Economista Gabriel Oddone advirtió por posible "aumento de presiones inflacionarias"
Gabriel Oddone, socio del estudio CPA-Ferrere, indicó que la decisión del Banco Central de mantener la tasa de interés de referencia para operaciones entre bancos con el objetivo de controlar la inflación "no sorprendió" y "no agrega información relevante", pero que es "imposible" sostener al mismo tiempo un objetivo de tipo de cambio y uno de inflación por un período prolongado. Entrevistado por En Perspectiva, advirtió que hacia mediados de 2010 es probable que aumenten las presiones inflacionarias, elemento que será "crítico" para la negociación en los consejos de salarios. El economista sostuvo que "se debe ir por una situación fiscal más consolidada" y que los aumentos salariales deben estar alineados con el crecimiento de largo plazo de la economía. En tanto, manifestó que el presupuesto esbozado por el gobierno "no es descabellado" pero podría haber sido "más prudente".
(emitido a las 09.00 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Ante la necesidad de monitorear las presiones inflacionarias que se derivan del contexto internacional, el Banco Central del Uruguay (BCU) resolvió ayer mantener la tasa de interés de referencia para operaciones entre bancos.
A la luz de la resolución de ayer, queda claro que la inflación sigue siendo un factor a prestar atención. En este sentido, el Comité de Coordinación Macroeconómica, que también integra el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), resolvió mantener el rango objetivo de inflación de 4-6% para un horizonte de 18 meses.
¿Cuál es el escenario más probable que deben considerar los sindicatos y las cámaras empresariales, a efectos de negociar futuros convenios salariales? ¿El mantenimiento de la tasa de política monetaria es consistente con las alertas lanzadas por el gobierno con relación a problemas de competitividad ocasionados por un dólar barato?
Para responder estas y otras preguntas, recibimos al economista Gabriel Oddone, socio del estudio CPA-Ferrere.
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JAE - ¿Sorprendió la decisión adoptada por el Comité de Política Monetaria (COPOM) de que queda como está la tasa de interés?
GABRIEL ODDONE:
No, no sorprendió. Según la encuesta de expectativas que algún medio de prensa realiza en términos de adivinanza, la mayoría de las respuestas coincidía en que el resultado más probable del COPOM era un mantenimiento o una rebaja de un cuarto punto. De hecho, en la interna de nuestro propio equipo había quienes sostenían que el resultado iba a ser ese, yo tenía la impresión de que tal vez fuéramos por una rebaja de un cuarto punto, simplemente para dar una señal consistente con los anuncios de hace unos días del MEF, pero sin que esto fuera relevante desde el punto de vista del orden de magnitud. Al final el resultado fue el mantenimiento de la tasa. En ningún caso es sorpresivo el resultado, más bien es un resultado que está dentro de lo muy probable.
JAE - ¿Cómo debe interpretarse el hecho de que se mantenga la tasa de interés en este contexto?
GO - En este contexto el mecanismo de trasmisión de señales por medio de la tasa de interés de referencia es menos relevante que hace unos meses. En un contexto en el cual además de que las autoridades manifiestan una inquietud por mantener la inflación dentro de un cierto rango, y al mismo tiempo el equipo económico manifiesta tener intereses y objetivos sobre el nivel del tipo de cambio al grado que anuncia una especie de tipo de cambio objetivo, a pesar de que el BCU dice que no lo hay, basta con leer los considerandos del comunicado de ayer para entender que en sí misma la decisión no es relevante y no agrega información para quienes seguimos el análisis de la economía.
EMILIANO COTELO:
¿Por qué no?
GO - Yo tengo la impresión, decodifico esto como que las autoridades económicas están dispuestas a dar una batalla por evitar que el tipo de cambio se siga apreciando. En ese contexto, como han anunciado, el MEF va a tener un rol más activo en el mercado de cambios y en la emisión de títulos para tener la liquidez suficiente como para intervenir en el mercado.
EC - El Poder Ejecutivo va a trabajar para que el dólar ande entre los 21 y los 22 pesos, como ha dicho el subsecretario Pedro Buonomo.
