Tipo de cambio y competitividad de la economía uruguaya. Análisis y perspectivas
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 08:44 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Después de superar los 21 pesos durante algunas jornadas de junio y julio, el dólar volvió a bajar en nuestro país y cotiza nuevamente en las últimas jornadas en torno de los 20 pesos.
En este marco y en línea con lo que estamos viendo en otras economías del mundo, la apreciación de nuestra moneda se ha transformado en un tema de preocupación en Uruguay.
Por eso, en seguida conversaremos de la situación actual y de las perspectivas de competitividad de nuestro país con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
¿Cómo están evaluando ustedes la competitividad actual de la economía uruguaya?
PABLO ROSSELLI (PR): En términos de tipo de cambio real es claro que frente a Estados Unidos y frente a Europa estamos con niveles de competitividad históricamente bajos. Concretamente, el tipo de cambio real frente a Estados Unidos está actualmente más de 30% por debajo de los niveles promedio de los últimos 40 años y algo similar pasa con Europa. Son niveles tan bajos como los que se vieron en el peor momento de la década de los años 90, y de allí que a veces se hable nuevamente de "atraso cambiario".
Ahora, si bien es innegable que la apreciación de la moneda es un factor de preocupación bien relevante hoy por hoy en nuestro país, a nuestro juicio es importante advertir que hay diferencias bien notorias entre la situación actual y la de los años 90.
JAE - ¿A qué diferencias estás haciendo referencia? ¿Qué hace a la situación de competitividad de hoy distinta de la de los años 90?
PR - Bueno, varias cosas. En primer lugar, una diferencia clave frente a los años 90 tiene que ver con los precios de los commodities. Hoy estamos con niveles de precios de los alimentos sustancialmente mayores que en los años 90 y eso es un elemento importante porque el corazón agroexportador de nuestro país tiene precios de venta que en buena medida le permiten soportar mayores costos en dólares.
Y, en segundo lugar, en los 90 no sólo estábamos muy caros frente a Estados Unidos y frente a Europa, sino que también estábamos caros frente a otras referencias importantes, como Australia y Nueva Zelanda, que son competidores clave de Uruguay en la venta de commodities. Ni hablar de la situación que vivimos entre 1999 y 2002, luego de la devaluación de Brasil y hasta que nosotros también devaluamos. En esos años quedamos muy caros frente a prácticamente todos los mercados y competidores relevantes y eso era muy recesivo para nuestro país y de hecho probó ser una situación insostenible.
JAE - ¿Y como está hoy la competitividad de nuestro país frente a estas referencias?
PR - Si miramos hoy nuestro tipo de cambio real frente a Brasil o frente a Australia o Nueva Zelanda estamos en niveles que podemos considerar "razonables", en torno a los niveles promedio históricos de largo plazo. Incluso con Argentina estamos recuperando competitividad, debido a la inflación que hay en ese país.
En definitiva, entonces, los altos precios de los commodities y el hecho de que el debilitamiento del dólar (y del euro) sea un fenómeno muy generalizado a nivel mundial son a nuestro juicio diferencias fundamentales respecto de la década de los 90.
JAE - Está claro. Ahora, recién mencionabas algunas referencias importantes, como Brasil, Nueva Zelanda o Australia. ¿Pero cómo está nuestra competitividad frente a China? Porque en los últimos años China se ha convertido en un cliente importante para algunos sectores y en un competidor clave para otros.
PR Sí, la comparación frente a China es muy relevante pero difícil. ¿Por qué digo esto? Hasta inicios de la década de los 80 China tenía una moneda muy apreciada y eso implicaba precios relativos muy favorables para nuestro país. Sin embargo, en ese momento China era una economía muy cerrada, donde el comercio exterior estaba muy regulado. Eso hace que no tenga mucho sentido compararse con aquellos años. Por esa razón, en nuestros análisis nosotros tomamos como base de comparación la evolución del tipo de cambio real desde finales de los 80 o comienzos de la década de los 90, después de que China comenzó a integrarse y a comerciar con el resto del mundo de forma más significativa. Hecha esa aclaración, el nivel de competitividad de nuestro país frente a China es hoy sensiblemente menor al de los últimos años. Está aproximadamente 10% por debajo del promedio de las últimas dos décadas que, como recién decía, es la referencia con la que trabajamos. Sin embargo, también en este caso estamos con una situación de competitividad notoriamente más favorable que la que teníamos en la segunda mitad de la década de los 90.
JAE - En relación a Brasil puntualmente, en los últimos meses se han escuchado varias voces que alertan acerca del riesgo de devaluación del real y del impacto que eso tendría en Uruguay. ¿Cómo están viendo este tema?
PR - Es cierto que en las últimas semanas el cambio de gobierno generó algunas dudas sobre la continuidad de la política monetaria en Brasil y algunos analistas alertaron acerca de un riesgo de devaluación del real. Es claro que un escenario devaluatorio en Brasil tendría impactos en nuestra moneda, porque es difícil que en un marco de flotación cambiaria nuestros precios se alejen significativamente de los de Brasil.
Ahora, hay que advertir que estos temores han tendido a ceder en los últimos días, después de que Dilma Rouseff anunciara la conformación del nuevo equipo económico, con nombres que reafirman la idea de continuidad en la conducción macroeconómica.
En ese marco, nosotros tendemos a pensar que en el contexto actual vamos a seguir viendo en los próximos años flujos importantes de capitales ingresando a Brasil y por lo tanto vemos como poco probable una devaluación del real, en tanto no cambie el marco externo de forma significativa.
JAE - Entonces, ¿qué perspectivas cambiarias están manejando para Uruguay?
PR - A nuestro juicio, en 2011 vamos a seguir viendo un peso uruguayo muy apreciado frente al dólar y también frente el euro. Esa visión asume que los precios de los commodities se van a mantener altos, que la economía uruguaya va a seguir creciendo firmemente y que las economías desarrolladas van a tener varios años de poco dinamismo, que las va a hacer conservar tasas de interés en niveles muy reducidos. En un escenario como ese es esperable que el dólar siga débil en todo el mundo, sobre todo frente a las monedas de las economías emergentes.
Lógicamente, si el mundo registrar un giro significativo, con caída de los precios de los commodities y aumento de las tasas de interés en las economías desarrolladas, seguramente veríamos una suba del tipo de cambio en todo el mundo y también en Uruguay. Lo importante es que a diferencia de la década de los 90, hoy tenemos flexibilidad cambiaria y eso es algo que tenemos que preservar, porque permite reaccionar oportunamente ante cambios en el escenario internacional. Lo que sucedió a finales de 2008, con el estallido de la crisis internacional es un buen ejemplo. Cuando recibimos el shock externo negativo, el dólar en nuestro país subió (al igual que en todo el mundo) y operó como elemento de ajuste en la economía, amortiguando los impactos del shock externo. Esa flexibilidad cambiaria fue a nuestro juicio un elemento clave en el buen desempeño que mostró Uruguay en 2009 pese a la crisis mundial.
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