Análisis Económico

La inflación de enero fue de 0,9% y se ubicó en la medición anual apenas por encima de 6%

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte


(emitido a las 8.39 hs.)

EMILIANO COTELO (EC):
El Instituto Nacional de Estadísticas informó la semana pasada que los precios minoristas aumentaron 0,93% en enero. Con ese registro, la inflación anual quedó apenas por encima de 6%, ubicándose ya por quinto mes consecutivo dentro del rango meta del Banco Central, que va de 3% a 7%.

Sin embargo, el dato fue superior a lo que marcaba la encuesta de expectativas del Banco Central. ¿A qué se debió esa diferencia? ¿Están resurgiendo las presiones inflacionarias? ¿Cuáles son las perspectivas en materia de precios para este año? Con todas estas preguntas sobre la mesa, en seguida conversamos con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


La inflación de enero, de 0,9%, estuvo algo por encima de lo que esperaban los analistas de acuerdo a la última encuesta de expectativas, que marcaba una mediana de 0,6%. ¿Cómo vieron ustedes este dato?


FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Efectivamente, la mayoría de los analistas que respondemos la encuesta de expectativas del Banco Central estábamos aguardando un registro algo menor de inflación en enero.

En nuestro caso, en particular, nuestras proyecciones apuntaban a una inflación de 0,6% en enero, coincidente con la mediana de la encuesta.

Esa diferencia entre el 0,6% que proyectábamos y el 0,9% divulgado por el INE se explicó básicamente por algunos factores puntuales, como el ajuste de la cuota mutual de enero (que nosotros lo estábamos contemplando recién en febrero) y el significativo aumento de los precios de las frutas y verduras, que subieron casi 4%, más de lo que nosotros teníamos incorporado en nuestras proyecciones.

En ese sentido, en la medida en que se trata de elementos que no deberían repetirse, el dato de enero no debe interpretarse, a nuestro juicio, como una señal de resurgimiento de mayores presiones inflacionarias por el momento. De hecho, la inflación subyacente fue menor a la que estábamos previendo.


EC: Otras veces lo han explicado en este espacio, pero no está de más repasar qué quiere decir eso de "inflación subyacente".


FC: Claro. En nuestras estimaciones, nosotros consideramos como inflación subyacente a la evolución de los precios de la canasta del IPC sin frutas y verduras y sin artículos cuyos precios son administrados por el gobierno (que son esencialmente las tarifas públicas pero también otros precios regulados, como la cuota mutual por ejemplo).

La idea es excluir frutas y verduras porque tienden a ser muy volátiles mes a mes y también los precios donde hay una discrecionalidad importante del Poder Ejecutivo, para quedarnos con un indicador más depurado de lo que son las presiones inflacionarias más persistentes o, en otros términos, la "tendencia" inflacionaria.


EC: ¿Y qué marcó ese indicador? Recién decías que la inflación subyacente fue menor a la que estaban esperando.


FC: En enero ese indicador tuvo un aumento de 0,7%, un registro mayor al de los cuatro o cinco meses previos pero efectivamente menor al que nosotros estábamos esperando. Nuestras proyecciones apuntaban a una inflación subyacente más cercana a 1%, teniendo en cuenta que en el mes de enero se otorgan los aumentos salariales y eso repercute en aumentos de varios precios.

Con el 0,7% de enero, en los últimos 12 meses la inflación subyacente se ubicó en 5,7%, permaneciendo así por cuarto mes consecutivo dentro del rango objetivo del Banco Central.

Después de haber tenido en 2008 niveles de inflación subyacente de más de 10%, estos registros de menos de 6% son a nuestro juicio una señal clara de que las presiones inflacionarias en nuestro país han cedido notoriamente.


EC: ¿Cuáles son los componentes de la canasta del IPC que están explicando este descenso de la inflación?