GO - El primer mensaje fue que el gobierno iba a intentar evitar que el tipo de cambio continuara apreciándose, continuara deslizándose por debajo de 19,5. Luego, con las acciones comunicadas primero por el ministro de Economía en este mismo ámbito, y segundo, cuando ya más claramente el subsecretario lo trasmitió, básicamente tratando de mover el tipo de cambio un 10% en términos nominales por encima de donde se ubicaba, creo que ese es un objetivo que persiguen, y hay que dejar tiempo para evaluar si hay chance de tener éxito y cuál es el precio que se paga por esto. Tengo la impresión de que en un contexto económico internacional más volátil, donde el dólar no está en una tendencia persistente hacia el debilitamiento como estaba en la segunda mitad del año pasado, hay buenas razones para que políticas de este tipo, más heterodoxas, tengan ciertos resultados con un precio en términos de inflación que a priori es soportable para el equipo económico.
EC - Eso quizás tengamos que decodificarlo un poco. Una de las discusiones que se han dado en los medios de comunicación estos días ha venido por el lado de la advertencia que han hecho varios economistas de que es imposible fijar al mismo tiempo un objetivo de tipo de cambio y un objetivo de inflación.
GO - Es correcto.
EC - Usted coincide con eso.
GO - Sí, en el largo plazo es correcto; en el corto plazo se pueden hacer intervenciones para intentar generar las inyecciones de liquidez que ellos entienden suficientes para evitar que mecanismos de apreciación espurios del tipo de cambio tengan lugar. Al mismo tiempo se le deja al BCU la sintonía fina, la intervención en el mercado de cambios intramensual, intrasemanal a los efectos de hacer un monitoreo más fino del fenómeno inflacionario. Pero es imposible sostener las dos cosas simultáneamente en un período prolongado de tiempo.
EC - Para usted, el gobierno va a seguir trabajando con esa inquietud por la competitividad, por lo tanto con esa inquietud por evitar que el dólar continúe cayendo, por ubicarlo en cierto margen, y eso le va a costar algo en materia de inflación.
GO - Nuestros cálculos dicen que si el tipo de cambio se ubica en el piso del valor de equilibrio que manejó el subsecretario de Economía se ubicaría a fines de este año en 7,6%, en lugar del 6,5 en el cual se habría ubicado con el rango anterior, y si el tipo de cambio se ubicara en el techo de ese rango de equilibrio que manejó el subsecretario de Economía, 22 pesos, estaría en el entorno de 8,3-8,4, lejos de lo que yo entiendo que es el verdadero compromiso que las autoridades uruguayas han tenido en el mediano plazo en términos de inflación, que es alejarse del 9%, que finalmente es alejarse del 10% famoso que dispara mecanismos de indexación salarial en el sector público.
Por tanto el verdadero compromiso que tenemos, en la lectura que yo hago, es una inflación que se aleje de ese 9%, que si es posible se ubique en el entorno del 7%, pero eso no es consistente con anunciar que en un plazo de 18 meses la meta es 4-6%. A pesar de lo cual, según nuestros análisis y nuestros modelos de previsión, el año que viene la inflación tendría buenas razones para moderarse, y cualquiera sea el escenario de manejo de este año convergería en niveles más cercanos a 6-6,5%, pero todavía fuera del rango meta del BCU. En las últimas semanas ha habido un intento de mejorar el nivel de tipo de cambio nominal con el propósito de evitar una apreciación espuria del tipo de cambio, que es probable que tenga éxito. Hacen falta unos 60 días para ver cómo reacciona el mercado y cómo reacciona el resto de los jugadores al precio de tener un poco más de inflación, algo que no resulta dramático.
