Cr. Enrique Iglesias: "Tenemos que integrar mucho a América Latina para defendernos mejor"
Aprovechando su presencia en el país, a donde vino para descansar y ocuparse de su plantación de arándanos, En Perspectiva entrevistó al contador Enrique Iglesias, secretario general iberoamericano. El ex presidente del BID analizó el actual momento de bonanza que vive Latinoamérica e insistió en la importancia de lograr una mayor integración "para hacer de eso un punto de apoyo, como lo hacen los chinos y como lo está haciendo todo el mundo". En tanto, advirtió que la región podría sufrir la formación de "burbujas económicas" en el área de la vivienda, pero consideró improbable que esto ocurra en Uruguay. Con respecto a la evolución de la crisis económico-financiera internacional, manifestó que la hipótesis más probable indica que los países centrales ingresarán en un escenario de vaivenes dentro de un nivel muy magro. "El crecimiento en el norte va a ser bajo por un largo tiempo. Y eso va a estar acompañado por un fenómeno de impacto social grave, que es el desempleo", acotó.
(emitido a las 9.01 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
América Latina debe "actuar con mucho pragmatismo" y "no intentar dar pasos más largos que las piernas".
La frase corresponde al secretario general iberoamericano, contador Enrique Iglesias, que esta semana participó en Montevideo en la celebración del cincuentenario de la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración).
En su disertación sostuvo que la región está viviendo un quinquenio "mágico" y "virtuoso" que debería aprovechar.
¿Qué camino tendrían que tomar los países latinoamericanos para aprovechar estos vientos favorables? ¿Qué cambios se están gestando a raíz de la crisis internacional?
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JAE - Para conocer su opinión sobre estas y otras preguntas, recibimos en En Perspectiva al contador Enrique Iglesias, quien además de secretario general iberoamericano, ex presidente del BID y ex canciller de la República, se ha transformado en productor de arándanos en la zona de San Carlos.
EMILIANO COTELO:
Cuéntenos de esa nueva faceta suya. ¿Desde cuándo planta arándanos?
ENRIQUE IGLESIAS:
Desde hace tres años, con muchas esperanzas y muchas frustraciones, pero no hemos perdido la fe todavía. Es una pequeña producción, la iniciamos en esa onda que hubo aquí hace cuatro o cinco años de que los arándanos nos iban a hacer ricos. La primera comprobación es que no es verdad, no nos van a hacer ricos; al contrario, creo que de repente nos empobrecen. Plantar frutas es una cosa complicada, sobre todo cuando uno viene del campo de la economía.
EC - Para usted es todo un shock, todo un cambio, ¿no?
EI - Es un cambio, es un poco volver a la tierra y a lo micro. Pero hace bien, porque uno a veces critica las políticas agrícolas, y así uno ve los problemas que tiene el productor agropecuario, el pequeño productor como es mi caso, los conflictos con la naturaleza, o que hay viento o que llueve; luego problemas de precios, de quién depende usted, del que empaqueta, del que vende al exterior, de que la fruta llegue en tiempo. Es un problema. Pero es bueno saberlo, uno se hace un poquito más sabio cuando opina sobre estas cosas.
JAE - Habrá visto que hay una diferencia entre lo que uno planifica y proyecta y después la realidad.
EI - Tal cual. En ese sentido esta ha sido una lección muy fuerte para mí.
EC - La plantación de arándanos está ubicada en una chacra que usted disfruta también a los efectos del descanso, del paseo.
EI - Eso es lo bueno. Tengo una chacra en el kilómetro 156 de la ruta 9, que es muy bonito lugar, y además se pasa muy bien. Quizás la opción hubiera sido quedarse pasándolo bien nada más, pero algo hay que hacer, son unas pocas hectáreas, había que darles un poco de productividad. Vamos a ver. Además estoy haciendo un poquito de ganadería, tengo 30 hectáreas y estamos poniendo algunas vaquitas. Eso da, fíjese cómo el país vuelve a sus orígenes. Ese tipo de cosas que tienen pocas hectáreas da su rinde, ayuda.
