Análisis Económico

La economía de España está "en la mira" de los mercados: ¿se avecina un paquete de salvataje para ese país?

Análisis del economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.


(emitido a las 8.42 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
"La economía española es demasiado grande para dejarla caer, pero también es demasiado grande para poder ser rescatada". Así definía a España Nouriel Roubini, el economista que se hizo conocido mundialmente por anticipar la crisis financiera internacional de 2008.
 
Lo cierto es que España, la cuarta economía más grande de la Zona Euro, está en la mira de los inversores. y un rescate de ese país podría ser demasiado costoso para el resto de la Eurozona.
 
Estamos recibiendo al economista Uri Lichtenstein, de la consultora Deloitte.

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JAE: Hace algunos días comentábamos en este espacio que el rescate de Irlanda no había tranquilizado a los mercados. Ahora los inversores están mirando con temor a Portugal y a España, ¿cómo ves este tema?

URI LICHTENSTEIN (UL): Efectivamente. Los países de la península ibérica parecen ser ahora los que están bajo la lupa. Numerosos analistas incluso, descuentan que Portugal va a terminar solicitando asistencia financiera a los demás miembros de la Zona del Euro y al FMI, tal como lo hizo Grecia en mayo de este año y tal como lo hizo Irlanda hace muy pocos días. De todas formas, las interrogantes más importantes giran en torno a lo que pueda suceder con la economía española, porque se trata de una de las economías más grandes de la Zona del Euro.
 
JAE: ¿Y cuán grave es la situación en España?
 
UL: La situación de España tiene algunos puntos en común con el caso de Irlanda. En términos generales, podemos afirmar que el gobierno español había "hecho los deberes" relativamente bien en la década pasada. Se trataba de una economía que crecía a tasas importantes, con cuentas públicas superavitarias y con un nivel de deuda muy bajo con relación al PBI. Al igual que en el caso de Irlanda, lo que tuvimos en España en la década pasada fue una burbuja de crédito y una burbuja en el mercado inmobiliario extraordinarias. Burbujas que cuando se pincharon generaron problemas de solvencia para los deudores hipotecarios, problemas en el sistema financiero y niveles de desempleo espectaculares (ya que la construcción empleaba a una gran cantidad de trabajadores). Como consecuencia de esta situación, España ha tenido dificultades para crecer en los últimos trimestres y enfrenta una perspectiva de actividad muy débil. Fundamentalmente porque la situación a nivel del mercado de trabajo es muy complicada.
 
JAE: El desempleo en España se ubica por encima de 20%, ¿verdad?
 
UL: Sí, se trata del nivel de desocupación más alto en toda la Zona del Euro. Adicionalmente, el mercado de trabajo en España no es tan flexible como en el caso de Irlanda (fundamentalmente en lo que refiere a los mecanismos de ajuste salarial), lo que en última instancia podría dificultar una rápida recuperación del empleo en España. En ese marco, no se avizora una recuperación ágil del consumo privado en ese país. Ese débil crecimiento del consumo privado, junto con la introducción de recortes fiscales importantes, permite anticipar varios años de crecimiento muy reducido de la economía española. De hecho, según las últimas proyecciones del FMI, el PIB de España caería 0,3% en este 2010, crecería solamente 0,7% en 2011 y seguiría creciendo pero a tasas muy bajas en los años posteriores. Esas proyecciones eran previas a los últimos ajustes que se anunciaron en el frente fiscal, así que el panorama hoy seguramente sea todavía menos auspicioso. Esos niveles tan bajos de crecimiento económico y un déficit fiscal que este año se ubicaría en torno de 10% del PIB, permiten entender por qué los mercados tienen dudas acerca de la forma en que España logrará enfrentar sus compromisos de deuda en los próximos años.
 
JAE: ¿Es allí donde surge la posibilidad de que España termine recurriendo al fondo de asistencia al que ya recurrieron Grecia e Irlanda?
 
UL: Exactamente. Lo que genera más inquietud es que España es la cuarta economía de la Zona del Euro y su PBI duplica al de Grecia, Irlanda y Portugal en conjunto. En ese marco, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera creado en mayo por los gobiernos europeos (por 750.000 millones de euros) ya no sería suficiente para rescatar simultáneamente a esos cuatro países. En las últimas semanas las autoridades de algunos países de la Zona Euro plantearon la posibilidad de ampliar el Fondo de Estabilidad Financiera si ello fuera necesario. Sin embargo, muchos gobiernos europeos se muestran reticentes a inyectar más dinero para rescatar a las economías insolventes. En algunos de esos países, típicamente en Alemania, el costo político de comprometer nuevos fondos para asistir a las economías periféricas de la Zona del Euro podría ser demasiado importante. Y eso también está generando incertidumbre. Ahora bien: independientemente de esa discusión, nos parece que todavía es algo prematuro aventurar que España deberá recurrir a una asistencia masiva para cumplir con sus obligaciones.
 
JAE: ¿Es infundado entonces el temor de los mercados?
 
UL: Infundado no. El tamaño de España ciertamente justifica que los inversores estén preocupados. De todas formas, nos parece también importante tener en cuenta otros elementos que distinguen a España de la situación de Grecia, Irlanda o Portugal. En particular, el sistema financiero español está notoriamente más saneado que el de Irlanda. A pesar de que cuando se pinchó la burbuja algunas partes del sistema financiero (típicamente las cajas) sufrieron bastante porque estaban muy expuestas al sector inmobiliario, los grandes bancos muestran balances sólidos. Esa es una diferencia importante. Al margen de eso, también es importante marcar que el nivel de deuda de España con relación al PIB es más bajo que en los otros casos (en torno de 60%). En ese marco, aún cuando la actividad crecería poco (o incluso podría volver a caer) y el déficit fiscal podría ser bastante persistente, el gobierno de España parecería tener un margen financiero mayor que Grecia (que tiene una deuda de 130% del PIB) y que Portugal e Irlanda (que ya tienen niveles de endeudamiento de 80% y 90% respectivamente). Esto ciertamente coloca a España en un plano diferente, aún cuando quizás deba recurrir a alguna asistencia financiera en los próximos meses.

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