Análisis Económico

La inflación bajó en noviembre – Análisis y perspectivas

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.50 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
La inflación de noviembre fue ligeramente negativa. Concretamente, el IPC bajó 0,08% y de esa manera en los últimos 12 meses la inflación se ubicó en 6,85%, dentro del rango objetivo del Banco Central.

Les proponemos analizar en más detalle este dato de inflación divulgado ayer por el INE y conversar sobre las perspectivas para los próximos meses. El diálogo es con la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.


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JAE: ¿Cómo vieron el dato de noviembre que se dio a conocer ayer?

FC: El dato de noviembre marcó una ligera caída de los precios a nivel total, lo que en alguna medida nos sorprendió. Nosotros proyectábamos una inflación ligeramente positiva, de 0,2% en el mes. Con este dato la inflación anual quedó en 6,85%, dentro del rango meta.

Sin embargo, ese ligero dato negativo fue consecuencia, exclusivamente, de la fuerte caída vista en los precios de las frutas y verduras (que en promedio bajaron 8,6% en el mes y restaron casi 4 décimas a la inflación mensual). De hecho, nuestra estimación de inflación subyacente se ubicó en 0,4% en el mes, por encima de lo que estábamos esperando incluso nosotros. De esa manera,  la inflación subyacente en los últimos 12 meses se ubicó en 8,6%, subiendo por quinto mes consecutivo.


JAE: ¿A qué obedeció ese incremento de la inflación subyacente?


FC: La core inflation o inflación subyacente fue mayor a la que estábamos aguardando esencialmente porque tuvimos por un lado una suba mayor a la esperada en los panes, de 1% (en un marco de suba del trigo), y por otro lado un incremento mayor también al que aguardábamos en los precios de los bienes y servicios no transables (que crecieron en promedio 0,7% en el mes, acelerándose respecto a meses previos).

En definitiva, realmente el dato de noviembre ratificó la visión que hemos comentado otras veces. Más allá de que la inflación cierre o no dentro del rango objetivo, se están advirtiendo presiones inflacionarias importantes en nuestro país, provenientes tanto desde el frente externo (por el alza de los precios de los commodities) como desde el frente interno (por el aumento firme de la demanda interna, en un marco de crecimiento fuerte de los salarios y bajo desempleo en nuestro país).

En estos últimos meses, la estrategia del Gobierno para combatir estas presiones inflacionarias se ha concentrado fundamentalmente en contener las subas de tarifas y otros precios administrados (como el boleto o la cuota mutual), mientras que a nivel de la política monetaria seguimos con una tónica expansiva (una tasa de interés nula en términos reales), a lo que se agrega una política salarial también muy expansiva. Habrá que ver cómo sigue esto en los próximos meses.


JAE: ¿Qué están proyectando ustedes para 2011? ¿Se va a poder cumplir con el objetivo de inflación de 4% a 6% que tiene el BCU para el año que viene?


FC: Nuestras proyecciones para 2011 asumen que las presiones inflacionarias prevalecientes hoy seguirían presentes en buena medida en los próximos meses. Esto se debe a que en términos generales vemos un escenario internacional que nos va a seguir marcando precios de los commodities muy firmes, y a nivel local vemos subas de salarios que van a convalidar subas importantes de los salarios. Por eso seguimos pensando que es difícil que la inflación se ubique dentro del rango objetivo el año que viene. De hecho estamos aguardando una inflación cerca de 7% para 2011.

De todos modos, en última instancia el dato puntual de inflación total que veamos el año que viene dependerá en cierta medida de qué haga el Gobierno con los precios administrados. En nuestras proyecciones asumimos subas moderadas de algunas tarifas y precios administrados, porque pensamos que el Gobierno no estaría dispuesto a asumir un deterioro fiscal mucho mayor por este tema. Ahora, si se optara por seguir sin realizar ajustes en estos precios (y por tanto asumir el mayor costo fiscal asociado), entonces el Gobierno podría lograr eventualmente una inflación menor a 6%, siempre que al mismo tiempo no se profundizaran las presiones inflacionarias que mencionaba antes, por ejemplo, porque los precios de los commodities siguieran subiendo mucho.

De todas maneras, esta forma de gestionar la inflación en base a contención de precios administrados no sólo tiene un costo fiscal importante sino que no ataca la dinámica más persistente de la suba de precios. Por eso, si el Gobierno optara por seguir con este tipo de medidas exclusivamente y no se tomaran medidas en el frente monetario o en el plano salaria, podría lograrse bajar la inflación del año que viene, pero el control de la inflación seguiría siendo un desafío central de la política económica más allá de 2011.


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