La Tertulia Agropecuaria

¿El agro puede contribuir más a mejorar la distribución de la riqueza?

Este verano se instaló con fuerza la discusión sobre cómo mejorar la distribución de la riqueza que ha ido generando el país en los últimos años. ¿Cuánto puede contribuir el agro en este objetivo? Para discutir sobre el tema, La Tertulia Agropecuaria reunió al economista José Manuel Quijano, integrante habitual de La Tertulia de los martes, al economista Pablo Rosselli, director del Área de Asesoramiento Económico Financiero de Deloitte Uruguay, y a dos contertulios habituales: los ingenieros agrónomos Rodolfo Irigoyen y Guillermo Villa. La mesa fue coordinada por Rosanna Dellazoppa y conducida por Emiliano Cotelo.


(emitido a las 9.41 Hs.)


EMILIANO COTELO:
Este verano se instaló con fuerza la discusión sobre cómo mejorar la distribución de la riqueza que ha ido generando el país en los últimos años.

En especial, el debate ha sido muy intenso en la interna del gobierno y del Frente Amplio (FA). Mientras algunos sectores del oficialismo entienden que debería aumentarse la carga impositiva a quienes tienen más y a quienes han obtenido buenas ganancias en los últimos años, caso por ejemplo del Partido Comunista y el Movimiento de Participación Popular, sectores de los que surgen voces pidiendo que el sector agropecuario aporte más, en algunos casos mediante el aumento de impuestos como el IRAE y en otros estableciendo detracciones a las exportaciones de granos, por otro lado la Presidencia y el equipo económico responden que no es conveniente hacer cambios importantes en el sistema tributario actual. El sábado el presidente José Mujica salió al cruce de las propuestas que venían circulando, dijo: "No, no, bolazos no, algunos tipos tienen esa iniciativa. El gobierno no dijo nada de eso. El gobierno soy yo y el ministro de Economía. [...] Cuando haya que tomar medidas las vamos a anunciar y veremos. No estamos para asustar a la gente".

Hoy en La Tertulia Agropecuaria nos interesa hacer nuestro aporte a esta reflexión: ¿el agro puede contribuir más a la mejora de la distribución de la riqueza?

Para ello, la mesa que estará integrada por dos tertulianos habituales y dos economistas en principio no relacionados con el agro.

Los invitados son Pablo Rosselli, economista, director del Área de Asesoramiento Económico Financiero de Deloitte, y José Manuel Quijano, economista, asesor privado, integrante habitual de La Tertulia de los martes, y los locatarios son los ingenieros agrónomos, Rodolfo Irigoyen y Guillermo Villa, integrantes permanentes de La Tertulia Agropecuaria.

Empecemos por un aspecto básico: ¿cuál es el aporte que hace el agro hoy en materia impositiva? ¿Qué porcentaje de la carga tributaria total que tiene la actividad económica en el país corresponde al agro?

PABLO ROSSELLI:
Vamos a manejar un cálculo de OPYPA, un trabajo hecho por Adrián Tambler, que OPYPA hace desde hace varios años.

ROSANNA DELLAZOPPA:
En el Anuario.

PR - En el Anuario OPYPA se publica que el agro hace una contribución de impuestos de 228 millones de dólares, que representan un 6-7 % del producto agropecuario. Esa cifra es relevante como indicador de la contribución del agro a la carga impositiva, es muy difícil de comparar porque no hay cifras similares para otros sectores, y además el sistema tributario en los hechos combina imposiciones al consumo, que no pagan los sectores sino las familias, e imposiciones que recaen sobre las rentas, unas son rentas empresariales y otras son rentas personales. La DGI recauda unos 7.000 millones de dólares al año en impuestos, esas son las cifras que podemos poner, a mí me cuesta inferir de estos datos si de por sí es mucho o poco lo que paga el agro, me parece más relevante evaluar si el agro tiene un tratamiento tributario diferente del que tienen otros sectores. Si no lo tiene el número es el que es, si tiene un tratamiento tributario diferente, habría que evaluar cuán diferente es.

EC - Ese es otro punto del que se ha hablado en estas semanas, las exoneraciones o los beneficios, los subsidios que puede haber en el agro.

JOSÉ MANUEL QUIJANO:
Coincido plenamente con Pablo. Pero si uno mira los tres últimos años de aportes del agro que tenemos disponibles, 2007, 2008 y 2009, tomando siempre la misma fuente, el Anuario de OPYPA, en 2007 el aporte del PBI agropecuario fue de 8,1, en 2008 de 7,1, en 2009 de 6,8, ve que hay una tendencia declinante en cuanto al aporte o la presión fiscal agropecuaria con relación al producto agropecuario. De este dato no saco ninguna conclusión, simplemente es un dato de tendencia que me parece importante tener arriba de la mesa puesto que vamos a discutir sobre estas cosas.

EC - ¿Por dónde vienen las exoneraciones o agujeros en la tributación del agro?

PR - Las empresas pagan un impuesto a la renta por las actividades empresariales, las empresas agropecuarias pagan ese impuesto a la renta empresarial.

