Premio Nobel de Economía a tres investigadores del mercado de trabajo: ¿cuáles fueron sus principales contribuciones?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.47 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Los economistas Peter Diamond (del Instituto Tecnológico de Massachusetts), Dale Mortensen (de la Northwestern University) y Christopher Pissarides (de la London School of Economics) recibieron esta semana el Premio Nobel en Economía.
El premio fue concedido en reconocimiento a sus contribuciones al estudio del funcionamiento del mercado de trabajo. ¿Por qué hay tanta gente sin trabajo si en el mismo momento hay empresas que no logran contratar trabajadores? ¿Cómo influyen las políticas de protección del empleo o los seguros de paro? Los estudios de estos académicos trajeron nuevas respuestas a esas preguntas, según consignó el comunicado del comité de la Academia Sueca.
En seguida, este es el diálogo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
¿Por dónde comenzamos? Se me ocurre que vale la pena poner un poco de contexto. El premio fue concedido por el desarrollo de la teoría de Mercados con Fricciones y Costos de Búsqueda. ¿Qué quiere decir eso y cómo se relaciona con el mercado de trabajo?
PABLO ROSSELLI (PR):
Aclaremos que vamos a hacer algunos comentarios de carácter más o menos general, sin entrar en detalles técnicos. El asunto es el siguiente. El paradigma teórico clásico, convencional, parte del principio de la oferta y la demanda. ¿Qué quiere decir eso? En mercados simples, el precio de un bien o servicio es la variable de ajuste entre la oferta y la demanda. Si hay más oferta que demanda el precio baja; si hay más demanda que oferta el precio sube. Y si se deja que los precios fluctúen libremente sin intervenciones de las políticas públicas deberíamos esperar que los mercados estén siempre equilibrados, con la oferta igual a la demanda.
Lógicamente ese paradigma es una simplificación muy grande de la realidad, y un tema que siempre surgía en la academia era en qué medida esa simplificación de la realidad podía conducir a conclusiones equivocadas. Un mercado clave para el cual se solía pensar que ese paradigma era excesivamente simplificador era justamente el mercado de trabajo. Con el paradigma tradicional no deberíamos observar situaciones de desempleo significativas (el salario tendría que moverse hasta que oferta y demanda se igualen). Pero el desempleo es una realidad en todos los países del mundo (con variantes por cierto, pero no existen situaciones de pleno empleo). Siempre hubo explicaciones intuitivas para esa situación, pero la contribución de estos autores estuvo en desarrollar un cuerpo teórico que explicara el comportamiento de las empresas y de los trabajadores a la hora de ir al mercado de trabajo.
En el mercado de trabajo, la realidad es que confluyen numerosos actores (empresas y trabajadores) muy diferentes entre sí y eso hace que el proceso de búsqueda de empleo y de búsqueda de trabajadores sean un proceso largo y costoso. Las decisiones son complejas y las consecuencias de errar en una contratación son mucho más importantes que las de errar en la compra de un par de zapatos o de un kilo de manzanas en la feria.
JAE: ¿Y eso qué significa?
PR: Bueno, la consecuencia de eso es que el mercado funciona con lo que los economistas llamamos fricciones, que no son más que impedimentos para que la oferta y la demanda se encuentren en el mercado. Estos autores estudiaron en detalle todas esas posibles fricciones o impedimentos al buen funcionamiento del mercado de trabajo.
JAE: Ese es el marco general. ¿Qué resultados son particularmente importantes en el trabajo de estos autores?
PR: Entre los primeros aportes, Diamond demostró que no era necesario que los costos de búsqueda de empleo por parte de las empresas y de los trabajadores fueran muy altos para que los resultados del mercado fueran sensiblemente distintos a los que se desprendían del paradigma tradicional. Y ese hallazgo dio impulso a muchas más investigaciones. Desde el análisis específico del mercado de trabajo surgieron argumentos a favor de que se podían observar situaciones persistentes de desempleo que podían justificar un manejo de tipo keynesiano de la política económica (con políticas fiscales o monetarias que procuraran combatir el desempleo). Este era un tema de amplio debate en la academia (desde los tiempos de Keynes en los años 30). Pero los primeros trabajos de Diamond, en los años 70, proporcionaron elementos nuevos.
