De Haedo advirtió debilidades en la economía uruguaya ante un posible cambio de escenario
Pese a que la economía uruguaya se encuentra en franco crecimiento, el economista Javier de Haedo consideró que se está "un poco más cerca de que la burbuja se pinche". Entrevistado por En Perspectiva, puntualizó: "No hay una burbuja uruguaya, Uruguay es parte de un fenómeno como Estado asociado macroeconómicamente a Brasil. Vamos a seguir la suerte de Brasil, para bien o para mal". En ese sentido, lamentó que el Gobierno decida "pegarse" al vecino norteño "haciendo lo fácil, que es bajar el tipo de cambio", sin realizar "los ajustes fiscales que habría que hacer". El dirigente nacionalista agregó: "Esto va a pasar cuando las economías avanzadas se reactiven y con un riesgo de inflación empiecen a subir las tasas de interés. Allí va a ser el momento en que se dé vuelta esto". Según De Haedo, las debilidades del país están en el frente fiscal y en el laboral: "Hoy estamos en la cresta de la ola y tenemos déficit fiscal. Deberíamos estar con un superávit fiscal considerable. [Por otro lado], tenemos una rigidez del mercado de trabajo que no teníamos. Si no se flexibiliza el salario en ese momento, va a haber más desempleo.
(emitido a las 10.07 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La economía uruguaya pasa por un momento de crecimiento excepcional gracias, entre otras cosas, a precios altísimos de las materias primas y tasas de interés internacionales bajas o nulas, según reconocen el Fondo Monetario Internacional (FMI) y varios analistas locales.
Sin embargo, también hay advertencias. "El panorama es claro: seguiremos creciendo y encareciéndonos en dólares en un mundo y una región que son propicios a esos efectos. O sea, un poco más de burbuja. Un poco más cerca de que se pinche. ¿Cuándo? Nadie lo sabe y ninguna proyección se lo va a contar", decía el economista Javier de Haedo en su columna de la semana pasada en el suplemento Economía y Mercado del diario El País.
¿Qué problemas traería ese pinchazo en la burbuja? ¿Hasta cuándo podrá seguir el viento de cola que tiene la economía uruguaya? ¿Qué tan preparados estamos para cuando termine ese viento?
Para hablar de este y otros temas, hemos invitado al economista Javier de Haedo, quien fue director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y subsecretario de Economía. Tiene 49 años, y hoy es senador suplente en Alianza Nacional, Partido Nacional.
¿A qué se refiere cuando dice que Uruguay está inmerso en una "burbuja" que en algún momento se va a pinchar? ¿Cuál es la burbuja?
JAVIER DE HAEDO:
En el mundo se van sucediendo burbujas permanentemente. Podemos recordar sin ir muy lejos las punto.com hace algo más de 10 años, más recientemente los créditos hipotecarios de segundo nivel, el subprime, en Estados Unidos y en los países europeos. En algún momento, cuando eso explotó, a mitad de 2007, toda esa liquidez que daban los Gobiernos de las economías avanzadas más que ir a reactivar la economía fueron nuevamente a especular y a crear una nueva burbuja, que eran las commodities y las bolsas de las economías emergentes más prolijas, típicamente Brasil, y esa burbuja explotó en julio de 2008. Pero rápidamente el mundo se acomodó, pasó el temor, en el primer trimestre de 2009 empezó la misma carrera y hoy estamos con precios de materias primas, salvo en el caso del petróleo, que están muy por debajo del máximo anterior, igual o por arriba, el promedio de las commodities no fuel (no petroleras) está por arriba del de julio de 2008.
La burbuja que veo hoy son commodities y emergentes prolijas, típicamente Brasil. Brasil está recibiendo inversión directa, pero mucho más inversión financiera especulativa de corto plazo o con tasas de interés locales muy altas. La bolsa, sin embargo, no está en los niveles mayores que alcanzó a mitad de 2008, pero de todos modos la bolsa en dólares está en un nivel de capitalización muy alto, el dólar, de vuelta, no llegó a 1,55 pero está pegando en el palo, anda por ahí. Estamos en eso, y Uruguay está pegado a Brasil.
