Posibles impactos de la crisis europea sobre la economía uruguaya
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte
(emitido a las 8.35 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
La economía mundial enfrenta el momento de mayor incertidumbre en más de un año. En las últimas semanas, la crisis en la Zona del Euro ha despertado temores acerca de una posible recaída de la actividad en las principales economías del mundo.
Sin embargo, en Uruguay los analistas continúan corrigiendo al alza sus proyecciones de PIB para este año. Según la última encuesta de expectativas del Banco Central, los analistas esperan un crecimiento de 5,3% en 2010. Teniendo en cuenta la crisis en la Zona del Euro, ¿no hay acaso un exceso de optimismo en estas proyecciones? ¿Qué impactos podría tener un agravamiento de la crisis europea sobre la economía uruguaya? En seguida el diálogo es con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
Esta semana se conocieron los datos de la última encuesta de expectativas del Banco Central. Una vez más, los analistas corrigieron al alza sus proyecciones de crecimiento para Uruguay y ahora esperan una suba del PIB de 5,3% este año. ¿Cómo están viendo ustedes esa proyección?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
En realidad hace algunos meses que venimos viendo que la economía uruguaya muestra un dinamismo importante. Desde marzo, nosotros mantenemos una proyección de crecimiento de 5,6% para este año. En ese momento, la mediana de la encuesta de expectativas se ubicaba en 4,2%. En los últimos dos meses la mediana de la encuesta fue aumentando hasta un valor bastante similar a nuestra proyección.
Sabemos que 5% es un número alto. De todas formas, es importante tener en cuenta que el crecimiento de los últimos trimestres de 2009 dejó un "efecto arrastre" de 3,3% para 2010. Esto significa que incluso si la economía no creciera punta a punta en 2010, el PIB aumentaría 3,3% con relación al promedio de 2009. Además, algunos indicadores correspondientes a los primeros meses de 2010 muestran una expansión bastante firme de la actividad. Por eso, por el momento, nos parece razonable que la economía uruguaya pueda crecer algo más de 5% este año.
JAE: Decías que la actividad parece estar creciendo fuerte en estos primeros meses de 2010. ¿En qué indicadores se basan para llegar a esa conclusión? Te lo pregunto porque todavía no se han divulgado las cifras de PIB del primer trimestre del año.
FC: Efectivamente, recién a mediados de junio vamos a saber cuánto creció la economía en el trimestre enero-marzo. De todas formas, algunos indicadores preliminares sugieren una expansión fuerte de la actividad en esos meses.
A modo de ejemplo, las exportaciones de bienes medidas en dólares están cerca de los máximos del año 2008. Y debemos tener en cuenta que los precios de exportación son bastante menores que los que teníamos en aquel entonces. Por lo tanto, los volúmenes que están siendo exportados son muy importantes, son volúmenes récord para la economía uruguaya.
Por otro lado, las cifras de producción industrial que divulga el INE muestran un importante crecimiento de la actividad manufacturera en los primeros meses de 2010. Además, el mercado interno también estaría mostrando un dinamismo significativo (ventas en supermercados, vestimenta, electrodomésticos, automóviles). Por eso esperamos que los datos de PIB del primer trimestre muestren un crecimiento importante.
JAE: Pero todas esas cifras llegan a marzo o a abril, cuando todavía no se había desatado con tanta intensidad la crisis en la Zona del Euro. Entonces, ¿no podríamos llegar a ver impactos de la crisis europea sobre la economía uruguaya en los próximos meses?
FC: Está claro que un agravamiento de la crisis en la Zona del Euro podría afectar a la economía uruguaya, y podría hacerlo por dos canales: un canal financiero y un canal comercial.
JAE: Comencemos entonces por el canal financiero. ¿Cuáles podrían ser los impactos de esta crisis sobre la plaza uruguaya?
FC: En un escenario de mayor incertidumbre en torno a la solvencia de las economías europeas, los inversores tenderían a refugiarse en los activos considerados "más seguros", típicamente bonos del tesoro norteamericano. Eso supondría una menor demanda por bonos de las economías emergentes y mayores costos de financiamiento para esos países.