EC - Está haciendo producir a esas 30 hectáreas, por un lado arándanos y por otro ganadería.
EI - Las dos cositas, sí. Pierdo con los arándanos y empato con la ganadería.
EC - ¿Cuándo compró esa chacra?
EI - Hace cuatro años.
EC - Ah, es algo totalmente nuevo. También la ubicación en ese lugar; usted solía venir, cuando aparecía por Uruguay, a Montevideo o a Punta del Este. Ahora eligió ese otro entorno más rural.
EI - Claro, queda a 25 kilómetros. Está muy bonito, cuando pase por ahí lo va a ver, porque hay una pequeña capilla en el camino que hemos hecho, que también le va a gustar.
EC - ¿La capilla la hizo usted?
EI - Sí, una capilla para mis padres, un recuerdo a los viejos. Cuando pase por ahí la va a ver, de la carretera se ve.
EC - ¿Cuántas veces por año viene a Uruguay, y cuántas veces va a la chacra?
EI - Hasta fin de año bastantes, uno viene a pasar el verano. Mañana voy también a dar una ojeada, este tiempo no favorece nada, pero de todas maneras es muy agradable, es una faceta del país que no conocía.
JAE - Supongo que ese entorno lo ayudará a pensar, sobre todo a usted que tiene activa participación en conferencias en las que presenta visiones y opiniones sobre el mundo. Yo tuve ocasión de escucharlo en julio en Santander en España, y dijo que América Latina está viviendo un quinquenio mágico y virtuoso. Para los europeos es algo chocante en la medida en que están muy afectados por la crisis.
EI - Y muy acostumbrados a vernos siempre mal, ese es otro problema. Todavía no están convencidos de que nos podemos portar bien, hacer las cosas bien. Lo ven con sorpresa, levantan las cejas cuando ven las cifras.
JAE - ¿Cuánta responsabilidad tienen los países de la región y cuánto es efecto de la bonanza que vivió el mundo entero?
EI - Es una buena pregunta. No se pueden hacer porcentajes; después de muchos golpes hemos aprendido a manejar mejor la economía, a manejar bien las políticas cambiarias, monetarias, fiscales. Eso nos dio una apoyatura en la realidad económica que aquí es fundamental.
Un segundo elemento que nos apoyó mucho es que la banca se portó bien, no incurrió en los excesos de las bancas del norte, se financió con recursos domésticos, no anduvo pidiendo plata por ahí para financiarse con recursos de fuera y cometer los errores que cometieron los americanos y los europeos.
EC - Tal vez eso se deba a que se aprendió la lección de las crisis financieras que también tuvimos nosotros.
EI - Sí, la banca nuestra es más clásica, más ortodoxa, más aburrida se podría decir, desde el punto de vista de la gestión. Allá en el norte se les ocurrió inventar todo tipo de ingenierías, y ganaban muchísima plata pero también incurrían en muchísimos riesgos, que les trajeron un cataclismo. A esas cosas se sumó la coyuntura asiática, que impulsó los precios como no habíamos visto en mucho tiempo. Esas tres cosas juntas formaron un cóctel que nos dio una situación mucho más beneficiosa que en el pasado, en algunos países más, en otros menos, con algunos ingredientes adicionales en el cóctel. Hay países que con gran previsión ahorraron en el período de las vacas gordas, entonces cuando vino este lío estaban preparados. Es el caso de Chile, que hizo un fondo importante que usó para impulsar la economía cuando cayeron los ingresos.
JAE - Se aplicó el concepto típico de política anticíclica.
EI - Tal cual. Todo ese complejo nos dio para salir adelante. De Panamá para abajo estuvo el impacto asiático y de Panamá para arriba el impacto del ciclo americano. Se sufrió más de Panamá para arriba, claramente, porque cayeron las remesas, cayó el turismo, bajó la inversión, y eso hizo que los países del Caribe sufrieran bastante.