FC: La desinflación es notoria en los precios de bienes transables (es decir aquellos bienes que se exportan o se importan) y eso obedece a dos factores. En primer lugar a la baja del tipo de cambio. Como comentamos otras veces los precios de los bienes que se comercian internacionalmente (medidos en una misma referencia como el dólar) tienden a ser similares en todo el mundo. Por eso, al caer el valor del dólar, estos precios disminuyen medidos en pesos.

Pero en segundo lugar la menor inflación "transable" también tiene que ver con la baja que registraron los alimentos en los mercados internacionales desde finales de 2008. Los números son bastante elocuentes. el precio promedio de los alimentos que forman parte de la canasta del IPC crecía a un ritmo de entre 15% y 20% anual hasta setiembre de 2008 y en 2009 subieron menos de 5%. En la medición a enero marcó una suba algo mayor, de 6,3%, pero en lo esencial no revierte estas conclusiones.


EC: Y más allá de las menores presiones inflacionarias desde el lado de los alimentos, ¿qué sucede con otros componentes del IPC?


FC: - En general el otro componente central del IPC, los llamados precios "no transables" (que se fijan por el juego entre oferta y demanda local y no en función de referencias internacionales porque justamente no hay comercio) también han registrado cierta moderación en el ritmo de suba en los últimos meses. De todas maneras, la inflación no transable se mantiene muy cerca del 9% en términos anuales y es hoy el principal componente de la inflación total.  


EC: Para terminar, ¿cuáles son las perspectivas para los próximos meses en materia de precios?


FC: Nuestras proyecciones contemplan niveles de inflación relativamente reducidos en los próximos meses, con lo cual la inflación cerraría 2010 ligeramente por debajo de 6% nuevamente.

De verificarse estas proyecciones, tendríamos a la inflación cerrando por segundo año consecutivo dentro del rango objetivo del Banco Central, después de tres años de incumplimiento de esa meta.

Sin embargo, a nuestro juicio hay algunos factores de riesgo que pueden alentar mayores niveles de inflación en los próximos meses.


EC: ¿A qué te referís?


FC: A lo siguiente. Por un lado, con la economía recuperándose, el desempleo en mínimos históricos y los salarios subiendo significativamente, hay algún riesgo de que los precios terminen subiendo más de lo que hoy estamos contemplando por presiones de demanda doméstica. Según ha trascendido, los ajustes promovidos por los Consejos de Salarios volverían a ser significativos este año. Nuestras estimaciones apuntan a una suba del salario real de 5% en el promedio de 2010, que es menor a la de 2009 (cuando subieron más de 7%) pero igualmente resulta un aumento fuerte, que puede generar mayores presiones inflacionarias tanto desde el lado de los costos como desde el lado de la demanda, si se sobrecalienta la economía.

En ese marco, además, la importante flexibilización monetaria dispuesta por el Banco Central en diciembre, bajando la tasa de interés desde 8,75% a 6,25%, puede incidir en el mismo sentido.

Y, por otro lado, el otro elemento de riesgo tiene que ver con el tipo de cambio. En las últimas semanas se está observando en el mundo un fortalecimiento del dólar frente a varias monedas como el euro y el real por mencionar algunos ejemplos relevantes para Uruguay. Por el momento eso no se tradujo en subas importantes del dólar en nuestro país (salvo el aumento del viernes) pero habrá que ver si estas tendencias se mantienen en los próximos meses. Si el tipo de cambio comenzara a subir en nuestro país eso podría implicar una mayor inflación, aunque eso dependería de los motivos detrás de ese aumento del tipo de cambio.

EC: ¿Por qué decís eso?


FC: Porque la suba del tipo de cambio puede obedecer a distintos elementos. Si se da como respuesta a una deflación mundial con caídas de commodities, la baja de los precios internacionales contrarrestaría el efecto de la suba del tipo de cambio sobre la inflación.   

Si en cambio el aumento del dólar obedece a un cambio de portafolios de los inversores, que se traduce en una salida de capitales de nuestro país, esto sí podría implicar mayores aumentos de los precios transables y por esa vía mayores niveles de inflación de lo que hoy estamos contemplando.


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