Si Uruguay llegara a enfrentar mayores costos de financiamiento, si acceder al crédito en los mercados internacionales fuera más difícil de lo que es hoy en día, ello podría enlentecer el ritmo de crecimiento de la economía.
De todas formas, en principio consideramos que esta vez los mercados van a hacer una mejor distinción entre los países con mejores y peores fundamentos, en comparación con el pánico generalizado que se observó tras la quiebra de Lehman Brothers en 2008. Por eso, por ahora, no creemos que el "contagio" a través del canal financiero pueda ser tan importante como en 2008, aunque sin dudas es un factor de preocupación.
JAE: Y habías hablado también de un canal comercial. ¿Cuáles pueden ser los impactos en ese caso?
FC: Lo que podemos ver en los próximos años es una economía europea que crezca muy poco, con algunos países que quizás permanezcan estancados por varios años. Y eso podría determinar un freno en el comercio mundial. De hecho, a partir de algunas conversaciones con clientes parece que en las últimas semanas ya se han advertido algunos indicios de enlentecimiento de las exportaciones destinadas a Europa.
En ese sentido, un agravamiento de la crisis en la Zona del Euro podría determinar un menor crecimiento para la economía mundial, con efectos significativos sobre nuestras exportaciones y sobre la actividad económica en nuestro país.
Además, en un escenario de este tipo los precios de los commodities podrían sufrir ajustes a la baja, lo que también perjudicaría a la economía uruguaya.
JAE: ¿Cómo sería eso?
FC: El tema es así. Por un lado, la menor demanda de materias primas que realizarían los países europeos, tendería a deprimir las cotizaciones de los commodities. Pero además, en un contexto de fuerte incertidumbre en los mercados internacionales, el dólar podría volver a fortalecerse en el mundo y un dólar más apreciado seguramente determinaría una caída de los precios de los commodities medidos en esa moneda.
JAE: ¿Y todo esto que estás comentando no es contradictorio con una proyección de crecimiento para Uruguay de más de 5% en 2010?
FC: Nuestra proyección de crecimiento para 2010 ya contempla una desaceleración importante de la economía a partir del segundo trimestre del año. Además, por el momento consideramos que incluso en un escenario de recesión en Europa, el crecimiento de Estados Unidos y fundamentalmente de China y de las demás economías emergentes va a impulsar a la economía mundial este año.
De todas formas, no podemos descartar un contexto más desfavorable en 2010 o en 2011, que determinaría un menor crecimiento de la economía uruguaya del que estamos previendo hoy por hoy.
JAE: Para terminar, ¿en qué medida un escenario más adverso estaría contemplado en el presupuesto que preparó el Ministerio de Economía? Te lo pregunto porque algunos analistas, como el ex ministro Luis Mosca la semana pasada aquí en En Perspectiva, han señalado que el presupuesto es muy "optimista" en sus supuestos de partida y que no deja espacio para un eventual agravamiento del marco internacional.
FC: Por un lado, a nuestro juicio las proyecciones de crecimiento con las que trabaja el presupuesto parecen bastante razonables. El gobierno está previendo una expansión del PIB de 5% este año y de 4% en los años siguientes. En ese marco podría argumentarse que la política fiscal tendería a ser más "neutral" en los próximos años, luego de tornarse expansiva en 2008 y 2009, porque el gasto público acompañaría el ritmo tendencial de crecimiento del PIB.
De todas formas, también es cierto que esta evolución del gasto público no deja mucho margen de acción ante una eventual agudización de la crisis internacional. Es decir, si la economía mundial tiene una recaída, si Uruguay crece menos que 4% en los próximos años, entonces el sector público probablemente deberá ejecutar menos gasto que el asignado en el presupuesto (algo que el Poder Ejecutivo siempre puede ordenar dentro de ciertos límites).
En definitiva, cuando se mira el presupuesto se puede hacer una doble lectura. La lectura positiva sería que la política fiscal será más neutral en los próximos años. La lectura negativa sería que no se deja espacio para políticas anticíclicas.
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