JAE - Una crisis que, entre otras cosas, afecta el valor del arándano.
EI - Exactamente, usted lo ha dicho; no ponga el dedo en la llaga.
JAE - En este escenario de estabilidad o de bonanza de América Latina, hay riesgos que vienen de fuera. Los capitales que llegan en busca de seguridad y buenos rendimientos presionan a la baja el tipo de cambio y pueden afectar y están afectando la competitividad de la región. ¿Qué deberían hacer nuestros países con ese fenómeno? ¿Control de capitales?
EI - Es un gran dolor de cabeza, varios países lo tienen en forma severa. Lo tiene Brasil, lo tenemos nosotros a nuestra manera. Sobre ese tema hay más de una opinión y más de una tesis, yo creo que desde el punto de vista de la competitividad interna eso no es bueno, lo que dicen los exportadores es verdad. Pero es muy difícil corregirlo, y a veces los países optan por ajustar la sobrevaluación del tipo de cambio y adoptar otras medidas fiscales o de otro tipo que permitan compensar y salir a comprar dólares para sostener las monedas. El Fondo Monetario, que siempre se opuso a la intervención en los controles de capitales, ha dicho una cosa que hace 10 años habría sido una herejía: en ciertos casos, en ciertas circunstancias es posible establecer controles a esos ingresos masivos. Es un hecho bastante novedoso en la filosofía del Fondo, como tantas otras cositas que están pasando.
No hay una teoría clara, yo personalmente creo que no se puede ir contra el mercado, pero cuando ese mercado está impulsado por factores tan altamente especulativos como es aprovechar la coyuntura para traer plata, hacer un poco de utilidad e irse cuando la cosa se pone fea, son movimientos muy erráticos, yo personalmente tengo preocupación por este tipo de cosas, no me gusta mucho esta política de sobrevaluación de la moneda para economías como las nuestras.
JAE - ¿Qué país está administrando mejor esta situación?
EI - En general todos los países están sufriendo el impacto, y en todos se han sobrevalorizado las monedas. Quizás Argentina menos, en Argentina hubo mayor intervención del Banco Central. Pero todo tiene su límite, cuando los capitales siguen llegando es muy difícil parar. Yo comprendo, la posición de los gobiernos no es fácil, si estuviera en el Banco Central sería también mi duda. Hay personas que dicen "vamos a dejar que llegue adonde llegue", pero llegue adonde llegue recorta la capacidad de competencia, y eso para países que estamos expandiendo y diversificando la producción no me gusta, no es bueno. No hay varita mágica para este asunto, nadie tiene una solución definitiva. Cómo será la cosa que el Fondo Monetario acepta por primera vez que se establezcan controles en coyunturas excepcionales como esta.
JAE - ¿En este escenario existe el riesgo de que se forme una burbuja económica aquí en la región?
Enrique Iglesias disertando en la celebración del cincuentenario de la ALADI. Foto: Presidencia |
EI - Sí, en algunos campos hay señales preocupantes. Por ejemplo, en el campo de la vivienda en algunos países hay señales de burbuja. No son del tipo de las burbujas europeas, pero hay burbujas.
EC - ¿Qué quiere decir "burbuja" en este caso?
EI - Quiere decir que los capitales inflan los valores de la propiedad más allá de lo que serían precios de mercado razonables e históricos. Cuando se llega a grandes límites esto genera preocupaciones.
JAE - ¿Uruguay está entre esos países?
EI - No creo, no. La propiedad está muy apreciada, por lo que me dicen, y eso forma parte del problema, pero en otros casos la preocupación es mucho mayor.
JAE - En cuanto a la crisis económica internacional, ¿se está viendo la luz al final del túnel?