Dos comentarios al respecto. Primero, estamos ingresando en un mundo en el que las economías emergentes van exactamente en la dirección contraria, las señales son de recalentamiento y por tanto de políticas monetarias contractivas. Y en Uruguay hay buenas razones para pensar que si bien hoy no tenemos un problema de inflación mensual, con el nivel de tasa de desempleo que tenemos, con las previsiones de crecimiento que tenemos y con la utilización de capacidad instalada que tenemos, las presiones inflacionarias al menos en la segunda mitad del año deberían aumentar, y entonces finalmente vamos a pagar un precio en términos de inflación. Parece que eso no es relevante a los efectos de la gestión, pero el segundo precio, que me parece más importante, es el mecanismo de trasmisión de señales para los agentes económicos. Tenemos un COPOM que dice que la inflación en 18 meses se ubicará entre 4 y 6%, y tenemos unas estimaciones privadas que nos dicen que la inflación va a estar por encima del 7%. Por lo tanto, si alguien está negociando en este momento en un consejo de salarios, de cualquiera de los dos lados de la discusión, la pregunta es sobre qué bases establece su expectativa de inflación, una variable que va a ser crítica, sobre todo si el gobierno pretende firmar acuerdos largos.
JAE - Y además se considera la evolución de la inflación a futuro, no hacia lo que ocurrió. Ahí hay una variable de inseguridad que después se volcará para un lado y para otro. Pero en cuanto a la calidad de información, el paso que se dio ayer deja neutro el panorama.
GO - Sí, desde mi perspectiva el paso que se dio ayer no agrega ninguna información a la composición de lugar que nos hacíamos antes de conocer el comunicado. Ni los considerandos en los considerandos del COPOM están resumidas todas las cosas que se han dicho en estos días ni en la conclusión, entre otras cosas porque la conclusión no necesariamente se deriva de los considerandos, con esos considerandos se podía haber concluido en un aumento o una rebaja de tasas. Entonces no agrega información lo que conocimos ayer del COPOM.
JAE - ¿Y esto cómo afecta la toma de decisiones del trabajador, del empresario?
GO - A corto plazo no dramáticamente, no es algo que afecte la vida cotidiana de la gente en el corto plazo. El ámbito más importante de esto está en las decisiones en materia de negociación salarial, se pretende iniciar rondas para celebrar contratos largos, y allí la expectativa de inflación juega un papel clave, y también pesa en contratos donde hay indexaciones, y en las decisiones de los agentes financieros en términos de sus políticas de fondeo, sus políticas de calce y descalce.
EC - Bajemos este último aspecto a tierra con una pregunta que llega desde la audiencia: "¿Qué tengo que hacer entonces? ¿Pongo mi dinero a un año en unidades indexadas (UI) o en dólares?".
GO - Esa es una pregunta que los economistas rehuimos no solo al aire, porque entre otras cosas muchas veces los asesores son los que conocen la mayor disponibilidad de instrumentos. Hay buenas razones para pensar que el nivel de tipo de cambio en 21-22 pesos no tiene mayor margen en los próximos 90-180 días para subir mucho más. Por lo tanto si uno tiene dólares es un buen momento para deshacerse de ellos y comprar algunos pesos, probablemente en las próximas semanas haya algún deslizamiento adicional, pero no mucho más allá de eso, por lo tanto una colocación en UI, en una cartera donde los dólares siguen teniendo lugar, es una buena estrategia. Para una persona que vive en Uruguay, que toma decisiones de consumo en Uruguay, la UI es un muy buen instrumento para diversificar su portafolio, sobre todo para portafolios uruguayos de pequeños ahorristas que están demasiado dolarizados.
JAE - ¿Y para endeudarse?
GO - Otra vez, ¿de qué quiere ganarse la vida el empresario que se endeuda? Tiene que tener muy en cuenta cuáles son sus ingresos genuinos. Si sus ingresos genuinos están asociados a la moneda nacional, en circunstancias como estas puede ser más barato tomar crédito en dólares, pero lo expone a un riesgo de depreciación de la moneda. Ese riesgo no está hoy sobre la mesa, pero probablemente un empresario que pretende endeudarse en dólares cuando sus principales ingresos están en pesos al final del día no sepa bien por qué gana. En contextos como este esto no es tan así, porque las economías están mucho más estables, pero en el pasado, con una economía más inflacionaria, al final del día no sabía qué era lo que más contribuía a su margen de ganancias, si su negocio financiero o su negocio genuino. En general la recomendación es que es bueno tomar créditos en la moneda en la cual uno tiene sus obligaciones, pero en circunstancias específicas manejando la cartera uno también podría tomar algún crédito en una moneda en la que no percibe ingresos para reducir el costo financiero de la deuda. Hay que analizarlo en cada circunstancia.
