta mediados del año pasado. De hecho, de esa suba de 5,7%, 3,4% obedece a una recomposición de inventarios ya que las empresas reconstruyeron stocks luego de la caída muy fuerte que mostraron los inventarios entre la segunda mitad de 2008 y la primera mitad del año pasado.
En segundo lugar, en la recuperación del cuarto trimestre también hay un efecto de los estímulos fiscales, que en los próximos trimestres perderán fuerza. Con el desempleo en torno de 10%, las perspectivas son de que el consumo privado no mostrará un crecimiento demasiado importante. En el cuarto trimestre subió a un ritmo de 2% en términos anuales, mostrando cierto freno en relación al 2,8% del tercer trimestre (cuando se recogía el mayor impacto del programa de incentivos para el recambio de autos usados por unidades cero kilómetro).
JAE: ¿Cómo son las perspectivas para este año? Te lo pregunto porque en el Foro Económico Mundial de Davos analistas prestigiosos como Nouriel Rubini (que en 2007 predijo la crisis financiera) o el asesor de la Casa Blanca Lawrence Summers, advirtieron sobre las pobres perspectivas que enfrenta Estados Unidos y sobre los riesgos de que las medidas de estímulo se retiren demasiado rápido.
PR: Los datos del cuarto trimestre confirmaron que las medidas de política económica adoptadas (rebaja de tasas de interés, expansión monetaria y política fiscal expansiva) tuvieron un primer éxito en detener la caída acelerada que mostraba la economía hasta mediados del año pasado y permiten pensar que este año la economía volverá a mostrar una expansión. Los analistas piensan que el PIB crecerá entre 2,5% y 3% en 2010. El FMI proyecta un 2,7%.
Se trata de una cifra razonable pero hay que tener presente que viene luego de una caída de la actividad sin antecedentes en varias décadas.
El desempleo en 10% se encuentra en los niveles más altos desde 1983. Eso pauta un panorama de crecimiento muy moderado del consumo privado. Desde la perspectiva política, el clima de opinión pública probablemente no recogerá por varios meses un sentimiento generalizado de mejora. De hecho, las expectativas de los consumidores repuntaron en los últimos meses pero todavía están en niveles bajos en términos históricos (como en la recesión del año 90). Desde esa perspectiva, Roubini decía en Davos que la recuperación se seguirá sintiendo por un tiempo como recesión. A su vez, como hay mucha capacidad ociosa en la industria y el comercio, las perspectivas de inversión privada también son modestas.
JAE: Ante ese panorama, ¿cómo analizaron la decisión de la Fed de no subir sus tasas de interés? En principio, la decisión va en la línea de no apurar un apriete monetario antes de tiempo, atendiendo de algún modo la advertencia que hacen Summers, Roubini y otros analistas.
PR: Sí, la clave de todo esto es cuándo empezar a aplicar políticas más contractivas; hacerlo demasiado pronto puede volver a llevar a la economía a una recesión, y demorar demasiado también puede tener efectos negativos en las expectativas. La Fed volvió a mantener las tasas de interés en ese rango mínimo que va de 0% a 0,25% anual para la tasa de los fondos federales (la tasa para préstamos entre bancos a un día de plazo).
Nadie esperaba otra cosa. Lo relevante en todo caso estaba en los mensajes que emitiría la Fed en su comunicado. En ese sentido, la Fed señaló por primera vez que la economía se encuentra en una fase de recuperación y volvió a sostener que se mantendrán tasas bajas por un "período prolongado". Aunque sólo parezca una frase, esa referencia a que las tasas se mantendrán bajas por un tiempo largo es clave para disipar los temores de un apriete monetario demasiado pronto. Sin embargo, esta vez hubo dentro del comité de operaciones de mercado abierto una voz disidente. El presidente de la Reserva Federal de Kansas, Thomas Hoenig, señaló que las tasas de interés podrían tener que subir en un horizonte no tan lejano para atender el cambio de contexto económico y para cuidar la inflación. Eso marca que se comienza a observar cierto nivel de disenso, pero en principio pensamos que las tasas de interés seguirán siendo muy bajas por bastante tiempo.
JAE: ¿Cuándo podría comenzar la Fed a subir sus tasas de interés?
PR: Los mercados transan los futuros de la tasa de los fondos federales en niveles de 0,5% anual para fines de este año. Es decir que contemplan a lo sumo una suba de cuarto punto para la segunda mitad del año. Seguiremos teniendo entonces una política monetaria muy expansiva en Estados Unidos aunque la Fed sí anunció que completará su programa de compra de activos respaldados por créditos hipotecarios a la brevedad (dando a entender que la política de expansión monetaria basada en la compra de activos sí está por llegar a su fin).
JAE: Para terminar, ¿cómo vieron el episodio de reelección de Ben Bernanke al frente de la Fed? Tuvo la mayor oposición en décadas.
PR: Es verdad, Bernanke fue confirmado en su cargo en una votación 70 a 30. Es la designación con más oposición desde que en 1978 se comenzó a designar al presidente de la Fed con venia del Senado.
JAE: ¿Y cuáles son las críticas que recibió Bernanke?
PR: Recibió críticas desde varios frentes. Inevitablemente ante crisis financieras como las que vivió Estados Unidos surgen críticas a los apoyos al sistema bancario que se debieron implementar con fondos de los contribuyentes, críticas a que el dinero de los contribuyentes haya terminado ayudando a inversores y funcionarios bancarios de alto poder adquisitivo. La Reserva Federal fue un actor clave en el diseño e implementación de esas políticas. Además, en tanto regulador del sistema bancario, Bernanke recibió críticas por no haber evitado la crisis en los bancos (porque la regulación falló en evitar un aumento desmedido del crédito). También se le ha criticado por haber mantenido en los años previos una política monetaria muy expansiva que habría contribuido a la formación de la burbuja crediticia.
Más allá de la pertinencia o no de esas críticas, también es cierto que a Bernanke se le ha reconocido la celeridad con que actuó para detener la crisis una vez que esta estalló. La política monetaria decididamente expansiva fue clave para detener la recesión a mediados de 2009. Esos elementos y la necesidad de dar previsibilidad seguramente jugaron a favor de su confirmación por otros cuatro años.
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