EC - El IRAE.

PR - El IRAE; la reforma de 2007 buscó que aumentara el número de empresas que terminaban tributando IRAE por su renta real. Es verdad que hay empresas que pueden tributar en lugar de su IRAE por la renta verdadera que perciben, si tienen tamaño bastante pequeño pueden terminar tributando sobre la base de un impuesto ficto o tributar solamente el impuesto a la enajenación de bienes agropecuarios. Pero la gran mayoría de las empresas agropecuarias paga el IRAE, que tiene la misma alícuota, 25 %, que el resto de las empresas. El sector forestal y los bosques citrícolas están exonerados por ley del IRAE. Desde ese punto de vista, en lo que hace al impuesto a la renta el sector agropecuario no goza de exoneraciones muy significativas. Hay un estudio de la DGI que sitúa el costo de esas exoneraciones y de alguna otra cosa que es parte de lo que podemos llamar la renuncia fiscal en unos 16 millones de dólares en el promedio del quinquenio, no hay una renuncia fiscal significativa.

EC - ¿Otros impuestos en el agro?

PR - Uno de los puntos de debate puede ser el tratamiento del impuesto al patrimonio, porque la gran mayoría de las empresas no tributan impuesto al patrimonio por el activo tierra.

EC - Eso se ha discutido, uno de los argumentos es: habiendo aumentado como ha aumentado, de manera tan fuerte el valor de la tierra, el precio de la tierra, ¿cómo es que hay exoneración del impuesto al patrimonio? Este argumento lo han escuchado.

PR - Sí; para ordenarnos podemos luego discutir sobre la pertinencia del impuesto al patrimonio en general. Para el agro hay impuestos sobre la tierra porque los aportes al Banco de Previsión Social (BPS) se calculan sobre la tierra, la contribución inmobiliaria también se calcula sobre la tierra, pero del impuesto al patrimonio están exoneradas prácticamente todas las empresas que no sean sociedades anónimas con acciones al portador, con lo cual la recaudación por el impuesto al patrimonio es bien pequeña.

GUILLERMO VILLA:
Un pequeño comentario sobre el impuesto a la renta. Generalmente cuando se está hablando de gravar riqueza, las ganancias, el problema no es la ganancia que se reinvierte, porque en general está bien visto que la ganancia se reinvierta, porque va a generar un círculo de más trabajo y más productividad, pero en el agro está la particularidad de que la ganancia que se genera y no se reinvierte, que se retira, está gravada con un 7 %.

PR - Como en todos los demás sectores.

GV - Pero eso lleva a que lo que se retira no sea el 25 sino un 7 % más.

PR - Es el 30,25 % de lo retirado. Es el mismo tratamiento para todos los sectores de la economía.

EC - Antes de seguir, ¿cuáles son los otros impuestos?

PR - Me quedó un detalle de tu pregunta sin contestar. Si la tierra se valoriza, al momento de venderla la ganancia de capital también está gravada en el sector agropecuario, como en los demás sectores, por el impuesto a la renta de la persona física con una alícuota que si recuerdo bien es del 12 %, y para contemplar la ganancia realizada desde antes de la reforma hay una opcionalidad de definir si se paga sobre un ficto o sobre la ganancia real, lo mismo que ocurre para la venta de otros inmuebles. La valorización de la tierra, cuando se realiza en una venta, también está gravada.

EC - Hay una exoneración en el caso del impuesto de primaria.

PR - Correcto, el impuesto de primaria no alcanza a la tierra.

RODOLFO IRIGOYEN:
Si no estoy mal de la memoria, en la reforma tributaria del año 1995, cuando se buscó eliminar los impuestos específicos o disminuir su importancia –cosa que me parece saludable para el sistema–, el impuesto de primaria que pagaba hasta entonces el sector agropecuario se suspendió y se sustituyó por un incremento en la tasa de otro impuesto. Se cambió se ventanilla, no es que se dejó de pagar, se dejó de pagar en forma específica, pero no se alivió la carga tributaria.

JMQ - Es un tema menor, si paga o no paga.

RI - Primaria tiene connotaciones especiales y se da la imagen de que no se les paga a los niños.

JMQ - Se da esa imagen, yo no quisiera poner énfasis en eso, pero creo que le haría mucho mejor al sector agropecuario en comportarse en este aspecto, con este impuesto, cuando son pocos los recursos que están de por medio, llevando a aportar a los que no aportaron.

RD - Aportan a todas las escuelas rurales que existen en el interior del país y que subsisten.

JMQ - Me refiero al impuesto de primaria. Con respecto a las exoneraciones, estamos hablando del decreto 455 de 2007, que creó el nuevo régimen. En el nuevo régimen entró también el sector agropecuario, y el sector agropecuario en el año 2010, según lo que nos informa OPYPA, también ha postulado a proyectos exonerados. Por ejemplo, en el año 2010 tenemos 62 millones de dólares, según el Anuario de Opypa, que han aspirado a tal cosa.