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JAE - Hay varias discusiones en torno al rumbo que debería tomar el equipo económico en materia de políticas. De hecho, esta semana comenzaron reuniones. Primero el equipo económico se reunió con la dirigencia del Partido Socialista con el objetivo de analizar el espacio fiscal, evaluar las demandas presupuestales que deberían ser atendidas en el período y recibir apoyo político frente a críticas evidentes en la interna del oficialismo. Y el lunes el equipo económico va a concurrir a la Mesa Política. Recordemos que en este entorno el senador comunista Eduardo Lorier aseguró que su partido inicia contactos con técnicos y dirigentes con el objetivo de agrupar a sectores frenteamplistas con "mentalidad socialista" y que entiendan que "el capitalismo está agotado como modelo".
¿Qué opina de esta discusión?
GO - En las instancias de inicio de gobierno, dadas las características del sistema de partidos políticos uruguayo, es bastante habitual que la discusión presupuestal entrañe estos debates políticos. Y es natural que en el interior de la fuerza de gobierno que antes del 31 de agosto tiene que remitir el presupuesto al Parlamento se produzcan negociaciones, cabildeos, discusiones, enfrentamientos, porque allí hay no solamente intereses de naturaleza ideológica, hay también intereses de naturaleza particular en cada uno de los ministerios, en cada una de las unidades ejecutoras.
La impresión es que esta discusión que se ha puesto sobre la mesa en los últimos días está directamente relacionada con esto. Incluso tengo la impresión de que la concurrencia del equipo económico a la Mesa Política y a los ámbitos de los partidos políticos está asociada a esto, a explicar o dar una mayor rendición de cuentas de qué se propone en términos presupuestales, dónde están los espacios, etcétera. Yo desearía este camino, y además me imagino que se habría recorrido igual, independientemente de este ruido.
Este ruido es parte de la discusión política que tiene lugar dentro del ejecutivo sobre cuáles son las prioridades en materia de gastos, dónde están los espacios para gastar, si eventualmente hay un poco más de dinero para poner en materia salarial o en materia de incremento de gasto público, para lo cual se utilizan distintas herramientas. Una de las herramientas es argumentar que existiría una línea alternativa o que la fuerza política que está en ejercicio del gobierno tendría algo así como una línea alternativa. Confieso que desconozco cuál es, nunca he asistido a ningún foro ni evento público en el que se haya establecido con claridad: la política monetaria, la política cambiaria, la política fiscal, la política de atracción de inversiones en lugar de ser esta, esta y esta, o de utilizarse tales y cuales instrumentos, deberían utilizarse tales y cuales otros.
Hay diagnósticos críticos con relación a algunas reglas básicas que forman parte del main stream de la disciplina en la cual se gobierna el 99,9% de los países del mundo. Pero de esos diagnósticos y esas apreciaciones críticas no surgen apreciaciones claras de cuáles son manejos alternativos de la política económica de corto plazo. Naturalmente que en las opciones de asignación de recursos de largo plazo, en las políticas orientadas a la innovación, a la promoción del capital humano, etcétera, se abre un conjunto de espectros en el que el main stream de la disciplina no tiene un único libreto, ahí sí hay un debate muy rico en términos ideológicos, pero reconozcamos que en Uruguay ese debate no es parte principal de la agenda. Generalmente cuando se hacen críticas al manejo económico, al menos de manera no muy clara, suele ser una discusión todavía sobre instrumentos de corto plazo y sobre manejo y asignación de recursos en términos de políticas orientadas a objetivos de estabilización y no necesariamente a objetivos de asignación de recursos de largo plazo de manera clara.
