El Gobierno corrigió al alza su previsión de déficit fiscal para 2011
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.40 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Según se conoció luego de la última reunión del consejo de ministros, el Gobierno ajustó al alza la previsión de déficit fiscal para 2011 desde 1,1% del PIB hasta 1,6% del PIB. ¿Cuáles son las razones que explican este mayor déficit? ¿Cuáles pueden ser los impactos de este desbalance de las cuentas públicas?
Dialogamos sobre este tema con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte. ¿Cómo vieron este anuncio del Gobierno? ¿Lo esperaban o fue una sorpresa para ustedes?
PABLO ROSSELLI (PR):
En realidad no descartábamos un ajuste en la previsión de déficit fiscal. De hecho, hace algunos meses que veníamos constatando cierto deterioro en las cuentas públicas, asociado a una desmejora significativa en los números de las empresas públicas. Para ser más ilustrativos: el resultado primario de los entes se redujo casi en un punto del PIB entre octubre del año pasado y marzo de este año, a instancias del fuerte aumento de costos que están enfrentando Ancap y UTE. Recordemos que el precio del petróleo se incrementó más de 20% en los últimos seis meses y que la escasez de lluvias ha obligado a UTE a encender las centrales térmicas (que son muy costosas) durante buena parte de este año. En ese marco de mayores costos para las empresas públicas, veníamos advirtiendo que de no verificarse un incremento adicional de las tarifas de electricidad y de los combustibles (algo que por el momento el Gobierno no está dispuesto a hacer, porque eso exacerbaría el aumento de la inflación), el déficit fiscal podía situarse por encima de la previsión oficial al cierre del año. Bajo esa perspectiva, este ajuste en la previsión de déficit fiscal puede ser interpretado como cierto "sinceramiento" de parte del Ministerio de Educación y Finanzas (MEF), en el sentido de que probablemente no se alcance el objetivo dispuesto en la ley de Presupuesto este año. El balance de las EEPP seguiría deteriorándose el resto del año y tampoco se observaría una mejora sustantiva en las cuentas del GC-BPS.
JAE - ¿Cuán relevante es esta corrección de 1,1% hasta 1,6% del PIB?
PR - Una corrección de cinco décimas del PIB no es muy abultada. Si miramos las cuentas públicas de otras economías emergentes, podemos concluir que tener un déficit fiscal de 1,6% no representa una situación alarmante. De todas formas, Uruguay está claramente en la fase alcista del ciclo económico. Llevamos varios años de crecimiento a tasas muy altas en términos históricos, por encima del ritmo "tendencial" de expansión económica. Más aún: el Gobierno preveía un crecimiento de 6,5% en 2010 y el PIB aumentó 8,5%. Para 2011, la ley de Presupuesto contemplaba un aumento de la actividad de 4,5%, pero el Gobierno estaría corrigiendo esa estimación hasta 6,5%. Con una economía que crece notoriamente por encima de su tendencia, cabría esperar que el déficit fiscal se redujese o incluso que las cuentas públicas arrojaran un superávit global.
JAE - ¿Y por qué eso no está ocurriendo?
PR - Son varias las razones. En una perspectiva de corto plazo, el Gobierno ha decidido postergar el ajuste de tarifas con el objetivo de mitigar la suba de la inflación en este espacio en que la política monetaria estaba siendo expansiva y que derivaría, como efectivamente lo hemos visto, en mayores y persistentes registros de inflación. El Gobierno procuró evitar subir la tasa de interés para reducir la tendencia a la baja del dólar. Pero eso trajo más inflación y obligó al Gobierno a postergar ajustes de tarifas y a renunciar, como ahora queda claro, a cumplir con su objetivo fiscal. Por otra parte, en una perspectiva de mediano plazo, el gasto del consolidado Gobierno Central-BPS ha venido creciendo a un ritmo alto y eso provocó un deterioro de las cuentas del Gobierno Central-BPS en los últimos tres años. El resultado primario del Gobierno Central-BPS se encuentra en torno del 1,6% del PIB, cuando a inicios de 2008 se situaba en casi el 3% del PIB. Desde esa óptica de mediano plazo, los bajos resultados fiscales actuales son atribuibles esencialmente al carácter expansivo y procíclico que ha tenido la política fiscal, cuando en este marco deberíamos tener una política contracíclica, con un mayor superávit primario.
JAE - ¿Por qué decís eso?
PR - En primer lugar, porque contribuiría a moderar las presiones inflacionarias. En un momento en el que la demanda doméstica se expande a tasas muy altas producto del persistente aumento del empleo y de los salarios, una moderación del gasto público sería funcional a la estrategia de contención de la inflación que está impulsando el Gobierno. En segundo lugar, el mantenimiento de una política fiscal contracíclica permitiría tener "espacio" ante un eventual revés del contexto internacional. Finalmente, contar con un mayor superávit primario alentaría una disminución más rápida del ratio "deuda/PIB", que sigue siendo relativamente alto. Contemplando todos esos elementos, a nuestro juicio a mediano plazo el desbalance de las cuentas públicas debería ser notoriamente menor que el actual y también menor al previsto en la ley de Presupuesto, ya que la economía está creciendo a un ritmo sensiblemente mayor al previsto en el marco de esa ley.
JAE - ¿Veremos una política fiscal más contractiva a partir de 2012?
PR - El Gobierno ha comenzado a dar algunas señales en esa dirección, sosteniendo que la próxima Rendición de Cuentas será relativamente austera, concediéndose incrementos extraordinarios únicamente para la educación. De todas formas, deberemos aguardar a la dilucidación de la Rendición de Cuentas para verificar si vamos a tener una política fiscal decididamente contractiva a partir del año próximo o si, por el contrario, la política fiscal seguirá siendo relativamente expansiva en momentos de fuerte crecimiento económico.
***