EC - ¿La burbuja es exterior, o hay una burbuja uruguaya?
J de H - No hay una burbuja uruguaya, Uruguay es parte de un fenómeno como economía emergente prolija, Estado asociado macroeconómicamente a Brasil, de acuerdo con una definición de política económica muy evidente, y vamos a seguir la suerte de Brasil, para bien o para mal.
EC - ¿Estado asociado macroeconómicamente?
J de H - Desde el punto de vista económico somos un Estado asociado a Brasil. Es casi tan relevante ver qué hace el ministro de Economía de Uruguay como el de Brasil, o el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU) como el de Brasil. Somos desde hace décadas una provincia desde el punto de vista macroeconómico de la región, en este caso casados con el más caro del barrio. Como en los noventa, cuando se descolgó Brasil quedamos colgados del pincel de Argentina. Es la ley del menor esfuerzo, siempre nos pegamos al más caro, porque es el que implica hacer el menor esfuerzo interno. Hoy nos pegamos a Brasil y ni siquiera hacemos todo lo que Brasil hace, hacemos la parte fácil, que es bajar el tipo de cambio subiendo la tasa del BCU, pero no hacemos los ajustes fiscales que habría que hacer.
EC - Brasil acaba de encarar un reajuste importante de su presupuesto.
J de H - Claro, entonces decimos que hacemos lo de Brasil, pero hacemos la parte fácil, que es bajar el dólar. Un dólar bajo es como la pasta base de la economía, uno tiene la sensación de que está todo fenómeno pero siempre tiene que tener dosis mayores, el "deme dos" de los ochenta, de Arismendi y [José Alfredo] Martínez de Hoz, después la tablita que se rompe, después el "uno a uno" de [Domingo] Cavallo insostenible y nosotros pegados a él, y ahora esto.
EC - ¿Cómo es eso de que el dólar es la pasta base de la economía?
J de H - El dólar bajo es la pasta base.
EC - ¿Por qué? Al revés, ¿no hay preocupación también, en varios sectores de la economía uruguaya por ese dólar bajo? Pienso en los sectores vinculados a la exportación no ligados estrictamente a materias primas.
J de H - El tema es que desde el punto de vista del Gobierno es lo más fácil, lo más cómodo, desde el punto de vista fiscal es mejor para el Gobierno, hay más gasto en consumo, especialmente en bienes durables, que pagan muchos impuestos; los intereses de la deuda pública pesan menos.
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Usted advierte que al Estado uruguayo le sirve un dólar bajo.
J de H - Es funcional. No es que lo hagan porque les sirva, no manejo una teoría conspirativa, no me gustan las teorías conspirativas, pero de paso no viene mal. El año pasado se vendieron 44.000 autos, que según la prensa del verano significaron ventas por 940 millones de dólares, de los cuales el 50 %, es decir, 470 millones, fue impuestos. El presupuesto está hecho sobre ese tipo de bases, de que esto se va a mantener siempre.
EC - Al Gobierno le interesa captar inversiones del exterior, ahora mismo el presidente de la República está en Brasil a esos efectos, y se hacen esfuerzos en distintos lugares por eso mismo. ¿Con estos niveles de tipo de cambio, y por lo tanto de la competitividad, vamos a poder seguir captando inversiones?, ¿va a ser rentables una serie de negocios que pretendemos que se instalen en Uruguay?
J de H - No en vano está en Brasil, que es el país más caro del mundo; estamos pegados a ellos. Seguramente no va a Estados Unidos a buscar inversores, porque hoy día es más barato un apartamento en Miami que en la rambla de Pocitos, entonces el lugar para ir a buscar inversiones es el país más caro del mundo.
JAE - Por otra parte, parece lógico que Uruguay quiera venderle al país más caro, porque es el país que paga mejor.