EC - Hoy en el semanario Brecha hay unas cuantas notas sobre este tema. En especial me detengo en la columna que firma el economista Jorge Nottaro, que se titula "Yo estuve en la reunión", que empieza diciendo: "El jueves 10 de junio nos reunimos un grupo de economistas del MPP, del Partido Comunista y frenteamplistas sin partido. El objetivo era considerar la viabilidad de formar un grupo de reflexión y producción de propuestas de política económica y social para el desarrollo de las ideas socialistas en el Frente Amplio. La definición socialista admite diversos contenidos, tanto con relación a la nueva sociedad a construir como sobre los caminos que llevan a esos destinos, pero tienen un elemento común: considerar que el capitalismo debe ser superado por la acción colectiva de las organizaciones que expresan los intereses de las clases y capas sociales dominadas y explotadas. Se trata de crear un ámbito para la reflexión y el intercambio de ideas, asumiendo los límites que impone el capitalismo para no despegarnos de la realidad, pero al mismo tiempo tratando de avanzar en su superación".
GO - Interesante.
EC - Y luego agrega: "Admito que tengo más incertidumbres que certezas, y una profunda preocupación por la que acepté la invitación a participar de este grupo. Me gustaría, aunque no sé si los demás integrantes estarán de acuerdo, incluir en la agenda la política macroeconónmica, la política presupuestal y la política salarial. También propondré que se debata sobre las relaciones de poder presentes en las decisiones políticas y las ideologías que las justifican, así como sobre las características de la nueva sociedad, la economía y el Estado".
Ahí ya habla de sus planteos o sus objetivos, lo explica en un terreno personal.
GO - Sí, una serie de temas que están enumerados en esa columna son habituales y de discusión cotidiana en cualquier país del mundo respecto a las orientaciones generales de las políticas. Naturalmente existen preferencias distintas entre los economistas también respecto a cuáles son los mejores mecanismos para asignar recursos, para fomentar el crecimiento, para distribuir el ingreso, para generar cohesión social. En cualquier caso, insisto, cuando hay que tomar decisiones no dentro de cinco años, ni dentro de 10 o 14, sino mañana, se necesita, además de esos deseos de debatir y discutir sobre estas orientaciones alternativas, tener mucha certeza o al menos la convicción respecto de cómo mover variables que afectan las condiciones de vida de todas las personas todos los días.
Eso supone tomar decisiones sobre política monetaria y sobre política fiscal que son claves para garantizar los equilibrios macroeconómicos de corto plazo y para hacerlos sostenibles a mediano plazo, porque si hay algo que este país ha aprendido es que la estabilidad económica es una condición no suficiente para garantizar prosperidad, pero es necesaria. Este país en los últimos años, y no solamente a lo largo del último quinquenio, sino en los últimos 20 años, ha construido lentamente un régimen macroeconómico más estable, más sostenible, basado en el consenso de que hay reglas macroeconómicas que tienen que cumplirse, el propio presidente lo ha sostenido reiteradamente.
EC - Y a propósito de esos cuidados, la política económica en curso también es discutida desde otros lados del ámbito académico con las advertencias a propósito de la cautela con la que debería moverse el gobierno ante un escenario como el que viene por delante, donde la crisis económica internacional tiene oportunidades para un país como el nuestro, pero también una serie de riesgos. Me refiero, por ejemplo, a las advertencias que ha formulado el economista Ernesto Talvi sobre lo que puede ocurrir a partir de la situación en la que se encuentra Europa y su impacto en países como Uruguay.
GO - En ese sentido, el proyecto de presupuesto, el programa financiero que soporta el presupuesto que el MEF estaría elaborando y que fue divulgado hace unas semanas está basado en una serie de supuestos en términos de crecimiento de la economía y de mantenimiento del escenario internacional que se traducen en el supuesto de riesgo país implícito que hay allí y una evolución de la inflación y el tipo de cambio real relativamente optimistas, aunque no descabellados. Se asume un crecimiento de 4% anual para los próximos años a partir de 2011 y un riesgo país que se mantiene relativamente estable.