EI - Yo soy muy optimista, toda mi vida lo he sido, pero no soy optimista respecto a la coyuntura internacional. Se hizo mucho, como no se había hecho nunca, tanto los bancos centrales como las tesorerías, los gobiernos pusieron todo el asado en el fuego, y efectivamente se evitó un colapso muy grande. Eso tuvo un costo inmenso, solo Dios sabe lo que ha costado todo eso. Pero la economía todavía no se pone de pie, todavía tiene que ir con las muletas de la ayuda del gobierno, del crédito, de la expansión monetaria, y cuando todo eso cae un poco se resiente. En Estados Unidos están preocupados por el ciclo que paró el crecimiento que estaban esperando. Eso quiere decir que la crisis es rebelde y que todavía no estamos de pie para poder marchar con los medios propios de la economía, todavía se necesita el auxilio de las muletas del apoyo de los gobiernos. Eso es lo que me preocupa.
La hipótesis que yo miraría con mayores posibilidades de ser realista es que vamos a tener este tipo de vaivenes, de crecimientos en subidas y bajadas dentro de un nivel muy bajo en los países centrales. El crecimiento en el norte va a ser bajo por un largo tiempo, esa es mi impresión. Y eso va a estar acompañado por un fenómeno de impacto social grave, que es el desempleo. Yo estoy viviendo en España, allí hay cuatro millones de desempleados, es mucha gente. Y sobre todo me preocupa que la crisis que se ha producido deja una camada de gente, esa gente que va en 50, 60 años, que queda en desempleo y es muy difícil reemplearla en las cosas que hacía, y reemplearla en general. El tema está ahí, yo lo veo en España, la gente que llega a una cierta edad haciendo una cierta cosa que de repente se interrumpe; luego volver a la actividad anterior muchas veces se complica, muchas veces ha desaparecido, ha cambiado, no se está preparado. El tema está más ahí. La gente joven en última instancia se va a ir acomodando.
EC - Eso que usted comenta implica por un lado un problema humano: ¿qué hace esa gente?, ¿cómo lleva su vida si no consigue trabajo?
EI - Sin duda.
EC - Pero también tiene consecuencias económicas, porque son mayores obligaciones para la seguridad social de esos países, que ya venía muy comprometida.
EI - España en este momento está invirtiendo algo así como 30.000 millones de euros en subsidios al desempleo, esto es alrededor del 3% del producto. Son cifras muy importantes y que por ahora están ayudando a no perder lo peor. En España ese factor de ayuda ha sido fundamental, y es fundamental algo que no se ve tan claro en Estados Unidos, que es la solidaridad familiar. Como la gente generalmente se ha quedado a vivir en la misma zona, en la misma ciudad, hay formas de apoyo recíproca dentro de la familia, y eso ayuda mucho. Estados Unidos es una población con una familia mucho más dispersa, por la costumbre americana de pasarse de ciudades. En España es distinto, entonces va ayudando, entre la ayuda del gobierno y la ayuda familiar van tirando adelante.
EC - Hay otras consecuencias que conviene tener en cuenta. Por un lado el aumento de las fobias hacia los inmigrantes, y por otro lado las tentaciones proteccionistas en los gobiernos.
EI - Sí, por su orden. Lo último todavía no alcanzó su pico máximo, cuando empezó esta crisis yo esperaba una mayor resurgencia del proteccionismo, pero todavía no, eso es una diferencia bastante grande con los años treinta. Hay tendencias proteccionistas en distintos campos, los países del G20 juran por Dios que no van a hacer nada; hay protección, pero no tiene la magnitud que tuvo en la crisis del treinta.