J de H - Sí, pero también es lógico saber que si uno concentra el portafolio en el más caro queda pegado a la suerte de él.
JAE - A nivel empresarial, si Cotelo paga 100 y Elhordoy 80, usted le va a vender a Cotelo.
J de H - Sí, pero por lo general el empresario no es tan cortoplacista, hay que pensar en el largo plazo también. Eso fue lo que pasó con la carne y Rusia antes de 2008, se casaron con Rusia porque era la que pagaba más, entonces el productor demandaba un precio más alto, y la forma de pagarle era casándose con una Rusia que no respetó los contratos. Si yo soy empresario prefiero ver quién me asegura las reglas de juego, qué contraparte, qué cliente me asegura que va a ser cliente en las verdes y en las maduras. No es solamente un oportunismo empresarial, no creo que sea ese el perfil típico del empresario.
EC - ¿Qué factores harían pinchar esa burbuja?
J de H - A nivel global, o una muy mala noticia o un derrape serio de alguna economía relevante, pero da la impresión de que por ahí no viene, porque a las que han derrapado Europa las ha bancado como bloque. Y noticias como lo de Libia, el norte de África, Oriente Medio no tienen la magnitud como para generar eso.
JAE - ¿Y lo de Japón?
J de H - Lo de Japón, en lo que a nosotros respecta, ha bajado el precio del petróleo significativamente, también han retrocedido un poquito los commodities en los petroleros. Hay que ver qué impacto tiene en China, pero no lo veo por ahí. Creo que esto va a pasar cuando las economías avanzadas se reactiven y con un riesgo de inflación empiecen a subir las tasas de interés. Allí va a ser el momento en que se dé vuelta esto.
EC - Usted no lo está viendo siquiera como un pinchazo, en todo caso como un desinfle de la burbuja que ocurriría gradualmente, no ya.
J de H - No ya, pero nadie tiene la bola de cristal.
EC - ¿Puede pincharse, puede haber un estallido de la burbuja?
J de H - ¿Qué es un pinchazo? Puede darse en semanas. Tenemos una experiencia muy cercana y muy buena, de julio a diciembre de 2008 cambió el humor del mundo, hubo un flight to quality, un vuelo hacia la calidad, como está pasando hoy con los treasuries americanos, pasó en ese momento que el dólar se volvió refugio, los títulos estadounidenses también, y todos los demás activos perdieron valor. En Uruguay el dólar pasó de 19,40 a 24,50 en cinco meses, en Brasil de 1,55 a 2,55, y el euro bajó de 1,57 a 1,24 en el mismo período. Ahí viene el cambio de portafolio, los especuladores tienen eso, son estabilizadores y anticipan los fenómenos. Entonces, cuando se perciba que hay un cambio que va a ser permanente, se va a anticipar, se va a descontar.
JAE - Me quedé pensando en el concepto de burbuja aplicado a Uruguay, fundamentalmente al consumo, porque hay quienes dicen que el consumo se está comportando en forma mucho más expansiva que la propia economía y que por allí puede generarse algún problema. ¿Cómo ve este asunto de que el consumo esté creciendo más que el producto general?
J de H - Lo vamos a tener en pocos días cuando se conozcan las cuentas nacionales. Hasta setiembre pasaba algo de eso, pero estamos hablando de 9,6 y 8,4, volando tanto el consumo como el producto, más/menos 1 % no es un tema tan relevante. De hecho, si uno ve el ahorro neto privado, no está en niveles malos, hasta fines del año pasado estaba por arriba del 0. Lo que está habiendo es un aumento muy grande del ingreso que se está gastando, hay un efecto riqueza que genera nuevamente el dólar bajo.