Eso supone considerar dos cosas. Uno, el choque externo favorable que Uruguay recibió en los últimos cinco años es de naturaleza permanente y vino para quedarse, por lo tanto Uruguay va a acelerar su tasa de crecimiento al doble de lo que creció en el siglo XX, aunque algo menos de lo que creció en el último quinquenio. ¿Es plausible eso? Es plausible, en un mundo en el cual hay un todavía discutido pero cada vez más consolidado desacople de China, la India y Brasil en términos de crecimiento respecto al mundo desarrollado, donde hay una fuerte demanda de alimentos y del tipo de bienes que Uruguay exporta. El Fondo Monetario lo reconoce. A esto se suma toda la locación de inversiones que han tenido lugar en el último período en Uruguay, en la fase primaria, en la fase industrial y en algunos casos en innovación. Es muy posible que Uruguay haya acelerado su tasa de crecimiento. ¿Cuánto? No lo sabemos.
El punto que apunta Talvi, que yo comparto parcialmente, es que cuando uno mira la estructura de gastos sobre la cual el MEF propone incurrir para calcular el espacio fiscal disponible, encuentra que hay previsto un conjunto de gastos de naturaleza permanente, difíciles de revertir ante un eventual cambio de escenario. Si la situación europea se vuelve más compleja a lo largo del año que viene y vamos por un mundo que crece menos y termina por afectar el crecimiento de China y la India, si vamos a un mundo volátil, los supuestos que soportan el presupuesto pueden ser optimistas y sobre todo pueden materializarse en una estructura de gastos difícil de mover o de flexibilizar. Por tanto se trata de un presupuesto con supuestos no descabellados, que podría ser sustentable, pero poco flexible, y en ese sentido creo que hay que llamar a la prudencia en términos de lo que se le pueda agregar en esta discusión.
EC - ¿A qué conduce su planteo, en números?
GO - El gobierno planea alcanzar un resultado del sector público no financiero al final del período de 0,8 negativo, consistente con un superávit primario del orden del 1,4-1,5% del producto. Nosotros entendemos que por lo menos deberíamos ir a un superávit primario del orden de 2-2,5%, por dos razones: primero, para que nuestra factura de intereses quede cubierta eso era parte de la estrategia en la primera parte del gobierno de Vázquez, y segundo, porque para hacer consistente todo este manejo monetario y cambiario al cual nos queremos mover y evitar ser inconsistentes en el manejo macroeconómico y generar una aceleración de la tasa de inflación como consecuencia de este intento de evitar que la competitividad se vaya, es clave hacer dos cosas. Uno, ir por una situación fiscal más consolidada, más firme, para que la política fiscal actúe como contrabalance de la política monetaria, al menos a corto plazo, y le dé sustentabilidad al programa macroeconómico, y dos, ir por una política de ajustes salariales alineada con el crecimiento de largo plazo de la economía, que es básicamente ir por crecimientos de salarios alineados con la evolución de la productividad, con mucha precaución de que algunos sectores mercadointernistas que van a estar muy tonificados este año y en la primera mitad del año que viene, que van a estar en buenas condiciones de trasladar a aumentos de salarios importantes, no sean factores de costos que impacten sobre la cadena exportadora o sustituidora de importaciones generando ahí problemas de falta de coordinación en la negociación salarial por el traslado de costos entre sectores.
Si se es prudente en esa materia y el presupuesto que el MEF puso arriba de la mesa finalmente se aprueba, tenemos un escenario macro no exento de riesgos pero más o menos estable. Por lo tanto la verdadera batalla que hay sobre la mesa hoy es por el presupuesto, y todo este ruido que vemos estos días en el interior de la fuerza política pasa por el intento de algunos sectores de incidir por un presupuesto distinto y un equipo económico que me imagino que está tratando de defender su proyecto porque sabe que no tiene mucho margen de maniobra para negociar.
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EC - ¿Qué tendría que hacer el equipo económico con el presupuesto que ya está esbozado?, ¿recortarlo más aún?
GO - Con la información que tenemos hoy sobre la mesa, lo más importante es evitar cualquier agregado. Lo deseable sería haber ido por un presupuesto más prudente, pero yo ignoro cuáles son las condiciones políticas al interior de la fuerza gobernante como para ir en esa dirección. Por tanto creo que, tomando en cuenta las restricciones de credibilidad, que son hacer un presupuesto sustentable con las restricciones políticas, no se trata de un presupuesto descabellado, solamente tenemos que ser conscientes de que no hay mucho margen de maniobra si el escenario se vuelve contrario.
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Transcripción: María Lila Ltaif