En el año 2010 el agro aspiró a 63 millones de dólares a exoneraciones. Una pequeña parte de eso, 0,7 %, es ganadería, muy poquito es olivos y arándanos, y el resto, 60 millones, es granos. Y según el informe de OPYPA la mayor parte de las inversiones corresponde a agricultura extensiva de granos.

EC - ¿De qué exoneraciones estás hablando?

JMQ - Estoy hablando de las exoneraciones de los proyectos, que exoneran entre un 50 y un 60 % del monto del proyecto al IRAE que le corresponde pagar a la empresa. Lo puede hacer en dos o tres ciclos, a veces hasta en cinco.

EC - Unas exoneraciones que están vigentes a los efectos de la promoción de la inversión.

JMQ - Hay una ley de Promoción de Inversiones que se complementó después con el decreto 455 de 2007. Mi primera sorpresa es cuando miro qué ha ocurrido con este proyecto y cómo opera –más que con el proyecto con el decreto– y a quién se le otorgan exoneraciones, y encuentro exoneraciones para el sector –en términos textuales– agricultura extensiva en granos, es decir, los que tienen los precios que todos conocemos, tienen exoneraciones de entre 50 y 60 % del IRAE y que se complementan en algunos casos, no sé si en estos agropecuarios en particular, con deducciones de IVA. Me sorprende realmente porque creo que la ley de Promoción de Inversiones tendría que tener un enfoque algo distinto con respecto a lo que deberíamos promover.

La segunda cosa con respecto a las exoneraciones. Cuando uno toma el período 2008-2010, 2010 estimado en los últimos dos meses, porque no lo tengo, uno descubre que hay dos o tres tendencias importantes acá. La primera es que las exoneraciones que tienen que ver con la agroindustria, que comprenden al agro y las actividades industriales asociadas, tienden a ser crecientemente hacia el agro y decrecientemente hacia la industria alimentaria y la forestación o la madera. Que es también una tendencia que a mi juicio no es exactamente la que el país necesita, porque, a diferencia del Catalán, creo que el país tiene que ponerle valor agregado, creo todavía en eso, es un viejo principio que Uruguay siempre defendió, que yo sigo defendiendo y que no es antiguo, no lo hemos podido concretar como se debía.

EC - Tú dices que para utilizar los mecanismos de promoción de inversiones por la vía de las exoneraciones habría que privilegiar más a la agroindustria que a la agricultura.

JMQ - Estoy diciendo otra cosa, digo que tenemos un régimen que se aplica desde el año 2007, que ha estado vigente en 2008, 2009 y 2010, y si lo analizamos un poquito en detalle vamos a encontrar cosas que a muchos no nos parece razonable que se hayan hecho así. Creo que estamos en un buen momento para hacer una evaluación seria de la plata que estamos gastando, porque estamos privándonos de cobrar impuestos a futuro. Eso está perfectamente evaluado, sabemos por qué montos tenemos promovida la agroindustria, y sabemos también la renuncia fiscal que está publicando la DGI hasta el 2010, año a año, y cómo viene creciendo. Porque lo que estamos haciendo es comprometiendo recursos fiscales a futuro. Pero si lo hacemos a la perfección, yo estoy de acuerdo en que haya promoción en aquello que corresponde que se promueva, o corremos el riesgo de dilapidar recursos, que es lo que en parte creo que está ocurriendo.

EC - Gonzalo de Punta Carretas dice que las exoneraciones de las que está hablando Quijano son para inversiones, y en los granos se han dirigido mayormente a infraestructura.

JMQ - OPYPA dice exactamente: corresponde a agricultura extensiva de granos.

GV - Pero la pregunta es: ¿esa ley de inversiones tiene algún tratamiento especial para el agro o es igual para todos los sectores que invierten?

JMQ - Es igual.

GV - Quizás la explicación de que la mayoría esté en el sector granos y no en forestación ni en ganadería sea que de ese período para acá fue que se dio el gran crecimiento de la agricultura. En Uruguay durante añares la inversión en plantas de silos estaba a cargo del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, pero se dejó de invertir hace muchos años y el país no tenía infraestructura para soportar el crecimiento de la agricultura. De la mano de ese crecimiento de la agricultura fue que se dieron inversiones brutales en maquinaria y en infraestructura en el sector de producción de granos, y posiblemente hayan recaído esas exoneraciones; la explicación es que por el crecimiento del sector granos y no por una dirección del gobierno hacia ese sector.

RI - Una de las contras de empezar a hablar 15 minutos después de que empezó la Tertulia es que las cosas que quería decir al principio ya perdieron vigencia, ahora tengo que contestar, se trató una cantidad de temas. Me voy a sentar en lo último que dijo Pepe, que dijo que, en contra de lo que yo opino, quiere agregar valor. Yo por supuesto que quiero que el sector agropecuario agregue valor, quizás Pepe se refiere a un artículo que yo escribí hace unos meses sobre ese tema, y quiero aclarar que el sector agropecuario aporta muy poco valor agregado, felizmente.

EC - ¿Cómo es eso?