Yo hice unas cuentas hace unos meses que publiqué en mis artículos: si uno agarra de la canasta del IPC los rubros importados típicos (automóviles, televisor, microondas, lavarropa, heladera, teléfonos, etc.) y ve el precio dividido por el IPC promedio, y a su vez que el IPC en dólares ha subido muchísimo, se encuentra con que, en términos del sueldo y de sueldos en dólares mucho más, porque subió en términos reales, si antes la persona necesitaba tres meses para comprar un lavarropa ahora lo compra en un mes, si antes necesitaba dos años para comprar un auto ahora lo compra en ocho meses. Todo es así, esos precios se han abaratado relativamente.
Entonces, ¿cuál es la alternativa?, ¿tener dólares en el banco como tiene el 80 %, que cada vez valen menos, a una tasa de interés muy baja? Esos dólares dan una tasa negativa en el año, con una devaluación que es negativa más la inflación, entonces se anticipa el consumo. Y el que no tiene ahorro en dólares pero gana en pesos cada vez gana más dólares y son más baratos los telefonitos, los televisores, toda esa fiebre de consumo, que es consumismo, porque es enfermizo, cada vez se gasta más de eso. Son bienes intensivos en impuestos, se hace un presupuesto pensando que eso va a ser permanente, y en la mitad del camino puede resultar que la gente ya no compra 44.000 autos por año sino 5.000 o 10.000. ¿Qué pasa ahí con las finanzas públicas?
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EC - "De Haedo está deseando que las cosas vayan mal", dice un oyente. Guillermo dice: "¿Cómo se pide a 800 millones de chinos que dejen de comer para que se pinche la burbuja del precio de los alimentos?".
J de H - Son dos cosas distintas. Primero, no estoy deseando que las cosas vayan mal, yo tengo mi vida en mi país, soy la octava generación, mi familia está desde antes de que el país existiera, o sea que no le permito a nadie que diga ese tipo de tontería.
Lo que dice el otro oyente está muy bien, nos lleva al centro de la discusión, si el tema es transitorio o permanente.
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EC - Quedaba desarrollar el análisis de si la burbuja de los commodities es algo coyuntural o permanente.
J de H - Un oyente mandaba un mensaje en ese sentido, y yo comparto lo que dice. Lo que es permanente no es burbuja, lo que es burbuja es lo coyuntural; lo que es real no es burbuja, lo que es burbuja en general es lo de origen financiero, especulativo, de corto plazo. El hecho de que cada año entren 10 o 15 millones de chinos a vestirse, a comer y a vivir en casas como las que nosotros conocemos es permanente, es estructural, salvo que haya una catástrofe, una implosión en China de origen político. Pero no voy a ponerme a hablar de eso, sería para hablar horas y no sería yo la persona indicada para hacerlo, no hago más que repetir cosas que puedo haber leído. Pero sí, asumiendo que China se va a mantener, China tiene un crecimiento del 8, 9 % que es autónomo, independiente de lo que pase fuera, es permanente. Pero eso lo decíamos también muchos economistas en el 2008, antes de que se pinchara esa burbuja de commodities y emergentes, cuánto es permanente y cuánto es transitorio.
Creo que hoy hay una parte importante que es permanente, por eso creo que los precios de los bienes que Uruguay produce no van a volver a ser los que fueron hace cinco o seis años, van a quedar en algún punto intermedio entre aquellos previos a esta crecida fuerte de los últimos años y el nivel actual en las nubes. Esencialmente hay mucho que es permanente, no es burbuja. Lo transitorio es lo otro, cuando se pasa a invertir en un fondo de commodities, vender a futuro y especular con la subida del precio, o cuando se empieza a especular en economías emergentes que dan tasas de interés muy atractivas para los inversores de corto plazo que en sus países de origen tienen tasas insignificantes, casi nulas, entonces vienen a Brasil a colocarse al 11,25 en la tasa Selic, por ejemplo.
EC - Dice Heber: "No creo que el análisis de De Haedo implique que está deseando que las cosas vayan mal, solo que en las economías es harto conocido que existen los ciclos, los ciclos alcistas y luego las caídas. No se ha encontrado aún la forma de hacer ir a la economía en un solo sentido. Creo que es la propia actividad humana que genera esos ciclos, el propio hombre con sus altas y sus bajas".
