China creció 10,3% en 2010 y se transformó en la segunda economía más grande del mundo
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.40 Hs.)
EMILIANO COTELO (EC):
China superó a Japón y se transformó en la segunda economía más grande del mundo. La noticia se conoció la semana pasada, luego de confirmarse que el PBI de China aumentó 10,3% en 2010, mientras que el de Japón aumentó 4%.
En ese marco, parece relevante poner nuevamente la mirada en China, que indudablemente se ha transformado en un jugador clave para la economía mundial. En seguida dialogaremos sobre el desempeño del "gigante asiático" con la economista Tamara Schandy de la consultora Deloitte.
Comencemos repasando cómo China llegó a ese "sitial de privilegio" en la economía mundial. Hace 15 o 20 años prácticamente nadie hubiera imaginado que China podía llegar a ser la segunda economía más grande del mundo, ¿no es así?
TAMARA SCHANDY (TS):
Exactamente, hace 20 años muy pocos imaginaban que China iba a adquirir una relevancia tan significativa para la economía mundial.
De hecho, a comienzos de los noventa China representaba solamente 2% del PBI mundial (medido en dólares) y ocupaba el décimo lugar por su tamaño. En ese momento, Estados Unidos representaba un 27% de la economía mundial y Japón el 14%. Con las cifras de 2010, China incrementó su participación de 2% a 9%, Estados Unidos representa hoy un 24% del PBI mundial y Japón quedó con una participación algo menor a 9% (por debajo de China).
De todas formas, es importante aclarar que China ocupa el segundo lugar por su tamaño si miramos a los países en forma individual, o sea, sin considerar a las zonas económicas. En este sentido, si consideramos a la Zona del Euro como una sola economía, China ya no ocuparía el segundo puesto en este "ranking" sino que quedaría en tercer puesto, justamente por detrás de la Eurozona.
Y por otra parte, no podemos olvidar que pese a ser la segunda economía más grande del mundo y pese a haber superado a Japón en términos de su PBI, aún sigue siendo una economía con bajos niveles de PBI per cápita. En 2010 el PBI per cápita de China se situó por debajo de los 4.000 dólares, lo que todavía sigue representando un valor bajo en la comparación internacional, ya que es 10 veces menor que el registrado en Japón o Estados Unidos, por ejemplo.
EC: Vale la aclaración. Ahora, ¿cómo fue posible este despegue extraordinario de la economía china en tan pocos años? Realmente llama la atención que ese país pasó de ser el décimo más grande en 1990 a ser el de segundo mayor PBI en 2010.
TS: Indudablemente es impresionante el crecimiento que ha tenido China en las últimas décadas. Concretamente, desde 1990 a esta parte la economía china viene creciendo a un ritmo promedio de 10% por año. Ese ritmo de crecimiento es notoriamente mayor que el que ha tenido Estados Unidos (que se expandió promedialmente 3% por año) y que el que ha tenido Japón (que viene creciendo a un ritmo cercano a 1% anual desde 1990 a esta parte).
¿Cómo son posibles esas diferencias tan importantes en las tasas de crecimiento? Lo primero que debemos tener en cuenta es que esas tres economías tenían "puntos de partida" bien diferentes. Hace 30 años China era una economía muy pobre y operaba con niveles de productividad muy reducidos. En ese marco, China tenía potencial para crecer sostenidamente a mayor ritmo que las economías desarrolladas porque, en primer lugar, tenía una gran cantidad de mano de obra que estaba desempleada y porque en segundo lugar, tenía muchísimo margen para crecer en base a mejoras de productividad.
Ese potencial de crecimiento (basado en la incorporación al mercado de trabajo de decenas de millones de personas y basado también en las posibilidades de mejorar sostenidamente la productividad, desde los muy bajos niveles que se observaban hace 30 años) recibió además un impulso bien importante a partir de las reformas dispuestas por las autoridades chinas a comienzos de la década de los ochenta.
EC: ¿Podemos repasar algunas de esas reformas?
TS: A grandes rasgos, el Gobierno chino dio lugar a un conjunto de reformas orientadas a la apertura de una economía que hasta entonces estaba basada en la planificación centralizada. Se tomaron medidas como la privatización del sistema de agricultura (que anteriormente estaba centralizado), se liberalizó significativamente el comercio exterior, se adoptaron medidas para estimular la Inversión Extranjera Directa, entre otras.
