El cambio climático en Uruguay
Se desarrollan en todo el mundo conferencias y encuentros sobre el cambio climático. Análisis de PricewaterhouseCoopers.
En Uruguay también se han dado iniciativas para sensibilizar a los actores e incorporar este tema en la agenda. En este marco, las últimas jornadas académicas de la Unión de Exportadores del Uruguay incluyeron una presentación sobre este tema.
Virginia Ruglio - Mucho se escucha de cambio climático, pero más en un tono de disertación que de acuerdos o compromisos ¿es así?
Mercedes Comas - Bueno, es que las últimas reuniones oficiales han sido bastante desalentadoras. Puntualmente Copenhague -que fue la última conferencia internacional sobre cambio climático- desencadenó un descontento bastante generalizado, sobre todo porque no se pudieron marcar los principales lineamientos de cara al fin de la vigencia del Protocolo de Kyoto.
VR - ¿En qué consiste el protocolo de Kyoto?
MC - Es un acuerdo que se firmó en 1997 con el objetivo de reducir las emisiones de gases con efecto invernadero al menos en un 5% a nivel global entre 2008 y 2012. Actualmente es el único marco multilateral de referencia y se prevé sea suplantado por otro acuerdo, en el marco de la reunión que se celebre a fines de este año en Cancún.
Sin embargo, aún hay mucha desconfianza sobre el alcance que podría tener, sobre todo por los desacuerdos que hay entre China y Estados Unidos, los países que hoy en día contaminan más.
VR - Y desde Uruguay ¿Cómo se analiza esto?
MC - Más allá de tener una contribución relativamente despreciable en comparación con los países industriales, es un tema en el que todos los países tarde o temprano van a tener que involucrarse. Si bien el 75% del total de emisiones desde 1850 ha sido generado por sólo 18 países, los efectos del calentamiento global sí son compartidos por todos.
VR - ¿Y cuál podría ser el potencial efecto en la economía uruguaya?
MC - En la presentación que se hizo de este tema en las últimas jornadas académicas de la Unión de Exportadores, los expositores plantearon varios canales por medio de los cuales este tema podría impactar en el desempeño económico.
Uno de estos canales es el de la regulación, es decir, las normativas que se están implementando que, por ejemplo, pueden afectar el comercio.
Otro canal es el de los cambios en la demanda generada por nuevos patrones de comportamiento de los consumidores, que cada vez están más interiorizados con el tema y podrían gradualmente exigir certificaciones de procesos de elaboración de productos carbono-neutrales, o al menos que lleven el registro de lo que emiten -algo que se ha dado a conocer como "la huella de carbono"-.
VR - ¿Y existen ya leyes que representen restricciones para las empresas uruguayas?
MC - A nivel nacional no, pero en Estados Unidos por ejemplo el miércoles pasado se presentó un proyecto de ley que incluye no sólo la exigencia a las empresas del registro y control de las emisiones sino que también tiene pautas para que esto sea exigido también a las importaciones de algunos productos. Lo mismo se ha intentado en Francia con la "Ley Grenelle" aunque aún no ha sido promulgada -.
Estas iniciativas, de una forma u otra, plantean un escenario nuevo para las empresas, sobre todo para las exportadoras.
VR - Entonces, aunque aún no haya restricciones directas, Uruguay igual debe preocuparse por el tema ¿Verdad?
MC - Sí, porque a mediano plazo vamos a ver nuevas reglas de juego. Además ya se evidencian muchos cambios a nivel de producción, intercambio y consumo que trascienden el ámbito puro de la regulación.
Por ejemplo, hay un concepto nuevo de competitividad que trasciende el tema de calidad y precio, una competitividad basada en la utilización de procesos limpios.
Por tanto, por más que aún no se estandaricen las normativas, Uruguay debe observar de cerca cómo actúan algunos países vanguardistas en este tema, como Chile, y cómo se preparan actuales competidores de las exportaciones uruguayas, como Nueva Zelanda.