J de H - Comparto, es absolutamente así. Yo lo digo un poco más expresivamente en algunos de mis artículos, los ciclos económicos no se han derogado, y las crisis tampoco. Yo ayer veía en una gráfica que construí a partir de algunas series de tipo de cambio real los precios en la región versus los precios en la extrarregión, y estamos en un punto históricamente récord de divorcio entre el barrio y el resto del mundo, el barrio y el no barrio. Estamos con el barrio en las nubes de costos, y esto no es permanente, salvo que el barrio, con Brasil a la cabeza, hubiera hecho transformaciones estructurales porque vamos a no hablar solamente de especulación financiera que lo hicieran sostenible. Es lo mismo que discutíamos hace 20 años con el Plan Cavallo. ¿Por qué se cayó el uno a uno en la Argentina? ¿Porque a alguien se le ocurrió? Se cayó porque no se hizo el sustento, los pilares permanentes y sustentables del uno a uno.
EC - ¿Y en particular en Uruguay?
J de H - En Uruguay nos pegamos al más caro y le echamos la culpa cuando devalúe y devaluamos nosotros. Ya está, no importa, lo que es importante para nosotros es qué hacen Argentina y Brasil.
EC - ¿Existe el riesgo de que Brasil devalúe? ¿Cómo lo ve?
J de H - Claro que existe.
EC - Pero ¿existe a corto plazo?
J de H - Si supiera eso no estaría acá, estaría trabajando en algún fondo de inversiones. Nadie lo sabe.
EC - Volviendo a lo que queda por hacer...
J de H - ...Pero no quiero eludir la respuesta, creo que Brasil no hizo los fundamentos estructurales como para tener un dólar a 1,70, 1,80, 1,90, ni a 2.
JAE - ¿Este recorte presupuestal de 30.000 millones de dólares no es una modificación importante, sólida?
J de H - Es una buena señal que sirve para transitar estos tiempos.
JAE - ¿No es estructural, no es parte de una madurez política, de política económica, hacer una reducción para atacar por ejemplo el problema de la inflación?
J de H - Sí, pero no va a hacer que las cosas cambien sustancialmente el día que los vientos cambien en el mundo. Brasil lo va a sentir igual, tiene un nivel de déficit bastante complicado.
EC - De Uruguay usted dice que se ha venido preparando en parte bien y en parte mal para un posible cambio de escenario internacional.
J de H - Punteemos eso, y empiezo por lo que se hizo bien. No me canso de elogiar y en esto soy bastante solo entre los economistas que no somos del Frente Amplio (FA) la política de deuda del FA en los dos Gobiernos. Se ha pesificado ya el 40 % de la deuda pública bruta, eso le resta vulnerabilidad a nuestra economía, a nuestro sector fiscal, porque antes había una devaluación y la deuda sobre producto volaba, porque la deuda estaba en dólares y el producto en pesos, o mayoritariamente en pesos. Hoy se está convergiendo a lo que debería ser el objetivo y creo que lo es del Ministerio de Economía, que el numerador y el denominador tengan la misma estructura, es decir, dos tercios no transable, un tercio transable, dos tercios moneda nacional, un tercio moneda extranjera. Estamos en ese camino, el mundo ha ayudado y lo han hecho muy inteligentemente. O sea que se ha pesificado una parte importante de la deuda pública. En el corto plazo es un poco más cara, pero yo les pregunto a los oyentes si alguno se lamenta porque no chocó el auto y tuvo que pagar el seguro. Es eso, la gente no piensa en esos términos, piensa "choqué, tengo el seguro, menos mal que lo tenía".
EC - Acá estamos adquiriendo un seguro.