RI - Porque cuando hablamos del aporte lo hacemos en términos relativos, y las la forma en que las cuentas nacionales están diseñadas hace que cualquier agregado de valor que haga el sector agropecuario automáticamente se impute o a la industria o a los servicios. Entonces el sector agropecuario aporta una enorme cantidad de valor en la medida en que aumenta la eficiencia de sus procesos. Pasar de cuatro a ocho toneladas de arroz por hectárea, que es un récord mundial, en simultáneo con hacerlo en un sistema sumamente cuidadoso del ambiente es un enorme aporte de valor. Por una razón muy sencilla, no se puede comer el arroz con cáscara o no se puede construir con el mineral que contiene hierro en Aratirí, siempre hay un proceso industrial necesariamente involucrado para hacer ese bien utilizable. Entonces, si el arroz aumenta de cuatro a ocho toneladas, lo que procesa la industria aumenta de cuatro a ocho toneladas y los fletes –para simplificar los servicios pongo como ejemplo los fletes– aumentan de cuatro a ocho toneladas, todo aumenta en la misma proporción.

Pero en la medida en que la producción en volumen global se incrementa, aumentan las opciones industriales por escala, por nueva tecnología, en forma adicional, por lo tanto en términos relativos el sector agropecuario pierde relevancia. Y por esto es que en un país con un sector agropecuario de envidiable eficiencia como es Australia, el sector agropecuario aporta menos del 5 % del producto, mientras que en sectores absolutamente extractivos, que cortan un árbol que una grúa carga en el barco y se lo lleva, como en los países centroamericanos, el aporte del sector primario es el 60 %. Yo quiero que nuestro sector agropecuario crezca, haga crecer a toda la economía, y eso va a llevar necesariamente, por la estructura de las cuentas nacionales, no porque sea bueno ni porque sea malo, a que en términos relativos el sector agropecuario aporte cada vez menos.

JMQ - La diferencia estriba en el producto propiamente dicho, que es el que genera el sector. Es un término que a ti no te gusta, pero el sector sigue generando commodities, mercancías, que tienen la característica de ser genéricas, básicas, no diferenciadas y sin marca.

RI - Pero tienen un enorme poder multiplicador.

JMQ - Tienen un enorme poder multiplicador.

RI - Si logramos ser los más eficientes en media docena de productos básicos, pasamos a ser un país desarrollado, sin desocupación y con una excelente distribución del ingreso. Cuando se habla de distribución y redistribución, la distribución del ingreso la hace la economía, se da naturalmente, la actividad económica hace que cada factor productivo sea remunerado en función de su abundancia, su escasez, su productividad, etcétera. La redistribución la hace la política económica. Entonces, vamos a no confundirnos cuando decimos que el agro no distribuye el ingreso, el agro lo distribuye y lo distribuye muy bien en forma indirecta.

EC - Llegamos a uno de los puntos neurálgicos de este debate.

JMQ - Es un punto que me interesa porque creo que hay una diferencia sustancial entre producir granos a granel, que no son diferenciados –otro término que sé que no te gusta– porque no tienen marca.

RI - ¿Cómo que no me gusta? No me gusta el "commodities", porque estoy en contra de los anglicismos.

JMQ - Es una mercancía que tiene un problema cuando llega al mercado, que es un problema de precio, tiene un problema de volatilidad en el precio, tiene un problema de inestabilidad por lo tanto en el precio. Yo soy tomador de precios, no soy fijador de precios, entonces a veces me viene muy bien, como en esta época, que todo subió, y si mañana cambian los aires me viene muy mal porque esos precios se van abajo. A mi juicio ese es un punto central para entender por qué hay diferencias entre producir solamente un grano no diferenciado y producir un bien [...].

***

EC - Tiene usted la cancha, Guillermo.

GV - Ordenando un poco, el primer cuestionamiento era que había una percepción de que el agro tenía un régimen tributario diferente del resto, tenía determinados beneficios, y quedó claro que salvo el caso del impuesto a primaria, el régimen es muy similar, no es una ventaja que tenga el sector. En cuanto al planteo del economista Quijano de que el sector había recibido exoneraciones por la ley de inversiones, sobre todo el tema granos, por 60 millones, la ley es pareja para todos los sectores. Posiblemente el agro sea el que más invirtió en los últimos tiempos, y por eso esos montos de exoneraciones, pero quiero hacer un comentario respecto a si se agrega valor o no. Cuando hablamos del agro en general, tomando el concepto de agregado de valor que decía el economista Quijano, que es avanzar en el proceso industrial más que agregar valor, creo que es [...] de todo el agro, al sector de que estamos hablando hay que ponerle nombre y apellido: es soja y en parte el trigo, porque la leche, la carne, los granos, la madera entraron en procesos bastante más avanzados.

RD - [...]

GV - El comentario que quiero hacer es que en Uruguay todos los esfuerzos que se están haciendo últimamente son por inversiones privadas, y ese escalón que está pidiendo el economista Quijano, si algún día se va a hacer, se va a hacer con inversiones privadas. La soja es la materia prima, la inversión privada en la agroindustria va a evaluar si al proceso que va a hacer en Uruguay se le dan las condiciones de ventajas competitivas que le permitan hacerlo y competir en el mundo sin perder su inversión.