Esas reformas otorgaron un impulso muy significativo a la inversión extranjera y alentaron un crecimiento extraordinario de las exportaciones de China. En ese marco, es que en 2009 China pasó a ser el principal exportador a nivel mundial (superó a Alemania en ese rubro) y en 2010 se transformó en la segunda economía más grande del mundo como comentábamos anteriormente.
EC: ¿Y cuán sostenible es este crecimiento? ¿Podremos ver a China acortando distancias respecto de Estados Unidos y eventualmente pasando a ser la mayor economía del mundo en los próximos años?
TS: Los analistas internacionales estiman que la tasa de crecimiento tendencial de China para los próximos años se sitúa en torno de 8% anual. Ese nivel de crecimiento es algo menor que el que vimos en los últimos 20 años pero igualmente otorgaría margen para que la economía asiática continúe "recortando distancias" respecto de Estados Unidos.
En cualquier caso, China deberá superar algunos desafíos importantes a corto y a mediano plazo para mantener una trayectoria de expansión sostenida y fuerte como la que ha mostrado en los últimos años.
EC: ¿Cuáles son esos desafíos?
TS: En una mirada de corto plazo, China parece estar creciendo demasiado rápido. Decíamos que el PBI aumentó más de 10% en 2010 y en ese marco ya se están observando algunas señales de sobrecalentamiento.
Estas señales se manifiestan, por ejemplo, en la trayectoria de la inflación anual que se ubica en 5% (bien por encima del objetivo del Gobierno chino que es de 3%). Además, otro elemento de preocupación entre las autoridades está vinculado a la fuerte expansión del crédito observada en los últimos meses y al aumento que se está observando en el valor de los activos financieros e inmobiliarios. A modo de ejemplo, el precio promedio de los inmuebles aumentó 15% en los últimos dos años, y algunos analistas advierten que allí podría estar conformándose una "burbuja".
Lógicamente, resulta bastante difícil identificar cuándo un activo está sobrevaluado, cuando estamos ante una "burbuja", pero en cualquier caso hoy por hoy parece necesario que el Gobierno chino adopte medidas tendientes a "enfriar" la economía de forma de evitar exacerbar las presiones inflacionarias y las presiones sobre el valor de los activos.
EC: Queda claro ese punto. ¿Y cuáles son los desafíos que tiene que superar China en una perspectiva de mediano plazo?
TS: Por un lado, a mediano plazo el crecimiento de la economía china enfrenta algunas restricciones desde el punto de vista demográfico. La política de control de la natalidad impuesta por el Gobierno de ese país está provocando un gradual envejecimiento de la población, que según señalan los especialistas, tendería a enlentecer el aumento de la actividad en los próximos años.
El segundo desafío (y probablemente el más relevante de todos) consiste en reorientar la estrategia de crecimiento desde el sector exportador hacia el mercado doméstico. Eso es importante porque con un mundo desarrollado que todavía se muestra bastante vulnerable, las exportaciones de China hacia esas economías van a crecer a un ritmo menor al observado en las décadas pasadas y la demanda interna debería reemplazar (al menos parcialmente) la desaceleración de las exportaciones. Pero además es importante que el Gobierno apueste al fortalecimiento del mercado doméstico para mejorar el nivel de vida de la población.
EC: ¿Cómo sería eso?
TS: El tema es que pese a la fuerte expansión de la economía, buena parte de la población china continúa sumida en la pobreza y las remuneraciones siguen siendo en promedio muy bajas. Por eso, a nuestro juicio una apuesta más decidida hacia el mercado doméstico (lo que implicaría mayores incrementos salariales y una apreciación real del yuan para incrementar el poder adquisitivo de la población) representa un eslabón fundamental en este proceso de desarrollo de la economía china.
Y eso es clave no solo para mejorar las condiciones de vida de la población de ese país, sino también para el desempeño económico de la economía mundial en general y de las economías emergentes exportadoras de materias primas en particular. Recordemos que China es el principal cliente para una gran cantidad de economías emergentes (como por ejemplo Brasil) y es el principal demandante de materias primas en el mundo. Por eso, la firmeza de esa economía se ha tornado en un motor clave del proceso de expansión que están enfrentando las economías emergentes exportadoras de materias primas como la economía uruguaya.
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