La expansión de la liquidez en Estados Unidos hace temer por un aumento de la inflación internacional - Posibles impactos en Uruguay y perspectivas
Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.46 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La medida anunciada por la Reserva Federal la semana pasada, de inyectar unos 600.000 millones de dólares adicionales en el mercado, ha generado repercusiones en varios frentes. En particular, varios analistas destacan el impacto que este aumento de la liquidez podría tener sobre la inflación internacional.
En ese sentido, en Brasil, el dato de inflación de octubre sorprendió al ubicarse por encima de 0,7% y llevar la inflación anual a 5,20%. Al mismo tiempo, en Uruguay el Gobierno ha sido bastante explícito al señalar su preocupación por este tema, que lo ha llevado a postergar en las últimas semanas diversos ajustes de tarifas y de otros precios administrados.
¿Podemos ver en el mundo mayores presiones inflacionarias en los próximos meses? ¿Cuáles son las perspectivas para Uruguay en materia de precios? El diálogo es con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.
¿La decisión de la FED de volcar 600.000 millones de dólares más al mercado puede generar un aumento de la inflación en el mundo?
FLORENCIA CARRIQUIRY (FC): El tema es: ¿más inflación en dónde? Si miramos a Estados Unidos, probablemente no veamos impactos muy significativos en la inflación, al menos en el corto plazo, dado que no se espera que haya un aumento fuerte del crédito y la economía en general sigue bastante deprimida.
Más allá del impacto en Estados Unidos, este aumento de la cantidad de dólares que la FED vuelca al mercado está generando presiones al alza de los precios de los commodities en todo el mundo. Eso provoca subas de la inflación en varios países. Sobre todo cuando al mismo tiempo se intentan evitar bajas adicionales del dólar.
JAE: ¿Cómo es eso? Quizás valga la pena explicar un poco mejor esto último que decías.
FC: El aumento de la liquidez en el mundo se está canalizando en alguna medida a los mercados de commodities, generando subas de precios que no necesariamente obedecen a los fundamentos de oferta y demanda por esos productos. Para poner algunos ejemplos, en las últimas jornadas la soja está cotizando a más de 480 dólares la tonelada, el trigo a más de 260 dólares, la carne también tuvo alzas fuertes. En general, hemos visto un incremento significativo de los alimentos, que son productos claves en la canasta de consumo de cualquier país. En países exportadores de commodities, como Uruguay, el hecho de que suban sus precios de exportación presiona al alza los precios de esos productos en el mercado interno. Si hay perfecta flotación cambiaria, al aumentar los precios de exportación el dólar tiende a bajar y eso hace que medidos en moneda local, esos precios no suban tanto, amortiguando la presión al alza sobre los precios internos de estos productos.
En los últimos meses hemos visto en varios países esfuerzos importantes por evitar bajas adicionales del dólar, lo que implica que el aumento de los precios de los alimentos en el mundo tienda a trasladarse en mayor medida a los precios internos. En otros términos, al procurar evitar que opere el ajuste vía tipo de cambio, estos países terminan importando más inflación externa.
JAE: ¿Con las subas que estamos viendo en los commodities, debemos esperar más inflación en Uruguay en los próximos meses entonces?
FC: Si se mantuviera el ritmo de aumento de precios que estamos viendo en algunos commodities, probablemente veríamos un aumento de la inflación en alimentos. Sobre todo si se procura evitar que el dólar siga cayendo.
Pero además, en nuestro país, al igual que en otras economías emergentes, hay un segundo factor de presión sobre la inflación, que es la firmeza de la demanda interna. En un marco de expansión económica, el aumento de los ingresos genera presiones alcistas sobre los precios de los bienes y servicios no transables, que son los que se fijan según la dinámica interna de oferta y demanda (porque no se exportan ni se importan en forma significativa). Para tener una idea, según nuestras estimaciones, la inflación no transable en los últimos doce meses se ubica en nuestro país en torno de 10%.
En definitiva, esta conjunción de más inflación internacional en alimentos (exacerbada por los esfuerzos por evitar la baja del dólar) y de demanda interna firme (que alienta más inflación no transable) nos hace pensar en que las presiones inflacionarias probablemente sigan firmes en los próximos meses.
JAE: De hecho en los últimos meses se está viendo más preocupación en las autoridades por el aumento de la inflación. Primero se postergó el ajuste de la cuota mutual, luego se hizo lo mismo con el boleto y con los combustibles. ¿Cómo están viendo este tipo de medidas?
FC: Sí. Efectivamente las mayores presiones inflacionarias y la preocupación por evitar descensos más importantes del tipo de cambio están alentando en los últimos meses medidas más heterodoxas por parte del Gobierno para contener la suba de precios. Tú mencionabas la postergación del ajuste de la cuota mutual, del boleto, de los combustibles. En los últimos doce meses los precios administrados en su conjunto aumentaron apenas 3,5%. Es un factor clave para explicar porque la inflación no está hoy sensiblemente por encima del 7%.
De hecho, según nuestras estimaciones, la inflación subyacente, que mide la evolución del IPC sin considerar ni frutas y verduras ni precios administrados y, como decimos habitualmente es una mejor señal de qué está pasando con la dinámica de precios, se ubica actualmente por encima de 8% en términos anuales. o sea que si no fuera por el esfuerzo realizado a nivel de los precios administrados, la inflación estaría definitivamente por encima de los niveles actuales.
JAE: ¿Es esperable ver más medidas de este tipo entonces? Te lo pregunto sobre todo pensando en el espacio fiscal que tiene el Gobierno para seguir postergando estos ajustes de tarifas y de precios administrados.
FC: Este camino de contención de los precios administrados puede tener "éxito" en contener la inflación en el corto plazo, pero tiene también sus costos. Uno de ellos es el costo fiscal por no realizar ajustes en las tarifas. En ese sentido, si bien el Gobierno tiene hoy espacio fiscal para absorber este costo, esto no puede sostenerse ilimitadamente. Más tarde o más temprano deberán realizarse ajustes de los precios administrados.
JAE: Para terminar entonces, ¿Cómo quedan las proyecciones de inflación en Uruguay?
FC: Nuestras proyecciones apuntan a inflación en torno de 7% tanto para este año como para 2011. Por supuesto, en última instancia esto dependerá de cómo sigan evolucionando las presiones inflacionarias externas e internas que mencionaba antes y de las decisiones de política monetaria que se tomen en los próximos meses. En el contexto actual tendemos a pensar que es difícil que la inflación se ubique dentro del rango de 4% a 6%, que rige a partir de junio de 2011.