EC - Del planteo de Quijano podría entenderse que estas exoneraciones a la hora de un proyecto de inversión deberían favorecer el desarrollo industrial y no tanto la producción de primarios.

GV - Ese tipo de inversiones las tiene.

EC - Tú decís que quizás, por ejemplo en el caso de instalar o no una aceitera, con una determinada exoneración de impuestos no alcanza, que hay otros factores.

GV - Primero tenemos que ver todos los problemas que está teniendo la industria en el Uruguay, que no son propios del agro, que son los costos, el tipo de cambio, un montón de cosas, es una discusión mucho más larga.

RD - Energía, tipo de cambio...

GV - Pero lo más grave es mirar hacia el costado, nuestro gran competidor es Argentina, hoy vamos a competir en una agroindustria como el aceite con monstruosas empresas en escala, para Uruguay sería muy difícil competir.

PR - Para ordenar algunas ideas. Entiendo que el debate en la Tertulia de hoy y el debate en Uruguay está sobredimensionando el rol que tienen los impuestos para distribuir la riqueza en términos generales y también como instrumento de asignación o modificación de la asignación de recursos en la línea de lo que plantea Pepe. Vale la pena mirar al mundo, Uruguay mira poco al mundo, en todos los países los gobiernos combinan impuestos al consumo, impuestos a la renta, en algunos hay más carga sobre el consumo, en otros más cargas sobre la renta. Los gobiernos no renuncian a utilizar los impuestos como forma de redistribución del ingreso, y está bien que lo hagan, y está bien que en el país debatamos nuestras preferencias, si queremos un poco más o un poco menos de eso. Pero el gasto público es mucho más potente para corregir las inequidades en la distribución del ingreso.

Los cálculos del Ministerio de Economía y Finanzas estiman que el 50 % de la población más pobre obtuvo un 4 % de mejora de su ingreso por efecto de la reforma tributaria. Con esto no estamos diciendo que no haya que hacerlo, que no haya que hacer otros ajustes, pero preservar un buen clima de inversión significa que la economía crezca un 4 % anual, que los ingresos crezcan 4 % cada año en todos los segmentos. Entonces, la equidad es un objetivo importante, es un objetivo en sí misma, pero las políticas tributarias tienen un límite, que es preservar el clima de inversión.

En cuanto a tratamiento de inversión, la política tributaria en Uruguay ha adoptado un enfoque neutral, que también es una buena práctica en el mundo. Y también lo está haciendo en el tratamiento de la inversión. Podemos discutir si las exoneraciones a las empresas están siendo demasiado generosas o no, pero el criterio con que se están haciendo es el mismo para todos, no es un criterio de mirar la rentabilidad. Creo que está bien que no se mire la rentabilidad, porque cuando el gobierno decide cuánto exonerar de cada proyecto no sabe cuál es la rentabilidad de los sectores. Podemos discutir esos criterios, podemos discutir la intensidad, si estamos renunciando mucho o poco, pero me parece muy difícil utilizar esa herramienta para asignar recursos.

Un detalle. En el dato de la DGI la renuncia fiscal para el sector agropecuario no es particularmente grande, estamos haciendo renuncias fiscales por el tratamiento de la inversión en todos los sectores.

JMQ - Yo coincido mucho con lo que dijo Pablo, no creo que el instrumento tributario sea relevante para la distribución del ingreso. Creo que sí es relevante para reducir la pobreza, como también el gasto en ese sentido, pero no para redistribuir el ingreso, es otra cosa, reducir la desigualdad, es otro problema con otra lógica.

El segundo tema es el que tiene que ver con la política tributaria que hemos seguido, y particularmente la política de exoneraciones respecto a la inversión. Como dije, teníamos una ley, se introdujo el decreto 455, que tuvo una pequeña modificación en el año 2010, que no hace al caso, sigue siendo el 455 del año 2007 el que rige. A mi juicio este decreto tiene dos inconvenientes por lo menos, el primero, y aquí tengo una diferencia con Pablo, es que pretende ser neutral, todos los sectores son lo mismo para el desarrollo y a todos los otorga las mismas reglas de juego. Yo no comparto ese criterio, no todos los sectores aportan de la misma manera ni hacen las mismas cosas para el desarrollo económico.

En segundo lugar, se podrá decir no conozco el número absoluto, si es muy alto, pero el criterio que ubica la exoneración entre el 50 y el 60 % del IRAE con respecto a la inversión que voy a realizar, más en varios casos el IVA, y cuando tiene que importar también la exoneración de impuestos de aduana y de aranceles cuando existen, por un lado tiene un efecto de fomento muy importante, pero tiene un costo de  renuncia fiscal enorme, que todavía no estamos percibiendo porque son proyectos que empiezan a funcionar lentamente. Si uno mira la renuncia fiscal en la DGI, en el año 2009 167 millones de dólares, en el año 2010 185 estimados, es tendencialmente hacia arriba.

