El Copom subió la tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos. ¿Qué supone esta decisión desde el punto de vista de la inflación y de la trayectoria del tipo de cambio?
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(emitido a las 8.45 Hs.)
JUAN ANDRÉS ELHORDOY (JAE):
Ayer se reunió el Comité de Política Monetaria del Banco Central y resolvió subir la tasa de referencia de 7,5% a 8% anual.
En los próximos minutos les proponemos repasar las razones que explican esa decisión y examinar qué consecuencias puede tener en términos de inflación y tipo de cambio. El diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
¿Cómo vieron ustedes la decisión del Banco Central?
TAMARA SCHANDY (TS):
A nuestro juicio, los argumentos para el ajuste eran bastante claros. La inflación es alta (muy superior a la que pauta el rango meta del Banco Central, que va de 4% a 6%) y las expectativas de inflación del mercado tampoco parecen converger a ese rango (ni siquiera en un horizonte de mediano plazo, como 18 meses). El Banco Central reconoció muy explícitamente estos dos elementos en el comunicado de ayer.
A su vez, la economía está creciendo mucho. La semana pasada comentábamos que el PBI de hecho está subiendo más de lo previsto y bastante más de lo que puede ser considerado como una tasa sostenible, y eso suma presiones de inflación.
Frente a ese escenario parecía bastante ineludible un nuevo aumento de la tasa de política monetaria. Quizás la duda era de cuánto, pero en términos generales los 50 puntos básicos en los que se decidió ajustar la tasa ayer están bien en línea con lo que estábamos manejando en el escenario base que usamos para armar nuestras proyecciones.
JAE: ¿Es suficiente un aumento de 50 puntos básicos? Te lo pregunto porque la vez pasada el ajuste al alza había sido de 100 puntos básicos. Y también porque ustedes otras veces han comentado en este espacio que la tasa en términos reales sigue siendo baja y que eso, en definitiva, supone que la política monetaria tiene un signo expansivo.
TS: Es verdad. A nuestro juicio una tasa de 8% no marca un signo muy contractivo en la política monetaria. De hecho, si tomamos nuestras proyecciones o las respuestas que distintos analistas dan a la encuesta de expectativas de inflación se observa que para el año que viene sigue habiendo una visión de que la inflación va estar en torno de 7%. Desde esa perspectiva la tasa de interés real estaría en torno de 1%, que es un nivel aún relativamente bajo, sobre todo a la luz de lo rápido que está creciendo la economía.
Desde ese punto de vista, un ajuste mayor habría marcado un compromiso más claro del Banco Central con la baja de la inflación, pero 50 puntos de todas formas es una señalización en la dirección correcta.
JAE: ¿Ustedes piensan que habrá más ajustes en las próximas reuniones?
TS: Lo que decida el Banco Central en el futuro va a depender en buena medida de lo que suceda en los próximos meses con la inflación, con las condiciones internacionales y con el tipo de cambio.
Pero en nuestro escenario base la economía va a seguir creciendo, la inflación no va a ceder demasiado rápido y nos parece que va a ser inevitable un endurecimiento mayor de la política monetaria. Así que en el escenario base, si no hay cambios grandes en el marco externo, seguimos incorporando nuevas subas de la tasa de política monetaria en las próximas reuniones del Copom. Nos parece que 100 o 150 puntos más serían razonables para llevar a la tasa de interés a un nivel claramente positivo en términos reales, más consistente con una economía que está en la fase expansiva del ciclo económico.
JAE: ¿Qué cabe esperar en materia de tipo de cambio luego de la decisión de ayer?
TS: Habrá que ver qué tipo de reacciones vemos hoy en el mercado de cambios, pero tendemos a pensar que la decisión de ayer no fue una sorpresa tampoco para el mercado en general y que un movimiento así estaba en buena medida descontado.
De todas maneras, con tasas en pesos más altas y sobre todo con una perspectiva de un mayor endurecimiento monetario en el futuro (como explicaba recién), nosotros seguimos trabajando con un escenario de dólar en baja para el corto plazo.
Lógicamente eso va a depender también de cómo evolucione el marco externo. Pero si no se agrava demasiado la situación en Europa y si no hay otros elementos "disruptivos" en los mercados financieros internacionales tendemos a pensar que el tipo de cambio puede seguir bajando. Concretamente, estamos trabajando con un tipo de cambio de 18 pesos en el corto plazo.
JAE: ¿Y la inflación? ¿Se modifican sus proyecciones con el ajuste de tasas de ayer?
TS: Como te decía antes, teníamos contemplado un nuevo aumento de la tasa de interés así que la decisión del Copom de ayer no cambia nuestras proyecciones.
Un endurecimiento gradual de las condiciones monetarias va ir generando condiciones para moderar las presiones de inflación, pero por el momento la demanda doméstica está creciendo mucho y eso hace que, incluso dejando de lado lo que son las presiones externas, los precios domésticos estén subiendo con fuerza.
Hemos comentado varias veces en este espacio que la inflación en los rubros que llamamos "no transables" de la canasta de consumo (que son los bienes y los servicios cuyos precios no dependen de ninguna referencia internacional sino del juego de la oferta y la demanda local) están teniendo una inflación en torno de 9%-10% anual desde hace más de un año. Y esa es una dinámica difícil de quebrar, sobre todo a la luz de cómo están subiendo los ingresos y los salarios.
Por eso seguimos pensando que la inflación de todas formas va a cerrar este año bien por encima del rango meta (en torno de 7,7%) y que el año que viene va a haber un aflojamiento pero gradual. Concretamente, para el año que viene, seguimos trabajando con una proyección de inflación del orden del 7%.
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