Las economías desarrolladas se desaceleran: ¿deben los Gobiernos adoptar nuevas medidas de estímulo fiscal?
Análisis del economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 08.46 Hs.)
JUAN ANDRES ELHORDOY (JAE):
"Las medidas de austeridad deben aplazarse si la desaceleración de la economía mundial persiste", afirmó el secretario general de la OCDE, José Ángel Giurría, en declaraciones realizadas el viernes pasado en Viena.
Este comentario se da en un contexto en que cada vez son más las voces que reclaman nuevos paquetes de estímulo a la actividad en las economías desarrolladas. La salida de la crisis está siendo más lenta que lo esperado en esas economías y crece la preocupación en torno a una recaída de la actividad.
¿Los Gobiernos de las economías desarrolladas tienen margen para aumentar más el gasto? ¿Qué nuevas medidas podemos esperar? El diálogo es con el economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.
¿Cómo vieron ustedes las declaraciones que realizó el secretario general de la OCDE? ¿Los Gobiernos de las economías desarrolladas deben postergar la introducción de recortes en el frente fiscal?
URI LICHTENSTEIN (UL):
Es importante señalar que estamos ante un tema muy sensible, respecto del cual, hoy por hoy, no hay consenso en la esfera política ni en el ámbito académico.
Hace algunos días el Wall Street Journal divulgó una encuesta realizada entre analistas norteamericanos, según la cual, el 63% de los entrevistados se oponía a la introducción de nuevos estímulos a la actividad económica y un 37% estaba a favor de más estímulos. Eso nos da la pauta de lo dividida que están las opiniones en Estados Unidos.
De todas formas, y en línea con lo que comentó el secretario general de la OCDE, tendemos a pensar que todavía no es momento de introducir ajustes fiscales, al menos cuando hablamos de las tres principales economías desarrolladas: Estados Unidos, Alemania y Japón.
JAE - ¿Por qué hay tanta resistencia a la adopción de nuevas medidas de estímulo fiscal?
UL - Quienes insisten en adoptar medidas de austeridad o de ajuste temen que déficit fiscales tan importantes -como los que se ven en las principales economías del mundo hoy- puedan terminar generando desconfianza en los mercados. Si los inversores comienzan a dudar de la capacidad de pago a mediano plazo de Estados Unidos, Alemania o Japón, eso podría derivar en aumentos de las tasas a las que se financian esos países, lo que tendría impactos muy negativos en la actividad.
Algo de eso es lo que vimos en el caso de Grecia. Grecia tiene un déficit fiscal y un nivel de endeudamiento público tan elevados, que los inversores comenzaron a exigir tasas muy altas para financiar al Gobierno de ese país. En ese marco y como Grecia ya no pudo obtener financiamiento en los mercados internacionales a tasas razonables, los demás miembros de la Eurozona y el FMI debieron salir en su rescate.
A nuestro juicio, algunas economías de la periferia de Europa como España, Portugal, Irlanda (y evidentemente Grecia) no tienen más margen para seguir aumentando el gasto público. De hecho, los mercados ya estaban mirando con desconfianza a esas economías y debieron realizar ajustes fiscales importantes, pero la situación parece ser bien distinta a nivel de las principales economías desarrolladas.
JAE - ¿Por qué es distinta la situación en las principales economías desarrolladas?
UL - Porque aunque Estados Unidos, Alemania y Japón tienen déficit fiscales abultados, por el momento los mercados no parecen sentirse incómodos con esos desequilibrios.
De hecho, a pesar del aumento fuerte del gasto público que vimos en esos países en los últimos dos años, la inflación subyacente en esas economías permanece en niveles muy bajos, en menos de 1% en el caso de Estados Unidos y de la Eurozona, y en terreno negativo en el caso de Japón. Además, las tasas que pagan los bonos públicos de esas economías a 10 años o a 30 años también están en niveles históricamente bajos, lo que implica que por el momento no parecen haber temores con relación a la solvencia de esas economías.
Entonces, con una actividad que está dando señales claras de enfriamiento, la introducción de recortes fiscales en esos países perjudicaría a sus economías y enlentecería además al resto de la economía mundial. En ese sentido, por ejemplo, las decisiones de política fiscal que adopte Alemania pueden ser cruciales para el resto del continente europeo.
JAE - ¿Por qué decís eso?
UL - Porque, como decía recién, las economías de la "periferia" de Europa sí deben tomar medidas de austeridad fiscal. En ese marco, una política fiscal más expansiva en Alemania, que estimule la demanda interna, promovería una mayor demanda de importaciones desde los demás socios de la Eurozona, y beneficiaría así al conjunto de la región. Además, con el euro cotizando a 1,30 dólares, varias economías de Europa enfrentan problemas de competitividad, y una política fiscal expansiva en Alemania podría alentar una depreciación del euro y por esa vía también favorecería al conjunto de la zona.
JAE_- Por el momento el Gobierno alemán no está pensando en aumentar el gasto público, ¿no es así?
UL - Efectivamente. De hecho, el Gobierno de Angela Merkel introdujo recortes fiscales importantes para los próximos años y por el momento se mantiene firme en esa decisión.
En cambio, los Gobiernos de Japón y Estados Unidos realizaron anuncios en las últimas semanas que apuntan a otorgar un mayor estímulo a la actividad. En Japón, el Gobierno anunció que analiza la introducción de un nuevo paquete de estímulo fiscal para finales de este año, aunque no dio mayores detalles y, en Estados Unidos, hace pocas semanas Obama anunció un programa de inversión en carreteras y ferrocarriles tendiente a promover la creación de empleo, por un valor aproximado de 50.000 millones de dólares. Además, el Congreso analiza la posibilidad de extender las exenciones tributarias que fueron concedidas durante el Gobierno de Bush y que pierden vigencia el próximo 31 de diciembre.
Probablemente esos Gobiernos están asumiendo que esta recesión ha sido distinta que las anteriores y que la recuperación va a tardar más tiempo en llegar de lo que se pensaba hace algunos meses.
JAE_- ¿Por qué esta vez la recuperación va a ser más lenta que en crisis anteriores?
UL - La principal diferencia es que esta vez la recesión tuvo origen en una crisis financiera. Varios economistas que se han dedicado a estudiar y a comparar episodios recesivos a lo largo de la historia, concluyen que las recesiones que son acompañadas por crisis financieras son seguidas de recuperaciones particularmente lentas.
En este caso, además, el consumidor llegó a la crisis excesivamente endeudado. Por eso, lo que vemos hoy en día en las economías desarrolladas en general (y en Estados Unidos en particular), es que el consumidor está dando lugar a un proceso de despalancamiento, tiene que ahorrar para bajar su endeudamiento, y ese proceso puede extenderse por unos años más.
Por eso, si el consumo privado va a mostrar muy poco dinamismo por un tiempo relativamente prolongado, a nuestro juicio sería conveniente que los Gobiernos posterguen la adopción de medidas de austeridad, al menos en aquellas economías que parecen tener margen para eso, como Estados Unidos, Alemania y Japón.