Análisis Económico

El Banco Central de Brasil volvió a elevar la tasa Selic en marzo. Análisis y perspectivas

Análisis de la economista Florencia Carriquiry, de la consultora Deloitte.

(emitido a las 8.30 Hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
La economía brasileña creció un 7,5% en 2010. En ese marco, la inflación viene subiendo de forma sostenida y se ubicó en 6% en los doce meses a febrero, por encima del objetivo del Gobierno, de 4,5% anual. Ante esta situación, la semana pasada el Banco Central decidió nuevamente elevar la tasa Selic en 50 puntos básicos, pese a que al mismo tiempo las autoridades han expresado en varias oportunidades su preocupación por la apreciación del real.

En definitiva, parece que se vive en Brasil una problemática muy similar a la que estamos viendo hoy por hoy en Uruguay, lo que hace todavía más relevante analizar en detalle la situación económica de nuestro vecino más grande. A este tema le dedicaremos los próximos minutos, en diálogo con la economista Florencia Carriquiry de la consultora Deloitte.

Quizás valga la pena comenzar comentando los últimos datos de PBI en Brasil, que conocimos la semana pasada. ¿Cómo vieron esos datos? ¿Estuvieron en línea con lo esperado?


FLORENCIA CARRIQUIRY (FC):
Las cifras oficiales para el cuarto trimestre marcaron un crecimiento de 0,7% frente al trimestre anterior, lo que significó un ritmo de expansión algo mayor que en el tercer trimestre (cuando el PBI había crecido sólo 0,4%), pero confirmó de todas maneras un segundo semestre de notorio enfriamiento en relación a la primera mitad del año. Hay que recordar que en el primer y segundo trimestre de 2010 Brasil creció a un ritmo de entre 1,5% y 2,5% por trimestre en términos desestacionalizados. De allí que pese a la desaceleración vista en la segunda mitad del año, el PBI brasileño acumuló una expansión de 7,5% en el promedio de 2010.

En cuanto a si estuvo en línea con lo esperado, en términos generales podemos decir que sí porque ya se contaba con cifras del Indicador de Actividad Mensual que elabora el Banco Central, que adelantaba un desempeño similar.


JAE: Ahora, este crecimiento económico ha venido acompañado por un repunte muy significativo de la inflación. ¿Cómo están viendo ese tema?


FC: Efectivamente. La inflación en Brasil viene aumentando de forma notoria desde hace varios meses. Eso tiene que ver con la firmeza de la demanda interna, aunque también con las subas que estamos viendo en los precios de los alimentos y de la energía en todo el mundo. Es decir, al igual que Uruguay y que otras economías exportadoras de commodities que están creciendo, Brasil está enfrentando presiones inflacionarias tanto desde el frente externo como desde el frente interno, y como consecuencia en los últimos doce meses a febrero la inflación se ubicó en 6%, bastante por encima de la meta puntual del Banco Central (que es de 4,5%).

Además, los analistas brasileños han venido corrigiendo al alza las expectativas de inflación semana tras semana y hoy están proyectando para el conjunto de 2011 una inflación en torno a los niveles actuales (cerca de 6%). Incluso pese a que en las últimas semanas se han tomado medidas tanto a nivel fiscal como monetario.


JAE: Justamente sobre esas medidas iba a preguntarte. En febrero el Gobierno anunció un recorte del presupuesto para este año de unos 30.000 millones de reales y, al mismo tiempo, la semana pasada el Comité de Política Monetaria estableció un nuevo aumento de 50 puntos de la tasa Selic. ¿Cómo están viendo estas decisiones?


FC: En términos generales son medidas que van en el sentido correcto ante a un escenario como el actual.

A nivel fiscal más allá de que la moderación del gasto público debería contribuir en alguna medida a moderar las presiones inflacionarias, hay que tener presente que las cuentas públicas habían mostrado un deterioro importante en los últimos años. En ese sentido, Dilma Roussef y su equipo habían señalado en varias oportunidades durante la campaña que la mejora de las cuentas públicas iba a ser una prioridad en su administración. Por todo esto, el ajuste anunciado, que apunta como tú decías a un recorte del gasto público de 50.000 millones de reales (aproximadamente un 1,2% del PBI), fue bien recibido en general, aunque todavía resta saber los detalles de cómo va a implementarse y esa demora ha generado críticas y hasta cierto escepticismo entre algunos analistas y en la oposición.


JAE: Y a nivel de la política monetaria, ¿cómo se evalúa la decisión de aumentar nuevamente la tasa de interés? Te lo pregunto porque esa decisión está en contradicción con el interés por evitar un mayor fortalecimiento del real, ¿no es así?


FC: Sin dudas que el dilema entre inflación y tipo de cambio que otras veces mencionamos para el caso de Uruguay está bien presente en Brasil también.

Ahora, el Banco Central brasileño ha tenido en los últimos años un comportamiento muy ortodoxo en el manejo monetario y eso ha dotado de mucha credibilidad al objetivo de inflación que anuncia. En ese sentido, hoy los analistas brasileños esperan que en los próximos meses veamos alguna suba adicional de la tasa de referencia de la política monetaria. Según la mediana de la encuesta de expectativas la Selic cerraría 2011 en 12,50%, o sea que se espera que suba 75 puntos más en las reuniones que restan de este año.


JAE: ¿Entonces, deberíamos esperar un fortalecimiento mayor del real en los próximos meses que termine generando más presiones de apreciación sobre el peso uruguayo?


FC: Como hemos dicho muchas veces para el caso de Uruguay, la baja del dólar en Brasil es un resultado difícil de evitar en un contexto como el actual, en el que tenemos tasas de interés mínimas en el mundo desarrollado, ingresos de capitales muy firmes hacia las economías emergentes, precios de exportación muy elevados y una demanda interna que crece. Esa conjunción de elementos genera condiciones para una moneda fuerte y son elementos que a nuestro juicio van a seguir presentes este año, más allá de que se espera cierta desaceleración de la economía brasileña respecto de 2010.

En este contexto muchos Gobiernos se están viendo tentados a recurrir a medidas más heterodoxas para intentar evitar la pérdida de competitividad o para procurar contrarrestar sus efectos y el Gobierno brasileño no es la excepción. Estamos viendo intervenciones compradoras importantes en el mercado de cambios y al mismo tiempo se están discutiendo medidas tendientes a restringir las importaciones. Como hemos dicho otras veces, a nuestro juicio este tipo de medidas tiene impactos acotados y poco sostenibles en el tiempo. Por eso, en tanto no veamos cambios sustantivos en el contexto externo pensamos que hay poca cosa que pueda hacerse para revertir de forma significativa la fortaleza que muestra la moneda brasileña.

De todos modos, tampoco vemos con claridad un escenario de una caída fuerte adicional del dólar en Brasil. Si bien el dinamismo de la demanda interna y las mayores tasas de interés presionan el dólar a la baja, al mismo tiempo el déficit que muestra la cuenta corriente probablemente compensa, al menos parcialmente, esas presiones. Por eso aunque prevemos que el dólar se mantenga bajo en Brasil no pensamos que vaya a bajar mucho más.


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