GV - De todo el sector de inversiones, ¿no?

JMQ - De todo, tendencialmente hacia arriba, del decreto 455 hacia arriba. Esto es un problema serio que nos estamos comprando sin haber sido todo lo cuidadosos que deberíamos haber sido en la aprobación de cada uno de los proyectos. Hay algunos que parece sorprendente que se hayan otorgado.

RI - Primero, en este país durante décadas se criticó al sector agropecuario porque tenía tratamientos especiales y se le exigían y daban cosas diferentes de los demás sectores. Cuando estamos en un proceso de igualación, tampoco sirve. Es un mérito importante de la política económica tratar de nivelar los sectores, porque no hay razones para que no sea así. En cuanto a la imposición en sí misma, comparto plenamente lo que decía Pablo, el gasto es un instrumento mucho más potente para lograr los fines de equidad del sector que se buscan. La imposición al agro, como en cualquier otro plano, considero que es muy mala cuando afecta a los factores productivos. Se deben afectar las rentas, si yo gano tanto tengo que pagar tanto otro, y no importa si lo gané en el agro o en una radio. Esa es la tendencia que hay que seguir.

El tema de las exoneraciones me parece absolutamente menor, aunque Pepe puso mucho énfasis en ello. Pero hay una cosa que no podemos dejar de lado, Uruguay tiene gigantescas carencias en infraestructura, sencillamente no era un país agrícola y ahora es un país agrícola. Tiene carencia de silos, basta ir a Nueva Palmira para ver los problemas enormes que hay porque la producción se abarrota en las bocas de salida, todo el tema del puerto de aguas profundas, etcétera. Entonces, exonerar una inversión, que además se exonera en cualquier sector –en ese sentido me parece muy importante–, y no me fijo si en ese silo se va a guardar soja, que la exportamos sin ningún procesamiento posterior, o se van a guardar granos que tienen otro procesamiento. La soja la exportamos sin ningún procesamiento porque no hay ninguna otra posibilidad económica de hacerlo, exige escalas enormes. Argentina, que produce 20, 30 veces más que Uruguay, tiene dificultades para acceder a la escala mínima de elaboración para exportar aceite de soja. Entonces es impensable, y eso no quiere decir que no podamos plantar soja.

Por último, hay un impuesto implícito que es el tipo de cambio.

JMQ - Ese es otro tema.

RI - No es otro tema, es un cuasitributo. El tipo de cambio atrasable es muy funcional al Estado para muchas cosas, para mantener baja la inflación, para aumentar los salarios reales, para abaratar el servicio de la deuda, etcétera, pero es un golpe terrible para todos los sectores exportadores, y el principal exportador en este país es el agro. A través de eso el agro hace enormes aportes, mucho más importantes que los que hace a través de los impuestos.

***

EC - Está apasionante el debate; el asunto es cómo encauzarlo.

RD - Sobre todo porque salen varias puntas. La última fue la del Catalán y el tipo de cambio. Rosselli fruncía el ceño, me interesa ver su aporte.

PR - Está claro que cuando el tipo de cambio fluctúa, y hoy tenemos un tipo de cambio muy bajo, eso tiene impacto en términos de lo que llamamos la economía política, hay sectores que se benefician con un dólar más barato y otros que se perjudican. Pero me parece de rigor decir que el actual valor del dólar, que es bajo, no se puede igualar a un impuesto, porque los impuestos se ponen por decisión del Parlamento, entonces eso presupone sostener que el valor de hoy está acá porque el gobierno, además sin pasar por el Parlamento, lo dejó en este nivel, cuando lo que sucede es que el tipo de cambio está bajo en parte por alguna decisión de política económica –se podrá decir que el gasto público sube mucho, esas cosas son así–, pero la evolución del tipo de cambio no es independiente del aumento violento que han tenido los propios precios de exportación. Hoy los sectores agroindustriales ganan más dinero –con alguna excepción– que con un dólar más alto pero con precios mucho más bajos. No se pueden disociar esas cosas. Es tan poco el poder de la política económica sobre el tipo de cambio que si miramos el dólar en Uruguay y lo miramos en Brasil, estamos en niveles similares. Pero miremos a Australia y Nueva Zelanda, también exportadores como nosotros, y nuestra competitividad está a niveles similares a la media de los últimos 30 años de Australia y Nueva Zelanda. El tipo de cambio fluctúa, molesta a algunos, en cada momento son distintos los que festejan y los que se quejan, pero no es un impuesto.

JMQ - Una pequeña aclaración. Cuando se habla de impuesto del tipo de cambio se tiene en mente el impuesto inflacionario, que se usó muy incorrectamente durante tanto tiempo. En realidad esta es la contracara del impuesto inflacionario, porque como lo que no se quiere es que haya inflación se contribuye –en mi opinión–, vía política monetaria, a que el tipo de cambio vaya abajo, y en definitiva lo que se está haciendo es, en lugar de un impuesto inflacionario, tener un impuesto cambiario; tienen efectos distintos en la sociedad y sobre sectores también distintos, no totalmente distintos, pero parcialmente distintos.