JAE: ¿Qué otros resultados fueron importantes? En la prensa especializada se mencionan temas como salarios mínimos y seguros de desempleo.
PR: Es cierto. Bajo el paradigma convencional de que el salario siempre varía para que la oferta y la demanda se igualen, en la economía no debería haber desocupación. Y si los Gobiernos establecen políticas de fijación de salarios mínimos, esas políticas sólo pueden destruir empleos. ¿Por qué? Porque un salario más alto que el de mercado solamente puede tener el efecto de generar una menor demanda de empleo. Sin embargo, los estudios de estos académicos demostraron que era posible, bajo ciertos límites, que la fijación del salario mínimo no afectara el empleo y de hecho contribuyera a mejorar el bienestar.
En cuanto a los seguros de desempleo, hay varios resultados importantes. En primer lugar, un aumento de los beneficios por desempleo reduce los incentivos de los trabajadores a buscar trabajo o a aceptar ofertas concretas de las empresas. A nivel macroeconómico eso tiende a incrementar el salario real pero desalienta la creación de empleos y genera un desempleo estructural más alto. Esto no niega que los seguros de desempleo cumplan una función clave en la red de protección social y que puedan mejorar el bienestar de la sociedad, pero los estudios marcan que hay que ser cuidadosos con el diseño de estos instrumentos. Un resultado adicional confirmado a nivel de estudios empíricos es que los trabajadores tienen incentivos mayores a tomar un empleo (a aceptar alguna oferta) una vez que se acerca el período de finalización del seguro de paro. Eso justifica, a su vez, que los pagos por seguro de desempleo sean decrecientes en el tiempo. Es mejor pagar mucho al comienzo y menos al final que pagar todos los meses lo mismo.
Un tercer resultado marca que en el tema de las regulaciones de protección del empleo los detalles son muy importantes.
JAE: ¿Por qué? ¿A qué te estás refiriendo?
PR: Me refiero a temas como éste. Las normas de protección del empleo tienen impactos diferentes en el mercado según cómo se diseñen. Los costos de despido, que consisten básicamente en que la empresa le pague una indemnización al trabajador, no tienen un impacto significativo en la creación de empleos y en el nivel de desocupación estructural. En cambio, las regulaciones que dificultan los despidos sí tienen efectos negativos en el empleo. Eso debería llamar a reflexión cuando pensamos en las políticas para el mercado de trabajo. La fijación de indemnizaciones por despido es más eficiente que las normas que traben la concreción de despidos.
JAE: ¿Hay algún otro aspecto relevante a comentar?
PR: Sí. Estos autores proporcionaron un enfoque para distinguir entre situaciones de desempleo estructural y situaciones de desempleo derivadas de insuficiencia de demanda en la economía. Cuando el desempleo obedece a insuficiencia de demanda, lo que se observa es un aumento en la tasa de desempleo y una reducción en la cantidad de vacantes que hay disponible en la economía. En cambio, cuando el desempleo aumenta por razones estructurales (cambios tecnológicos que generan despido de algunos trabajadores y las empresas no encuentran trabajadores con las habilidades que se requieren en los nuevos empleos) entonces junto con una mayor desocupación se observa una mayor cantidad de vacantes.
Estos académicos también mostraron que cuando la economía recibe un shock negativo el desempleo sube rápido (las empresas despiden trabajadores) mientras que cuando la economía recibe un shock positivo, el desempleo baja en forma más lenta (porque el proceso de búsqueda de trabajadores es costoso y toma tiempo). Estos son elementos particularmente relevantes en la coyuntura actual de Estados Unidos, donde estamos viendo un descenso lento del desempleo a partir de niveles muy altos que coinciden con muy pocas vacantes disponibles, situación típica de una recesión profunda más que de un desempleo estructural.
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