J de H - Estamos comprando un seguro, y las veces que, como en el segundo semestre del 2008 o en el segundo trimestre del 2010, el dólar tuvo un salto brusco la deuda como porcentaje del producto reaccionó muy bien, cuando en otras épocas temblábamos por la situación fiscal, el riesgo de un default, etcétera. Entonces, se hizo muy bien, se reperfiló muy bien la deuda, se estiró a largo plazo, hemos colocado deuda en moneda nacional a 30 años de plazo, vencimiento 2037, cosas inimaginables en el pasado no tan lejano. Eso es muy importante.
Incluso ha habido una desdolarización a nivel privado, el crédito hoy no está dolarizado como estaba antes de la crisis de 2002. Hoy una devaluación en el Uruguay no tendría las consecuencias redistributivas que tenía antes, estamos mucho mejor parados frente a un cambio de escenario externo, y lo probamos de vuelta en el segundo semestre de 2008, cuando no se cayó ninguna estantería aunque el dólar subió 25 % en semanas. Estamos mucho mejor preparados, eso es muy bueno, y no me canso de elogiar a quienes encabezaron este proceso.
EC - De la audiencia, Carlos dice: "Haber cancelado la deuda con el FMI ¿no será un cambio estructural importante en el barrio?".
J de H - Fue una muy buena decisión del Gobierno de Vázquez, que yo elogié en su momento, porque era cancelar la deuda de corto plazo que nos imponía condiciones y además en moneda extranjera, canasta de monedas fuertes, derecho especial de giro (DEG), y se sustituyó por deuda de muy largo plazo, sin condiciones y básicamente en moneda nacional.
EC - ¿Qué más se hizo bien y dónde están los debes?
J de H - Podría hacer una lista de muchas cosas que se hicieron bien y muchas cosas que se hicieron mal, pero en principio de lo bueno destaco eso, y de lo malo destaco el frente fiscal. Hoy estamos en la cresta de la ola y tenemos déficit fiscal, y si uno se encuentra con que hay cosas como la que yo le señalaba en el bloque anterior, que se están vendiendo muchos autos, 750.000 televisores en cada uno de los últimos dos años, ¿cuántos impuestos incluidos hay en esos bienes de consumo durables, intensivos en impuestos, aranceles de importación, porque en general vienen de extrazona? Deberíamos estar con un superávit fiscal considerable. Yo tengo alguna estimación: si ajustamos la recaudación por el ciclo económico en realidad no tenemos un déficit de 1 sino de 2,5 del producto.
EC - ¿Qué quiere decir eso?
J de H - Quiere decir que si normalizamos el producto, si estuviéramos en un nivel de crecimiento normal de la economía y un nivel de producto normal de la economía y no por arriba, en la cresta de la ola, tendríamos menos impuestos y más déficit fiscal.
JAE - ¿Cuánto es un crecimiento normal en su cálculo?
J de H - Es un crecimiento de entre 4 y 5 %. Creo que la tasa de crecimiento de largo plazo de Uruguay está entre 4 y 5 %.
JAE - Es el porcentaje que maneja para este período.
J de H - Pero ya el primer año del período se fue al doble de eso, lo vamos a saber en estos días. Y para este segundo año las estimaciones están un 50 % arriba de ese número también. Cuando llega la instancia presupuestal se llama espacio fiscal adicional y se lo gasta, en vez de ahorrarlo para cuando la situación se dé vuelta, porque algún día se va a dar vuelta. El frente fiscal es uno de los debes, y la regla salarial. Porque una de las cosas que el Gobierno dice, y tiene razón [Mario] Bergara lo ha dicho, Fernando [Lorenzo] también, es que a la próxima crisis no vamos a llegar con una rigidez cambiaria, no llegamos ni con una tablita, ni con una banda de flotación. Son rigideces, pero yo no le echo tanto la culpa al instrumento, sino al instrumentista que fue rígido y en su momento no cambió como debía cambiar.
EC - Esa rigidez no existe.