Con respecto al otro tema, sí, el problema se plantea claramente. Yo creo que es una crisis muy compleja esta, y va a durar. Todo el mundo le tiene miedo al fenómeno japonés, un país que ya lleva unos 10, 15 años en un estado de letargo, con un crecimiento muy bajo y con una economía muy tranquila, muy quieta. Eso es grave, porque sobre todo los países europeos tienen un maravilloso Estado de bienestar que está en el ADN de la gente, la gente quiere eso porque es su gran orgulloso y su gran calidad de vida. Eso es lo que hace difícil enfrentar la coyuntura, porque hacer ajustes y recortes con esa seguridad social tan amplia es muy difícil, es un hecho muy resistido. Todo eso se complica, porque eso se aplica a una situación de bienestar muy amplia, y si hay que recortar los recursos fiscales pues también afecta. Ahí hay un conflicto político que en la medida en que esto dure se va a acentuar.
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JAE - Usted hacía referencia a la situación de Japón, a ese estancamiento económico que ha sufrido ya durante 10 o más años. Pero en reiteradas oportunidades ha mencionado a China como un riesgo, ha dicho que el gran riesgo mundial viene de la mano de un posible desbalance de la economía a favor de China. Este nuevo escenario con Japón, con Asia tomando mucha fuerza, especialmente por China, ¿no representa un nuevo estímulo para que América Latina se asocie con Europa, ya que se está planteando otra vez la posibilidad de avanzar hacia una zona de libre comercio? ¿Cómo ve este tema?
Enrique Iglesias junto al presidente de la República, José Mujica, en la celebración del cincuentenario de la ALADI. Foto: Presidencia |
EI - Yo he creído siempre que esa es una oportunidad que no podemos perder. Hay que mirar a todos lados, al norte, al este y al sur, a todas partes. Europa es un gran mercado para nosotros, pero el mercado asiático nos abre las puertas de una demanda de materias primas que no forma parte de las cosas en que Europa está particularmente interesada, ellos importan también, pero ahí tenemos otro tipo de problemas. El caso chino, el caso asiático en general es un mercado inmenso, yo siempre digo que le pusieron otro piso al mundo en 10 años, son 1.500 millones de consumidores que comen, que necesitan energía, que necesitan metales, que necesitan derivados energéticos. En eso estamos muy bien, entonces creo que importa mucho uno e importa mucho el otro. Pero todo el mundo puede entrar en crisis, también puede haber crisis en los mercados asiáticos. No es esperable en el momento actual, pero no se puede crecer eternamente al 10-11%, al menos esa es la historia. Por eso creo que tenemos que hacer lo que yo decía, tenemos que integrar mucho a América Latina, los mercados grandes cuando están integrados se van a defender mucho mejor internamente y hacia fuera. Tenemos que aprovechar ese gran mercado que está creciendo en América Latina para hacer de eso un punto de apoyo, como lo hacen los chinos y como lo está haciendo todo el mundo.
EC - En este escenario, ¿cómo observa los primeros meses de gobierno de José Mujica?
EI - Bien, muy bien. Está en un diálogo que me parece muy oportuno, que es parte de una cultura política en la que hay que insistir en el país, y la está llevando a cabo. Y en lo económico el país está administrado seriamente, se están haciendo las cosas bien. Eso lo reconocen primero la opinión que recojo en todas partes fuera, pero sobre todo los índices que son más decidores: llega la inversión, la gente que viene a invertir ha estudiado antes de llegar y está esta confianza, las cosas son atractivas. Y segundo, yo ayer veía un índice que mostraba que la preocupación por los temas económicos ha bajado en la opinión pública, eso es bastante importante, quiere decir que hay otros problemas que preocupan a la gente.
JAE - Se refiere a la encuesta que Equipos Mori difundió anoche en Subrayado que indica que la preocupación por los temas económicos está en tercer lugar, ha sido ampliamente superada por los temas de inseguridad.
EI - Qué tal. Eso demuestra que la cosa económica está... aparecen otros problemas. Esto es igual en toda América Latina, uno con medio siglo trabajando en estas cosas hasta extraña las grandes inflaciones, las grandes devaluaciones, las grandes misiones del Fondo. Los que hemos trabajado en esto muchos años nos damos cuenta del cambio que ha habido. Eso es importante. Uruguay está en la primera línea de esos cambios positivos, estamos razonablemente bien, se están haciendo bien las cosas y me parece que hay que mirar para adelante y cinchar todos juntos. Tenemos muchas oportunidades, soy bastante optimista respecto al futuro del país.
