¿Uruguay se enfrenta a una economía recalentada?
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 7.39 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
El Producto Bruto Interno (PBI) creció 1,5% en el cuarto trimestre de 2010 y cerró el año con una suba de 8,5%. Vamos a recibir a Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte, para ver cómo está observando este dato. ¿Estaba en línea con lo esperado por ustedes?
PABLO ROSSELLI:
Sí, estábamos trabajando con una variación para el cuarto trimestre de 1,6% en relación al tercer trimestre. Fue 1,5%, prácticamente igual. Tampoco hubo en la medición anual una diferencia significativa. Veníamos proyectando una suba de 8,3%. Al cierre del año siempre hay algún ajuste de trimestres previos, pero el dato final fue de 8,5%, apenas superior a la proyección que veníamos manejando, con lo cual podemos decir que con este dato francamente no hubo sorpresa.
JAE O sea que, mirando en términos generales, no hay cambios. Ahora, ¿qué pasa si hacemos una lectura con relación a los sectores de la economía?
PR Tuvimos un crecimiento generalizado. Más temprano ustedes decían que hubo un crecimiento totalmente excepcional del sector electricidad, gas y agua, que subió 90%. En realidad recoge que en 2010 tuvimos un régimen de lluvia normal, de hecho favorable, en comparación con los muy bajos niveles de generación hidroeléctrica que habíamos tenido en 2009. Dejando de lado ese caso excepcional, los sectores más dinámicos fueron el comercio, que creció 14,8%, recogiendo el dinamismo que tiene la demanda interna, y recogiendo que también tuvimos una mayor actividad turística. Transporte y comunicaciones creció 14,6%. Este es un sector que viene creciendo desde hace varios años, sobre todo impulsado por la expansión de todos los servicios de telecomunicaciones pero también porque hay más actividad de transporte de carga.
JAE El tema granos y el tema forestación juegan un papel importante.
PR Sí, además de las producciones industriales. Como hay más actividad económica, hay más transporte. Después tenemos crecimientos más normales. Vimos un crecimiento de 4,3% en la construcción, donde la clave estuvo en el sector privado. Aunque según el Banco Central del Uruguay (BCU), en el último trimestre del año se sumó el impacto de una reactivación de la inversión pública por las obras de interconexión energética con Brasil y por inversiones de otras empresas. En el agro y en la industria vimos crecimientos más lentos. Sobre todo en el agro, porque el crecimiento fue sólo de 1,1%. Allí tuvimos caídas de las áreas de cultivos de invierno por factores climáticos. Los precios en el momento de siembra tampoco eran demasiado atractivos. Bajó la producción de lana. Veníamos con una tendencia desde hace 20 años de caída del stock lanar y hubo una caída de la faena por todos los problemas que tuvimos de sequía en el año 2009, que significó menos nacimientos de terneros y está impactando en 2010 y en estos primeros meses del 2011.
JAE ¿Y la industria?
PR Creció 3,7%, que es un número bueno que recogió dos efectos: en el mundo hubo una desaceleración de la economía mundial a mediados del año, se vio en la producción industrial en todos los países y también en Uruguay y también tuvimos las restricciones de oferta que afectó a los frigoríficos y a las curtiembres. Por último, otros servicios que básicamente recogen el gasto que el Gobierno realiza para prestar los servicios públicos como la educación, seguridad y todas las actividades de los ministerios, creció en forma moderada en un 2%.
JAE Los datos indican que ha aumentado la demanda y sobre todo el consumo privado en un 11,4%. ¿Ustedes cómo vieron este dato?
PR Es un aumento realmente muy fuerte del consumo privado que refleja mayores salarios, mayores pasividades, el aumento del empleo y el aumento de los ingresos que no son salariales, donde claramente allí están, entre otras cosas, las rentas empresariales. En Uruguay estamos viendo muy altos precios de exportación y eso genera rentas empresariales que seguramente también impactan en el consumo. En cualquier caso, aunque el consumo creció muy fuertemente, en general vimos un crecimiento bastante balanceado de la demanda agregada. Las exportaciones de bienes y servicios crecieron 9,1% (algo más que el PBI). La inversión en activos fijos subió 14,4%, sobre todo a impulso de la inversión privada, que subió más de 20%. Desde el lado de la demanda el crecimiento es importante. Fue balanceado y no hubo un solo elemento que empujara el crecimiento económico.
JAE ¿Y por el lado del consumo del Gobierno?
PR Ahí sí subió poco el consumo del Gobierno: 2,2%...
JAE ...¿Esto era esperable?
PR Sí, porque en el consumo del Gobierno se anotan los gastos necesarios para prestar los servicios públicos, se excluyen las transferencias, como pueden ser los pagos de pasividades, las asignaciones familiares y el pago de intereses. En 2010 estábamos viendo una desaceleración de ese tipo de gastos, que habían subido fuertemente en 2009.
JAE La gran pregunta con estos datos de un fuerte crecimiento de consumo privado es: ¿estamos ante una economía recalentada?