PR - Lo que importa no es el valor nominal del tipo de cambio, sino el valor real. Y el valor real del tipo de cambio, que es lo que incide en la rentabilidad de cada uno de los sectores, no lo determina el gobierno y está en el mismo nivel que la media histórica con Brasil, con Australia, con Nueva Zelanda. Por lo tanto no es un resorte de la política económica de manera tan significativa como para decir que es un impuesto.

RI - Es de recibo la acotación de Pablo, uno es un acto volitivo del gobierno y el otro no, pero de todas formas el año pasado el presidente hizo una declaración y durante un mes el dólar valió un peso más.

PR - Durante unos meses.

RI - Con esto quiero rescatar que algún margen de maniobra hay, no es que sea absolutamente independiente.

JMQ - Los gobiernos tienen sus márgenes de maniobra y los usan o no los usan, y cuando no los usan tienen una especie de política implícita, dicen "no se puede hacer nada", y con no hacer nada hacen bastante. Esa es la realidad.

EC - A propósito del tema exoneraciones que planteaba Pepe Quijano, desde la audiencia dice Ricardo: "La renuncia de IRAE por promoción de inversiones en el agro es acotada en el tiempo, después esa nueva inversión verá gravadas las rentas que genere. Segundo, habría que probar que las inversiones se hubiesen hecho de todas formas en ausencia de estímulos fiscales para demostrar que la exoneración no se justifica. Si fuera así, ¿para qué hay una ley de Promoción de Inversiones?".

JMQ - Ese es el punto exactamente, porque no solamente tenemos los proyectos promovidos, tenemos también una exoneración del 40 % del IRAE referida a la inversión en maquinaria agrícola, no solamente para el sector agropecuario, para hacer tajamares, etcétera. Está muy bien. Eso no está cuantificado, al menos yo no lo tengo cuantificado. La pregunta es, para quien paga IRAE real, por lo general los grandes, todos arriba de 1.200, 1.500 hectáreas, todos posiblemente por arriba de los 400.000 dólares de facturación anual: ¿a esa gente yo le doy el 40 % para que haga el tajamar? No lo entiendo mucho. No estoy diciendo que haya que subirle un impuesto al agro, estoy analizando el tema de las exoneraciones que se han creado por ley, que no es culpa del agro, y me genera cierta inquietud que tenga una exoneración de 40 % sobre el IRAE para hacer ese tipo de infraestructuras que tú decís que son necesarias e importantes, pero a gente que ha comprado 3.000 hectáreas, ha puesto 15 millones de dólares, le doy 40 % para que haga la infraestructura básica para funcionar... ¿Es razonable como política de los recursos tributarios del país que deben cuidarse enormemente?

RI - No es razonable, pero no es así, no se le da el 40 % de lo necesario. En una coyuntura de sequía hay un programa específico.

JMQ - No, no, no.

GV - Él habla de las inversiones en las cuales en el primer año descontás un 40 % [...], lo que traducido a plata es el 10 % de la inversión, porque del 40 % te ahorrás el 25 % de impuesto a la renta. En realidad es un subsidio del 10 % de la inversión.

EC - Estamos llegando al final de la Tertulia. Quizás valga la pena una pregunta que redondee todo esto o que le vaya poniendo un cauce.

RD - Antes, me parece que es de recibo lo que dice Quijano, y es interesante. Hasta donde yo sé, está la definición de pequeño productor que hace este ministerio, que es hasta 500 hectáreas, con todas las promociones que tiene, eso son políticas sociales, y esto que son inversiones... Capaz que debería estar OPYPA acá, siempre me quedo corta con los invitados, pero me aseguro de que llegue la inquietud.

Para terminar, y dado que se abren en tantas puntas, trabajo siempre con la percepción, sobre todo de la gente de la ciudad, de que el agro está en momentos de mucha ganancia, y la pregunta que se trae para cerrar la Tertulia de hoy es si existen o no alternativas para que lo que se está generando vía sector agropecuario contribuya mejor a la distribución de la riqueza o si como estamos, estamos bien. Con eso me gustaría cerrar.

EC - Un minuto cada uno.

RI - Voy a hablar sobre el supuesto de que hay enormes ganancias; hay altísimos precios, pero hay altísimos costos. La tecnificación lleva un determinante común, que es el mayor consumo de energía, y pagamos en términos de producto creo que la energía más cara del mundo. Hay precios muy altos, pero siempre hay que pasar por el examen microeconómico, hay empresas agrícolas sojeras enormes, con la soja volando en el precio, pero tienen enormes niveles de endeudamiento. Hay que tener en cuenta eso, al invernador con la carne volando las cuentas no le cierran, porque su insumo básico también está muy alto. Hay que terminar con ese mito de que porque el precio del producto final es alto se ganan fortunas. Pueden ganarse fortunas, a veces se ganan fortunas con precios más bajos. No es cierto eso, entonces creo que más que apuntar a la pregunta, apunté al supuesto que está detrás de la pregunta, que creo que es importante.