JAE - En los últimos tiempos han aparecido algunas reformas impulsadas por el gobierno que se han basado en argumentos que llegan del exterior, por ejemplo la política de flexibilizar el secreto bancario para facilitar las investigaciones de la DGI, y la idea de ampliar el IRPF y el impuesto al patrimonio a los activos mobiliarios que residentes en Uruguay tienen en el exterior. ¿Qué opinión le merecen estas consideraciones para lo que ha sido la historia, la tradición de Uruguay?
EI - El país tiene que ser cauto en esa materia, pero vive en el planeta. El tema de los controles financieros está creciendo y va a seguir creciendo, en un mundo donde hay tanto terrorismo, tanto dinero sucio, tanta especulación del narcotráfico, la única defensa que está dando resultado en esa lucha es el estrangulamiento de los canales financieros. Eso se impone como algo que va a ir creciendo, tenemos que vivir en esa realidad, no la podemos ignorar. Pero tenemos que tratar de preservar al máximo que no se usen los canales de apertura de información para otras razones que no sean las que alimentan la preocupación. Ahí es donde hay que tener mucho cuidado, porque no podemos perder el carácter de país serio. Es muy difícil escapar a esas tendencias, hay que administrarlas con cuidado. Es muy difícil salirse de un mundo donde el control financiero es lo único que está más o menos apretando a estos desgraciados movimientos que están tan extendidos en el mundo.
JAE - El lunes aquí en En Perspectiva se planteó un debate sobre los ajustes tributarios, y aparecían dos corrientes claramente enfrentadas: por un lado el comentario "esto llega de fuera, no hay nada que hacer, si queremos estar en el mundo hay que avanzar por este lado", y en sentido contrario, en filas de la oposición se recalca que Uruguay está cediendo a lo que le ordenan los países centrales, cuando podría tomar un camino más independiente.
EI - Yo no ignoro que en estos movimientos los peces gordos se mueven con más comodidad que los peces chicos, eso es cierto, ha sido siempre así en el mundo. Por eso digo que hay que manejarse con extrema habilidad para ir en la corriente pero tratar de tener los ojos bien abiertos cuando se aplican las cosas, siempre hay margen para hacer cosas que permitan mantener mucha seriedad en la forma como se administran estas cosas. Es muy difícil salirse del bote, pero podemos dentro de él manejarnos con la mayor habilidad posible para aplicar las normas asegurando la mayor seriedad posible en todo esto. El tema es complicado, pero salirse del juego es bien difícil. Esa es mi opinión. Y creo que esto va a continuar, porque hay posiciones muy fuertes de los países que manejan las grandes finanzas.
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EC - ¿Cómo sigue su itinerario?, ¿para dónde va?
EI - Voy a estar por aquí descansando un poquito, voy a ver los arándanos, a ver cómo andan, y después sigo para Europa. Este mes en Europa está todo cerrado, pero después en el otoño, con los fríos, allá empieza a ser todo mucho más activo; estamos preparando la cumbre, y vamos a dar muchas vueltas por aquí. Y seguimos remando, mientras tanto haciendo cositas, para no perder la costumbre.
EC - De la audiencia llegan varios mensajes. Por ejemplo este de Hugo, que dice:
"Quiero que le digan al contador Iglesias que me enorgullece su gran éxito mundial".
Usted conoce el cariño que su figura despierta entre los uruguayos.
EI - Cómo no lo voy a conocer, y cómo no lo voy a agradecer y extrañar. Por supuesto que lo conozco. Le agradezco mucho a quien ha dicho eso, y le mando un abrazo, porque estimula a seguir adelante.
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Transcripción: María Lila Ltaif