PR Tenemos varios factores para considerar una respuesta. Estas tasas de crecimiento de la economía a nuestro juicio no resultan sostenibles en el tiempo porque no están en línea con el nivel de inversión que tenemos en el país. La inversión está en torno del 18% del PBI. Es un número notoriamente mejor que el que hemos tenido históricamente pero no es suficientemente alto como para permitir semejante ritmo de expansión. Todos queremos que la economía crezca, pero si la economía crece demasiado rápido se generan desequilibrios. Tenemos varios indicios de que la economía está recalentada.
JAE ¿A ver?
PR Esas altas tasas de crecimiento del PBI muy por encima de lo que puede ser la tendencia, esa fuerte expansión del consumo privado, el desempleo en niveles muy bajos y todos esos elementos al final concluyen en que tenemos presiones inflacionarias persistentes. Tienen como fuentes a la suba de los alimentos en el mundo y a la expansión de la demanda interna. Los precios de los bienes y servicios no transables que dependen esencialmente de la demanda interna están subiendo a un ritmo de 10% anual. La inflación subyacente, que excluye las frutas, verduras y los precios administrados, está arriba del 5% anual en los datos a febrero. La inflación total está en 7,7%, por arriba del objetivo. Si no ha sido más alta es porque el Gobierno el año pasado postergó ajustes de tarifas para esa estrategia. Hoy hay menos espacio fiscal. Según nuestras proyecciones, a mediados de este año la inflación anual va a estar rondando el 8,5%. Todo eso nos pauta que la economía está recalentada y que es necesario que la política económica busque un enfriamiento moderado de la actividad económica.
JAE O sea, el Comité de Política Monetaria (COPOM) que se reúne hoy debería subir la tasa de interés de referencia.
PR A nuestro juicio, sí. Es un poco difícil proyectar la decisión del COPOM. En la reunión de diciembre nos sorprendió la decisión de no subir la tasa, a pesar de un diagnóstico claro de que las presiones inflacionarias eran persistentes. En realidad, el BCU ha mostrado un compromiso relativamente débil con el objetivo de inflación. Esto no es un juicio de valor. Lo ha relegado parcialmente ante otros objetivos, como el de cuidar la competitividad. Con la economía creciendo tan fuertemente, con esta expansión del consumo privado, con la inflación fuera del rango, con la inflación llegando a 8,5% a mediados de este año, si se cumplen nuestras proyecciones pensamos que el BCU deberá subir la tasa de interés en la reunión de hoy y seguramente también en las próximas reuniones. No esperamos una suba menor a 50 puntos básicos para hoy. La política fiscal también debería contribuir.
JAE Sí, justamente te iba a decir eso. Fernando Lorenzo, el ministro de Economía, dijo ayer a CNN desde Miami que se va a pelear. Destacó que la inflación de febrero es un elemento que implica una alerta y reiteró que con políticas monetarias y fiscales se va a atacar la inflación.
PR Estamos de acuerdo en esa conclusión. La principal herramienta para combatir la inflación es la política monetaria. A nuestro juicio es inevitable pensar en tasas de interés bastante más altas que las que tenemos hoy para llevar la inflación al rango objetivo en un horizonte que no va a ser demasiado rápido. Igual, la política fiscal puede contribuir a moderar la demanda interna y debería contribuir a la demanda interna. Ahí hay dos mecanismos. Uno es ejecutar menos gastos de los que están presupuestados. Hay que tener presente que lo que pauta la ley de Presupuesto es el máximo dato posible, pero el Poder Ejecutivo tiene elementos para procurar ejecutar menos del máximo autorizado en algunas áreas, por lo menos del Presupuesto. El otro elemento tiene que ver con la discusión sobre reducciones de impuestos. Sin entrar en los detalles de esa discusión, parece razonable que las reducciones de impuestos se posterguen, desde esta perspectiva macroeconómica y de recalentamiento de la economía. No estamos diciendo que no se deba discutir si, por ejemplo, tenemos que tener más o menos IVA. Pero este no parece ser el momento más propicio para reducciones significativas en impuestos.
JAE Veremos entonces qué pasa hoy con el COPOM y con otras decisiones. En este escenario, ¿qué proyección de crecimiento económico están viendo para 2011?
PR Como no hubo sorpresas en el dato del cuarto trimestre, por ahora pensamos que no vamos a estar cambiando mucho las proyecciones. Nos parece que el PBI este año va a subir entre 5,5 y 6,0%. Tenemos muy buenos precios de exportación, a pesar de que hubo un ajuste a la baja en el último mes por la crisis política en Medio Oriente en el norte de África. Esa proyección también recoge que tenemos un dinamismo fuerte de la inversión y de que los salarios están creciendo. En cualquier caso, eso supone una desaceleración respecto de 2011 que deberíamos ver como algo positivo. Porque la tasa de crecimiento de 2010 no es compatible con niveles relativamente bajos de inflación como los que pretende el Gobierno con ese objetivo de 4 a 6%. De hecho, para este año nos parece que la inflación va a estar más en el entorno del 7% y que es muy difícil que entre en el rango meta.
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