JMQ - Me alegro enormemente del momento que está pasando el agro, creo que es una excelente oportunidad para el país.

RD - Bien, a veces parece que no.

RI - El país está pasando por un momento excepcional.

JMQ - El país está pasando por un momento excepcional, y en buena medida por el bum agropecuario. Me alegro enormemente, creo que lo podemos aprovechar al máximo si tenemos en cuenta dos cosas, que las voy a decir telegráficamente. La primera, me inspiro en un artículo que ustedes conocen muy bien, de Carloncho Paulino...

RD - Director de OPYPA.

JMQ - Director de OPYPA, que ha trabajado con la gente de CEPAL. Su tesis central es: hay que relacionar mucho más las tecnologías del conocimiento con el agro y darle una potencialidad al agro que todavía no tiene. Digo casi textual lo que dice Carloncho en el artículo, me parece interesantísmo para explorarlo. Dice que ha avanzado enormemente y plantea que es necesario avanzar mucho más. Lo cual me parece una buena apuesta de reflexión. La segunda, creo que si uno se toma el trabajo de leer el informe 2010 de la UNCTAD sobre las trasnacionales y el agro verá que el agro es una cadena de valor, como todos sabemos, y que las trasnacionales no están produciendo los bienes primarios, los commodities, sino que están antes o después en la cadena, porque es ahí donde se valoriza y de donde se gobiernan las cadenas. Si no nos metemos ahí, vamos a seguir siendo el pibe de los mandados. Las dos cosas que se necesitan.

GV - Yo quiero hacer tres comentarios. Primero, hablamos del excelente momento del agro como si esto fuera hace muchos años, y olvidamos que hace dos años hubo una seca y los contadores pueden decir que la mayoría de las empresas que pagaron impuesto a la renta dieron pérdidas. El agro produce a cielo abierto y tiene mucho riesgo.

Segundo comentario. Vos le ponés el título distribución de la riqueza, y capaz que nosotros lo tenemos claro, pero la inmensa mayoría de la gente que está escuchando la radio no, y cuando hablamos de distribución de riqueza en el agro se asocia riqueza a capital de trabajo. Mucha gente asocia inversión con riqueza, y cuando estamos hablando de distribución de riqueza no estamos hablando de distribución de capital, que sería funesto, sino que estamos eventualmente discutiendo qué hacer con excedentes que está teniendo un sector coyunturalmente.

Y el tercer y último tema es que indudablemente nadie habla de la ganancia que tienen el turismo, la radio o la forestación. Siempre hablamos del agro, porque es un tema muy sensible, porque el agro produce los productos de nuestra canasta, que son la carne, la leche y los granos a través del trigo. Entonces una cosa que quiero desmitificar es que indudablemente los precios que está viviendo el agro hoy no son porque el sector esté pautando esos precios para el mercado interno y nos esté encareciendo las cosas, sino que hay una demanda internacional que está llevando a que los precios sean la realidad del mercado, y por ende siempre va a ser un tema sensible de discusión cuando el agro tenga utilidades, porque la persona común percibe que le meten la mano en el bolsillo. Hoy subió la carne un 6 %, mañana tenemos la discusión.

PR - Todos queremos que la economía agregue más valor y que en torno al sector agropecuario se pueda agregar más valor. Me parece que las políticas para promover eso tienen mucho más que ver con cómo se desarrollan y adoptan tecnologías que con lo tributario. En el mundo en general predomina una visión de que la política tributaria debe ser relativamente neutral; no es perfectamente neutral porque hay objetivos que se contraponen, en particular es necesario [...] las rentas para redistribuir en alguna medida, y eso de por sí es poco neutral. Pero no podemos pedirle a la política tributaria mucho más [...] sobre la asignación de los recursos.

Está bien entonces la neutralidad, el agro paga más o menos los impuestos que pagan los demás sectores. Para reducir sustancialmente la pobreza necesitamos mejores políticas educativas, el país está en un debe, es bueno que este tema esté en el debate, es saludable. Necesitamos mucha más inversión, necesitamos proyectos grandes que inviertan mucho capital por trabajador, esos proyectos que suelen ser, no siempre, pero suelen ser de capitales extranjeros, están cumpliendo un rol clave en ese sentido. Podemos discutir si las exoneraciones a la renta son demasiado grandes o no, pero al país no le está yendo mal en términos de crecimiento económico, reducción de la pobreza, reducción de la desigualdad. Quizás podríamos tener un poco menos de incentivos tributarios a la inversión, pero me parece que vamos por un buen camino.

EC - Señores, nos vamos.

GV - El sentimiento es que quedan muchas cosas en el debe.

EC - Pero tengo la impresión de que, como en muchas tertulias, la discusión de hoy tuvo la ventaja de que tiró unas cuantas ideas que después cada uno por su lado retoma, y acá mismo podemos retomar. Han quedado capítulos para explorar más a fondo, y sobre todo creo que nos abrió mucho la cabeza el tipo de argumentos que se manejó.

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Transcripción: María Lila Ltaif



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