J de H - No existe, pero tenemos una rigidez del mercado de trabajo que no teníamos en aquellas crisis. Vamos a llegar a la próxima crisis con otra rigidez, ahí vamos a ver la experticia, la capacidad de los gestores, de las tres patas de la mesa, empresarios, trabajadores y Gobierno, para lidiar con ese lío.
EC - ¿Cómo se hace para flexibilizar los acuerdos alcanzados en los consejos de salarios cuando la burbuja se pinche?
J de H - Si no se flexibiliza el precio se va a ajustar por cantidad, si no se flexibiliza el salario en ese momento va a haber más desempleo.
JAE - ¿Dónde está la rigidez? Porque en el 2001, cuando había un nivel salarial parecido a este...
J de H - ...No es un tema de nivel, es un tema de regla de ajuste. En aquel momento el salario real bajó un 25 %.
JAE - Porque producto de la crisis se fueron dando acuerdos por diferentes mecanismos que habilitaron el descenso salarial.
J de H - ¿Qué acuerdo? Eso se llama inflación, la inflación fue de 26 % ese año, y los ajustes salariales no se dieron, los salarios bajaron en términos reales, de otro modo el desempleo en vez de 18 habría sido 25.
JAE - Está bien, pero ahí se hizo un ajuste, en definitiva hubo la aceptación de un contratado para seguir trabajando pese a que no tuvo ajustes.
J de H - Pero no había consejos de salarios.
JAE - Por eso, ¿dónde está el factor rigidez?
J de H - En la institución, como antes había instituciones cambiarias y monetarias rígidas y ahora no las hay, ahora hay instituciones salariales y laborales rígidas que no había en aquel momento.
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EC - La audiencia está muy interesada en sus análisis y sus opiniones, hay mucho movimiento con mensajes y preguntas.
En definitiva, para usted los dos frentes más delicados que tenemos a la hora de enfrentar el pinchazo de la burbuja son el fiscal y el de las relaciones laborales y los acuerdos en los consejos de salarios. Si para usted lo que hay que hacer es prepararse para cuando se pinche la burbuja o empiece a desinflarse, que todavía no sabemos cuándo será, ¿qué habría que ir haciendo ahora? Usted ya diagnosticó, en su opinión, dónde están los puntos débiles; ¿cómo hay que atacarlos?
J de H - Hay que atacarlos por un lado en materia del mercado laboral estableciendo en los convenios que se vayan firmando cláusulas de salvaguardia bien claras y bien definidas para esa instancia, que en el caso de que haya indicadores, termómetros que salten y denoten que hay algún problema, haya mecanismos de ajuste, convocatorias urgentes, etcétera. No soy experto en el mercado laboral, pero en todo caso la receta sería esa, generar las instituciones para que llegado el momento no sean tan rígidas sino más flexibles.
EC - ¿Y en el frente fiscal?
J de H - En el frente fiscal, prácticamente todos los economistas de Uruguay están de acuerdo en formar un fondo anticíclico. De hecho no es algo ajeno, el año pasado en la ley de presupuesto se votó el Fondo de Estabilidad Energética, que está vigente y ya tiene 150 millones de dólares acumulados, lo maneja la Corporación Nacional para el Desarrollo. UTE vivió años de vacas flacas, poca lluvia, y el año pasado tuvo un año de vacas gordas, bajó en 400 millones de dólares la deuda que había acumulado. La deuda jugó de amortiguador, no nos pasó el mayor costo de esos años a los consumidores o a las empresas, cuando tuvo un año de vacas gordas y de mucha agua canceló deuda y generó un fondo de 150 millones que mandó a déficit el déficit del año pasado no fue 1, fue 0,6, porque 0,4 se llevó a déficit y es un fondo de reserva y se va a utilizar si hay otra seca y no se genera electricidad. El mismo criterio de buen padre de familia, como dice el Código Civil, es el que se debería aplicar en las finanzas públicas.
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Transcripción: María Lila Ltaif
Vea el video de la entrevista.